En el Camino




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En las afueras de una gran universidad privada, cerca de las seis de la tarde. Un rubio de ojos color ámbar, cruzado de brazos, labios expresando disgusto y un ceño fruncido, se encontraba esperando a alguien o algo en las puertas del recinto, haciendo el mismo movimiento con la punta de su zapato izquierdo.

— Ugh... ¿Cómo diablos se enteró?

Al término de su pregunta realizada más para sí mismo, un jeep negro se estacionó justo frente a él, dejando las puertas traseras a la par con su persona. Pocos segundos después, un chico peli-violeta con un traje y corbata de color negro, se apresuró a bajar del lado del conductor y abrir la puerta al chico rubio.

Sin embargo, perdido en sus propios pensamientos, dio paso adelante y abrió la puerta del copiloto, provocando que el aparente chofer virara los ojos y suspirara rendido ante tal actitud.

— Joven amo Kaminari, sabe que no puedo dejar que vaya conmigo al frente. El señor fue muy estricto con eso la última vez.

— Ugh, Hitoshi, ¿puedes dejar de decirme "joven amo"? Nos conocemos desde hace años y tenemos la misma edad — pronunciaba mientras tomaba asiento.

— Eso no elimina el hecho de que su padre y usted sean mis jefes — tratando de evitar que el rubio cerrara la puerta.

— Por favor, deja de hablarme con esos pronombres tan formales — mientras hacía una expresión de disgusto con las manos y el rostro —. Además, ir en frente no se compara con el grandioso hecho de que me llevas a casa a estas horas de un viernes. Por favor, solo — lo miró fijamente — llévame a casa antes de que me arrepienta de no hacer un escándalo.

Kaminari cerró los ojos y dejó escapar un suspiro pesado y dolido, mientras que Shinsou, por primera vez veía rendirse sin ningún otro truco al menor de los Kaminari. Así que dejó pasar el hecho de estar a su lado y llevarlo a casa, de todas formas, la tarea era llevarlo sano y salvo.

Con el chico rubio acomodado y con cinturón de seguridad, de un solo movimiento cerró la puerta y dio paso veloz hasta su lugar correspondiente. Si todo salía bien, podría tener más tiempo libre en la noche y descansaría lo máximo posible. Echó andar el auto y poco después se encontraban circulando en la amplia carretera.

Con los minutos avanzando lentamente, el ambiente serio y sin música en el automóvil, hicieron que la llamada entrante en su móvil pareciera un poco de compasión en ese día tan horrible para el rubio. Tomó el celular y cuando echó un vistazo al nombre del remitente, no pudo evitar sentirse aún más afligido.

— Hola, Shouto — contestó algo nervioso.

Hola lindura, ¿seguimos en la misma sintonía? — hablaba de forma seductora desde el otro lado de la línea.

— Uhm, bueno... Eh, ocurrió algo de forma espontánea y ...

No me digas. Alguien te delató con tu padre.

— No sé quién pudo ser ahora, pero parece que no tendré amigos por un tiempo más — hizo una ligera pausa —. Yo en serio quería... — No pudo terminar aquella frase, pues la presencia del conductor le hizo algo dentro.

Lo intenté... En recompensa esas fotos me agradaron bastante, aunque si deseaba ese cuerpo tuyo. No sé cómo vas a lidiar con esas ganas que tienes desde meses.

Hasta luego, hermosura, ojalá consigas un buen polvo pronto.

La llamada fue finalizada al momento de que el otro chico de la línea le deseara suerte con su problema.

El peli-violeta por algunos segundos vio como aquél rubio empuñaba ambas manos y aventaba el celular dentro de su mochila, para luego rechistar fuertemente, dejando escapar un bufido bastante ruidoso. Vio el resto del espectáculo; aquel ceño fruncido, mejillas sonrojadas por el enojo y como se mordía aquellos esponjosos y brillosos labios, todo un ángel provocador, pero debía desviar la mirada y concentrarse en el camino si no quería llevarlos a un accidente.

Kaminari no sabía que su chofer lo había estado observando, si eso hubiese pasado, seguramente aprovecharía ese momento para hacer un coqueteo y terminar con esa frustración que tenía en todos los benditos y posibles sentidos. Se encontraba mucho más ensimismado en aquellos mensajes estancados en su memoria, resaltando el erotismo escrito y las imágenes de aquel Dios griego disfrazado de chico universitario, ¿Zeus?

