Primer día de verano juntos.


Por fin había llegado el día más esperado por todo el mundo: primer día de vacaciones de verano. Kaminari había deseado que llegara más rápido de lo de costumbre, pues por primera vez pasaría sus vacaciones (o al menos el inicio) con su novio y no solo eso, sino que irían a la playa para poder disfrutar del calor y el agua en el cuerpo.

Ya habían estado saliendo cerca de un año y medio, pero no habían pasado las vacaciones en ningún momento juntos, ya sea porque habían planeado sus familias desde antes cada salida en el año o porque estaban muy ocupados con lecciones privadas y manejo de sus bienes ya que ambos eran de familias con un estatus económico bastante alto, pero con una reputación y humildad invaluable.

Aunque suene a que no tenían tiempo, en realidad, no era así, pues en la escuela cada que podían se veían y tenían pequeñas citas. Denki era detallista y Shinsou era romántico a su manera, pero ahora estaba la oportunidad perfecta de salir juntos y eso sería solo el verdadero comienzo de lo que vendría después, primera cita en otoño, primer cita en invierno, en fin, muchas más.

Yacía parado un rubio en la estación de autobuses, meciéndose un tanto nervioso, pues si lo pensaba bien, no había visto a Shinsou con ropa casual de verano y eso significaba que su novio tampoco lo había visto el con este tipo de ropa, aunque seguramente se veía como un Dios, ya que el uniforme de la Universidad (ya que asistían a una universidad privada) le quedaba tan bien, que seguramente cualquier cosa estaría perfecta.

Estaba teniendo nervios de encontrase con él y verlo en ropa casual y más aún. ¿Cómo lo vería en la playa sin morir de vergüenza?

Movió repetidamente su cabeza. — ¡Basta Kaminari Denki! ¡Eres un hombre hecho y derecho!

— Y vaya que hombre ....

La voz de su novio lo asustó tanto, que metió un puñetazo en el rostro de Shinsou haciendo que chocara con la pared. Ambos golpes fueron tan fuertes que la nariz le estaba sangrando y tuvo que recargarse para dejar de sentir que el mundo le daba vueltas. Denki miró horrorizado y lo asistió tan rápido lo vio deslizarse por la pared.

— ¡Per-perdóname Hitoshi! Me asustaste muchísimo.

Shinsou solo trataba de contener ambos dolores, lo cual se reflejaba en la expresión de ojos cerrados con mucha presión y un ceño fruncido mientras se mordía el labio inferior.

El rubio asustado buscaba en su mochila un poco de papel para quitarle la sangre y pudiera respirar mejor. —En verdad lo siento

Shinsou esbozo una sonrisa, aún sin abrir sus ojos imaginaba que su novio tenía una expresión de arrepentimiento en su rostro. — No te preocupes, es mi culpa realmente. Solo quería sorprenderte, no matarte del susto.

Kaminari sonrió por la respuesta de su novio, por su parte el peli-violeta, aún con su papel en la nariz abrió poco a poco sus ojos, de manera gradual la luz iba entrando y el mareo fue cesando. Lo primero que visualizó fueron esos grandes, brillosos y hermosos ojos delante de él; siempre los amaba ver, sin embargo, algo más capturó su mirada, era la playera que portaba su novio la que estaba jugándole mal, estaba exponiendo la piel que cubría más abajo del cuello y no solo eso, sino que también dejaba ver más de un tercio de la clavícula, una hermosa piel vainilla, parecía como la de un durazno, deseaba ver más de cerca y tocar... Cerró los ojos de pronto. ¿Cómo podía estar pensando cosas como esas de su novio? Era su primera salida y por supuesto no la iba arruinar.

Al volver abrirlos, tuvo que desviar la mirada hacia abajo, pero gran error, su novio estaba hincado, de manera que las bermudas casuales que llevaba puesta, hacían que la pierna derecha la cual estaba hacia arriba, dejara colgando un poco la tela, no pudo evitar iniciar un recorrido desde la rodilla, siguiendo el muslo, hasta ... ¡Dios mío! ¿¡Ese es su bóxer?! Presionó de nueva cuenta sus ojos y comenzó a sangrar de nuevo por la nariz.

— ¡Toshi!











