Muerte y disolución

Gran Imperio Aqueménida
550 a.C-331 a.C
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Fueron tantos conflictos que llevaron a un desenlace lleno de derrotas,aun siendo el mas grande de los imperios que han existido en la región de Oriente Medio no estaba del todo capacitado para asumir una derrota,era algo con lo cual no lidiaba bien.

Macedonia se alzaba como reino frente a sus narices,aquello lo tenia molesto mas aun cuando descubrió que a la que llamaba "amante" apoyaba con su padre al susodicho.

Su orgullo estaba herido de algún modo.

La ultima oportunidad de redimirse siquiera para dejar de ser Imperio y vivir su idilio era su mas gran sueño.

Vivir para pasar la eternidad con quien ama.

Sentado en su trono procede a planear el ataque en Gaugamela,siente una corazonada muy terrible,por primera vez siente el miedo a morir.

Le teme a la muerte como nunca imagina hacerlo.

Ha bailado con la misma y ha salido vivo mas aun la situación es diferente.

Por su parte,Persepolis o como la llamaba,Persía, estaba sedienta de sangre helénica, de aquella sangre que alguna vez se atrevió a hacerla morder el polvo de la derrota.

Esta vez participaría en guerra,lo haría para salvar su honor que yace sobre el suelo.

Gaugamela
1de Octubre de 331 a.C

Estaba preparado,la hermosa noche era una amante perfecta y exigente cuando arribo en aquellas costas que verían la sangre de los helénicos decorar sus diminutos cuerpos dorados.

El desembarco y por tierra las tropas llegan a lo lejos,el prefiere sentir el murmuro del mar cerca a su oído,sentir su dulce canto de sirena,sentir sus suaves y delgados brazos helados abrazar su torso y besar su mejilla con lujuria,sentir que ella se lleva las penas que aquejan a su mente.

La "caballería" llega,miles de soldados de la elite personal del rey caminan junto a el y detrás varias artillerías pesadas,elefantes traídos de la India caminan haciendo retumbar el suelo donde pisan,sus pasos generan un temblor,todos se ven magníficos, su mirada desafiante se muestra una vez toca la orilla,a lo lejos la armada macedónica lo espera y con el el Reino.

En los campos vírgenes de Gaugamela la batalla se libera frente al astro que parece querer perderse la muerte de uno de ellos.

La batalla se libera, podéis escuchar como el murmuro del viento marítimo hace que sus mentes divaguen en el miedo,sientes y observas como sus cuerpos tiemblan ligeramente al choque entre las espadas,los cuerpos que son atravesados por lanzas y flechas son una sola pequeña porción de lo que puede disfrutar.

Cierra sus ojos un breve instante,tomando un hondo respiro que le brinde tranquilidad a su alma que esta sucumbiendo al temor de desaparecer,mira desafiante al lugar donde le macedonio espera con ansias luchar,ambos esperan que uno de el primer paso para que la batalla se libere de una vez por todas entre ellos dos y nadie mas.

Aqueménida da el primer paso,camina seguro entre aquella muerte que lo rodea,esquiva a quienes se le interponen y con el mas rápido y ágil movimiento de su espada acaba con la vida de aquellos helénicos que osaron atravesarse en su camino,la capa que lo acompaña que se forma a través de su turbante juega infantilmente con el viento que acaricia si rostro, la sangre que mancha su límpido acero también mancha su vestidura real,aun así prefiere estar bañado en sangre que en otra humillante derrota.

Macedonia hace lo propio,acompañado por su fiel amante griego caminan contra el persa que se abre camino entre su ejercito,ambos helenos comparten un secreto particular.

Comparten una vida que tiene conciencia propia de su existencia.

El choque del acero es una sinfonía muy vacía que no hace honor a su batalla,en realidad nadie llegaría hacerle honor al aqueménida, el primer persa.

Sonríe desafiante mientras lucha con ambos,Macedonia se convierte en su digno contrincante y daría su opinión como una digna batalla de no ser por que el macedonio pidió ayuda al griego.

Aun en desventaja su belleza reluce entre el campo de sangre y muerte,Macedonia se inquieta por lo aberrante que resulta su sonrisa afilada,sus caninos parecen colmillos dispuestos a ser clavados en su cuello,es aquel defecto que lo tiene distraído mientras evita a toda costa los ataques fatales que lanza aqueménida.

Los orbes de sus medianos ojos parecen fuego vivo,queman tu alma al momento en que se hace conexión con los mismo,una trampa tan hermosa que nadie quisiera ver en su ultimo aliento.

Pese a que la batalla se libera con ferocidad,parte de su armada huye dejándolo solo,en aquella distracción sufre una cortada casi tajante sobre su abdomen que lo hace escapar para resguardar su vida, el cansancio toma factura a medida que se va desangrado,aquellas telas finas que lleva puesto en el cuerpo se manchan de su sangre,Persia sigue en contienda, sola a manos de Macedonia.

Otra derrota que significaba el fin de su vasto imperio y por ende su propio fin.

Escribía su historia con tinta que las aguas del tiempo borrarían sin pena alguna al igual que lo hacían con su existencia mundana.

Marcha herido devuelta a su base,a sus tierras...a su palacio donde aquel hebreo curaría su cuerpo con cuidado.

Donde al fin después de su fracaso tal vez viviría lo que ansia.

Una vida plena a lado del hebreo que lo tiene enamorado.

Muerte

El tiempo pasa,unos cuantos días,se ha curado con éxito y aquellas heridas han cicatrizado con éxito.

El sol,aquel astro que caía en el horizonte cuando luchaba estaba presente,presente para presenciar su muerte.

Caminaba con el israelí, estaba feliz y aun vestía con aquel atuendo que lucia en batalla,estaba totalmente desarmado debido a que pensaba que la batalla terminaba con su gobierno Imperial,algo muy alejado de la verdad.

Macedonia tenia un único objetivó.

Si el Imperio se disuelve como su poderío también lo debería hacer su representante.

Aqueménida debía morir por que así ha sido escrito su destino.

Montado en caballo y con una gran lanza camina a galope para arrebatar la vida al mas grande Imperio al que una vez tuvo admiración.

Todo sucedió tan rápido que fue un repetido dolor en el pecho,mira asustado como una punta filosa manchada de su sangre brilla ante sus ojos saliendo de su cuerpo,el cual se eleva hasta que ya no puede tocar el suelo,la respiración se le acorta y la vista se le nubla,todo se siente ligero,su cuerpo parece ser algo inmaterial por que levita.

Cae al suelo con apenas un ápice de vida que se le esfuma con rapidez,es como si el fuego de su vida misma fuera efímero, tanto así que el brillo en sus ojos muere,se apaga al igual que su vida misma.

Lo único que sus ojos alcanzan a ver es que la persona que mas ha amado esta tendido en el suelo al igual que el,los párpados le pesan y aun cuando esta recostado y sosteniendo con su mano su pecho estira la otra para alcanzar al otro,algo que no logra por que el tiempo se le ha acabado.





Con su muerte,El vasto terreno del caído Imperio persa es ahora parte del mundo helénico de Macedonia,el mismo quien ha tomado por amante a Persia y de quien nació otro imperio que mezclaba los mundos que alguna vez estuvieron en conflicto bélico.


El Imperio Seleucida,el Imperio persa-helenico.

El linaje persa empezaba a mezclarse pero había alguien que lo mantenía puro y quien seria algún día la sucesora al trono que su hermano dejo.

Ella era Imperio Persa y que pronto se la conocería como Pahlavi,la madre de Irán.


El ultimo descendiente del Imperio Persa.


El ultimo de todos,el ultimo Persa.

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