Feria
¿En serio él es tu novio? ¿Es así de serio cuándo estás con él? Pero ... al menos te abraza ¿no?
Siempre las mismas tontas e insulsas preguntas cuando me encontraba solo. Hacen que se me revuelva el estómago por el enojo. Le dije: tengo novio, shu, shu, va a venir pronto ¿Y se atreve a incluso hablar mal de él?
La gente se cree con derecho de criticar mi relación con Hitoshi y peor aún, critican a mi novio. Como si lo conocieran, malditos imbéciles, se creen perfectos cuando son más que basura parlante que roba oxígeno.
Estaba tan ensimismado en mis pensamientos, que solo el movimiento de algo frente de mí me hizo volver al presente. Era una rosa, envuelta en papel celofán con un pequeño moño rojo en la parte del tallo. Fijé mi mirada un poco más arriba y ahí estaba, mi lindo novio haciendo una reverencia con la rosa extendida hacia mí.
— Si el bello príncipe disculpa a este plebeyo por tal atrevimiento, pero no pude evitar arriesgarme en entregarle esta rosa en señal de mi amor por usted.
Ahí estaba, la persona que más adoro con todo mi ser, demostrando tal muestra de afecto a todos esos pares de ojos curiosos, incluso algunos se detuvieron ante su declaración de amor. No había mejor remedio para olvidar todos esos comentarios, que mirando a mi novio.
— Vamos, Toshi, vas hacerme ponerme rojo hasta las orejas. — Traté de disimular mi voz nerviosa.
— Pero mi señor, necesito responda al llamado de mi corazón. Siente desfallecer cada vez que mira esos bellos ojos color ámbar. Esos rubios cabellos parecidos a los rayos de sol, a esos-
Tuve que callarlo poniendo mi mano sobre sus labios. A veces no podía con la labia de mi novio y no, no en sentido que me desagradara, sino que, seguramente si fuese miel pura, sus palabras correría riesgo de ser diabético. Aunque me encantaba esa faceta suya.
Poco a poco retiré mi mano hasta posarla en su pecho. Me fui acercando hasta colocarme solo en la punta de mis pies y poder ver esas joyas violáceas que tiene por mirada.
— Que espera noble caballero, su príncipe desea un beso.
Después de todo, solo era para mí todo ese momento lleno de amor y dulzura.
Me dedicó una hermosa sonrisa, de esas que solo yo he sido testigo de cuan magnificas deslumbraba e irradiaba paz. Me tomó del mentón y yo cerré mis ojos. Fue acercándose hasta que sentí esos afelpados labios sobre los míos.
Solo fueron unos segundos los que duramos en esa posición, pero las sensaciones que producía se quedarían adheridas por siempre.
— ¿Por qué estabas tan pensativo antes de que notaras mi presencia?
— ¡Hum! — me crucé de brazos y puse mi mejor rostro enojado. — Porque de nuevo gente tonta me hizo las mismas preguntas y comentarios vacíos sobre nosotros y sobre ti, pero les haré pagar de una forma u otra. — Choqué mi puño izquierdo sobre la palma de la mano derecha.
— Cariño, deja de prestarles atención. Ambos sabemos lo que realmente sucede entre nosotros, ¿no es eso suficiente?
Le miré de mala gana. — Eres demasiado suave con esos cretinos.
— Y tú me estas dejando de lado por querer pelear con ellos. Vamos a pasarla bien el día hoy— Me tomo de la mano derecha y beso el dorso de ésta. — ¿sí?
Su mirada estaba con cierto acongojo, quizá por lo que dije, o quizá no. Fruncí mi ceño ante tal pensamiento, algo en mí me dijo que debía pensármelo mejor. Hoy solo debía concéntrame en estar con mi habibi.
Solté un gran suspiro y sonreí ampliamente. — Tienes razón, no pensaré en eso de nuevo.
Entrelacé mis dedos con los de Hitoshi y comenzamos a caminar rumbo a la feria. Dimos algunos pasos hasta que de pronto sentí que estaban... ¿Rascando mi espalda?
— Hitoshi... ¿Qué haces? — pregunté curioso.
— Buscando... — Mientras seguía escarbando.
— ¿Buscando qué?
— Tus alas
— ¿Alas? — Enarqué una ceja hacia su dirección.
— Sí, porque eres todo un ángel.
Definitivamente no comería nada dulce el día de hoy. Bueno, tal vez solo los labios de Hitoshi...
🎡 ~~ 🎡 ~~ 🎡
— ¿Dónde te gustaría pasar primero? ?, ¿juego mecánico? Podemos intentar Kingyo-sukui o ir a la casa del terror.