< En el autobús>

Luego de que Shinsou convenciera a su novio de que todo estaba en orden y no había necesidad de ir a un hospital (a pesar de la insistencia del rubio), lograron llegar a tiempo para abordar el siguiente autobús que los dejaba cerca de una estación a la playa. En el camino pudo ver que estaban vestidos de la misma manera, solo que con colores diferentes. Ambos llevaban una camiseta blanca, una camisa a cuadros muy delgada de manga corta; él de color amarillo y su novio de color violeta y bermudas casuales, es como si se hubiesen puesto de acuerdo para vestir como pareja.

— Aún no estoy muy convencido de que te encuentres bien, sangraste dos veces por la nariz.

El peli-violeta optó por desviar la mirada y tratar de no mostrar su nerviosa expresión, suspiró muy fuerte y tomó valor para mirar a su novio.

— Te prometo que estoy bien, no hay necesidad de ir a ningún lugar que no sea la playa.

Kaminari solo pudo verlo con preocupación marcada en sus ojos, le creería, aunque sabía que no estaba del todo bien. — Pero mira, — señaló el cuello de la camisa, — tiene sangre, quedará marcado.

— ¿Mm? Oh, ya veo. — Estirando la camisa. — No te preocupes, de todas formas, iba a quitármela cuando llegáramos, pero lo haré ahora, para que no llegue a pegarse con la camiseta.

El rubio miró al piso preocupado por la situación, hasta que escuchó una risita de unas chicas que estaban sentadas justo al contrario que ellos, desvió su mirada para ver la misma dirección que ellas; se puso rojo como tomate. Shinsou estaba quitándose la camisa que estaba manchada, quedando solo en camiseta de tirantes, exponiendo esos brazos que estaban bien trabajados. Poco a poco el rubio estaba tomando un color carmesí que iba aumentando cuando su novio estaba abriendo la mochila para guardar la prenda. Vio las venas de sus manos y como estas aún sin hacer fuerza se marcaban, imaginó mil y un cosas que cuando quiso evitar mirar, volteando tan rápido que terminó chocando contra el vidrio de la ventana.

— ¡Den!

Solo pudo cubrir su nariz y parte del rostro con ambas manos, estaba rojo como tomate y su novio no le estaba ayudando, porque cuando reaccionó, Shinsou estaba sosteniéndole de los hombros con ambas manos, haciendo que la camiseta dejara al descubierto parte de sus pectorales.

Quiso desviar la mirada hacia abajo, pero como su novio no estaba bien acomodado, del lado derecho dejaba ver parte de la cadera, se notaba claramente una línea por el ejercicio que viajaba desde su abdomen hasta su ... ¡Kaminari Denki, deja de pensar en esas cosas!

— ¡Cariño, estás sangrando otra vez!











< En la playa >

Mientras todo el mundo del autobús bajaba gritando de alegría al llegar a su destino, un peli-violeta y un rubio estaban demasiado desgastados por los eventos recientemente ocurridos, que solo bajaron tranquilos, avergonzados y nerviosos.

— Bueno, al fin llegamos — trató de esbozar una sonrisa a pesar de lo apenado que estaba el rubio.

— Sí, por fin llegamos, parecía que llevaría más tiempo.

Ambos chicos enrojecieron, ya habían visto un poco de piel y no es como para que enloquecieran, pero sus pensamientos estaban haciendo que la vergüenza avanzara más y más, impidiendo si quiera dar un paso hacia los sanitarios.

— Bu-bueno, creo que ya es hora de que avancemos, sino cuando nos demos cuenta el sol ya se estará ocultando.

— Sí, tienes razón.

Cada uno tomo un cubículo, era demasiado estar pensando en cómo luciría el contrario con su traje de baño. Kaminari no dejaba de darle vueltas al hecho de que el cuerpo de su novio estaba muy bien formado, admitía que cuando lo abrazaba con el uniforme escolar no imaginaba que estaría oculto tras esas prendas y Shinsou no imaginaba que esas piernas estuvieran ocultas todo ese tiempo, su piel que parecía ser terciopelo durazno estaba tan oculto bajo las mismas prendas diarias de la universidad ¿Por qué uniforme? ¿Por qué?

— ¡Dios, en qué pienso! — Ambos gritaron al terminarse de cambiar, siendo tan fuerte que no escucharon al otro.

