If I lose myself

*Nota: No existe el Apocalipsis zombie aquí, sin embargo Ron está muy molesto porque hacía unos cuantos meses supo que Enid había terminado su relación, por lo celoso que Ron era por Carl.*

-No quiero ir. -renegué sin despegar la mirada de la pantalla, en la cual jugaba Halo Reach.

-¿Qué dices? ¿Por qué no? -me preguntó Mikey sorprendido mientras se ponía en frente de la pantalla a propósito para taparme la vista.

Él estaba vestido con una camisa azul muy elegante, un pantalón negro y sus zapatos iguales que éste anterior. Listo para ir a la fiesta de Enid, quién hoy cumple años. Puse los ojos en blanco.

-No estoy de humor para ver la cara de Enid, y mucho menos la de Carl. -puse mi juego en pausa y miré directamente a los ojos de Mikey.

-Vamos, será divertido. -insistió y yo solo lo miré con mis párpados a la mitad. Se dio cuenta de que no contesté, y en seguida continuó.-Además, no piensas dejar al pobre de tu amigo Mikey ir solito por las calles frías de Alexandria, ¿o sí? -me puso ojos de perrito.

-Mikey, jamás me convencerás para ir a la fiesta de Enid. Y cuando digo jamás... Es jamás. -respondí sin más dándole un empujón para poder seguir jugando videojuegos.

Se cruzó de brazos, y se quedó parado viéndome. Ignoré su mirada mientras seguía jugando.

-¿En serio prefieres quedarte aquí jugando videojuegos toda la noche, en lugar de ir a una fiesta genial en grande, donde la pasaremos como nunca, conociendo chicas, y bailando? -me preguntó frunciendo el ceño y apuntando a la pantalla del televisor.

-Ehh... Sí. -asentí y solté una risotada.

Después de eso, Mikey se dirigió a la consola y le picó al botón de apagar.

-¡¿Qué demonios te ocurre?! -me levanté enfurecido y me tomé mi cabello rubio cenizo con asombro.

-Sal a la vida real. -gruñó Mikey mientras sacaba una camisa blanca y elegante de mi armario, y la tiraba sobre mi cama.

-¿Por qué tanta necesidad de que vaya? No soy tan fiestero, como quiera. -rodé los ojos y me tiré en la cama tapándome la cara con el brazo.

-Porque sí, vamos, te espero abajo. -Mikey rió, y salió de mi cuarto.

Me destapé la cara y miré la camisa elegante que mi amigo había sacado. ¿Debería ir? Puede que la pase genial con Mikey, pero no quiero ver a ninguno de los dos... Ni a Carl, ni a Enid. Lo pensé por unos cuantos minutos y...

-Te odio Mikey. -murmuré, me levanté de la cama, y tomé la camisa.

***

-Sabía que no te resistirías. -Mikey me dio un codazo.

-Lo pensé mucho, no me hagas arrepentirme. -bufé mientras caminaba por las calles de Alexandria.

-Ya veras, la pasaremos espectacular. -se acomodó los botones de su camiseta azul.

Lo imité. Acomode cada uno de los botones de mi camiseta blanca de manga larga, verifiqué que tuviera mi celular en la bolsa de mi pantalón de mezclilla llegando a negro, y trate de peinarme un poco para que mi cabello no se viera tan desordenado, sin embargo eso era casi imposible. Mi cabello rubio cenizo era algo largo, siempre estaba despeinado, pero eso me identifica mucho y no se ve mal.

Caminamos unos minutos más, y al fin llegamos a la casa de Enid, la cual estaba llena de luces, y chicos y chicas fuera de ella bebiendo, comiendo o simplemente bailando. La casa estaba grande y noté que dentro de ella habían aproximadamente unos 100 adolescentes.

-Hemos llegado. -Mikey dijo lo obvio.

La música de la gran casa estaba a todo volumen, ya que se alcanzaba a escuchar hasta dónde estábamos parados, quiénes estábamos técnicamente lejos.

-¿Qué estamos esperando? -me adelanté, y caminé hacia la casa de Enid con Mickey pisándome los tobillos.

La canción de Runaway (U & I) – Galantis empezó a sonar cuando pisamos la entrada de la casa. Demasiadas caras desconocidas por todo el lugar. La casa estaba completamente llena, muy apenas podías y caminar. Empuje un poco a la gente para poder llegar a la sala, dónde se encontraba Enid con un vestido celeste bailando junto con todos sus amigos.

