Juguete
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Advertencia: Trío.
Shinkami x Monoma.
—No podría ser más sencillo —pronunciaba con un poco de exaltación.
—¡Seguramente lo es, pero precisamente por eso eres mi tutor!
—La vida debe ser más sencilla si prestas atención en primer lugar.
El chico frente a él mantenía la boca abierta por unos segundos procesando lo que había escuchado.
—Ugh, ¡vete al diablo!
Así, realizaba una dramática salida con el ceño fruncido mientras emanaba al resto de los clientes fastidio. La gente alrededor desvió la vista hacia el rubio cenizo quien permanecía en la mesa, desinteresadamente mirando al gran ventanal que daba al campus universitario.
—Quizás si no tuviera una actitud de mierda, ganaría un poco más de dinero.
Rompió el silencio la chica de cabello largo y naranja mientras colocaba una taza de café frente al fracasado.
—¿A ti también te ha ido mal como tutora?
—No —negando firmemente—. En realidad, leía tus pensamientos mientras tomaba la molestia de venir y tratar de apoyarte.
—Gracias por la bebida, pero quédate con tu compasión.
—No es compasión. Yo lo llamaría una intervención —daba un sorbo de la bebida extra —Si quieres ser tutor, debes de ser más comprensivo y atento, aunque...—hizo una pose pensativa por un par de segundos— no solo deberías hacerlo en tutorías.
—He tratado, en serio —soltando un fuerte suspiro—, pero es tan ilógico que no entiendan esos inu- ¡Ay! ¡Deja eso!
Trataba de calmar el dolor en la cabeza debido al golpe quien amablemente su amiga le propinaba con fuerza de aquél periódico.
—Buscan ayuda esperando mejorar. De por si para algunos es frustrante entender algo en clases, con las clases extra o tutorías impartidas por ti empeoran el sentimiento. Además, no solo es eso, pagan y puede que muchos de ellos trabajan medio tiempo. Lo último que quisieran es que den dinero para recibir insultos.
No podía decir nada en contra de eso. Era consciente acerca de su actitud poco amigable y aunque ha tratado de corregirlo de varias formas, el resultado ha sido poco notable.
—El próximo será diferente, lo prometo.
—La promesa es para ti. Yo solo puedo apoyarte.
Aunque esa plática parecía haber sido efectiva, las consecuencias de aquella mañana hicieron su presencia durante varios días, ya que ningún otro estudiante le llamó por información o programar clases.
Económicamente en tema era estable para la escuela, la ayuda de sus padres y el trabajo en la cafetería por las tardes era la forma más fácil de solventar los gastos, pero ese ingreso extra era algo con lo que contaba para el tratamiento de sus mascotas.
—Lo único bueno, es el hecho de que no atiendes en barra, porque si de ya eres un raro, con esa cara que traes hoy no pasarían de la entrada antes de dar media vuelta. ¿Nadie más ha llamado?
-Nadie... Y la cuenta de Miu sigue aumentando después de la cirugía.
—Creí que no la necesitaba.
—Era una probabilidad, pero los resultados de todos los estudios arrojaron lo contrario.
—Lo siento, Neito; puedo prestarte dinero. No es mucho, pero podrías cubrir algo.
—Te agradezco —haciendo su mejor sonrisa—pero, aun así, sería solo pasar una deuda a otra; sin el ingreso extra u otro trabajo alrededor del campus, sería imposible solventar ambas deudas.
La chica hizo una mueca comprensiva, tratando de transmitir apoyo en el silencio, pues las palabras habían quedado selladas hasta que la campana anunciaba la llegada de un nuevo cliente.
La cajera avanzó hasta el mostrador cambiando rápidamente su expresión frente al recién llegado.
—¡Bienvenido a Sweet Candy! ¿Qué puedo ofrecerte?
—¡Hola!, me gustaría un americano y una dona de chocolate.
—Claro que sí, ¿algo más?
—Uh, esto no es algo del pedido, pero estoy buscando al tutor Monoma. Dijeron que lo podría encontrar aquí.
—Oh... Claro. Puedes ir a cualquier mesa, te llevo el pedido y en unos minutos llegará el.
—¡Que suerte tengo! ¡Gracias!
Emocionada, fue lo más rápido a contarle la alegre noticia. Al principio él quedo estático, pero unos segundos bastaron para poder terminar esos pendientes e ir lo más pronto al encuentro de una posible oportunidad.