Un escalofrío recorrió toda mi espalda y mi rostro palideció. — Me niego ir de nuevo contigo a una casa de terror.
— Pero creí que ya lo habías superado, amor.
— "Creí que ya lo habías superado, amor." — Repetí sarcásticamente. — Aunque sea cierto, no volvería a entrar contigo.
— Solo fue una broma, — me apretó más cerca de él — no pensé que colapsarías cuando salí.
— Como no colapsar si estabas colgando del techo y me jalaste. — sobé mi muñeca izquierda recordando el dolor — quedó adolorida por una semana.
— Olvida lo que dije — desvió su mirada al suelo — siento mucho hacerte recordar eso y también por haberte lastimado.
Estaba ensombreciendo la alegría que portaba hace apenas unos momentos y yo lo había hecho sentir así, eso era mucho peor. Lo abracé por la cintura y recargué mi barbilla en su pecho, para poder ver mejor su rostro.
— No tienes por qué sentirte así. Es cierto, ya debí superarlo y solo tenía que decir que no quería entrar al lugar. No era mi intención recordarte lo que pasó.
Elevó ligeramente la comisura de su labio y sus ojos adquirieron un brillo especial.
— Sigues siendo tan dulce como aquella vez.
Era cierto, incluso cuando mi muñeca estaba adolorida y enrojecida, al saber que había sido él, hizo disminuir mi enfado y también restarle importancia, sin embargo, no quería arriesgarme de nuevo. Los accidentes suceden, pero es preferible evitarlo lo mejor posible.
Un par de sonidos contra metal llamaron mi atención. Dirigí la mirada hacia los puestos detrás de Toshi, observando como usaban rifles y pistolas de balín. Volví a mirarlo, sonriente le propuse algo.
— Te reto a dar los tiros completos.
Abrazado a mí, nos posicionó de manera que ambos estuviéramos de frente aquel lugar.
— ¿Quieres retarme a tiro? — Dijo un tanto emocionado.
— ¿Tienes miedo de que pueda ganar? — Le dije algo orgulloso.
— ¿Y qué apostamos?
— Mmm... la paga de los dulces.
— ¿Estás seguro de que no quieres retractarte?
— ¡Miedoso!
— Como guste mi jefe.
En realidad, no estaba muy confiado en esto, pero había practicado las veces que salía con mis amigos de vez en cuando. Aunque sabía que Hitoshi era bueno con el rifle, había probabilidad de que fallara en algún tiro.
Nos acercamos al puesto y cada uno pidió un rifle. Las reglas fueron las siguientes: Ambos tendremos rifles cargados con 16 balínes para tirar una fila de 15 piezas, se realizará al mismo tiempo, cuando finalice uno de los dos, el tiempo acaba. Quien derribe más al final, gana.
En caso de tirar la misma cantidad, se contarán los balínes usados y quien usó menos, gana.
— Suerte, dulzura.
— No la necesito. —Aseguré, aunque quería arrepentirme. ¡Ayúdame universo!
— De acuerdo, ¿están listos? — Nos preguntó el dueño del puesto. Ambos con las armas preparadas asentimos. — ¡Comiencen!
Comencé a disparar hábilmente a toda mi hilera, estaba logrando derribar una por una y hasta llegar al noveno no he desperdiciado ningún disparo. Desvié mi vista hasta donde estaba Hitoshi y sentí como mi rostro se calentaba.
La imagen era simplemente perfecta. Sostenía el arma con un gran porte; recargada detrás de la clavícula, alineada correctamente en su brazo y antebrazo, sujetando por debajo y en la zona del gatillo con su mano derecha. Sumado a su conjunto de ropa: una chaqueta de lana color negro, por debajo solo una camiseta gris, jeans de mezclilla obscura y botas estilo militar.
Este hombre podría lucir perfecto con cualquier cosa que le pusieran encima. ¡Y es mi novio!
— ¡Terminó el turno!
Salí de mi meditación al escuchar la voz del dueño. Me había distraído por completo que olvidé seguir disparando a mi fila. Devolví el arma con un mohín en mis labios. El ayudante estaba contando las piezas que habíamos logrado tirar, miré hacia donde estaba mi novio, quien al verme me sonrió y guiñó un ojo. Claramente solo era un juego, pero quería demostrarle que soy un buen jugador.
— Tenemos los resultados, el ganador es ...
Bien, prepararé mi billetera.
— Este chico.
Cuando pude ver, el dueño estaba señalándome a mí, estaba confundido o simplemente no entendió como se aclaraba al ganador.
— Eh... Creo que se ha confundido.
