2: Heroína en acción.


La pequeña comenzaba a abrir sus ojos y observar a su al rededor buscando respuestas a sus primeras preguntas, tales como "Dónde estoy".

- ¡Ah! ¡Nuestra futura Reina está despertando! – Avisó un gnomo notando a la pequeña abrir sus ojos. Ella se levantó asustada y miró al montón de gnomos rodeándola.

- ¿Q-Qué es lo que quieren de mí? – Preguntó confundida la niña.

-Ohhh Muchachos, ¿La trajeron aquí pero no le han explicado nada? – Sobresale del grupo este de barba más oscura. Los demás gnomos asintieron con vergüenza. – Aghhh está bien, no se preocupen, yo le explicaré...- Este mismo voltea a mirar a la chica. - ¡Hola! Bienvenida, Soy Jeff, Estamos buscando una nueva reina ya que la anterior terminó huyendo, je, ¿puedes creerlo? En fin, mis compañeros gnomos te trajeron aquí para volverte... Toquen los tambores muchachos – Dice señalando a unos gnomos con una batería improvisada quienes tocaron para hacer suspenso. - ¡Nuestra reina! – Exclama Jeff con emoción y todos los demás gnomos gritaron con alegría.

-Ahhh está bien, pero quiero ir al baño primero – Dijo la chica de ojos bien abiertos, aún sin caer en lo que estaba viendo.

- ¡Genial! Espera... ¿Qué? oh... está bien, por allá al fondo a la izquierda hay un... - Cuando Jeff volteó para volver a ver a la chica notó que ya no estaba, pero al ver hacia la salida de la cueva podía verla huir a toda velocidad gritando por ayuda. - ¡SE ESCAPA NUESTRA REINA! –

-Schmebulock... - Dijo un gnomo a Jeff.

- ¿Qué dices? ¡NADIE VA AL BAÑO GRITANDO POR AYUDA! ¡A POR ELLA! – Señaló dando la orden y todos los gnomos obedecieron. –Aaay ¿por qué nadie quiere ser nuestra reina? – Dice una vez solo para correr tras de sus compañeros.

La chica abre sus ojos otra vez para encontrarse en el mismo lugar rodeada por los mismos gnomos, pero esta vez amarrada.

-Bien, bien, perdiste tu oportunidad de ir al baño antes de volverte nuestra reina, ahora bien, como decíamos... - Dice Jeff intentando continuar.

- ¡Schmebulock! –

- Claro que no, no se puede escapar ¿No ves que está amarrada...? – Cuando voltea a verla ya no estaba, pero se volvían a escuchar sus gritos de auxilio mientras daba brincos a la distancia. Tropezó y calló de cara para luego rodar para otro lado. – Este será un largo día...- Suspiró el gnomo.

- ¡Bien! ¡Nuestra reina! – Habla Jeff palmeándose las manos mientras miraba a la chica amarrada y esta vez a un árbol. – Esperamos que ahora, que pudo comprobar que huir es inútil, accedas por las buenas a ser nuestra reina – Dice sonriente.

- ¡Pero yo no quiero ser reina de gnomos! – Sacude sus pies comenzando a lloriquear.

- ¡Y nosotros no queremos que vuelvas a huir! Pero lo harás en cuanto puedas ¿Oh no? – Dice otro gnomo.

-Ya chicos, ya. No hace falta que nos pongamos así en frente de nuestra reina – Intenta apaciguar Jeff en cuanto alguien llega de repente sorprendiendo a todos.

- ¡ALTO AHÍ GNOMOS! – Exclamó nuestra heroína brillando en una pose heroica. - ¡EN NOMBRE DEL AMOR VERDADERO, JUSTICIA Y PAZ! ¡YO LES DARÉ SU MERECIDO! –Dice dando una vuelta llena de brillitos. La niña mira asombrada y maravillada ante la presencia de la castaña.

-WOW ¿Quién es ella y por qué parece tener mucho poder? – Pregunta Jeff entre asustado, asombrado y encantado al mismo tiempo. Todos los gnomos negaron saberlo.

- ¡ES COMO LAS CHICAS MAGICAS JAPONESAS! – Admira ella con estrellas en sus ojos.

- ¡Esperen un segundo! ¿Enserio se acuerdan de mí? – Mabel se detiene y señala indignada a los gnomos, después de ser su primer novio al cual llamaba Norman, secuestrarla, perseguirla como un enorme gnomo gigante enojado y después de haberles engañado con convertirse en su reina para darles la barreada de sus vidas. Después de todo eso... ¿Se atrevían a olvidarla y no reconocerla?