Frente a él, un lindo rubio con ojos color ámbar estaba tiernamente terminando su café. Lo conocía de vista y sabía lo popular que era en la facultad. Era ciertamente atrayente a la mirada, no lo podía negar, aunque eso no impedía que su ser impulsivo arrojara un comentario lleno de sarcasmo, de molestia o alguna tontería que pudiera aprovecharse, sin embargo, el recuerdo de esa factura se hizo presente recalcando que incluso puede ser la última oportunidad.
—Hola, soy Neito Monoma, el tutor, ¿en qué puedo ayudarte? —decía dando su mejor sonrisa.
—Hola, soy Denki Kaminari. Bueno —dudaba un poco —, escuché por algunos compañeros que ofreces tutorías para el área donde curso, así que decidí venir y saber si estas disponible en las mañanas.
Su alma lloraba internamente. Definitivamente era la oportunidad perfecta
—Claro, solo dime el horario que desees y podremos hacer algún acuerdo.
—¡¿De verdad?! —sonreía aliviado— ¡Muchas gracias!
Así, parecía que ambos ganaron ese día.
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Dos meses habían pasado desde aquél acuerdo. Se veían tres veces a la semana por las mañanas aproximadamente una hora o dos y podría decirse que era equivalente a un repaso, lo cual no era del todo malo, ya que no estaba repitiendo una y otra vez los temas, solo detallaban algunos puntos si lo necesitaba, era de las mejores asesorías que podía pedir, por lo menos hasta un par de clases atrás cuando comenzaron a ser un poco diferentes.
Un día esperaba que Denki terminara un texto para revisarlo, su mirada se detuvo en los labios rosados del chico accidentalmente, sin embargo, al tratar de reubicarse, la mirada del otro lo encontró, para después dedicarle una sonrisa un tanto coqueta y seguir con su trabajo. En otras ocasiones al terminar el tiempo, se iban juntos, pero las conversaciones se volvieron con un tono más risueño de lo usual y la última ocasión, hubo algunos roces que ocurrían de forma "accidental" por parte del lindo rubio asesorado, nada extraordinario, pero para Neito, era algo que notaba con facilidad, dado que no acostumbraba al contacto más allá de sus pocos y contados amigos.
Había estado pensando en ello muy poco, sin embargo, su mirada viajaba de la cintura hasta el trasero inclinado tratando de recuperar su borrador, esforzándose en disimular estando frente a este chico concentrado en su trabajo.
La duda estaba sembrada, creciendo en su interior por cada pequeña acción acumulada. ¿A caso crecería algo a partir de ella? Se preguntaba Monoma
—¡Listo! Creo que este es lo mejor que he realizado hasta el día de hoy y gracias a ti.
—Déjame revisarlo.
—Oh... pero la hora termino hace ya diez minutos y sigues aquí. No quiero quitarte más tiempo —decía dulcemente mientras le guiñaba el ojo derecho.
Eso lo desubicaba totalmente, obligándolo a erguirse, borrando cualquier frase que permitiera su cerebro codificar para poder responder ante tal situación. Lo segundos se volvieron eternos, permitiendo que los ruidos ambientales invadieran sus oídos apenas pudo comprender la escena frente a él, sin embargo, la campana de la puerta anunciaba la llegada de alguien rompiendo así la burbuja.
Kaminari juntaba ambas manos mientras desbordaba una mirada dulce, brillante y cargada de amor justo detrás de él, para poco después correr directo a quien provocaba esas señales de afecto.
Al voltear un peli-violeta abrazaba con ternura y amor al rubio. Parecía estar reconfortando al otro en sus brazos mimándolo con un par de besos en su frente y punta de la nariz.
—¡Hasta luego! —dijo sonriente y vibrante.
El proceso de todas esas acciones era demasiado para su persona, dejándolo aturdido por varios minutos mirando a la nada.
Por otro lado, su amiga y compañera pudo ver un poco de la escena, preocupándose por lo complicado que podría volverse el trabajo si no aclaraba todo antes de que alguien saliera lastimado.
La mañana siguiente transcurría con una atmosfera tranquila para muchos estudiantes. Otros parecían conspirar con su alto estado de alerta.
—No sé cómo soporta no tocarle en el transcurso de las clases. Apuesto a que es un salvaje en la cama.
—Ugh, escúchate. Crees que solo por verlo caminar puedes describir como es en el sexo. Me das asco.
—Sé que lo has pensado también. No te hagas el que no quiere un revolcón con Kaminari.
—Eres asqueroso.
Aquellos compañeros que apenas ubicaba partieron del lugar, dejándolo con cierta sensación de enojo, preocupándose de la poca mejoría en la emoción al notar la presencia de su amiga.
—Te lo digo por tu bien. No hagas nada estúpido.
