Beso
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—Planeta llamando a Denki —decía una chica peli-rosa al aire mientras agitaba una mano frente a él.
—Uh, perdón, Mina. ¿Me decías?
Luego de clases un jueves que sabe a viernes, decidieron ir por un postre antes de regresar a casa. La chica había notado lo distraído que estaba su amigo, por lo que no parecía tan mala idea al principio, pues ahora parecía totalmente eclipsado estando sentados en aquella banca del parque.
—¿Qué tanto tienes en esa cabeza? Hace días que pareces estar en las nubes —comentó con tono preocupado cada palabra.
—Solo tengo algunos pendientes que me gustarían resolver.
—¿Ah? —la chica elevó una ceja— Vamos a las mismas clases, sé que no tenemos algún pendiente escolar.
—Ugh, bueno, es de otras cosas... —disminuyendo de volumen en las últimas palabras.
—Vamos —le pasó una palma por la espalda transmitiendo su apoyo—, sabes que puedes contarme lo que sea... pero si no deseas hacerlo, no te voy a obligar.
Kaminari desvió su mirada hasta donde la de Mina. Mordió su labio inferior y después de un par de segundos se decidió a contarle lo que le preocupaba.
—Bu-bueno, no es como que sea un gran problema —alargando la única vocal de la penúltima palabra—, pero considero que quizá es momento de uh, llevarlo a cabo.
La chica peli-rosa, entrecerró los ojos, ya que, si bien le estaba contando parte del problema, la información no era suficiente para entender del todo y sobre todo cómo ayudarle.
—Sé que quieres que te escuche y tal vez te ayude, pero no puedo hacer demasiado si no sé a qué te refieres exactamente.
El rubio solo hizo mayor presión del diente al labio inferior. Desvió la mirada hasta donde sus manos jugueteaban nerviosas. ¿Podré decirle sin morir de vergüenza? Pensó rápidamente. Aunque algo ansioso reflexionó sobre el hecho de que prácticamente toda la escuela sabía que es novio de Shinsou Hitoshi y contarle a su amiga parecía ser la idea que calmaba su alma.
—E-es sobre Hitoshi y yo, nosotros-
—¿Qué sucedió? —lo tomó de la camisa— ¿Terminaron? ¿Te hizo algo? ¡Cuéntame! —comenzó agitarlo desesperadamente.
Aunque ser agitado mareaba a cualquiera, parecía que su amiga tiene la fuerza suficiente como para ser mareado en tan pocos segundos. La tomó por ambos brazos y detuvo los movimientos de un solo intento. Si seguía así, vomitaría y no podría resolver su tormento mental actual.
—Con calma, Mina. No terminamos ni ha pasado nada malo.
Le miró un poco perpleja y confundida. Poco a poco fue liberándose de las manos de su amigo y se formuló algunas preguntas de manera más relajada.
—¿Entonces qué es lo que te trae de esa manera?
Suspiró algo cansado, cerró los ojos y tragó grueso. Abrió los ojos, mirando con determinación a la peli-rosa y armado de valor, se dispuso a comentar qué le estaba pasando.
—He pensado que llevamos más de seis meses juntos y uh —colocó la mano izquierda en la parte posterior del cuello—, no hemos tenido nuestro primer beso.
Kaminari esperaba escuchar una risa por parte de su amiga, pues era algo tonto ser distante por un simple beso. Sin embargo, luego de un tiempo, no pasaba nada, al contrario, parecía estar seria con el tema.
—Te entiendo, es un tema importante.
—¿Cómo dices? —con toque de curiosidad por esa actitud.
—Bueno, el primer beso es algo importante.
—Tampoco es el primer beso que he dado —comentó algo ofendido.
—¿Y? —dijo con cierta obviedad— No le resta importancia.
De pronto la chica sonrió y volvió a su lugar de forma más cómoda.
—El primer beso de una relación puede tener tantas emociones mezcladas que, aun si no es la última relación que tienes, siempre será un momento mágico y no desacredita lo especial que fueron los anteriores —fijó su mirada en la de Kaminari.
Siempre es una buena anécdota a futuro, porque quizá sea el indicado para el resto de tus días; quizá sea un hermoso momento que te hará sonreír en otro tiempo o un momento gracioso que te podrá sacar una risa.
El rubio se quedó pasmado ante el sentimiento con el que liberaba aquellas palabras. Había cierto toque de nostalgia en cada descripción, haciéndolo poner alerta.
—Tampoco es que se deba planear esto, Den —colocó la mano izquierda en la derecha del chico—. A veces, un beso espontaneo es lo mejor que puede suceder y si Shinsou es alguien especial para ti, creo que es mucho más que suficiente; será tan meloso que puedo imaginarlo —soltó una risita.
—¿Estás bien? —ahora Kaminari era quien estaba preocupado.
—Claro que sí tontito —le sujeto ambos cachetes y los apretó—. Te dije que recordarlo en otro tiempo te desatan emociones.
De forma repentina aplastó el rostro del chico con ambas palmas abiertas en sentido vertical, haciéndole formar un rostro de dolor mientras abría los ojos.