Todos sus planes se fueron a un colapso total, por seguramente un vendido cualquiera de su facultad. Su padre otra vez contrato a nuevos acosadores y su teléfono era prácticamente el blanco tecnológico por excelencia para saber dónde diablos se encontraba.

"Mis manos recorriendo tu espalda baja, contorneando tu cintura, besándote con deseo"

Recordar esa frase no era más que complacer a su mente en aquel momento, pero su cuerpo comenzaba a sentirse sensible y el deseo carnal lo comenzaba invadir más que sus pensamientos. Tragó ruidosamente saliva, pues el calor entre sus piernas comenzaba a surgir, aumentando peligrosamente y claramente esa erección dentro de su transporte no estaba entre sus planes.

Exhaló profunda y lentamente para regular su pulso, calmando esas sensaciones tan repentinas en su cuerpo y así poder llegar a casa, pero tan pronto un sonido de claxon llegó a sus oídos, sus pensamientos se disiparon. Vio por delante y por detrás del automóvil, quedando confundido.

— Llevamos varios minutos en el tráfico — Shinsou respondió a su curiosidad.

La voz del peli-violeta hizo que se le erizara la piel por tan repentino acto. Segundos después, el sonido del teléfono del carro se hizo presente.

— Diga señor — contestó formal Shinsou.

Oh chico, acabo de enterarme sobre ese accidente en las carreteras principales.

— Sí, señor, parece que no habrá avance en un tiempo largo.

Es preciso por lo que llamaba, para decirte que tomes la desviación del pueblo cercano. Será también un tiempo largo, pero por lo menos podrán llegar antes.

— Pero señor, esa ruta tiene la reserva de bosque, tendría que ir despacio para evitar daños secundarios al transporte y podría perderse la señal de seguimiento.

No te preocupes por eso muchacho, tengo mi confianza en ti. Además, ya llevas a Denki contigo, haz cumplido satisfactoriamente.

— Gracias, señor, pero...

¡Bien! Nos veremos en un par de horas.

El rubio no podía creer que su padre le daba ese tipo de confianza a su empleado y a él no lo dejaba vivir su vida privada. Algo fastidiado por el asunto, se cruza de brazos y vuelve a su lugar con otra indignación más por parte de su padre hacia él.

Se mantuvo ocupado algunos minutos viendo lo poco que avanzaban. Incluso si tomarían la desviación, estaban a mucho tiempo de si quiera acercarse a la entrada, que de lejos parecía no ser transitada por muchos, ya que, en realidad, era una zona bastante descuidada, con baches por cada centímetro en el camino, haciendo daño a los vehículos, pero claro, alguien con docenas de autos no era problema desgastar uno siempre y cuando el heredero más joven llegaba con su cuerpo intacto. Sonrió ante tal pensamiento.

A pesar de sus intentos por reactivarse con lo que podía ver en el camino, jugar con las estaciones de radio y la música aleatoria que se reproducía en el estero, no conseguía matar el tiempo, hasta que una idea llegó como relámpago, haciéndole recordar como tonto el hecho que tenía su celular en la mochila.

Aunque al principio era buena idea, instantes después de sostenerlo entre sus manos, dirigió su atención a los mensajes que sostuvo con aquella cita interrumpida, haciéndole vibrar todo el cuerpo con solo abrir la conversación.

Tiene de vuelta aquél problema entre sus pantalones y piensa que no podría ser peor el asunto. Comienza a imaginar cómo hubiese sido estar con Todoroki Shouto, ser besado, tocado por ese chico sensual. Trató de imaginarlo y satisfacer su hambre por tener sexo, sin embargo, no era suficiente, quería más; tenía la necesidad de ser tocado y sus manos no eran lo más llamativo para darle placer al nivel que exigía su físico.

Su cuerpo pasó a tener sensibilidad con un umbral bajo y su imaginación comenzó hacer estragos en él, pues la voz de Shinsou anunciándole que entrarían a la desviación unos cuantos carros al frente, le sonó mucho más profunda y sensual de lo que era. Dirigió su mirada al chico tras el volante y cuando éste tomó con la mano derecha la palanca de velocidades, no pudo evitar hacer recorrido en aquellas venas marcadas entre los dedos y dorso de la mano, tragó saliva y pudo sentir como su pene comenzó a endurecer aún más.