Algo confundido e irritado dejaba sus libros caer con pesadez en la mochila, para simplemente mirar de mala gana a la peli-naranja.
Impaciente por tener un poco de tranquilidad, arrugo la nariz y toco sus sienes para omitir cualquier respuesta errónea.
—En primer lugar, no sé de qué hablas —decía mientras cerraba su mochila—. Segundo, podrías por favor alejarte un poco, no estoy de humor para tenerte tan cerca de mí.
—Sé que estas así por lo que sucedió con Kaminari ayer y agrego con obviedad la situación que puede desarrollarse, pero amigo —lo hizo mirar a los ojos —viste a su novio. No seas idiota.
Monoma no podía argumentar algo en contra de eso, porque tampoco estaba seguro de lo que estaba alimentando respecto a todas esas sensaciones. Sí, el chico era lindo a su manera, pero no quitaba el hecho de vez en cuando lo desesperaba y no solo eso, sino que dudaba si era algo emocional o meramente físico y visual.
En el intento de calmarse, lejanamente pudo observar a la pareja en cuestión pasearse frente la facultad, con un rubio alegre y parlanchín abrazado por los hombros de un peli-violeta con rostro neutro.
Lo siguiente que su cerebro pudo procesar y guardar en todo el día, fue como Kaminari le guiñaba coquetamente, mientras su pareja veía todo con tranquilidad.
Claramente hay algo en ellos que atrae a todos, pero no sabe decir con exactitud qué es.
Los días siguientes fueron extrañamente con regularidad; asistían a clases, las tutorías iban de acuerdo al calendario programado, ambos rubios estaban en comodidad y no hubo alguna confrontación por parte del peli-violeta ante la última vez que pudo verlo. Por lo menos hasta ese día.
—You wrap me in chains and you tie my feet. Then drop me off in the deep end...
—Just like magic.
De pronto alguien se sentaba a su lado cantando al mismo tiempo.
De reojo pudo ver de quien se trataba, dudando en la forma de hablarle. Ya lo había visto y seguro el otro sabía que asesoraba a su novio, pero todos los pensamientos que ha tenido le ponían los nervios de punta dejando que el murmullo alrededor los invadiera.
—Prefiero 'Cruel'. Aunque todo el disco en sí es perfecto —iniciaba la conversación tranquilamente.
—En eso coincido.
En simples oídos parecía algo normal, pero el rubio cenizo estaba muriendo internamente en saber si lo golpearía, le amenazaría o ambas.
—Sé que nos hemos visto antes, pero formalmente me presento. Soy Shinsou Hitoshi, novio de Denki.
—Monoma Neito; supongo lo sabes, pero asesoro a tu novio un par de días a la semana.
—Precisamente venía a eso —se puso frente a frente —Te agradezco por la paciencia que le tienes. Muchos dicen que es demasiado enérgico y vibrante, dando a que antiguos asesores lo rechazaran. Así que, gracias —sonrió de lado, le guiñó y lo dejó sólo —.
Su mente divagaba entre lo que acababa de ocurrir. Podía sentir alivio respecto a seguir viviendo sin miedo a ser amenazado, pero ahora estaba perturbado.
—¿Acaso todos en la escuela son así?
Al visualizar la silueta lejana del chico, confirmaba el buen porte y atractivo que poseía dejando salir el humo de cigarrillo entre ese par de labios carnosos.
Suspiraba cansado —Me voy a volver loco. Solo fue amistoso.
Desde ese momento, pasaron un par de semanas para que volviera su vida en orden y eso incluía el comportamiento del otro. Agradecido por todo ese tiempo en paz, Monoma pudo pensar con mucha más claridad respecto a lo que sentía, ya que tiempo atrás no había experimentado esa sensación en mente y cuerpo, sin embargo, por lo que él podía comprender no existía sentimiento romántico alguno, definiéndolo como una mera atracción sexual y si algo le había enseñado la vida, es que podía vivir con eso, aunque sería el doble de difícil sabiendo que no solo era una persona, agregando el hecho que eran pareja.
—Necesitas corregir el párrafo siguiente si quieres que el argumento mejore y tenga mayor peso al definir la situación final.
—¿Te parezco lindo?
El silencio estaba reinando ante aquella interrogante, Kaminari solo estaba expectante con una mirada brillante y llena de emoción.
Monoma esperaba aquella conversación de forma directa, sin embargo, a pesar de mentalizarse esos días, no era fácil abordar y finalizar el tema cuando ya lo experimentaba de primera mano.
—Sí, me pareces lindo —. Respondió sin añadir algún tipo de tono— ¿Podemos continuar?
—Vaya cara para la respuesta que diste —dijo mientras sonreía dulcemente.
