━ WITHOUT ME

❛ Dime cómo se siente estar sentado allá arriba, sintiéndote tan alto pero demasiado lejos para abrazarme. 

Tom Holland hizo de los días de San Valentín unos bastante soportables para Emma Valentine. Siendo una chica cuyo apellido literalmente significaba Valentín y teniendo a los amigos que tenía el día de los enamorados era de todo menos divertido.

Dejó de odiar los luego de conocer al británico a mediados del 2013. Los chicos se conocieron en el teatro cuando ambos coincidieron en una presentación de Billy Elliot, obra donde Tom actuó previamente. Se llevaron bien enseguida porque el destino pareció trabajar muy duro esa noche. 

Antes de entrar, Tom y Emma fueron al baño y salieron al mismo tiempo. Él iba distraído hablando con Harrison y Emma estaba ocupada intentando arreglarse la trenza que su madre le había hecho, entonces chocaron. Pero no, Tom no chocó con Emma, fue Harrison quien chocó con ella. Después de disculparse tantas veces pudo, los tres chicos descubrieron que sus asientos estaban uno al lado del otro y durante el resto de la noche se la pasaron platicando.

Así fue como Tom y Emma se conocieron.

El día de San Valentín del 2017 fue el primero que pasaron desde entonces lejos del otro.

—¡Emma, presta atención!

—Lo siento, lo intento, pero no tiene sentido que quieran escribir una canción llamada Valentine por el día de San Valentín —Emma miró a Michael Clifford—, ¿están seguros de que no es una estrategia para burlarse secretamente de mi apellido como solo ustedes saben hacer?

—No eres el centro del universo, Emma Harbor —gruñó Luke, lanzándole una almohada. 

—No le hagas caso a Luke, es, en efecto, una manera de burlarnos de ti —dijo Calum.

Los amigos de Emma se habían esforzado mucho en no hacerla pensar en Tom desde que terminó con él, sobre todo en este día. Aunque escribir canciones no sonaba como la idea más brillante del mundo para que la rubia no pensara en el británico.

—Llevan como un siglo escribiendo canciones, ¿cuándo recibo el tercer álbum?

—Algún día. 

—Son los peores.

— ¿Puedes ayudarnos ya con Valentine?

Emma entrecerró los ojos mirando a Luke Hemmings: —De acuerdo, pero si sale algo mal es su culpa.

— ¿Por qué saldría algo mal?

—Querido Ashton, en caso de no haber leído el memo acabo de terminar con mi novio y lo único que quiero es escribir canciones sobre corazones rotos y relaciones que no funcionan.

—A eso le llamo exagerar —canturreó Calum. 

—De repente me dieron ganas de ahorcarse, Calum. 

— ¿Qué tal si dejas de asustar a mis amigos y nos ponemos a escribir?

—Por fin dices algo inteligente, Luke. 

Durante el proceso de escritura Emma parecía estar y no estar presente en la habitación. Sus ojos ardían porque tenía ganas de llorar.

Había extrañado la llamada de Tom Holland diciéndole ¡Feliz día de tu apellido, Emma, solo a tu familia se le ocurre tener esa palabra como apellido! para después decirle que no importaba porque Emma sonaba bastante bien al lado de Valentine. 

Era una tonta.

¿Por qué pensó que podía vivir sin él?

(...)

En algún otro lado del mundo, Tom Holland estaba sentado en el suelo en flor de loto, a su lado, Harrison Osterfield jugaba en su celular. Se supone que iban a ir a comer a un restaurante todos juntos porque era cumpleaños de los gemelos Holland pero Tom no tenía muchas ganas de dejar su habitación.

— ¿Estás seguro de que no quieres salir?

—Cien por ciento —aseguró Tom a su hermano menor, Sam—. No tengo ganas.

—Pero...

Es nuestro cumpleaños. 

—Denle un respiro —interrumpió Harrison a Harry—. Sigue afectado porque Emma lo dejó.

—Yo no estoy... —Tom dejó de hablar al sentir la mirada de las tres personas que lo acompañaban— De acuerdo, estoy afectado. 

Tom escuchó las pisadas de Tessa, su mascota, acercándose a la habitación y dibujó una sonrisa en su rostro empezando a hacer sonidos para llamarla. La perra corrió hacia el actor y se le echó encima haciéndolo reír.

— ¿Quién necesita a Emma cuando te tengo a ti, eh, Tess? 

Harrison se rió.

necesitas a Emma. 

—Es cierto.

Sam soltó un suspiro. Le dolía que su hermano no aceptara que estaba realmente mal por su ruptura con Emma, en especial cuando Tom era consciente de que había sido su culpa que ella terminara alejándose de él. 

Por otro lado también creía que podían haber resuelto las cosas si hubieran querido pero los dos eran extraños y... no quisieron.

—Ya pasará —dijo Tom después de un rato—, tiene que hacerlo. 

—Está bien si tarda en pasar —le dijo Harrison—. Emma es importante para ti.

—Sí —asintió él—. Y yo soy un tonto. 

—Hey, ya estás entendiéndolo —lo molestó Harry. 

Tessa se había echado a un lado de su dueño quien la acariciaba desganado.

— ¿Qué tal si llamamos al cast de Spider-Man para que nos acompañen?

No, no.

Mala idea. 

Harrison casi saltó de su lugar al escuchar aquella propuesta pero su mejor amigo era un idiota y era capaz de hacer de las suyas con Zendaya y él no quería eso. Tom Holland tenía que superar a Emma él solito, no con otra pareja.

—Yo creo que no. Además es algo familiar.

— ¡Debemos salir, es San Valentín! Y nuestro cumpleaños

—Salgan ustedes —dijo Tom—. No me parece buena idea salir y que en todos lados estén pronunciando el apellido de Emma. 

Sam dibujó una sonrisa divertida en su rostro.

—Solo a ti se te ocurre salir con una Valentine —dijo—, ¿por qué no en vez de decir la palabra prohibida decimos cumpleaños?

Tom se encogió de hombros sonriendo también antes de recargar su cabeza en la puerta y cerrar los ojos, asintiendo.

¿Por qué había pensado en algún momento que podía vivir sin ella? Era un hecho que sí podía pero él no quería, especialmente sintiéndose así de culpable por su rompimiento.

Le dolía el corazón y el alma, ¿el alma podía doler? 

¿Emma también estaba siendo miserable como él en este día que ella tanto odiaba?

Por una milésima de segundo, Tom pensó en marcarle nada más porque sí, pero la próxima milésima de segundo se dio cuenta de que era algo muy estúpido y que Emma no le contestaría. 

Tal vez si hubiera marcado, la rubia hubiera contestado porque lo extrañaba casi tanto como él a ella.

Tal vez si la rubia le hubiera marcado, el británico hubiera contestado porque tenía ganas de escuchar su voz.

Pero los hubiera no existen.

Y Tom y Emma se aguantaron las ganas de marcarle al otro y siguieron haciéndose a la idea de que tendrían que vivir sin el otro.

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