Dulce o travesura


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La clásica y conocida fiesta del 31 de octubre: Halloween. Por un lado, en la ciudad puedes ver las típicas escenas de niños disfrazados yendo por dulces de casa en casa y por otro lado, tenemos esas fiestas donde las bebidas, cigarros, baile y locura predominan y que ciertamente en esa fecha, solo se agrega el lujo del disfraz, pero lo interesante es el nivel en el que evolucionaban estos últimos o para que pueden llegar a usarse, como se.

Desde lejos Shinsou Hitoshi podía ver en la gran mansión Yaoyorozu-Todoroki el desborde de su fiesta. Comenzaba a creer que ir al lugar no era una buena idea, parecía una locura con solo estar a cuatro cuadras del lugar, sin embargo, había prometido asistir y esperar a su novio.

El vestuario era obligatorio para entrar, así que no tuvo más remedio que rentar algo en tienda, fuera de su imaginación preguntó por algo sencillo, ya que no quería cargar algo muy pesado y después de pensárselo mejor, optó por solo comprar maquillaje, usar un par de colmillos de plástico y vestirse todo de negro. Clásico ...

En su camino fue observando como cada lugar estaba ocupado; los largos jardines, los pasillos anchos que parecían no tener fin y por sobretodo el salón principal, invadido por la obscuridad y solo con destellos por los reflectores que se movían al ritmo de la música, la cual retumbaba gracias a un par de bocinas de tamaño colosal colocadas estratégicamente.

¿Cómo vas a encontrar aquí a tu novio? Pensó inmediatamente, poco después recordó no saber cómo podría estar disfrazado. Jamás le preguntó.

— Sí que eres listo, Hitoshi. —Dijo para sí mismo.

— ¡Hey! ¡Shinsou!

Reconoció aquella voz. Venía detrás de él. Al menos no estaría tan perdido; Monoma, un viejo amigo que asistía como compañero de algunas clases con su novio. Más enérgico de costumbre.

— No creí que vendrías. — Comentó un tanto juguetón. — Imagino que Kaminari te persuadió para venir hasta el lugar, ¿no es así?

— Imaginas bien.

— Pero la fiesta era de disfraces, no venir como siempre te vistes.

Shinsou rodó sus ojos, dio media vuelta y abandonó a su amigo, ya olía mucho a alcohol y sería más difícil dejar esa conversación si avanzaba más el tiempo.

Comenzó a deambular por el gran salón mientras identificaba a quienes podrían ser Kaminari en disfraz. Había muchas opciones, pero acertar al cien por ciento era lo difícil.

— ¡Oh! Shinsou-san, me alegra verte en la fiesta. — Le habló de pronto una chica disfrazada de monja. Apenas podía entenderse entre tanto ruido.

— Hola — dudó un momento en responder, hasta que notó era Yaoyorozu quien le habló. — Gracias por invitarme.

— No hay porque agradecer. — Hizo un movimiento con su mano derecha restando importancia. — ¿Dónde está Denki? — Preguntó mientras buscaba a su alrededor.

— Aún no lo he visto...

— ¿A quién? — De pronto se unió a la conversación Shouto, quien llevaba puesto un disfraz de vampiro.

Qué contraste, pensó el peli-violeta. — A Denki. No lo he visto desde que llegué.

— Oh, él quería...

— ¡Boo! 

Frente a él apareció quien seguramente debía ser su novio, el cual, estaba disfrazado de fantasma. Debía de dar miedo, pero no era así, en realidad solo le provocó una sonrisa, porque se veía bastante lindo todo cubierto de una sábana blanca con solo dos agujeros hacían relucir sus hermosos ojos ámbar.

Pudo imaginar que tenía un ceño fruncido, cruzado de manos, pensando en que no logró asustarlo, ya que no pronunció palabra alguna después de que ofreció una sonrisa como respuesta. Como no decía nada, decidió molestarlo. Lo tomó entre sus brazos y acercándolo a su pecho jugó con él.

— ¿Eres el holandés volador o un malvavisco adorable?

— ¡Te odio!¡No te asuste! — Trató de sonar enojado.