—Siempre recuerda los momentos llenos de amor y que te hicieron felices. No te permitas olvidar el pasado que te hizo crecer como persona y te motivo a creer en el amor.
Poco a poco la presión en su rostro fue disminuyendo, pero la mirada que sostenían seguía comunicándose seguridad, apoyo, amor incondicional y mucho más.
Cuando sintieron que todo estaba acordado y entendido, comenzaron a platicar de algunas otras cosas que quedaron pendientes por un par de minutos, como el hecho de que la cafetería cada día se esmeraba menos en hacer comida deliciosa, la caída de mineta en clase de gimnasia o como aquél examen que habían copiado, pero reprobaron de cualquier forma.
—Por lo menos ganaste un cinco de algo que ni en sueños estudiabas.
—Tenemos que estudiar para la próxima o vamos a presentarnos en primavera para los finales y no queremos eso —comentó con cierto toque chantajista a su amigo.
—¡Por supuesto que no!
—Entonces —vio la hora en el reloj del centro—, debemos irnos para estudiar.
Kaminari corroboró la hora y aunque no era muy tarde, si de verdad quería pasar su parcial y tener las vacaciones de primavera libres, debía comenzar por llegar temprano a casa. Un abrazo terminó de complementar aquella conversación, llenando los últimos espacios de intranquilidad.
Por el camino, Kaminari reflexionaba todo lo que en la semana llegó a pensar y que realmente no le tomaba importancia al momento, sino que se estaba concentrando en el hecho de que sucediera sin más.
"A veces, un beso espontaneo es lo mejor que puede suceder." Sonrío recordando aquella frase.
Al momento, pudo sentir una mezcla; emoción, nervios y miedo. Tal vez, así sucedería, pero el cuándo, agregaba un misterio placentero.
¿La idea seguiría ahí? Es lo más probable, pero ahora tenía un nuevo enfoque y un montón de ilusiones se venían en mente.
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Al día siguiente, Denki, sentado en medio de la cama, estiró cada extremidad después de una buena siesta. Estudiar hasta pasada la media noche había sido muy productivo y definitivamente su cuerpo pedía descanso.
Se sentía cargado de una energía muy positiva, agregándole más felicidad a su entorno era el simple hecho de ser viernes y no solo era por el día, sino que el horario con su novio coincidía en la hora del almuerzo.
El corazón del rubio parecía estallar. Ciertamente aquella plática le hizo cambiar a mejor y no solo fueron las palabras, era su amiga, transmitiéndole realmente un significado más profundo con la alianza de los sentimientos y emociones.
Hizo un ejercicio de respiración un par de veces y cuando el reloj marcaba las siete con diez minutos, prosiguió a levantarse e iniciar su rutina diaria antes de las clases.
Desayunado, duchado, vestido y con mochila en la espalda, emprendió su caminata a la escuela.
Llevaba un par de calles recorridas, cuando reconoció un par de chicos tomados de la mano al frente.
—¡Que buena onda, Kirishima!
La pareja volteo hacia atrás en busca de quien gritó aquello.
—¡Ven con nosotros!
El rubio sonrió y cerciorándose que ningún carro se aproximaba, atravesó la calle hasta estar junto a la pareja.
—¿Por qué estás tan feliz? —preguntó el rubio cenizo tomado de la mano de Kirishima.
—Katsuki —dijo con un tono serio
—¿Qué? Hace una semana parecía estar perdido en las nubes —casi gruñó aquel chico.
El pelirrojo siempre trataba de que su novio no ofendiera a las personas, pues ser demasiado honesto y directo con sus palabras parecía ser un don y un arma al mismo tiempo.
—No te preocupes Kirishima. Es cierto, yo mismo puedo notar que estoy más alegre que otros días. Puede que no sea el día perfecto porque tenemos clases de gramática, pero bueno, no siempre se obtiene todo.
—A veces todo no significa un literal o abstracto en cantidad. Quizá solo sea un momento, una acción o una palabra.
—¿Qué mierda dices? —volvió a comentar Katsuki.
Kaminari no pudo evitar reír ante la situación. Es cierto, quizá ellos no lo habían notado, pero al volverse pareja, ambos se apoyaron mutuamente; fortalecieron debilidades y mejoraron como personas y como pareja, encontraban la forma de enfrentarse a diversas situaciones.
Con diversos temas en su conversación, el tiempo que les restaba para arribar al lugar fue mucho más corto. Llegaron hasta los casilleros y con la campana a punto de sonar, los tres debían ir a salones diferente a esa hora, pero compartían varias clases a la semana.
Kirishima fue el primero en despedirse, ya que estaba al extremo del corredor su lugar de estudio. Dio un beso superficial y rápido al rubio cenizo en forma de despedida, dejando a los dos chicos ir en dirección contraria del pelirrojo.
—Bueno, Mareep, quizá nos veamos en el almuerzo.
—¡Ay! ¿Te parezco tan lindo? —dijo emocionado.
