Escritos de amor


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En medio del parque, en aquellas bancas de alrededor un rubio se encogía por el frío que emanaba ese atardecer.

Amaba la época del año, pero para alguien que temblaba con apenas una reducción mínima en la temperatura, no era muy favorable cuando decía que prefería el invierno al verano.

Cesó del intento por mantenerse caliente entre su abrigo y bufanda cuando un par de brazos rodearon sus hombros y posteriormente una bien conocida calidez se colocó suavemente en su espalda.

—Reconozco que una de las ventajas de la época, es que al dar abrazos siempre es una buena excusa— dijo quien se encontraba detrás al rubio.

—A mí me gusta que me abraces todos los días del año —respondió mientras tomaba con cierta fuerza las manos que tenía encima.

Sí, era para poder acercarse más.

Inmersos en su propia burbuja de sentimientos y regocijante armonía, permanecieron así durante unos minutos hasta que una ligera ventisca les hizo tomar una posición más cómoda. El peli-violeta quien se encontraba detrás de la banca, dio paso apresurado para poder sentarse junto con su novio.

Rodeó con la mano derecha la cintura del contrario y lo acercó hasta contemplar de cerca esos ojos color ámbar; brillosos y llenos de alegría como siempre. Le sonrió como pocas veces lo hacía frente al resto del mundo y luego le dio un suave beso en la frente, transmitiéndole la mayor ternura posible.

Por su parte, con los ojos abiertos completamente por la sorpresa y emoción de haber recibido tan dulce gesto, le hizo sonrojarse. A su vez sentía como su corazón se aceleraba, dejándole tembloroso para apenas poder esbozar una sonrisa.

—¿Por qué de repente esa sonríes? —preguntó con una sonrisa en el rostro.

—Porque... aunque siempre eres lindo conmigo, yo sé que hacerlo de forma esporádica frente a la gente no es algo que hagas seguido... pero realmente lo aprecio, como todo de ti.

El mencionado sonrió de lado y colocó suavemente sus manos en las mejillas sonrojadas del rubio, acariciando lentamente la zona sin dejar de contemplarse en sus miradas.

—A veces no entiendo como los ángeles te dejaron llegar a la tierra para un simple mortal como yo.

—No digas esas cosas, porque claramente si hablamos de fortunas, yo soy quien se lleva el premio mayor.

Me encantas de maneras que no tienes idea —pauso por algunos segundos y miró el reloj en su mano izquierda— pero me encantarías más si vamos a una cafetería, porque me estoy congelando aquí.

Soltó una risilla el rubio —De acuerdo. Vamos.

—¿Sabes a cuál vamos a ir?

—¿El de nuestro primer encuentro?

—Justamente.

Tomados de la mano dieron paso a la cafetería en donde comenzó la historia que habían comenzado a crear juntos tiempo atrás; en un invierno parecido a ese, donde por casualidad cómica tomaron asiento en una mesa del rincón, sin notar la presencia del otro, ya sea por ir por su pedido, pagar la cuenta, tomar un bocadillo extra, siendo el encuentro total cuando el bolígrafo del sujeto de en frente cayó y ambos por amabilidad, se agacharon a tomarla.

Shinsou realmente encontraba curioso como toda esa serie de eventos habían ocurrido para finalmente descubrir que compartían la misma mesa y que tiempo después, sería más que un simple espacio físico.

—¿Qué tanto piensas? —dijo el rubio mientras daba un suave toque a sus manos.

—En como literalmente un bolígrafo comenzó a escribir nuestra historia. Porque a veces los poemas no solo están plasmados en hojas de papel y con nosotros es increíble que nos permitan vivir uno.

—Siempre diré lo mismo: seguro en una de tus vidas pasadas eras un escritor, poeta, narrador o algo que se le parezca, porque es increíble que tan hermosas frases sueltes sin siquiera pensarlo dos veces.

—Solo vale la pena exponerlo cuando alguien lo merece.

—Sabes... ese día incluso después de habernos presentado y notar que estábamos juntos por azar, escribías mucho en un par de hojas —se detuvo un momento para ver la reacción pacifica de su novio—. Al principio creí que eran algún tipo de trabajo, sin embargo, cuando vi el formato y con el material que escribías, no parecía algo tan formal.

El peli-violeta enarcó una ceja y cruzó los brazos frente a su pecho algo divertido—Parece que me observaste bien ese día.

El contrario simplemente se ruborizó y desvió la mirada. Era así, llevar tiempo juntos y nunca haber confesado que no podía dejar de observar lo que hizo en aquél momento.