-¡Enid! -le grite a todo pulmón, ya que muy apenas se escuchaba mi voz por lo fuerte que estaba la música.

Logré que ella volteara a verme, y sin pensarlo dos veces se dirigió hacia mi. Volteé a mi espalda y noté que había perdido a Mikey en el camino.

-¡Hola Ronny! -me abrazó fuertemente y me sonrió.-¡Me alegro tanto que hayas venido!

-Sí... -sonreí levemente. De pronto, todo el enojo que sentía hacia ella había desaparecido.-Feliz cumpleaños, esto es de parte de Mikey. -le tendí un regalo.

Enid lo tomó en seguida. En ese momento, me sentí mal al no haberle traído un regalo.

-Muchas gracias, en serio. -me dedicó una sonrisa sincera.-Disfruta de la fiesta, ¿sí? -rió y desapareció entre toda la gente.

Después de todo, no creo que Enid sea tan mala. Además, ella tiene algo de razón, yo fui quién al principio era muy celoso y duro con ella por cualquier chico que se le acercara cuando era mi novia. Tal vez deba disculparla, así como ella me disculpó a mi. Aunque en realidad sé detectar cuando un chico quiere amistad o algo más, y Carl Grimes quería algo más. Decidí dirigirme a la cocina, ahí no llega tanto la música. Entré a ésta y me encontré con Mikey.

-Ahí estás. -sonreí al verlo comiendo una rebanada de pastel.

Me sentía mejor de haber dejado ir la ira y el rencor que le tenía a Enid a un lado, y, en cambio, estarme dedicando a pasarla bien en la fiesta.

-Te me perdiste. -Mikey rió con la boca llena.

-Estaba con Enid, ya le entregue el regalo. -expliqué.

-¿Ya se lo entregaste? ¿No le dijiste nada malo, o...? -preguntó en seguida con los ojos como platos.

-No. -reí.-Ya... Ya la supere. -repuse sin más.

-Excelente. -mi amigo aplaudió.

De la nada, alguien entró a la cocina. Era una chica de cabello rubio llegando a blanco liso con una blusa rosada y un short blanco algo corto. Parecía que tenía unos 16 años, como nosotros.

-Hola guapo. -la rubia saludó a Mikey, y éste se puso nervioso.

Debo admitir que se ve muy gracioso cuando se pone nervioso

-Hola-a. -Mikey sonrío nervioso.

-¿Bailamos? -preguntó la chica con una voz algo pícara.

-Claro. -aceptó y me guiñó un ojo en señal de que iba a ir con ella.

Le respondí guiñándole el ojo igual, y ambos salieron de la cocina dejándome solo. Solté un suspiro y me serví un vaso grande de una botella extraña con sabor algo raro. Esta vez, escuché que sonaba la canción de If I lose myself – Alesso vs One Republic. Sabía que Enid tenía una terraza en su casa así que me dirigí hacia el tercer piso, para así poder ver las estrellas. Subí al segundo piso y no había tanta gente. Todos se encontraban en el primer piso. Trepé la escalera y subí hasta a la terraza. Esta vez no había nadie, ni una sola alma, lo cual me parecía excelente. Quería estar solo por un rato... Disfrutando de la noche, la luna, la música, y las estrellas.

Me recargué en el varandal de la terraza y miré hacia la luna. Ni si quiera sé en qué estaba pensando. Debo admitir que me sentía feliz y a gusto en ese lugar. La canción seguía y la alcanzaba a escuchar a pesar de estar ahí. Disfrutaba del hermoso paisaje, hasta que...

-¿Ron? -una voz algo grave y familiar me llamó a mis espaldas.

Me volteé y me encontré con la persona que menos quería ver. Carl Grimes. Estaba vestido con una camisa negra y arriba de esta una camisa de manga larga (igual a la mía) solo que de color café, un pantalón de mezclilla negro, su cabello, castaño, liso y largo llegando a sus hombros, y su gorro ridículo de sheriff. Voy a ser sincero, se veía muy guapo. Creo que la bebida me afectó un poco.

-¿Carl? -pregunté sorprendido y confundido de vuelta.

-Creí que no vendrías. -soltó una risita que me molesto un poco.