—Escucha —iniciaba con preocupación y algo de fastidio —, no te mentiré respecto a algo que es muy obvio, no solo para mí, sino para muchos en el campus. Además, mi respuesta no condiciona a nada más. Es clara y concisa respecto a la información que solicitaste.
—Que técnico suenas —dijo suavemente mientras acomodaba su cabello.
—Bueno, eso y que no quisiera tener problemas con tu novio. Así que... —meditó un poco el final — ¿podemos seguir con la tutoría sin volverlo a mencionar?
Con una mueca en el rostro alzó sus hombros aceptando lo que pedía Monoma.
—Aunque a él le pareces lindo.
—¿Qué acabas de decir? —apenas podía terminar la pregunta al sentir su garganta seca.
—A Hitoshi le pareces lindo. Mi novio.
—¿Por qué me dices eso?
Bajo la mirada inquieta del otro se desplazó lentamente para estar en el asiento vacío de un lado en aquella mesa.
—Bueno —colocaba una mano en la barbilla —, no es el único que piensa eso de ti. A mí también me pareces lindo—. Le toma de la mano mientras acerca su cuerpo. —Ya que eres directo, yo también iré al grano. Me atraes físicamente al igual que a Hitoshi —juega con el cabello ajeno— y después de una conversación sincera, queremos saber si tú quieres unirte a un encuentro un tanto casual y —barría coquetamente la mirada hasta posarse cara a cara —más como un dulce juguete sexual —le susurraba en el oído con un tono aterciopelado e incitador.
Al notar que el cuerpo de Monoma no rechaza ninguno de sus movimientos, aprovecha para seguir con su intuición, por lo que cuidadosamente genera un roce de sus rodillas y su mano es colocada en el muslo izquierdo del chico.
—¿Por qué no vienes a la casa para continuar con ambos? ¿mh?
Seguido de eso, suavemente plantaba un beso mientras deslizaba un papel sobre el muslo y entrepierna del chico, causándole una corriente eléctrica y provocando una cascada hormonal, encendiendo aún más su cuerpo.
—Por favor, llega.
Su cuerpo, alma y mente se encontraban asincrónicos; el primero, estático en su lugar pasando los minutos sin esperanza de activarse pronto, mientras que el segundo se encontraba en un Nirvana inicial que deseaba ser atendido cuánto antes, sin embargo, la tercera parte de su ser, pudo comprender lo que involucraban aquellas últimas palabras.
—¿Ambos? ¿Juguete?
Llevóambas manos hasta su rostro en señal de frustración. Se sumergió esperanzado aencontrar algo que ayudara a pensar con claridad, sin embargo, aquel pedazo depapel permanecía inamovible, le dio una idea mejor de qué hacer.
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Tragó fuertemente saliva para darse valentía y tocar el timbre de aquel departamento.
—De verdad estás loco
Tras animarse de no salir corriendo después de anunciar su llegada, el chico peli-violeta hizo presencia en el umbral de la puerta.
—¡Llegaste!
Kaminari repentinamente salió disparado en aquella recepción, abrazando alegremente al invitado de la pareja.
Lo siguiente que recuerda es el hecho de ser jalado hasta un sillón cercano y ser sentado junto con Shinsou.
—Bien —dio una palmada al aire — ahora que estamos en privado, es momento de aclarar algunas cosas. ¿Shinsou?
—Denki y yo somos una pareja unida sentimental y físicamente. Algo que convencionalmente ve el resto de la gente, sin embargo, nuestra sinceridad hizo precisa nuestro anhelo de experimentar con nuevas prácticas en el tema sexual —explicaba con calma.
—A pesar de eso —tomaba la palabra Kaminari —, no es fácil encontrar a gente que desee experimentar con nosotros ideas que prácticamente satisfacen sexualmente su cuerpo sin que consideren vincularse emocionalmente o deseen hacerlo sin estar de acuerdo los tres.
Unos segundos pasaron hasta que el silencio fue interrumpido por el rubio cenizo.
—Solo quieren a un juguete sexual de carne y hueso que prácticamente no actué con sentimientos en la cama, pero sí se llegue a un consenso antes de los actos, respetando su valiosa participación dejando integra su persona, ¿correcto?
—Realmente tuve un buen ojo.
Monoma sostenía una sonrisa de arrogancia en su rostro, haciendo que el ambiente se volviera ligero. Aunque eso le generaba cierta duda.
—¿Tomaste las asesorías solo para llegar a esto?
—¡Claro que no! —pronunció enojado— Todo fue real.