— No hay error, joven. Aunque tuvo una distracción, terminó tirando 10 piezas sin usar proyectiles de más. Mientras que el joven del otro lado, solo logró tirar 9 y a pesar de continuar usó balínes de más.
Sorprendido giré hacia donde estaba Hitoshi, mi cara seguramente tenía un signo de interrogación, él jamás fallaba en este tipo de juegos.
— Sé lo que estás pensando — sonrió cálidamente —pero antes de que tú voltearas, fui yo quien primero quedó hipnotizado por tu imagen. Te veías tan concentrado y dando directamente a las figuras en un solo disparo, que me hizo desconcentrar.
Sonreí un poco orgulloso, le hice desbalancearse en uno de sus fuertes y al final obtendría comida especialmente comprada por él.
— ¿Quieres ir por tu premio? — Me abrazó por detrás y colocó su mentón en mi hombro.
Sostuve sus manos colocándolas al frente, entrelazándolas con las mías completamente. — Primero vayamos a ver que otros juegos podemos tratar de competir. Quizá gane más premios.
Soltó una pequeña risa y besó mi cabeza.
— Veamos que más hay.
🎡 ~~ 🎡 ~~ 🎡
Fuimos a muchos puestos más para seguir compitiendo; lanzamos dardos, aros, pelotas de basquetbol; subimos a un juego mecánico donde te coloca completamente de cabeza, a mí me estaba divirtiendo mucho, pero Hitoshi tenía una cara de pánico indescriptible.
No volvimos a subir. Yo reí, porque ahora creo que estamos compensados en tener miedo en algo.
Para liberar su estrés fuimos a unas plataformas de baile, yo era muy bueno con los instrumentos musicales y generar buenos ritmos, no para coordinar mis piernas, sí, terminé siendo un asco y perdiendo muchos puntos al tratar de seguir el ritmo. ¿Cómo diablos lograban bailar en su máxima velocidad? Parece que están bailando Maniac o matando insectos entre sus pies.
Hitoshi por su parte parecía no tener ningún problema para seguir el ritmo, bueno, no iba a negarlo, él es el novio perfecto, ¿y qué creen? ¡Es todo mío!
— Den ...
— ¡Uh! ¿Qué pasa, amor?
— ¿Vamos ya por tus premios?
— ¡Seguro!
Caminamos hasta algunas bancas cerca de los puestos de comida, parte de la apuesta es que compraría la comida, pero no especificamos cuál. Probablemente no me compraría cosas dulces, Hitoshi me regañaba constantemente porque comía demasiadas cosas con azucares elevadas.
Hice un puchero con mis labios y miré hacia abajo por pensar que no recibiría un algodón de azúcar. Jugué un poco con mis pies, balanceando de uno por uno, viendo la sombra que se producía por las lámparas de la zona, hasta que ésta se extendió mucho más. Me giré para ver que ocurría.
Era la luna, hermosa y majestuosa en todo su esplendor. Las nubes que la estaban resguardando fueron alejándose con la ligera ventisca que se estaba produciendo en esta noche serena. Pasaron algunos minutos hasta que me habló.
— Alguien parece que se está distrayendo mucho.
— ¿Qué? — Reaccioné buscando la voz de Hitoshi — Perdona, yo... pensaba en la luna
— ¿Ah sí? ¿Por qué?
Guardé silencio por unos segundos. — Porque me recuerda a ti.
Sin dejar de mirar el cielo, suspiré sonoramente y pensé que lo mejor era expresar mis sentimientos.
— Me recuerda que eres realmente hermoso, con una belleza extraordinaria e incomprendida, por ser distinta a lo que ellos desearían. Pocos se atrevieron a conocerte mejor.
Y a veces estás oculta por esas nubes, ellas representarían todos esos comentarios sin sentido, cargados de sentimientos negativos y no permiten que tu luz sea visible. Aún si saben que, de otro ángulo, que, buscando alternativas para ver tu brillo especial, tras todos esos bloqueos las encontrarían, no lo hacen. Muchas veces les he explicado que dejen de pensar de esa forma, que realmente me haces un bien enorme se atreven a lanzar todos esos comentarios cargados de sentimientos negativos, pensando que me están aconsejando bien o como si me importara, todo eso me hace poner de enfado.
Sonreí pensando en nosotros.
— Yo sería la tierra; influyes mucho en mí, en mi día, en mi vida. Tú eres el chico más perfecto y debería ser yo quien recibiera comentarios negativos —hice puño mis manos sobre mis piernas — así sería más fácil mandarlos a volar — sonreí con malicia — o mejor aún, quemarlos.