Recordé que en realidad lo odio tanto. Después de lo de Enid... Él se le insinuaba mucho, o al menos eso veía yo. No me puede caer bien.

-Puedo decir lo mismo... -respondí en seco mientras me cruzaba de brazos y me recargaba de espaldas al varandal.

-Déjame adivinar, Mikey te obligo a venir. -sonrió, con su estúpida sonrisa, de lado.

-¡Ja! -reí cortamente.-Eres malo adivinando, Grimes. -tomé un sorbo de mi bebida.

-Tal vez... No tenías nada que hacer, estabas jugando videojuegos y Mikey te invitó a venir... -adivinó mientras se recargaba en el varandal.

Me quedé en silencio y le di la espalda, no tenía ganas de verlo. Odiaba su forma de ser... Me afectaba. Era tan... Tan adorable y tierno. ¿Qué demonios estoy diciendo?

-No me digas que sigues enojado por lo de... Enid. -inquirió mientras se acercaba un poco a mí, quedando uno de lado del otro.

-Sí, fuiste un imbécil. -le dije en seco mirando al horizonte.

Soltó una risotada, que hasta a mí me hizo reír un poco. Su risa me hacía reír, así quisiera reír o no. Era extraño lo que me pasaba en ese momento.

-No lo fui, el imbécil fue otro que pensó mal las cosas. -sonrió mientras me daba un codazo.-Yo nunca estuve detrás de Enid. -continuó.

-Cállate, ¿quieres? Yo veía la manera en que la veías. -contesté triste.

-Estas loco, Anderson, yo solo la veía, la veo y la veré como una amiga. -Carl me respondió entre risas.

Un silencio incómodo nos inundó. Lo único que se escuchaba era la canción y el viento soplar. Éste chocaba contra nuestros rostros levemente haciendo que nuestras cabelleras volaran un poco. Carl me volteó a ver, y yo a él. Ojos verdes encontrándose con ojos azules.

-¿Quieres bailar? -preguntó Carl de la nada.

Sentí como mis ojos se abrieron sorpresivamente, y mis mejillas un poco calientes. No me esperaba eso de él. ¿No se vería algo raro que yo, Ron Anderson, este bailando con mi supuesto enemigo, Carl Grimes? Por alguna razón extraña me sentía muy nervioso.

-Yo-o... -tartamudeé.

No supe qué decir.

-¿Quién te comió la lengua? -rió el castaño al verme nervioso.

-Ehh... -no pude formular palabra alguna.

¿Qué demonios me pasa? ¿Desde cuando me da tanta pena hablar con Carl? Carl interrumpió mis pensamientos y me jaló del brazo. Me llevó bajando las escaleras del brazo y llegamos a la sala dónde todos se encontraban bailando.

-Ahora baila, imbécil. -Carl rió, y empezó a bailar con movimientos algo ridículos y bizarros.

-No lo sé, no me gusta. -dije casi gritando por el volumen de la música.

-Vamos, Ron, sin pena. -sujetó una de mis manos y la movió.

Me sonrojé como un idiota. ¿Por qué me siento así de bien? Debería odiarlo. Carl empezó a mover mi brazo así haciéndome bailar de una forma muy ridícula.

-Tienes todo el ritmo, Ronald. -Carl se burló y rió.

Reí y empecé a bailar yo solo esta vez junto con Carl.

-¡If I lose myself tonight, it will be by your side! -empecé a cantar.

-¡I lose myself tonight, yeah yeah yeah! -Carl y yo cantamos al mismo tiempo.

-¡If I lose myself tonight, it will be you and I! -Carl cantó.

-¡Lose myself tonight! -cantamos al unísono mientras bailábamos.

Miré a lo lejos a Mikey bailando con Enid, y a todas las demás caras desconocidas bailando y gritando. Carl colocó su brazo alrededor de mis hombros y cuello, y yo lo imite. Ambos bailábamos de una manera demasiado inexperta, pero estábamos riéndonos y cantando. Era algo demasiado estúpido, pero por alguna razón me hacía demasiado feliz. Sentí como me sentía completo con él. ¿Qué es lo que siento por él? Siento que estoy perdido esta noche, pero a su lado. Solo él y yo.

Si me perdiera esta noche, sería a tu lado.
Yo me perdí esta noche.
Si me perdiera esta noche, seriamos solo tú y yo.
Me perdí esta noche.

If I lose myself - One Republic.

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