— Ya lo decidí, ¡Eres un bombón relleno de amor y dulzura! — Estrechándolo aún más cerca de él.

Sí, podía imaginar lo sonrojado que estaba detrás de ese sencillo disfraz, con esos enormes ojos brillosos y adorables, cargados de mucha pasión y... algo más...

Se quedaron hipnotizados uno por el otro durante unos segundos más aún entre un cálido abrazo, sin embargo, esa burbuja se vio explotada por un accidente con un vaso lleno de ponche.

— ¡Lo siento! — Gritó un chico peli-verde, quien estaba siendo sostenido desde la cintura por un chico rubio cenizo.

El disfraz tenía una gran mancha roja alrededor, podía seguir el resto de la fiesta con aquello mojado, pero sería incomodo estar oliendo a licor, ya que detestaba ese olor.

Un poco triste se quitó la prenda y la miró con cierta tristeza, hizo un mohín con sus labios y miró a su novio.

— Lo siento, amor. — Le trató de consolar.

— También se mojó mi suéter. — Volvió a lucir triste.

— Sube a la habitación final del cuarto piso. — Habló la pelinegra. — Ahí puedes tratar de quitarle lo que mojó a tu ropa, porque el disfraz ...

— Lo sé, se arruinó. — Sonrió hacia su amiga. — Gracias, subiré a rescatar algo. Vamos Hitoshi.

Lo tomó de la mano y jaló con dirección a la habitación. Atravesaron al tumulto de gente entre los cuartos, pasillos y escaleras. Realmente toda la casa estaba ocupada, aunque entre más subían, menos poblado se encontraba.

Cuando llegaron a la habitación, notaron lo elegante que se encontraba por fuera la arquitectura. Por dentro, estaba lleno de muebles que se veían tan finos, arrepintiéndose de haber entrado, pues quizá no podrían pagar con el resto de su vida si algo se rompía.

— Voy a enjuagar esto. — Señalando su disfraz arruinado. — Mientras, puedes acostarte... supongo.

Cuando su novio partió hacia el que parecía el baño, dio paso lento a la cama, observando los elementos tan detallados, caros y hermosos que conformaban la habitación. Parece una recepción para luna de miel ... pensó con una sonrisa en el rostro.

Tomó asiento en la orilla de aquella lujosa cama y esperó a que su novio saliera. — No estaría nada mal hacerlo en un lugar así ...

La puerta del baño captó su atención, de ella salía su novio con el disfraz de fantasma puesto, pero lo que atrajo su mirada fue la mancha del ponche seguía ahí. Alzó una ceja en dirección al rubio, quien caminaba hacia él, por lo que solo le siguió con la mirada hasta que se detuvo frente a él, en la orilla de la cama.

— Cariño, sé que te emocionaste por tu disfraz, pero ... — Le miró directo a los ojos — ¿No crees que te vas a marear con el olor de la bebida?

— ¿Sabías que tengo otro disfraz?

— ¿Ah sí? — Comentó algo curioso por el repentino cambio en la conversación.

— Jala la sabana. — Dijo juguetón.

El peli-violeta estaba perdido entre la incertidumbre. ¿Qué estaba tramando su pareja? ¿En verdad tenía otro disfraz? ¿Qué sería esta vez?

Un poco dudoso sujetó la orilla de aquella sábana blanca, volvió a ver esos ojos brillosos, quienes se mostraban ansiosos, esperando que quitara el pedazo de tela.

— ¡Vamos! — Habló emocionado Kaminari. — Solo hazlo ...

— De acuerdo ...

El tiempo se hizo lento. Fue deslizando poco a poco aquel objeto, descubriendo de atrás hacia delante a su pequeño rubio. Al principio no sabía lo que sucedía, pero cuando llegó a descubrir del cuello hacia los pies, su mente se bloqueó completamente.

Con la boca abierta, el corazón latiendo aceleradamente y su sangre drenándose enloquecida hacia todos lados, no podía creer lo que estaba frente a él.

