Alemania x Bolivia
Julio aún recuerda a Alemania, más aún conocerlo por primera vez, no se podía negar que el país Europeo era muy guapo, aunque su seriedad y forma de hablar fuerte daba un poco de miedo.
Pero una vez tenía el suficiente valor de hablarle, se dió cuenta lo trabajador que era, un hombre con características únicas, su altura lo hacía ver más imponente de lo que era. Pero su amabilidad y sus cuidados también.
Después de muchos sucesos, Julio fue a un festival muy conocido, más que nada fue para aprobar toda la cerveza que pudiera, Julio podría ser pequeño, pero no tenía llenadera cuando se trataba de tomar.
Recuerda que el hermano mayor de Alemania le invito, diciendo que sería divertido, el extrovertido Prusia como siempre compartiendo con toda la gente que quisiera, a veces tenía mucha envidia de Prusia, y su manera de ser.
En cambio Ludwig o mejor conocido como Alemania, era más callado y reservado, o eso creía, una vez con tragos encima, este se soltaba, y se convertía tan extrovertido como el hermano mayor.
Esa vez fue divertido, más aún cuando al día siguiente no sabía donde estaban parados, solo supo que se encontró con Ludwig a su lado durmiendo. Se notaba que no había pasado nada, pero la vergüenza recaía en su rostro, de cerca Alemania era aún más guapo, una mirada tranquila de un hombre muy trabajador, podía ver como el cuerpo del sujeto tenía músculos, en ese momento Julio se preguntó qué tan fuerte sería el alemán, y el como se sentiría estar entre sus brazos.
Esto solo hizo que recapacite y se levantara de la cama de un salto. Despertando al rubio, quién solo dijo — Buenos días — mientras se levantaba de la cama — Prepararé el desayuno, estoy seguro que mi hermano aún debe estar durmiendo — dijo, mientras Julio no podía quitar la mirada del cuerpo del sujeto, realmente era imponente.
— Está bien, buenos días a ti también. — dijo, agradecía a la Pachamama ser moreno, porque sino se vería como todo su rostro estaba ardiendo de lo avergonzado y nervioso que estaba.
Nunca dijo nada, solo que cuando bajó Prusia, este dijo un comentario un poco mal interpretado.
— Que hicieron ayer, solo vi al pequeño Doitsu llevarte como una princesa a la cama — y así el desayuno fue vergonzoso e incomodo. Porque hasta Alemania tenía el rostro muy rojo, parecía que estaba apunto de explotar.
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