- "Tooonta Estrella Fugaz. no esperes que te reconozcan mientras usas tu identidad de chica mágica, incluso si se acordasen de ti no pueden reconocerte en tu transformación "- Escucha de una voz familiar como si le susurrara en el oído.

- "WOW ¿BILL? ¿ERES TU?"- Pensó una asombrada Mabel.

- "No, pepe grillo... ¡Claro que soy yo, idiota! Tu traje es parte de mí, puedo comunicarme telepáticamente contigo"-

- "Está bien, no costaba nada decir solamente Sí, soy Bill..."- Responde mentalmente, ofendida.

- ¡Les advierto que liberen a esa chica o les daré sus pataditas! – Posa como justiciera y brilla casi como para dejar ciegos a los presentes.

- ¿Dejar a nuestra reina? ¿Con lo que nos costó mantenerla aquí? – Pregunta Jeff incrédulo de aquella advertencia, obviamente se cubría los ojos por lo brillante de su pose. – ¡Ja! ¡Puedes intentarlo, pero no te lo dejaremos fácil! –

- ¡Ella les va a patear sus pequeños traseros y lo lamentarán! – Exclamó desesperada la pequeña reina sacudiendo sus piernas.

-Oh, nuestra ingenua futura reina, subestimas el gran poder de la raza de los gnomos ¡Ya verás de lo que somos capaces de hacer! – Aclara con orgullo Jeff.

- ¡Ustedes lo han pedido! ¡En nombre de la justicia y la libertad de escoger tu príncipe soñado y no ser obligada a nada! ¡LES DARÉ SU- AUCH! – Mabel fue estampada en la pared por el enorme amontonamiento de gnomos.

- ¡JA! ¡Miren como quedó la súper chica! – Exclamó divertida la cabeza del gran gnomo, todos los demás se rieron y la niña amarrada suspiro con decepción. Estrella Fugaz reaccionó y se despegó de la pared invocando su bastón mágico con unos movimientos de sus manos.

- ¡Eso no vale! ¡Deben dejarme terminar mi frase heroica! – Frunciendo el ceño con enojo y apretando el bastón con fuerza. Los gnomos seguían riéndose hasta que se hizo un gran agujero en el centro de ellos, los de la parte superior reaccionaron asustados terminando por caerse. –WOW... Ja... Ahora saben de lo que soy capaz de hacer... ¿Se rinden? - Sonríe orgullosa hasta notar como volvían a recuperar su gran formación, salvo que algunos gnomos quedaron heridos.

- ¡N-Necesitarás más que un súper rayo de arcoíris para derrumbarnos! – Gritó Jeff aunque tuviese un poco de temor. Mabel, aún orgullosa de su ataque, le daba unas vueltas a su bastón.

-Ah, con que eso no fue suficiente ¿Huh? – En una de las volteretas que dio a su bastón un rayo salió sorpresivamente disparado, hasta le asustó a la poseedora provocando que lo soltara por accidente. - ¡HUY! ¡AY! – Los gnomos se encogieron intentando esquivar los disparos. - ¡Descuiden! ¡Lo tengo! ¡Lo tengo! – Dice levantando el bastón entre risas nerviosas.

"Bill, ¿Tal vez puedas darme algunas instrucciones de uso o advertencias?" Pensó Mabel preocupada por su reciente error.

- "Bienvenida al buzón de voz del pensamiento del todo poderoso Bill Cipher, deje su mensaje después del tono... BEEP"-

"OH VAMOS BILL ¿ENSERIO?".

No tuvo tiempo de seguir quejándose mentalmente con el triángulo ya que recibió otros golpes del montón de gnomos, quienes aprovechaban la distracción de la chica para no darle la oportunidad de volver a atacarles.

- "Es divertido ver como desperdicias todo el poder que te doy para ¿qué? ¿Recibir golpes?"- Fue la única respuesta que recibió del triángulo mientras ella intentaba defenderse de los golpes.

Estrella Fugaz se enoja por la humillación tanto de los gnomos como del demonio triangular y sostiene el puño del enorme gnomo, dando todas sus fuerzas para detenerlo. Da un grito de guerra haciendo que los gnomos se desequilibrasen por un momento, sacó su bastón y apuntó hacia ellos para lanzar otro rayo multicolor, más potente que el anterior.