La idea de que aún faltaban horas para poder arribar a su hogar y poder apenas masturbarse, le hizo removerse en el asiento; cerró los ojos, cruzó las piernas y fue colocando sus manos en ahora aquella zona tan sensible. Estaba sudando y el enrojecimiento en el rostro era seguro estar presente. Se giró hacia la puerta y soltó un suspiro de volumen bajo, pero lo suficiente audible para distinguir que algo le dolía.

Entre el sufrimiento, pudo detectar una risilla proveniente del conductor. Creyó que era algo de su mente, pero al escucharlo hablar hizo que algo dentro enfureciera.

— ¿Necesitas ayuda con eso?

Algo perplejo, el rubio consiguió enderezarse y darle la cara para poder concebir que aquél chico le había dicho eso.

— ¿Disculpa? — Trató de disimular el tormento en su forma de hablar.

— Lo que escuchaste.

— No sé a qué te refieres — necesitaba disimular.

— ¿En serio? — Pronunció algo sarcástico.

Kaminari quería refutar cualquier otra cosa, sin embargo, la ceja alzada y la mirada del peli-violeta puesta entre sus piernas lo desubicaron y más aún cuando estaba evidente un bulto entre sus pantalones ajustados. Le frunció el ceño y algo avergonzado trató de ignorarlo por completo, pero la última risita que emitió el contrario hacia más sensible su audición, como si fuera un sonido demasiado sensual.

El ambiente silencioso y aburrido pasó a ser uno de tensión sexual. Pasaron algunos minutos y parecía que esa conversación provocativa quedaría como el momento perfecto para burlarse de su problema, sin embargo, el peli-violeta no tenía eso en mente.

— ¿Entonces ya se calmó el fuego en tus pantalones? — Dijo de forma socarrona.

— Te ofrecería ver, cariño, pero tienes que tener la vista al frente y las manos en el volante — contestó con sarcasmo cada palabra.

— Puedo ayudarte mientras se pare la circulación.

— ¿Sí? Mastúrbame, por favor.

Eso último, a pesar de no tener esperanzas en que sucediera en sus más locos sueños, debía responder a ese egocentrismo tan esporádico del peli-violeta.

Perdido entre los posibles escenarios siguientes, una mano comenzó a deslizarse desde su rodilla hasta su ingle, provocándole un respingo por tan repentina acción. Sorprendido dirige su mirada a Shinsou, notando que él se encuentra con rostro serio y la mano izquierda aun al volante, como si nada más sucediera.

Aquella mano sigue tocando suavemente y de vez en cuando apretando su muslo, haciendo sentir al rubio pequeñas corrientes eléctricas por toda la zona, subiendo hasta su miembro, solo dejando aquella acción cuando tenía que poner nuevamente en marcha el carro.

Cuando se detuvo por nueva ocasión el tránsito, su mano escaló completamente hasta el botón del pantalón, deshaciéndose completamente de su estorbo, así como con el cierre. Deslizó la palma por encima del bóxer, sintiendo como la tela se encontraba mojada por el líquido pre seminal. Segundos después dejó al descubierto la erección del rubio para tomarlo y complacer su esperado deseo.

Kaminari veía como aquella mano subía y bajaba lentamente, deteniéndose de vez en cuando para masajear la punta y hacer barridos con el pulgar por encima del glande, mientras que solo dejaba escapar suspiros y algunos gemidos por lo bajo, tratando de controlarse lo mejor que podía, pues quería gemir más fuerte cuando tocaba y cuando por tener que avanzar le soltaba para tomar el volante y la palanca.

Pudo notar que ya estaban en la desviación y que pronto atravesarían un pueblo bastante tradicional y después, aquella zona boscosa. Colocó su tan peculiar mirada ámbar en Shinsou, recordando las tantas veces que se le insinuó para poder follar cuando apenas comenzaban su adolescencia, pero el peli-violeta siempre lo rechazaba. Simplemente no podía creerse que lo estaba masturbando y mucho menos que lo provocara.

Estaba bastante claro que no había recibido suficiente para poder terminar y como el otro había comenzado a provocarlo y a tocarlo, era justo que él también le ofreciera algo de diversión dentro del carro, por lo que sin dudar fue directamente hasta donde estaba el cinturón que sostenía aquél traje de empleado, comenzando a quitarlo junto con el cierre y el elástico del bóxer.