—No vamos por la vida diciéndole a cualquier persona esto —intervino Shinsou —. La idea surgió después de que ambos conversamos contigo. Además, confío en mi novio, con lo que me contaba de ti tuve suficiente. Aunque siempre puedes negarte.
Ante tal comentario, simplemente estaba convencido, dando por respuesta un asentimiento con su cabeza en señal de aprobación.
—¡Voy de inmediato a la habitación!
Kaminari estaba entusiasmado en iniciar su noche, sin embargo, una mano impedía su partida. Su novio le miraba con una ceja elevada.
—¿No debes explicarle algunas cosas antes?
—¡Oh!
Con una expresión de alivio y emoción entendía lo que quería decir, por lo que cedió la preparación al peli-violeta mientras encontraba las palabras para explicar mejor como sería la situación. Despacio fue acercándose hasta estar horcajadas de Monoma. Cariñosamente peinó el cabello hacia atrás, para colocar sus manos alrededor del cuello y ofrecerle un beso lento pero estimulante.
—Cuando lleguemos a la habitación, será satisfactorio para todos. Te lo aseguro.
El tiempo se hizo lento a partir de ese momento. Fue guiado por la suave mano del otro.
—Aquí comienza la magia —lo empuja gentilmente hasta tenerlo sentado en la cama —. No puedes moverte ni mucho menos hablar; serás un lindo juguete nuevo.
La sonrisa que ofrecía el rubio le hipnotizó como las primeras veces; sin dejar de verlo a los ojos, sentía como le quitaba botón por botón y deslizaba las prendas de su cuerpo hasta sentir solo la mullida cama, todo acompañado con ligeros toques provocativos que le hacían sentir un raro pero agradable hormigueo.
—Por seguridad, solo puedes hablar si sientes que está en riesgo tu salud o si prefieres no continuar simplemente deberás decir la palabra clave... Sol
Monoma se preguntaba qué era lo que quería decir con riesgo a la salud. Mira alrededor de la habitación, algo obscura y con algunos muebles cubiertos por telas negras, pero no ve a Shinsou. Ante la duda, se vio interrumpido por las suaves manos del otro, colocándole un antifaz carmesí con plumas alrededor.
—Vamos a comenzar.
Cierra la puerta tras de él, detenido solo para retirar la sudadera y pantalón que llevaba consigo, revelando una lencería muy linda de encaje negra con detalles carmesí mientras se colocaba unos guantes aterciopelados con toques de cuero sintético que llegaban hasta la mitad del brazo. Al acercarse al armario desliza una cortina, dejando divisar a Shinsou sentado, como cualquier otro accesorio rodeado de lo que parecen ser látigos, esposas y algunas otras piezas de metal.
Monoma tragaba saliva al ver como se acercaba con un par de sogas negras. Sin pronunciar palabra alguna se dejaba atar al borde de la cama, ambas manos juntas fijadas en la cabecera y las piernas lo suficiente separadas para estar cómodo.
El turno de peli-violeta llegaba, siendo vendado con un pañuelo carmesí con pequeños puntos negros.
—Hoy tendrás la oportunidad de responder si te lo permito —comenzaba a quitarle la camiseta — ambos lo disfrutaremos tanto —termina sonriendo felizmente hacia la cama —. Te gustará—tira de su cabello repentinamente —, ¿verdad?
Vuelve a tirar del cabello y este jadea por dolor.
—¿Verdad? —repitió autoritario.
—Sí, amo.
Satisfecho con la respuesta, le plantó un beso rápido finalizando con una mordida al labio inferior.
—Debo prepararte.
Lo guía hasta una pared, donde retira un pliegue negro de tela, descubriendo un objeto alto de madera, parecido a una horca solo que, en lugar de tener sogas, eran unas esposas. Es colocado por debajo de ellas y sujetado de la misma forma que el primero, solo que incómodamente parado.
Kaminari se acerca por detrás, pasea ambas manos arriba y abajo desde los hombros, hasta tocar la zona inguinal, finalizando con pequeños besos en el cuello mientras cada beso tira del pantalón solo para dejarlo en ropa interior.
—Así está mejor. Uh, pero qué...
De pronto sale del lugar, dejándoles confundidos al solo escuchar como movía un par de objetos dentro del refrigerador.
—Ya estás encendido y no hemos comenzado —. Decía mientras volvía estar frente a su novio —Muy mal. Debes enfriarte un poco.
Del recipiente tomó entre sus dedos un cubo de hielo hasta llevarlo a sus labios. Lo mantuvo un par de segundos hasta que obligó al otro a conservar el resto en sus labios. Sin ser suficiente, mientras esperaban a que se derritiera por completo, comenzaba a frotar otra pieza congelada por la espalda desnuda y dejarlo dentro del bóxer, justo encima del miembro excitado del chico.