De abajo hacia arriba era toda una maravilla visual. Tenía unas medias largas, las cuales, finalizaban en un bello encaje con forma de rosas, ajustando a la mitad de sus muslos, apretando un poco más su piel; estaban unidas con un pequeño listón a un par de bragas de encaje adornadas con un corto olán alrededor de la cadera, las cuales apenas eran cubiertas por un pequeño delantal blanco que, en conjunto a un top, simulaban el uniforme de una sirvienta francesa.

Para terminar, en el cuello, tenía un collar hecho con encaje, parecido al que tenían las medias, adornado con un pequeño cascabel dorado en el medio. Toda la lencería era de color negro, dándole ese toque sensual y el contraste perfecto con la piel pálida del rubio.

Dobló la pierna derecha, posicionándola ligeramente frente a la izquierda; colocó el peso de su cuerpo en la cadera izquierda, ladeo el rostro y con el dedo índice de la mano derecha justo debajo de su labio inferior pronunció:

— Dulce o... — Sonrió de forma coqueta. — Travesura.

¿Había tenido siempre a un demonio como novio? Cruzó por su mente aquella pregunta, pues al no dejar de ver a semejante espécimen frente a él, supo que no podía ser una casualidad aquella situación. Para ese momento, Shinsou tenía la boca abierta, quiso pasar saliva por su garganta, pero descubrió que estaba totalmente seca, además, esos colmillos falsos que tenía puestos cayeron más allá de la cama. Parpadeó un par de veces más y se dio lujo de volverlo a ver de pies a cabeza.

— ¿Qué pasa cariño? — Le pregunto con tono seductor mientras le colocaba ambas manos encima de los hombros. — ¿Te comió la lengua el ratón?

Su mente no podía estar con un buen funcionamiento después de semejante evento impresionante. Lo único que sabía con certeza era que seguía con vida y seguían palpitando por la impresión, eran dos partes de su cuerpo: su corazón y su pene.

— Mmmm — ronroneó mientras frotaba sus narices. — Parce que me toca decidir.

Kaminari empujó ligeramente a su novio, lo suficiente para que chocara con la mullida cama. Al quedar Shinsou recostado, fue subiendo como un gato sigiloso en busca de su presa. Colocó ligeramente sus manos encima del pecho de su novio, mientras que la pierna izquierda era colocada entre las pertenecientes del peli-violeta y le sonrió inocente, como si no tuviera ninguna otra intención.

Comono hay dulces alrededor... — Comenzó a frotar su pie en la pantorrilla izquierdade su novio. — Lo más justo sería la travesura, ¿no crees?

Susurró aquella última pregunta, suspirando directamente en los labios del contrario. Dejó de mover su pierna y las colocó alrededor del abdomen de Shinsou. Su mano derecha se quedó aun en el pecho y el brazo izquierdo lo colocó al mismo lado, solo que a la altura de la cabeza del otro. Cerró los ojos y comenzó un beso apasionado, cargado con deseo y emoción.

El peli-violeta reaccionó de forma inmediata, correspondió el beso y deslizó sus manos hasta poder colocarlas a cada lado de la cintura de su provocativo demonio rubio Cada vez iba aumentando la intensidad y la lujuria se estaba presentando entre el toqueteo sutil por el amplio pecho del peli-violeta y este último por desplazar sus manos desde los glúteos hasta las pantorrillas del rubio, provocando corrientes eléctricas en el dueño.

El calor subió varios grados cuando Kaminari comenzó a frotarse por encima de la ropa de su novio. Sus respiraciones estaban tornándose erráticas y los leves gemidos que liberaba el rubio no estaban contribuyendo al autocontrol del otro.

Se terminaron separando lentamente, se miraron unos segundos y Kaminari sonrió ampliamente. Se irguió y quedó completamente sentado sobre su novio. Le quitó la chaqueta, arrojándola a un lado de la habitación, desabotonó la camisa, sin embargo, no se la quitó; solo dejó expuesta la piel del pecho y el abdomen. Giró hacia la derecha, viendo por el rabillo del ojo la zona aún cubierta por el pantalón. Guiñó un ojo y cambió su posición de manera que terminara dándole la espalda.