Una sonrisa de dibujo en su rostro, pues estaba completamente erecto el miembro del peli-violeta. Lo contempló un par de segundos y asegurándose que la velocidad era constante se inclinó y comenzó a introducirlo en su boca.

Primero lo hizo lento, amoldando la lengua a la forma que tenía en el paso de entrada y salida, pasando la punta por encima de la vena más ensanchada, rozando los dientes en la zona más sensible, arrebatando gemidos roncos y varios suspiros a Shinsou. Unos dedos en su cabello hicieron que se detuviera y se acomodara nuevamente en su asiento, notando al instante que habían llegado a la zona boscosa.

Avanzaron unos metros y con el mayor autocontrol posible, el automóvil fue estacionado.

— ¿Nos estacionamos porque vamos al siguiente nivel? — Preguntó ronroneando en la oreja de Shinsou.

— ¿No es lo que deseas, gatito? — Contestó con tono aterciopelado de frente a Kaminari.

— Hitoshi — dijo su nombre en forma arrastrada por el gemido que se escapaba entre sus labios — házmelo — suplicó entre suspiros.

— Eso me gustaría tanto — le comía con la mirada de arriba abajo —, pero nos meteremos en muchos problemas si descubren algo.

Kaminari alza ambas cejas en señal de escuchar tal estupidez, comienza a removerse y se acomoda a horcajadas de Shinsou, rozando intencionalmente su trasero en el ya pene expuesto del otro, le rodea el cuello con ambos brazos y mientras lo mira seductoramente comienza hablar.

— Eres su empleado favorito, papá sabe que hay un accidente y las desviaciones siempre pueden ser más problemáticas, incluso lo dijo. Además, cumplirás en llevarme satisfactoriamente — comenzó a jugar con su corbata.

— Estoy detectando cierto sarcasmo en esas últimas palabras.

Se acercó más a sus labios — no, cariño, solo estoy diciendo que puedes satisfacerte en otras formas con ese cumplimiento.

En ese momento comenzó a mover adelante y hacia tras sus caderas para que su trasero creara una maravillosa fricción entre los dos, provocándolo, haciéndole tragar saliva y robarle suspiros. Le tomó ambas manos y las coloco en cada lado de sus caderas.

Sus miradas estaban conectadas, llenas de brillo y deseo. Sus respiraciones pesadas reflejaban el esfuerzo de controlar algo que parecía no resistir más. Con un movimiento lento y seguro, el rubio se inclinó para comenzar un beso tan lujurioso, que quizá el chasquido de la saliva se escuchaba hasta el pueblo que habían atravesado.

Aquél acto se había intensificado; jugaban con su cabello, se mordían los labios y en una muestra clara de continuar, el peli-violeta cortó el beso, solo para hacerse un recorrido desde los labios hasta la clavícula del rubio. Este último arqueaba la espalda en señal de placer.

Shinsou hizo un recorrido con sus manos desde cada lado de la cadera hasta terminar en los pezones del chico encima, haciéndole gemir cuando comenzó a dar pequeños tirones.

Kaminari desliza sus manos por las orillas del tórax contrario y con sus blanquecinas manos, comienza a masturbarlo. El piloto comprende sus intenciones y sin dejar de mirarle a los ojos, desliza poco a poco el pantalón del rubio, todo con la intención de prepararlo lo más pronto posible.

— E-en la mochila — decía con un ligero temblor en su voz.

El otro solo dirigió su mirada hacia aquél objeto en el asiento del copiloto. La tomó entre sus manos y cuando la abrió entendió el mensaje. Una botella de lubricante y una tira de condones se hizo presente.

— Ya veo porque tu padre contrata a esos tipos — trató de jugar con la situación.

— Un comentario más así y mejor no largamos.

Hizo una señal con ambas manos en forma de rendición, soltó una risa y comenzó a poner un poco de lubricante en sus dedos, para después, sin perder de vista las expresiones del provocativo rubio, lo fue preparando de uno en uno hasta tener tres dentro del chico. Este por su parte, luego de ponerle el preservativo, se apoya en los hombros del otro y comienza a deslizar dentro de sí aquél miembro.

Primero fue lento sus movimientos, pero la lujuria aumentaba constantemente y su velocidad también lo hizo. El vaivén fue mucho más rápido y los movimientos comenzaron a dejar de ser en algún sentido propio, pues el espacio no permitía mucho.