-¡¡RINDANSEEEEEEE!! – Gritó atacando sin piedad a los gnomos. El rayo era tan fuerte que con tanta insistencia destruyó todo a su paso, provocando un agujero en la cueva de los Gnomos. Consumió mucha energía de la chica mágica, quien se debilitó hasta desvanecerse y caer al suelo de rodillas. A su alrededor había muchos gnomos derrotados, quemados, gimiendo del dolor y chillando como animales, otros derrumbados en el suelo.

- ¿Señorita? ¿Estás bien? – Preguntó la niña aún amarrada, aunque tosía un poco por el polvo que ocasionó la destrucción. Mabel se levantó nauseabunda y se acercó a ella para desatarla.

-Sí, sí lo estoy, solo que un poco cansada... - Responde ella con falta de aliento. Después de algunos intentos torpes la niña se liberó. – Listo, buen trabajo – sonríe como puede para luego ser atrapada en un abrazo por la niña.

- ¡Estaba aterrada! De no ser por ti no sabría que me hubiese pasado ¡Muchas, muchas gracias, señorita! ¡Lo que hizo fue grandioso! – Mabel recibió el abrazo con el corazón ablandado.

-Descuida, mientras yo esté presente ningún monstruo se saldrá con la suya – Responde ella antes de sujetarse agotada de la pared. – Ay ay ay...- La niña intenta ayudarle pasando su brazo por la espalda y sujetando su mano por encima de sus hombros. Hasta que escuchan unas rocas moviéndose con tal de liberar a Jeff de entre los escombros.

-Es... ¡Es imposible! ¿Quién eres tú? ¡¿QUÉ eres tú?! – Preguntó todo adolorido el gnomo.

-YO SOY – Comienza a toser arruinando su momento de brillar. – Perdón, como decía... YO SOY ESTRELLA FUGAZ ¡Heroína del mundo! – Aclama ella intentando posar aunque aún estaba adolorida.

- "De hecho, Estrellita Fugaz, como yo no puedo salir de Gravity Falls, gracias a tu querido tío abuelo, pues sip, solo puedes ser súper ni más ni menos que aquí en Gravity Falls"- Aclaró la voz de Bill en su mente. Mabel maldijo por debajo.

"Está bien, pero ellos no tienen por qué saberlo" Pensó ella.

- "Ohh, que interesante, comienzas a pensar como yo ¿Huh? No somos tan distintos como parecemos"- No hacía falta verle la cara para saber que estaba diciendo eso de manera alegre. Mabel frunció el ceño.

"TUT... TUUT... TUUT"

- "¿E-ESTRELLA FUGAZ? ¿ACASO ME CORTASTE?"-

"TUUT... TUUT"

- "Que falta de respeto..."- Mabel intentó no reírse ante esa respuesta.

Ningún gnomo quedó de pie, ni siquiera Jeff quien terminó desmayado luego de recibir una respuesta a su pregunta.

La niña, acompañada por su heroína, regresó al pueblo. En el camino no paraba de agradecer y admirar a Mabel, y ella lamentaba no poder tener las energías para responderle con la emoción que sentía.

- ¡FUE ASOMBROSO! – Chilló eufórica la castaña mientras daba vueltas en la dimensión con la presencia del núcleo de su poder. – Esa chica estaba encantada conmigo y esos gnomos ¡PUFF! ¡Quedaron desplomados! ¡Jajaja! –

-Sí, pude verlo claramente... – Respondió él apenas levantando la mirada de lo que leía.

-Pero me quedé tan agotada luego del último rayo súper coloridamente mortal... – Se sentó en una silla que flotaba, bastante cómoda, a decir verdad.

-Eso es porque usaste más poder de lo que te tienes permitido usar - Pasa una página del libro recorriendo con su ojo las palabras escritas. – Es la primera vez que tu cuerpo se expone a tanto poder, solo eres un montón de carne con patas ¿Esperabas poder soportar un poder tan grande como el mío en un primer intento? – Al finalizar levanta la mirada interrogativa hacia ella.

- ¿Ah sí? ¿Y de qué estás hecho tú? – Se cruza de brazos mirándole interrogativa. Bill suspira.

-En simples palabras y para que alguien como tú lo entienda: de pura energía - Vuelve a posar su mirada en el libro de sus manos.