Shinsou solo sentía como la hebilla se dejaba ser para luego ser tirada a un lado con el resto del cinturón. No perdió tiempo y fue deslizando el pantalón y el bóxer al mismo tiempo, de manera que dejase expuesto su miembro al contacto de la suave piel de las palmas de su novio.

Segundos después sentía como lo estaba masturbando con un movimiento lento. Lo tomó de la cintura y apretó los dedos por lo bien que se sentía; vio como el trasero del rubio se acercaba más a él, dejando en exposición aquellas lindas bragas que encajaban con lo redondo que era.

Pudo sentir como su miembro era engullido por la húmeda y caliente boca de Kaminari, estaba siendo muy directo para poder llegar a su cometido y tenía más o menos una idea, pues parecía lo quería montar y claro que no se lo iba a negar. Con eso en mente, lubrico un dedo con saliva, desplazó una parte de las bragas y comenzó a jugar con la entrada del rubio, sin embargo, cuando deslizo una pequeña porción dentro, supo que ya estaba preparado.

Su novio se irguió nuevamente, sin dejar de bombear su miembro y solo dijo:

— Soy un chico muy travieso. Tengo muchas ganas de montar a mi novio. — Pronunció junto a un gemido necesitado. — Tenía que llegar preparado.

Segundos después, separo las piernas del peli-violeta, colocó parte de las suyas por debajo de las del mencionado, puso sus manos juntas un poco más al frente, apoyándose en la cama y al alzar su trasero, lo primero que hizo fue jugar con el miembro endurecido y elevado de Shinsou. Rozó unas veces su entrada. Segundos después, con las bragas aun sin quitárselas, las deslizó un poco a la izquierda y finalmente fue introduciendo la palpitante parte en sus estrechas paredes. Lo tomó con calma, llenándose suavemente para no lastimarse hasta que la piel de sus nalgas y la cintura del otro chocaron.

— Mhaa... — Suspiró fuertemente cuando todo entró.

La rítmicamelodía de pieles chocando, el sonido de los suspiros y gemidos por parte deambos estaban componiendo una melodía lujuriosa que llenaba sus oídos y los incitabaa seguir con sus papeles, como un ciclo interminable que mezclaba el deseo, lapasión y el amor que sentían cada uno. 

El peli-violeta mientras tanto, sostenía lacadera de su novio, sin ejercer presión alguna que acelerara el movimiento, losiguiente que supo fue que Kaminari arqueó la espalda para comenzar a subir ybajar de forma gradual mientras emitía ligeros gemidos. Cuando tomó un ritmopropio y constante, Shinsou disfrutó del momento enloquecido y pervertido de sunovio, dejando de tocarle la cadera.

Estaban enloqueciendo por cada subida y bajada que estaba realizando el rubio, moviendo de forma semicircular su cadera y producir sensaciones aún más caóticas, sin embargo, de un momento a otro sintió como el frío invadía la piel de su miembro. El rubio, se había levantado completamente, solo para poder reposicionarse y mirar de frente al peli-violeta.

Ahora, cada una de las rodillas de Kaminari estaban colocadas un poco más arriba de la cadera de Shinsou y sus piernas se dirigían para estar del lado interno de los muslos del peli-violeta, para que sus pies se sostuvieran y se impulsara mejor. Ambas manos fueron colocados a cada lado de la cabeza de su contrario y sin previo aviso, volvió a introducir ese miembro palpitante.

— Hitoshi...— Dijo algo necesitado.

Esa forma de decirlo solo encendió alarmas en su mente. Aumentando la intensidad de todo lo que estaba sucediendo en la cama. Iba ayudarle a satisfacer aún más su deseo, sin embargo, cuando quería doblar ambas piernas, le detuvieron las del rubio; quiso bajar las bragas y ayudar a liberarse, sin embargo, un ligero manotazo le hizo retroceder.

— N-no toques ... — Apenas pudo pronunciar entre tanto movimiento y el gemido constante que emitía.