Shinsou se percató de aquél problema y con Kaminari tomado de la cintura, acomodó el asiento de tal manera que quedara recostado y el rubio recargara mucho mejor su peso en el pecho de abajo, así sus movimientos pasaron a ser circulares, más profundos y rápidos.

Los gemidos, suspiros y choque de pieles se escuchaban resonar en el sitio. Los vidrios estaban completamente empañados por el calor que se estaba generando y aumentando constantemente.

— Mhaaa... Histoshi — alargando suavemente su nombre.

Kaminari tenía un rostro eróticamente bello; mejillas rosadas, ojos cerrados con lagrimillas de placer en las pestañas, un ceño fruncido con una línea ligera de sudor, labios mojados y ligeramente separados con un pequeño hilo de saliva por el medio.

Shinsou Hitoshi no resistió aquella imagen visual, haciéndolo tomar de las caderas al rubio y el mismo mover las suyas para llegar más profundo y hacerle gemir su nombre con fuerza, suplicando por más.

— A-así, así, así, así... — Decía como un mantra — Hitoshi. M-más, más, más....

Estaba orgulloso de escuchar tan lindos y sensuales gemidos de tan lindo chico; sentir como esas finas manos empuñaban por placer en su traje de trabajo y como arqueaba la espalda por el éxtasis acumulándose en cada fibra de su ser. Deseaba darle mucho más y claro que lo haría.

— ¿Te gusta cómo se siente?

— Mmm... — apenas permitiéndose contestar de forma afirmativa.

— Entonces — le hizo detenerse —, ve a los asientos traseros y quítate el pantalón.

Con la cabeza en las nubes, apenas el rubio pudo hacerlo sin caerse en los movimientos. El peli-violeta también se retiró la ropa de la cintura para abajo y después de ajustar nuevamente los asientos fue hasta donde estaba Kaminari.

— Ponte de lado — ordenó altanero.

Con poca concentración el otro obedeció. Momentos después Shinsou se colocó detrás, metiendo su mano entre las piernas ajenas, dándole atención al miembro del desatendido de quien estaba acostado, todo mientras le besaba el cuello y con la mano izquierda apretaba el pezón del mismo lado.

Con cuidado elevó la pierna derecha y se fue haciendo paso dentro nuevamente, pero ahora cada embestida era con más fuerza que la anterior, llegando más profundo; haciendo que el cuerpo del rubio respondiera con un espasmo generalizado, haciendo vibrar el pene de este y dejar escapar un grito de placer.

Pasaron apenas un par de minutos cuando comenzó a besarlo mientras delicadamente lo alzaba, dándole indicaciones de girarse y posicionarse en cuatro. Recorrió de besos la base de la nuca hasta llegar a la espalda baja, haciéndole erizar cada vello en su cuerpo por una deliciosa sensación eléctrica.

Bajo el encanto producido por aquellas sensaciones de los besos, Kaminari solo podía dejarse llevar y disfrutar del toque suave y fino de aquellas fuertes manos en sus muslos, para ser fuertemente sujetado de su hombro izquierdo y de la cadera derecha.

— Hitoshi — gimió suavemente y alargado.

— Me encanta como dices mi nombre, Denki

La forma en la que había pronunciado su nombre, fue tan sensual que simple hecho de escucharlo, casi termina corriéndose en esa posición, aunque al mismo tiempo le hizo enojarse, pues estaba tardando en volver a llenarlo.

— No te preocupes — se acercó al oído izquierdo y lamió el lóbulo descubierto — ya te daré lo que necesitas.

Terminando aquella frase en susurros, se deslizó nuevamente entre las paredes calientes del rubio. Ambos gimieron en cada centímetro recorrido. Sin pensar un segundo más, comenzó a salir y entrar constantemente, de forma profunda y con asertividad en un punto exacto, tanto como para doblegar al otro y hacerlo derramar lágrimas de satisfacción.

— Sí, sí, así, más — musitaba fuerte con la mirada perdida del placer.

— Denki, me estás enloqueciendo — gemía con voz profunda y cortante.

La presión que ejercían en sus manos era más que evidente. El rubio parecía arrancar el asiento, mientras que su piel lechosa enrojecía cada vez más y más, dejando marcadas ambas manos de Shinsou.

El conteo de las embestidas ya no era posible saber, sin embargo, estaban entrando el punto clímax. El éxtasis se acercaba de estocada en estocada.