- ¿Así como un Pikachu? – Pregunta sinceramente curiosa. Bill frunció el ceño mirándole restante. Se acercó a ella para darle un golpe en la cabeza con el libro, aplastando el sombrero que llevaba.

- ¡Auch! ¡OYE! – Se quejó ella. – Solo bromeaba... - Infló las mejillas en un puchero.

Mabel dejó el sombrero y al recordar lo que había pasado ese mismo día, no puede evitar una sonrisa amplia en su cara. Se lanza hacia su cama para comenzar a reírse y sacudirse. Rápidamente se para sobre su cama.

- ¡JA! ¡¿Creíste que te saldrías con la tuya por mucho tiempo, monstruo de segunda?! – Hace pose triunfla antes de actuar como si fuese un monstruo patético y debilucho. - ¡OH NO! Es demasiado poderosa y adorable para mí ¡Pero me arriesgaré a pelear contra tí de todas maneras! – Vuelve a su anterior pose y sonríe con ego. - ¿Ay de verdad? ¡Pues tú te lo buscas! – Hace movimientos con sus manos como si invocase su bastón y le diese vueltas mientras murmuraba un conjuro inventado. - ¡Estrella del cielo estrellado! Cáete para darme tu brillo... ¡Y defender a los más débiles! ¡A-hia! – Señala vigorosa hacia la puerta y se queda congelada al notar que su hermano le estuvo grabando desde hace quién sabe cuánto tiempo.

Pasaron unos segundos antes de que Mabel se sonrojara avergonzada y se sentara sobre su cama para comenzar a buscar algo para tirarle a su hermano.

- ¡DIPPER BORRA ESO! –

- ¡JAJA! Ni en sueños, esto es oro – Responde sonriente y guarda la cámara. Mabel comenzó a gemir como perrito y Dipper niega con la cabeza. – Eso no te ayuda en nada... - Mabel bufó y se desplomó en su cama en derrota.

Dipper se sienta en la cama mientras le da una palmada a su cabeza despeinada, como si intentara consolarle, y nota que tiene un olor feo.

–Eugh... ¿Dónde estuviste? mejor te bañas – Se limpia la mano en su cubrecama y se aleja para no tener que oler más.

-Es el olor de la victoria– responde ella levantando la mirada molesta a su hermano para descubrir que miraba su sombrero.

- ¿Ya decidiste qué hacer con el sombrero y todo el asunto del que hablamos? – Pregunta para luego dedicarle una mirada recelosa. Mabel lo pensó por un momento y asintió con la cabeza.

-Creo que me conviene conservarlo... -

Ambos hermanos quedaron en silencio mientras tenían una pelea de miradas, pelea de señas mudas y apenas emitiendo sonidos incrédulos, todo eso porque temían decir algo que Soos o Melody pudiesen escuchar y preocuparlos. Pero, aun así, Dipper no podía con el enojo al saber que Mabel tomaba una decisión terrible, y ella no podía con la molestia de tener que aguantar sus regaños.

-Ya hablamos de esto Dipper –

-Sí, Mabel. Ya hablamos de esto – Recalca el chico con cara de "Y aun así ¿No lo entiendes?".

-Estoy segura de que hice y hago lo correcto ¡Ahora si me disculpas! ¡Voy a dormir! – Rápidamente se va acuesta y le da la espalda, fingiendo ronquidos. Dipper le mira con seriedad.

- ¡Al menos báñate! ¿O me dirás que él te condenó a ser sucia para siempre? –

Mabel se levanta, y con mirada llena de orgullo se dirige hacia el baño, para bañarse de una vez por todas. Pero por supuesto, no porque Dipper se lo dijo.

Mientras tanto, Bill se encontraba tocando el piano solo por aburrimiento, tarareando alguna canción hasta que una gran bola de luz cae encima del teclado, tomándolo por sorpresa. Lo observa con cuidado, y una vez descubrió su significado su ojo se curvó de manera contenta. Definitivamente eran buenas noticias.

-Oh Estrella Fugaz – Dice cantarín, mientras toma la bola y la hace rebotar entre sus manos. – Estoy ansioso a que vuelvas a hacer tu transformación –

Suelta unas risitas y lanza la bola hacia el cielo estrellado de su dimensión, volviéndola una estrella más. Sus risitas aumentaron hasta volverse su carcajada característica.

– Es gracioso porque ella no sabe el por qué – Comenta para sí mismo.


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N/A: Capítulo reescrito! Si encuentran algún error haganme el favor de avisar! ^^

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