Quería el mando y no se lo iba a negar, solo se dejaba ser, sin guardar cada sonido por lo complacido que se sentía, desde lo visual hasta lo carnal. Nadie más tendría a Kaminari Denki, disfrazado con lencería de encaje negro, deseoso con exceso y queriendo el mando completamente, exacto: Nadie más lo tendría.

Una ligera línea de sudor estaba cruzando la frente de Kaminari, tenía sus mejillas sonrojadas, mordía de vez en cuando sus labios y cada vez aumentada el número de suspiros y gemidos necesitados. Sintió como las piernas del rubio dejaban de restringirle el movimiento; las había movido a cada lado externo de sus muslos, de manera que llegara más profundo.

Ambas manos se aferraron en los hombros del peli-violeta y su rostro lo colocó en el pecho.

— Mmhaaa... Hitoshi... no puedo... no puedo... más... necesito más...

En definitiva, estaba seguro que no era un pedido cualquiera, su demonio travieso quería mucho más y aunque quería seguir por su propia cuenta, parecía que estaba siendo cegado por todo el deseo que ya no respondía adecuadamente. 

Con toda la libertad permitida, dobló las piernas, sostuvo a su novio por la cintura y con una ligera señal, Shinsou comenzó a moverse para seguir satisfaciendo a su querido rubio, pero no era suficiente esa posición, si a partir de ese momento él iba a tener el mando, entonces, debían ser las reglas que él decidiera, así que solo giró, colocando al rubio en la cama, con las piernas abiertas, desconcertándolo completamente.

Se acercó hasta estar frente a frente, con la excitación aun a tope, lo comenzó a besar y en respuesta, Kaminari envolvió sus manos en el cuello y las piernas en la cadera del peli-violeta, atrayéndolo aún más para profundizar aquel beso.

Las manos de Shinsou no resistieron la oportunidad así que se pasearon libremente desde la espalda hasta llegar a esos glúteos blanquecinos y apretarlos sin saciedad, provocando un gemido en ambos.

— Me encantó tu travesura, pero honestamente... — Suspiró fuertemente. — Tengo el dulce más delicioso frente a mí. — Sonrió con malicia. — Así que lo voy a tomar.

Al terminar de comentar aquella frase, se aseguró que su novio viera como le guiñaba un ojo, provocando que se sonrojara una vez más. Arrastró el cuerpo de Kaminari, de manera que la cadera se posicionara en el borde de la cama. Quitó completamente sus pantalones y bóxer para tener mejor movilidad.

Separó las piernas del rubio sin soltar las manos del otro, las colocó junto las suyas y sostuvo los muslos fuertemente a cada lado de su cadera, haciendo de esta forma que se expusiera nuevamente aquella entrada que necesitaba ser complacida, tentando al miembro palpitante y venoso de Shinsou entrar de una forma repentina y sin medir fuerzas. Comenzó un camino de besos desde el cuello hasta llegar a las bragas, donde solo dejó un ligero beso, apenas rozando por encima de la prenda.

Pudo notar como Kaminari estaba dirigiendo sus manos hacia su miembro, pero Shinsou con mayor rapidez, las tomó, impidiendo que se tocara.

— No me dejaste tocar, pequeño pervertido. — Sonrió socarrón. — Tu tampoco vas hacerlo.

Para el rubio sonó horrible; estaba consciente que podía suceder, sin embargo, no contemplaba que no resistiría lo suficiente como para dejar a su novio al mando y mucho menos que le impidiera el masturbarse.

— No te preocupes, yo también puedo ser muy travieso. — Volvió acercarse al rostro de Kaminari. — Sé cuánto te gusta el sumata.

El rubio enrojeció completamente del rostro, sus ojos se abrieron a más no poder y como pez fuera del agua, abrió y cerró su boca sin poder articular palabra alguna. Esa posición le encantaba por las miles de sensaciones que le producía, no podía explicarlo, pero le fascinaba.

Shinsou tomó las piernas de Kaminari y las colocó encima de sus hombros, puso en medio de ambos muslos su pene, justo por encima de las bragas de su novio. Tomó las manos contrarias y las enlazo con las suyas, impidiendo que se tocara o cubriera el rostro, quería ver todas sus expresiones.