Kaminari no resistía más, su cuerpo lo estaba pidiendo, irguiéndose de inmediato y chocando con el pecho del contrario.

— Me vengo, Hitoshi — le suplicó lloroso.

— Hazlo, mi rubio. Dámelo — le declaró mientras le masturbaba.

Tres...

— Mha, du-duele.

Dos...

— Vamos, un poco más.

Uno...

La repentina sensación del líquido caliente entre su mano y el miembro del chico rubio, hicieron explosión directa en su propio miembro, aferrándose fuertemente a la cadera del otro, liberando su propia semilla en el condón.

Las respiraciones erráticas, profundas y algunas cortadas por ligeros gemidos invadieron completamente el lugar por varios minutos, mientras se posicionaban cómodamente en el asiento trasero. Debían lucir intactos si querían sobrevivir al posible enfrentamiento con el padre del menor.

Cuando sus mentes y cuerpos se tranquilizaron, arreglaron el desastre que tenían por el sitio. Acomodaron su ropa, cabello y dejaron que el aire circulara completamente dentro del jeep.

Kaminari trataba de no sonreír por lo que había sucedido, pero no podía evitarlo, mucho menos cuando Shinsou parecía una completa escultura al arreglarse su camisa.

— Sabía que me estaba perdiendo algo contigo — lanzó al aire desde su lugar.

Sin voltearlo a ver siguió acomodándose el traje con una sonrisa ladina — Para alguien que es limitado por su padre, eres demasiado caliente y bueno en el acto.

— Lo tomaré como un cumplido.

El peli-violeta soltó una risilla y al finalizar de acomodar su vestimenta, hizo señas para que abordara nuevamente. El rubio obedeció completamente, ingresó lentamente, abrochó su cinturón y el vehículo retomó su trayecto original por un par de horas más.

Al llegar a la casa ya era bastante tarde, por lo que al ingresar y ver a su padre en el salón de visitas no les fue de extrañeza.

— Señor, lamento la tardanza.

— No te disculpes. Sé de sobra que el accidente fue bastante aparatoso. Además, el desvió estaba cargado. Lo importante es que llegaron.

El señor Kaminari se posicionó frente a su hijo y solo lo revisó de pies a cabeza.

— Lo haz traído intacto.

El chico solo viró los ojos y respondió sarcástico — Sí, papá, yo también me alegro de verte.

— Está decidido. Shinsou, serás el chofer personal de mi hijo y estarás a cargo de vigilarlo contantemente, evitando que se largue con cualquier idiota oportunista.

— ¿Disculpa? — reprochó Denki.

— Pero señor...

— No hay más que discutir con los dos. Es una orden de la casa para ti — señalando a su hijo — y una regla de trabajo para ti — apuntando al peli-violeta — no hay más que discutir. Ahora retírense.

Ambos asintieron con la cabeza y posteriormente bajo la mirada del jefe de la casa, el joven rubio le lanzó una mirada amenazante a su nuevo y personalizado vigilante, mientras que el otro solo se limitaba a ignorarlo.

La puerta de entrada cerró tranquilamente y la de una habitación fue como un portazo. El único que permanecía en la habitación de la planta baja creyó que era natural el enojo de su hijo por tener un tipo de niñera especial y que Shinsou no quería ser niñera de un chico rico y mimado, sin embargo, al cruzar las puertas y cerrarlas, ambos jóvenes adultos contuvieron sus sonrisas, pues parecía que su aventura sexual apenas comenzaría.



















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¡Oh sí, volví!

¡Hola mis lindos y hermosos ángeles! ¿Cómo han estado?

Volví con mi primer OS de este libro en el año 2021 y por cierto ¡Bienvenido el año! (23 días después)

¿Cómo empezaron su año?

Yo les deseo y mando muchas buenas vibras positivas para cada personita que me lee <3

Espero les gustara este OS. Lo tuve en mente desde que había escrito los primeros tres OS y pues hasta apenas se pudo publicar.

Quiero comunicarles que probablemente tenga una cuenta de respaldo en Sweek por todos los eventos que puedan ocurridos tras la compra de Wattpad y prefiero tener algo en donde puedan seguir leyendo de mis historias <3

Les estaré anunciando en el muro de mi perfil.

Sin más que decir, cambio y fuera.

Pd: El contraste entre el anuncio de la animada quinta temporada del anime vs el capítulo de esta semana del manga es bastante. Solo quería decir eso...

23/01/2021

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