—Bueno, no es como si ahora sonara tan mal, ¿verdad? Es decir, yo... tú te veías...

—Al menos ahora sé no era el único que deseaba observar al otro.

Aunque ayudaba a sentirse menos avergonzado por el momento anterior, todavía no podía verlo a los ojos por un tiempo prolongado.

—Sabes, ahora realmente eso ya no interesa mucho y para lo que he deseado volviéramos a este lugar es completamente diferente.

Un poco desconcertado, la mirada ámbar que había estado en forma sorprendida ahora pasaba a estar con curiosidad, el resto expectante a esas palabras.

—Conozco esa mirada interrogante —comenzó a hurgar en el bolsillo izquierdo de la chaqueta que llevaba puesta— y aquí yace la respuesta.

Shinsou le estaba entregando un compilado de hojas de diferentes tamaños y colores, para él, lejos de responder las probables preguntas que tenía en mente, las aumentaron por completo. Despacio recibió todas esas piezas y bajo la mirada de su novio se dispuso a leerlas cuidadosamente para saber de qué se trataba todo.

Tan solo al leer la primera de ellas lo dejó atónito y con la boca abierta.

—Esto...Tú...

—Sigue leyendo, entenderás todo si lo haces.

Siguió la recomendación propuesta y por lo menos unos treinta minutos después, su alma había dejado a su ser terrenal, encontrándose en el paraíso. Por supuesto que ser meloso, cariñoso y lanzarse a los brazos de su ser querido era una opción, pero también era muy terco, por lo que dejar pasar su tan extrovertida forma de justificarse, estaba por encima de todo.

—Me estás diciendo que siempre has escrito este tipo de cosas y yo jamás lo noté...

El peli-violeta solo se echó a reír, porque claro, Kaminari era todo un ser dulce cuando se lo proponía, pero dadas las condiciones, era posible que en esta ocasión no llegara primero un beso y un te amo antes del reproche a su análisis diario.

—Seguramente siempre pensaste cada momento en el que escribía se relacionaba con la carrera que elegí, porque de inicio me lo preguntaste y asumiste todo ese tiempo que era para no perder la inspiración —hizo una pequeña pausa a su diálogo y reflexionó— que, aunque no es incorrecto ese pensamiento, solo era agregarle los pequeños detalles que podías lograr en mí.

Antes de que te conociera no había escrito a detalle lo que vivía, pero al solo verte me nacieron las ganas de hacerlo y nunca parar por ti.

Kaminari no podía creer lo que había dejado pasar todo ese tiempo. Según él, nada se le escapaba entre sus manos y ahora, parece ser que quien permanecía a su lado desde hace unos años, le había pillado con la guardia baja. No obstante, era un gran detalle a su relación, pero una cuestión le hacía mucho en su cabeza.

—¿Por qué hacerlo?

—Tontamente podría decir, ¿por qué no hacerlo?, sin embargo, mi atreveré a decir que no bastó más de un par de segundos, para saber que tú y yo formaríamos un lazo —dudó un segundo para continuar—. De qué tipo, era lo siguiente; ser grandes amigos, buenos compañeros... eso no lo sabía en principio y no tendría el valor de mostraste esto si no hubiéramos sido lo que hoy hemos llegado —le contempló firmemente esa mirada que le enloquecía—. Eres ese poema que siempre quise escribir: tan largo, hermoso, lleno de frases complejas y casi parecieran indescifrables al resto, pero conmigo siempre saber qué significan.

La burbuja que se formaba entre ellos era cada vez más notable, haciendo que los demás desaparecieran de momento y el tiempo se detuviera solo para pudieran perderse en el ser interior del otro a través de esos cristalinos ojos, pero el lugar era tan dinámico, que la interrupción inevitable del mesero con su pedido anclaba sus almas de nuevo a la tierra.

—¡Buen provecho! —emitió la mesera partiendo de inmediato al finalizar la última sílaba.

—Gracias —pronunciaron al mismo tiempo.





















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Había tanto que expresar, pero decir todo de la manera correcta estaba siendo un dilema. El té y los postres ayudaron con el tiempo para poder pensarlo mejor y no omitir nada al menos en esa ocasión.

El rubio, por un segundo elevó la mirada y observó con detalle a Shinsou, el cual contemplaba el atardecer desde la ventana circundante; amaba ese porte, aquella mirada, su forma de ser y ese gran detallista escondido que le ha sorprendido incontables veces tal cual ese día.