Juntó los muslos, lo suficiente para que la fricción en ambos, tuviera esa intensidad correcta. Así, comenzó a deslizarse entre esa piel blanquecina, endureciendo más y más aquella zona oculta entre las bragas negras. La adrenalina estaba corriendo por todo el torrente sanguíneo, activando cada tanto en su piel y órganos, sintiendo que final estaba cerca para ambos.

Kaminari solo apuntó a clavar sus uñas en la parte dorsal de la mano de Shinsou, mientras que este último, con movimientos más bruscos y potentes se dejaba llevar por el contacto intermedio.

Uno ...

— Hi-Hitoshi... — Suspiró fuertemente.

Dos...

— Denki... — Gimió profundamente.

Tres.

Ambos llegaron al final, el peli-violeta liberándose primero siendo seguido por su novio unos segundos después, decorando con perlas blancas aquél traje negro, sintiendo como sus cuerpos eran cargados por una última vez esa noche, de sensaciones electrizantes recorrer su cuerpo, pero también sentían como sus almas estaban aún más conectadas.

Sus fuerzas les dieron el suficiente tiempo para que se colocaran cómodamente en la gran cama, sintiendo el calor del otro, disfrutando el momento.

Pasaron unos minutos, cuando entre caricias, cubiertos por una sábana roja, Shinsou comenzó hablar.

— Vamos a tener que trabajar en la mansión para pagarle el uso de estas sábanas que seguramente son de seda.

Kaminari rio. — También debemos cubrir el hecho que esta habitación apesta a sexo.

La fiesta seguía en apogeo, no había más que decir. El ruido y la música cubrieron cualquier tipo de indicio. Aunque Yaoyorozu se preocupó al no verlos en el lugar, Todoroki la calmó, diciendo que se encontraban bien... quizá demasiado bien.

El incendio de esa pasión había sido provocado por una chispa, esa chispa llamada disfraz, podría parecer una locura que solo sucedería en aquella ocasión, pero la energía que brindaba esa noche, podía hacer que se atrevieran como nunca cosas inimaginables, en verdad otorgaba ese algo especial.







¡Feliz Halloween! ¿Dulce o truco? 

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¡Hola mis hermosos y lujuriosos demonios!

Así es, solo por este OS en este 31 de Octubre les diré así, después seguirán siendo mis ángeles preciosos, aunque algunos me han comentado que en este libro parece que no lo son, bueno, me acostumbre a decirles así desde el libro ShinKami One Shots donde solo es romance :3

Ya sé que en España ya es 1° de noviembre ;--; pero no pude subirlo antes. Lo siento mucho ;--;

Por favor, no le tiren hate a las parejas que agrego. A veces pueden ser las que tienen más fandom, algunas otras las que menos tienen, otras ocasiones los potenciales canon, pero el ShinKami seguirá. Aprovecho porque muchos otros OS o proyectos tendrán parejas variadas y yo respeto los gustos de cada personita me lee, así que les pido de la manera más atenta, sean así con la mencion en mis trabajos, por favor.

Ojalá les gustara este OS, lo tuve en mente desde casi inicios de publicar el libro y no podía dejarlo pasar.

Nos estaremos viendo con actualización nueva la cual no podrá ser mañana, pero tengan por seguro que será antes del viernes siguiente, ya que necesito pulir bien este nuevo OS, porque es ideado gracias al OS Celo y sí, el título es Celo II. Además, estará dedicado a una usuaria que le había prometido ver a Kaminari de cierta forma vestido.

A esas personitas que pusieron ..." Huele a embarazo" ... fue que me dieron la idea de hacer una especie de continuación, solo espérenlo.

Se nos vienen muchos OS más y algunos de ellos son sugerencias de temáticas ( como de Harry Potter) otros donde podremos tener gender bender uno por Kaminari y otro por Shinsou, y sí, un ShinKami Fem, pero take it easy.






¡Cuídense mucho mis demonios lindos!  

¡Les mando muchos besos y abrazos!


Sin más que decir, cambio y fuera.

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