De pronto sentí como algo rozaba mi brazo derecho. Hitoshi se había sentado a mi lado, había guardado silencio todo este rato, incluso cuando me dio un precioso algodón de azúcar en forma de conejo. Combinaba distintos colores para poder hacerle ver mucho mejor sus orejas, sus ojos y cola. Podría estar muy emocionado porque obtuve lo que quería sin decir una sola palabra previamente, pero ahora solo estaba tranquilo, desahogando mi frustración con mi novio.
— Eres tan lindo cuando hablas con tanto sentimiento. Me encantas. — Desató el pequeño listón del algodón mientras yo seguía sosteniéndolo. — Deberías comerlo o podría ponerse feo.
Me sonrió tranquilamente para luego desviar su mirada al frente, en donde no había más que arbustos y algunas flores. Por mi parte, algo triste, no sé el por qué, comencé por darle una bocanada a una oreja del algodón. Luego de unos segundos mi preciosa amatista comenzó hablar.
— A mi realmente no me interesa lo que digan sobre mí, todo estará bien mientras no hablen sobre ti, yo realmente estoy bien con eso.
Tienes razón, muy poca gente se atreve a entenderme, a tratar de conocerme mejor. Sin embargo, aunque tú te consideres la tierra y agradezco y amo que consideres que soy yo quien influye en ti y mejora tus días, debo ser quien ofrezca su agradecimiento, porque mi brillo no es propio, mi forma de ser solo se demuestra gracias a una sola cosa.
Para la luna, teniendo todos sus elementos listos para demostrar necesita un elemento especial para su brillo y resplandor, ese elemento es el sol.
Para ese momento, aunque él estaba diciendo cosas tan maravillosas, seguía concentrado en el punto vacío del lugar, yo estaba aún comiendo un pedazo de algodón de azúcar, curioso por su respuesta.
— Den, sé que te comparas con la tierra por cómo te sientes cuando estoy contigo — elevó su mirada — pero para mí... si yo soy tu luna, entonces siempre has sido mi sol.
Mis ojos abrieron hasta donde más pudieron y mi rostro comenzó a sonrojarse por las palabras de mi novio. Estaba claro que siempre podría decir cosas hermosas y conquistarme día a día. Probablemente estaba hecho un asco por comer ese algodón de azúcar, pero no podía dejar de verlo. Tan perfecto que incluso la luna había posicionado a su costado derecho, iluminándolo como si no hubiese nada más.
Volteó su rostro para estar frente a mí y con una risita se acercó hasta rozar nuestras narices.
— O sole mío, permítame seguir brillando por usted y para usted, por un sinfín de tiempo. — su pulgar se deslizó por mi mejilla, seguramente quitando resto de mi dulce — le aseguro no se arrepentirá. No importando que me juzguen los demás, mientras mi estrella siga brillando, el resto puede quedar oculto en las sombras de la ignorancia.
Comenzaron fuegos artificiales para ir terminando esa noche de feria. Apenas lo había notado porque el brillo de sus ojos estaba siendo coloreado por las luces que reflejaban. Mi alma había sido enviada al cielo desde hace ya un buen rato y mi cuerpo no estaba reaccionando del todo bien.
— No se aparte de mí, mi preciosa luna.
Así, con fuegos artificiales de fondo, terminamos teniendo un dulce y hermoso beso, con la luna iluminando nuestra burbuja de amor.
🎡 ~~ 🎡 ~~ 🎡
¡Surprise! ¡Hoy toca actualización!
Se los había prometido y bueno, por fin está aquí.
Ojalá les guste la historia.
Quiero agradecerles a:
CrowBlast (Tus comentarios me encanta. Quisiera reír a carcajadas, pero me aguanto porque ha sido de madrugada donde estoy xd)
Candela60 (por ser la primer personita en dar votos en mis historias, muchas gracias)
Tsuki--Sama (perdón, pero ayer no se guardó nada de mis cambios al final :c)
AkaneRiku3 (Tus comentarios me llenan de amor <3 , me alegra tanto que te gusten estos OS)
(ojalá los etiquetara bien, perdón si no son las personas que tenía xd)
Por ser mis primeras seguidoras <3
Yo realmente al escribir todos estos OS no esperaba nada en particular. Solo quería que se quedaran para las ShinKami Shippers y de pronto comencé a recibir visitas, votos sin hacer ningún tipo de promoción más que solo una ligera mención en una página de facebook, en un comentario.
A cada personita que ha dejado sus votos y hermosos comentarios sobre como les ha gustado mis escritos. ¡Muchísimas gracias!
Estos tres archivos publicados no van a ser los únicos, existen muchos proyectos en puerta, sin embargo verán la luz hasta noviembre por cuestiones escolares, pero llegarán, poco a poco.
Sin más que decir, cambio y fuera.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top