—Adelante —interrumpió sus pensamientos—, sé que quieres decir algo.

Kaminari se acomodó nuevamente en el lugar y aclaró su garganta.

—Es increíblemente hermoso todo lo que has plasmado en cada una de estas hojas y el cuidado con el que se ha conservado, pero... más que solo detallarlo y darlo como sorpresa me parece que hay algo más detrás de esto y quisiera saberlo.

Bajo aquella mirada, la taza de té fue colocada en su lugar y con un poco de miedo, comenzó a exponer lo que su corazón le suplicaba dejar libre desde un par de meses atrás.

—Estar contigo es como un sueño —hubo un momento de silencio—. Escuchar tu voz, adorar tu risa, contemplar esa mirada profunda, tomarte de la mano, abrazarte, dialogar contigo, ver tu ceño fruncido...Todo, absolutamente quiero detallarlo por completo, porque si un dia resulta que todo es una broma y despierto, quizá mi mente tenga escondida cada palabra y revivirlo sea una opción.

Aunque ahora, aún si es un sueño, quiero aprovecharlo al máximo. Abusar de que no hay nada más que hacer, más que disfrutar de esto que me ofrece.

—Shinsou, no es un sueño— interrumpió firmemente el rubio.

—Lo sé por ahora, pero, más me vale.

Nuevamente comenzó a buscar, pero ahora del bolsillo derecho, mostrando dos piezas de papel. Una la colocó encima de la mesa y la restante se la entregó.

—Adelante, léela.

Cogió aquella pieza y ahora bajo la mirada violeta más tranquila siguió con la petición.

— "Esa mata tan hermosa, colorida y fresca como un girasol. Su conjunto tan impecable como su lo es su alma. La nariz enrojecida por el frío de la tarde de inverno y el temblor que le origina me hacen querer dejar de escribir y correr abrazarle para jamás dejarlo ir, pero hoy quiero que todo sea especial..."

Contempló unos segundos el puño y letra de su amado, para después colocarlo junto con las restantes, sin embargo, al bajar la mirada notó cercano a su postre se encontraba la pieza de papel restante con un anillo plateado, el cual, tenía un pequeño lazo, recorriendo a lo largo de la mesa hasta perderse en la mano del peli-violeta.

Las palabras se ahogaron al visualizar todos esos objetos. Boquiabierto permaneció sin saber qué hacer aparte de quedarse completamente estático.

Shinsou sonrió de medio lado, acercó su silla, deslizó aquél papel y terminó de leer lo que había escrito.

—"Podría ser el mejor sueño que he vivido y no quiero dejar pasar la oportunidad de prometerle que mi amor será completamente sinfín para él..."

Suavemente tomó el anillo entre sus dedos índice y pulgar derecho mientras sostenía con la mano izquierda y con una mirada alternada entre ambas, quería saber la aprobación para poder colocarlo. Con un pequeño asentimiento, pero bastante eufórico por parte del otro, prosiguió hacerlo.

—Con este pequeño detalle quiero jurarte cuanto es lo que realmente te amo —mientras deslizaba suavemente el anillo—, ya sea despierto y en mis sueños —lo tomó de la barbilla e hizo mirarlo—. Si el tiempo lo permite y decide así, este bello poema que se escribe, me permitirán estar contigo para el resto de nuestros sentimientos.

Pequeñas lagrimas se acumulaban en las pestañas rubias del chico mientras que trataba de contener su descarga emocional para poder responder.

—Yo te amo como no tienes idea y espero también permanecer así contigo, por mucho más tiempo.

Entrelazaron sus dedos y más que acercarse físicamente para darse un beso suave en los labios, juntaban sus almas para poder mezclarlas y emitir un mar colorido de sentimientos resplandecientes en un futuro incierto, pero probablemente adecuado para ellos dos.

—Ojalá los poemas no envidien de ahora en adelante —dijo con cierto orgullo el rubio.

—Ya lo hacen, cariño. 















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¡Hola mis queridos ángeles! ¡Hace mucho no nos leemos!

Yo estoy emocionada porque por fin puedo volver aquí a este nuestro primer libro de publicaciones shinkami después de cerca medio año no haber publicado ;--; Espero pronto pueda actualizar los demás, que por lo mientras puedo decirles que al menos se actualizará SHKM OS +18.

Crucen los dedos para suceda en las otras obras al menos un capítulo;--;

Deseo nos leamos pronto. <3

¡Muchas gracias por su apoyo!

Sin más que decir, cambio y fuera.


17/11/2021

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