Al poco rato, ambos salieron y se tomaron de la mano, sin embargo, ninguno había notado que miraban hacia dirección opuesta en todo momento, la gente les miraba curiosos, tenían suerte de avanzar y no haberse estrellado con algo o con alguien.

— Mira — Una chica pelirroja codeo a una castaña. — ¿No te recuerda algo?

La castaña volteó hasta donde le señalaba su novia, bajó sus lentes negros y sonrió. — Por supuesto, seguramente es primer cita en playa. — A lo lejos notó que alguien hacia señas extrañas mientras saltaba algo desesperado, pero no tardó en captar el mensaje. — Esto será divertido

— ¡Muchacho ten cuidado! — Un hombre grito cerca de la pareja distraída.

AL poco tiempo una pelota de playa golpeó al rubio en la cabeza, haciendo que se estrellara con su novio y cayeran en la arena.

— Oh dios mío. — Exclamó la pelirroja cubriendo su boca. — Vamos ayudarles.

— Espera — Le sostuvo la muñeca impidiendo que avanzara.

Ambos chicos seguían tirados, ese no era definitivamente su día, un nuevo golpe no era menor en dolor que el anterior, seguramente es mi castigo por los pensamientos que he tenido, pensaba cada uno mientras sostenían su rostro con ambas manos.

— Chicos, ¿se encuentran bien? — Preguntaba la pelirroja arrodillada al lado de los chicos.

— Mi nariz, duele ... — Apretaba con fuerza el puente de su nariz mientras mantenía los ojos cerrados... — ¿Estas bien, Toshi? — recordó que su novio estaba debajo de él, ocasionando que se parara de golpe

El peli-violeta se incorporó aun sin ver a su novio y Kaminari no habría sus ojos hasta que disminuyo el dolor. Para cuando voltearon a verse para corroborar que estuvieran bien inconscientemente hicieron un escáner visual, ambos sin camisa dejando ver el bien trabajado cuerpo de Shinsou en su totalidad, solo con una bermuda playera y al parecer la del rubio era más corta de los muslos, dejando ver más de esa piel vainilla, esto iba acabar muy mal: se desmayaron.

— Oww, pobrecitos, no aguantaron verse. – Dijo la castaña con una sonrisa juguetona.

— Deja de burlarte y ayúdame a colocarlos en un lugar tranquilo junto con nosotras.

— Agh, que aguafiestas.

Las chicas los acomodaron uno frente al otro, seguramente despertarían en unos minutos, pero era mejor que enfrentaran esa realidad, aunque les parecía muy lindo que se avergonzaran de esa forma tenían que aprender a enfrentarlo en pareja.

— Déjalos ahí tranquilos y ven a ponerme bloqueador.

— Que poco cuidado con los ajenos.

Ambos chicos ya estaban conscientes, acostados, mirándose a los ojos, pero no se atrevían a moverse o hablar, hasta que Kaminari se armó de valor (solo un poco antes que su novio) y comenzó hablar.

— Yo ... quiero confesar que tuve mucha vergüenza al verte así. — Desvió su mirada mientras adquiría un ligero rubor. — Nunca había salido con alguien antes y tampoco creía que tendrías un cuerpo tan escultural, es decir, jamás me interesó un físico en específico, pero sí que me tomó por sorpresa.

— Yo tampoco creí o siquiera imaginaba que mi hermoso novio tuviera un cuerpo tan perfecto y una piel tan hermosa, no es como si me interesara y me fijase en ello antes, ya que me gustaste por como irradiabas tu propia luz, pero hoy fue ... Inevitable notarlo.

Ambos rieron, su relación estaba enfocada desde un principio en sus sentimientos y su verdadero ser, que, aunque una ligera atracción por los rasgos faciales por cada uno se notaba desde el principio, lo demás quedó en segundo plano. Se levantaron del lugar y se tomaron de las manos y corrieron hasta donde estaba el mar, sumergiéndose y soltando sonrisas cómplices, seguramente pasarían situaciones iguales en un futuro, así que mejor se dedicarían a disfrutar cada día al máximo. 












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Aquí les dejo otra historia corta de esta hermosa pareja, ¡Que vivan los novios!

¡Que viva el shinkami!

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