Por parte de Monoma muchos pensamientos se hicieron presentes, como a comparativa entre ver porno BDSM a través de la pantalla y lo que estaba sintiendo al verlo en vivo, de paso experimentándolo de primera mano.
Fue tan estimulante lo que pudo ver y escuchar, que simplemente movió un poco la pierna mientras liberaba un ligero y gutural gemido, siendo sorprendido por el rubio.
—¡Oh no! Ese juguete tiene fallas —se acercó hasta tenerlo a un costado —. No hables. Eres un accesorio más. Eso incluye gemir.
Dejo caer despreocupado un par de hielos directamente a la erección del chico, causándole dolor mezclado con un extraño gusto después del primer impacto.
Podía protestar y salirse de su papel, sin embargo, el hielo no fue lo único que comenzaba a estimularlo, pues fue acompañado por un latigazo directamente en los muslos, dejando una marca continua rojiza, provocando suspiros extasiados de quien tenía el control.
Por otra parte, del otro lado de la habitación aquellos sonidos del látigo contra la piel, suspiros y quejidos bajos eran lo suficiente para ponerlo en zona, aún si acaba de recibir un castigo por haberse sentido caliente sin permiso.
Kaminari necesitaba hacer una nueva obra maestra y el lienzo perfecto estaba un poco retirado, por lo que, decidido a integrar a todos arrastrando aquel objeto de madera junto con el peli-violeta, dejándolo frente a la cama.
—Es hora de divertirnos más.
Se acerca hasta el tumbado en la cama y sentarse en el abdomen de éste. Reclina su cuerpo superior hasta que logra besarlo con hambre y lujuria, provocando chasquidos fuertes de la saliva y el movimiento de lenguas queriendo dominar, creando gemidos eróticos.
El momento le provoca tener fricción, dejando menear suavemente las caderas, sintiendo un hormigueo cuando el bulto debajo se transformaba en un pedazo similar a un tronco.
—Mmh-ah
Aquellos dos no eran los únicos que estaban disfrutando de los armónicos sonidos que creaban, pues el restante consideraba aquello estimulante, tanto, que no podía soportar seguir sin poder tocarse.
No hace falta decir que el sonido ocasionado era como un mantra penetrante a la libido subyacente de todos, pero afectando principalmente a Denki.
—No lo soporto más.
El rubio ordena a su novio colocarse de cuclillas entre solo uno de los pies de Monoma, mientras saca condones y un aparato curveado junto un control.
—Me gustan los juguetes nuevos, pero hay que asegurarnos de todo.
Ahora, el peli-violeta sin ninguna prenda, tiene entre los testículos y la base del pene aquél artefacto encendido, emitiendo vibraciones, mientras que el otro chico, sintiendo en parte lo del otro en la orilla de su pie, era cubierto por el frío látex.
Kaminari volvió a su posición, abriéndose paso lentamente en su entrada.
—Que rico.
Subía y baja lentamente al principio, disfrutando la sensación de ser invadido sin que nada o nadie lo perturbara. La vista que ofrecía era sensual, labios humedecidos entre cada vaivén, mejillas coloradas, frente sudorosa y espasmos en los muslos que fácilmente se notaba a la vista o sentirlo tan cerca.
Pronto la exhalación fuerte y larga de Shinsou hizo las pupilas del rubio cenizo se dilatarán y desvían hasta él, acompañado de la tensión en dedos de pies y manos desahogándose con lo que tenía alrededor; el peli-violeta estaba cubierto por una fina capa de sudor, ya que en esos instantes estaba tan agitado soportando la vibración acompañada por una fricción por parte del pie del rubio cenizo. Sus labios hinchados, acompañados de una ligera grieta con sangre de tanto morder y no liberar ningún ruido, algo que el otro chico no lograba hacer, gimiendo suficientemente alto como para que se dieran cuenta.
—Mierda. Siguen siendo defectuosos.
Completamente frena cualquier movimiento, para colocarse frente un estante cerca de la cama abriendo varios cajones.
Cuando pudieron recuperar un poco el sentido dominante disponible, fueron jalados por el cabello recibiendo en los labios una mordida dolorosa para finalizar con un collar y una cadena colgándole por el centro.
—Y si continúan así, tengo este par —mientras le mostraba a Monoma unos anillos metálicos.
Sube nuevamente dándole la espalda al rubio cenizo, jalando a Shinsou para verlo directamente y crear una nueva obra de matices rojizas en la piel con ayuda del látigo, todo mientras su éxtasis por la penetración lo sigue estimulando.
