Kisame bostezó cuando se levantó y estiró los brazos sobre su cabeza. Volver a ver esas temporadas fue una pesadilla absoluta con tener que vivir a través de las presentaciones de Ayako y Shin, provocando la ira que él pensaba había cedido anteriormente. Miró a su alrededor.

-'Supongo que todas estas palomitas vinieron de Hidan cuando él y Deidara lanzaron un ataque durante el episodio siete. No es que los culpe.'

Pero eso podría haber sido evitado si Misaki hubiera... NO. No, él y todos los demás habían hecho demasiado gritando el pasado todo el día y sabía que su presión arterial había sufrido lo suficiente. Su atención se trasladó a Kabuto cuando el hombre suspiró y se inclinó para recoger las botellas de cerveza.

-"Lo menos que pudieron haber hecho era recoger todo el desmadre que hicieron..."- murmuró.

-"Te ayudare"- Kisame se ofreció.

-"Oh gracias"-

Kisame se acercó al armario de suministros y sacó la escoba y la sartén. Conocía este apartamento como si fuera suyo. Esto había sido un lugar de múltiples all-nighters, películas malas y jugo de guayaba durante los últimos seis años o más, y le gustaría decir que recordaba cada minuto. Al igual que la caballa y la dorada, eran los alimentos favoritos de Kabuto, a pesar de no decir nada, porque los ojos se encenderían cada vez que tomara un bocado, o que en realidad le asustaba el trueno porque su dedo se retorcía en el momento en que el cielo empezaba a rugir.

Aunque adivinó que eran sólo las pequeñas cosas que notó con el paso del tiempo. Kisame realmente no sabía, pero era fácil perder la noción de su día cuando se quedó con Kabuto. Siempre era así...

Bajó los pedazos de palomitas de maíz alrededor del sofá, haciendo una mueca en el lugar oscuro en el reposabrazos de color canela.

-"Hidan escupió en el sofá." -

-"Fan-tastico"-

Continuó barriendo, agradecido de que Kabuto decidiera cambiar su alfombra por un piso de madera porque todo esto sería una perra absoluta para limpiar. Después de tirar toda la basura, volvió a la fuente cerrada para poner la escoba y el recogedor de polvo lejos y sacar el limpiador del piso.

-"Hey, está bien, puedo limpiar todo lo demás"- Dijo Kabuto. Kisame frunció el ceño mientras retrocedía un par de pasos para enfrentarse al otro.

-"En realidad no tengo problemas en quedarme más tiempo, fui yo quien trajo a los chicos de la nada"-

-"De verdad, ya has sido una gran ayuda y no estás programado para una evaluación, no quiero hacerte tarde como la última vez". -replicó mientras se quitaba las gafas para secarlas en su camisa-. A regañadientes, Kisame volvió a poner el limpiador en el estante y cerró la puerta.

-"¿Estás seguro?"-

Kabuto hizo un movimiento de estruendo con las manos y lo empujó hacia la puerta.

-"Positivo. Sé que Takenaka-san no apreciaría si te tuvieras que quedar"-

Kisame tiró de sus sandalias y se encogió de hombros en su chaqueta.

-"¿Oh, Y Kisame?"-

Se dio la vuelta, algo extraño en su pecho. El hombre más bajo sonrió.

-"¿Podrías decirle a Sakura-sama que apareceré en media hora? Voy a limpiar un poco más y bañarme antes de salir"- él dijo. Kisame forzó una sonrisa de buen humor a su rostro a pesar de esa súbita sensación de hundimiento que sentía.

-"No hay problema"-

'¿Qué esperaba?'

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La barbilla de Kisame estaba plantada en su escritorio, un suspiro abatido estaba siendo vaciando de sus pulmones. Le dijo un millón de veces que no dejaría que llegara tan lejos, pero una vez más, se volvió jodidamente retorcido. Sakura desordenó su cabello con simpatía.

-"No es como si pudieras ayudarte, los dos se ven casi todos los días y te llevas muy bien. No puedes decir que no lo viste venir"-

Suspiró de nuevo.

-"Supongo, pero no pensé que me ahogaría tanto ahora"-

Ella lo miró con curiosidad.

-"¿Ahogarse?"- Preguntó Sakura.

Kisame extendió su chakra, extendiéndose alrededor de la torre para asegurarse de que no había nadie fuera de la puerta o las ventanas. Luego la miró, con una punzada de tristeza en los ojos.

-"Sí. Lo amo"-

::

Kakashi no estaba feliz con este desarrollo.

Una cuestión bastante nueva surgió en los confines de los muros de Konoha: un cartel de la droga. No había sido un problema en el pasado -no en absoluto, de hecho-, pero los incidentes habían comenzado a surgir alrededor de las partes más antiguas de la aldea. Los individuos de bajos ingresos se estaban haciendo adictos a esa extraña píldora púrpura, tanto civiles como shinobis participaban en la fabricación, el contrabando y la distribución. Él no sabía nada de quién era el líder ni cómo lograron entrar en Konoha.

-"Kurenai-san"-

-"¿Sí?"-

-"Consígueme a Yamanaka Ino, Uchiha Sasuke, Aburame Shino y Nara Shikamaru, por favor"-

Esperó pacientemente a que esos shinobis llegaran a su despacho uno a uno. Una vez que todos estaban reunidos, vestidos con los típicos trajes de jounin, les dio su misión. Localice a los contrabandistas, encuentre la fuente y elimine la amenaza. Habría programado una Inuzuka para el equipo como quisiera, pero sus narices eran demasiado sensibles a la potencia de la droga.

-"Tenía un equipo de rastreo enviado antes y hemos localizado un sendero, de repente se acaba un poco más lejos de la frontera, pero siento que hay suficiente evidencia para que los cuatro hagan algo"- Shikamaru, el equipo Líder, habló.

-"¿Dónde encontraríamos el final del sendero?"-

Kakashi entregó el pergamino.

-"Cerca de Otogakure"-

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Chan chan chan chan...

Si no he muerto, prometo traducir más de prisa... :3

Nos leemos en el próximo capítulo.