—Más de esto por favor —sollozaba mientras suplicaba.
El crujir de la cama con el tintineo de las cadenas sueltas era todo una sinfonía organizada y satisfactoria. La melodía de los latigazos en hombros, pecho y hasta en el pene vibrante se mezclaban perfectamente.
Monoma sentía el cosquilleo en su abdomen bajo, resistía lo que podía, pero no soportaba más esa posición, quería cambiarla, por lo que trato de acomodarse lentamente, sin embargo, eso molestó a Kaminari dejando de moverse irritado, por lo que inmediato le colocó un anillo en la base del pene como castigo; desató el nudo de la cabecera reemplazándola con la cadena del collar.
—Si me tocas, no dejaré que te liberes en un buen rato —dijo amenazante.
Como un gato, sigilosamente fue hasta el otro, tomándolo por el cuello para poder olfatearlo de cerca y restregarse de cuerpo completo, produciendo gemidos suaves y suplicantes.
—Debes ser un buen chico —libera sus manos —si te lo quito —decía mientras tomaba el aparato encendido entre sus dedos— me harás gemir muy fuerte, ¿verdad?
—Sí, amo.
—Perfecto, pero si te corres antes que yo —apretó sin piedad los testículos del chico —, te azotaré cien veces.
Lentamente gira y se coloca entre las piernas de Monoma tirando consigo la cadena del peli-violeta hasta reclinarlo cerca de su trasero.
—Eso también va para ti.
El control del rubio, las sogas apretadas, los gemidos, suspiros, besos húmedos, el calor de la habitación, los sonidos obscenos del choque de pieles estaban haciendo estragos en cada uno de ellos.
Las estocadas que daba Shinsou a Kaminari apenas le permitían estimular el miembro de Monoma, sin embargo, éste visualmente estaba encantado de lo que veía, a pesar de estar en una posición incómoda y soportar las secuelas de tener los brazos por encima de su cabeza y no tocar al otro chico.
El éxtasis nublaba la vista y mente del rubio, mirando por breves segundos a su juguete y novio, teniendo una idea genial. Ordenó detenerse, solo para erguirse y juntar lo máximo posible a los tres.
—Continúa, pero ahora puedes gemir que soy tu amo —dijo en el oído de su novio.
Los movimientos continuos hacían una deliciosa fricción entre ambos rubios, estimulando sus miembros con exactitud. Kaminari dejó que su juguete descansara sus brazos alrededor de su cuello, mientras al tirar más de la cadena del peli-violeta le ordenaba sujetarlo de la cintura sin dejar de ejercer presión lenta, fuerte y estimulante dentro.
—Amo mío —soltaba guturalmente ante la falta de liberación.
Estaban en el punto máximo y su final estaba decidido incluso antes de haber comenzado todo.
—Bésense —pronunciaba mientras le quitaba el anillo de la base junto el condón.
En medio del conflicto por mantener su papel y la excitación, lograron escuchar la nueva petición de su dueño.
—Y los dejaré terminar después de mí.
Shinsou acató la orden acercándose hasta donde su sentido de la audición le permitía. Monoma no podía hablar, así que al ser el uno que podía ver, debía ser el quien iniciaría el beso y así lo hizo.
Probablemente el rubio ya había fantaseado con el momento, pero no imaginaba que, con el mínimo contacto de los otros dos, terminaría salpicando el rostro de todos con un quejido tormentoso.
—¡Oh mi Dios!
Gritó tembloroso cuando un disparo de líquido transparente surgió tras de su eyaculación. La contracción muscular de las manos y sus paredes internas hicieron estragos en otros, provocando que su novio terminara dentro y el otro manchaba sus manos con el líquido blanquecino
El lugar quedó inundado con respiraciones profundas, inhalando fuertemente y exhalando con espacios muertos solo para poder pasar saliva.
—Juguete con ligeras fallas, pero se adaptó muy bien —apenas pudo decir sosteniéndose de ambos.
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—Entonces tranquilamente me dijo: Me gustas. Y por supuesto que no supe bien como rechazarlo, porque seguiríamos con las asesorías, pero si decía una negativa, ambos saldríamos perjudicados y no-
—¿Por qué dejaste de hablar? —dijo Monoma extrañado ante el repentino silencio.
—Tienes de nuevo esa marca en la muñeca.
Temeroso al ser descubierto, trató de ocultar la marca con la manga de la sudadera.
—No es nada.
—Ya van dos ocasiones desde hace más de seis meses que te atrapo con esas marcas y no solo de las muñecas. No me mientas.
—Ya te dije que no es nada —salió de la cocina.
—Si necesitas que te ayude, lo haré —comentó preocupada.
Suspiraba rendido cuando detectó el dolor en sus palabras. No era un maldito para hacerla preocuparse sin razón, pero no podía simplemente decirle cuál era su forma de divertirse y mucho menos mencionar a los involucrados.
Le tomaba de las manos al mirarla a los ojos.
—No te preocupes, bien —miraba al techo como buscando las palabras correctas — me he estado divirtiendo de cierta forma no convencional con alguien en la cama, puedes imaginarlo si quieres, pero sin más detalles, por favor, no me vuelvas a preguntar.
La campana del lugar anunciaba a un nuevo comensal, haciendo que el chico saliera al mostrador y tomara el pedido mientras ella trataba de asimilar la respuesta tan honesta que había tenido. No preguntaría, pero buscaba algún dato que le hiciera saber qué persona se acostaría con él.
—Aquí tienes tu orden Kaminari.
—¡Te lo agradezco!
—¿Quién sería el que se acostaría con él? —murmuraba en voz baja al retirarse.
Aunque ella no había notado que el rubio cliente tenía una marca alrededor de la muñeca contraria del mismo ancho que la de su amigo.
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Hola mis ángeles preciosos ¿Cómo han estado?
¿Les gustó este OS? Yo espero que sí ;--;
Curiosidades y datos del OS
-La verdad es que esta idea ya la tenía pegada a mi mente desde mucho tiempo atrás, casi cerca de tres años que tenía la idea ;--; pido perdón.
-La idea surgió cuado vi en un puesto vendiendo agua con hielos. Los hielos los imaginé en una escena como lo que hace Kaminari y ¡ta-da! OS nuevo jajajaja.
-Ahora, aclaremos un punto que quizá (o no) surgirá:
- No, este OS no sería convertido a Fanfic, porque realmente no iba abordar mucho más complejo. Tipo: hay algún triángulo amoroso al ser Monoma quien se "relaciona" con el Shinkami, ya que como bien se explicó en la conversación, ellos están bien en su relación, son pareja sentimental y sexual, pero abiertos a tener encuentros con alguien más para satisfacer sus fantasías y excitarse.
- Estos personajes adaptados están creados para tener ese único propósito, por lo que, en la línea temporal de esta historia, no hay dramas, no hay sentimientos encontrados, no hay engaños ni nada parecido. Los tres respetan lo que quieren, lo obtienen y siguen normal como ellos saben ser.
- Quizá en algún futuro regresen estos tres personajes con un nuevo OS, sin embargo, mas allá de uno nuevo, no creo que exista un tercero. Lo que, si es posible, es un nuevo OS de ellos tres, pero con una nueva historia, tal vez ShinMono x Kaminari, sin embargo, no se subiría en este libro.
-La canción que cantan Monoma y Shinsou es Just like Magic de Jackson Wang.
-Algunas de las canciones que escuché mientras corregía este OS fueron INNA Cheeky, Bad Girls de SICKOTOY con INNA, Tatto de Loreen y Greedy de Ariana grande.
Comentarios generales
-¡Feliz año nuevo atrasado! Ojalá la hayan pasado decente en las fiestas pasadas. Les mando un abrazo fuerte y espero que la salud y la paz acompañen siempre. Y si están atravesando alguna situación por mi pequeña que parezca, con todo el corazón se solucione. ¡Fuerza a todos!
-Primer OS del año <3 (ruego no sea el último).
-Casi me ahogo con mi saliva al notar que no he actualizado ningún otro libro ;--; ni siquiera el primero que hice. Por lo que he decido que antes de volver actualizar aquí, primero atenderé los otros.
-Los siguientes personajes tendrá como inspiración las canciones de Lee Gi Kwang- Religious para Shinsou, CLC- Me y No para Kaminari y para el ambiente Guilty de Taemin. La trama se inspiró en la canción Red lights de Stray Kids (Bangchan-Hyunjin)
Así que, si quieren imaginarse de que se trata, escúchenlas. ;)
-Parte de las nulas actualizaciones, es porque me quedé sin laptop, luego cuando conseguí una nueva, tuve trabajo afortunadamente y luego enfermé tirándome en cama durante el periodo de antes de navidad hasta después del 8 de enero. Básicamente estuve todo enero recuperándome y siguiendo mis actividades antes de poder continuar aquí.
-Por lo pronto, eso es todos mis ángeles preciozotes, espero con ansias leer sus comentarios y por favor, si gustan dejar sus estrellitas, sería todo para mí.
Espero nos leamos pronto. Sin más qué decir, cambio y fuera.
16/02/2024
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