El chico viró los ojos y se contuvo de comentar algo sarcástico.
—Ya vete, nos vemos en el almuerzo con el extraño.
—Se llama Shinsou Hitoshi y no es un extraño.
—Como sea —dio media vuelta y entró al aula.
Kaminari le frunció el ceño y se fue directo a su salón para iniciar otro día de clases. Aunque realmente no estaba enojado, pues sabía que Bakugou siempre decía cumplidos cuando Kirishima le besaba.
Cuando estuvo a punto de llegar a la puerta de su salón, unas manos cubrieron sus ojos haciéndole sonreír.
—Pensé que nos veríamos hasta el almuerzo.
Fue dando media vuelta y estar frente al chico al cual se refería.
—También lo pensé así, pero tuve la suerte de verte antes de entrar a tu clase.
Kaminari no contuvo sus ganas y abrazó aquél chico peli-violeta, casi acurrucándose en su pecho.
De forma inmediata el abrazo fue correspondido solo por un par de segundos, pues la campana que resonaba en la escuela les hizo separarse un par de centímetros para contemplarse de frente.
—Tienes que ir a clases, Den. Nos vemos en un par de horas —comentó dulcemente.
El pequeño rubio solo pudo asentir con la cabeza y así poco a poco separarse y ver caminar a su novio.
Al dar un par de pasos y estar frente al aula pudo ver como el delegado estaba a punto de dar un algún tipo de mensaje.
—Pasa y toma asiento, Kaminari. Debo darles un aviso.
Cuando cada uno de sus compañeros y él se encontraban tranquilos en sus sitios, el chico frente a ellos comenzó hablar.
—La profesora Lee no podrá asistir el día de hoy a la clase debido a asuntos personales. Por lo que se nos ha asignado un tutor en este par de horas. Podrán realizar cualquier otra actividad escolar durante el tiempo en los espacios asignados: aula, biblioteca y sala de estudio.
Quienes tienen actividades como: teatro, equipos deportivos y de arte pueden ir siempre y cuando muestren autorización de los profesores encargados.
Los murmullos con cierto toque de alegría no tardaron en hacerse presentes en el lugar. Que un profesor faltara era completamente inusual y siendo de gramática, era casi antinatural.
Tenían que realizar alguna otra actividad en su lugar, pero en esa ocasión tendrían opciones a realizar y con el parcial en camino, lo más probable es que gran parte estudiaría un poco.
—Hola, Kaminari.
—Hola, Midoriya.
—¿Te gustaría adelantar parte del proyecto en la biblioteca? Así ahorraríamos tiempo el fin de semana.
—¡Claro! —comentó efusivo.
Comenzó a guardar sus cosas casi de inmediato, hasta que cierta sensación comenzaba a crecer, como si lo observaran. Midoriya no se había movido en absoluto.
—¿Qué sucede?
—Uh, bueno. ¿Te sientes bien? —comentó preocupado.
—Estoy motivado para sacar ese trabajo adelante. No lo arruines con preguntas así —dijo mientras viraba la mirada.
—De acuerdo. Voy por mis cosas y te veo en la biblioteca.
Kaminari pensaba que el chico peli-verde era extraño en ocasiones, pero la mayor parte del tiempo era muy amigable.
Cuando por fin ambos chicos se encontraron en el lugar, eligieron una gran cantidad de libros y comenzaron a depurar cuales podrían ser de utilidad para su proyecto. Leyeron por un par de horas, hicieron notas, compararon ideas de los autores y con algunos detalles, comenzaron a elaborar el borrador principal para poder pasarlo a computador.
De forma inesperada tomaron parte de una hora libre previa al almuerzo, pero con lo bien que estaban trabajando en conjunto, decidieron finalizar por completo.
—¡Listo!¡Hemos acabado! —sonrió de oreja a oreja Kaminari.
—Incluso detallamos errores posibles. Prácticamente tenemos libre desde hoy en la tarde. Buen trabajo Kaminari.
—Buen trabajo Midoriya.
El sonido del estómago de ambos hizo que miraran el reloj, informándoles que el almuerzo había comenzado hace un par de minutos.
—Tal vez deberíamos guardar esto e ir por algo de comer.
Entre risas finales, se apresuraron a no dejar rastro del desorden que tenían. Se despidieron en el pasillo y el rubio emprendió viaje hasta el comedor, donde seguramente su novio estaría esperando.
No estaba equivocado, al momento de ingresar al lugar, el chico peli-violeta dirigió su mirada hasta la entrada y alzó una mano para que poco después caminara hasta donde se encontrara.
El peli-violeta tomó de la mano al rubio y fueron directamente a comprar sopa, un par de galletas y algo de beber.
Sonriente en todo momento, en alguna de las mesas del sitio, Kaminari le contaba realmente emocionado lo bien que había estado rindiendo desde la noche anterior. Comentaba como es que había logrado junto con su compañero de proyecto sacar de forma completa todo en un par de horas.
Shinsou no interrumpía aquellas anécdotas más que con asentimientos de cabeza, frases cortas y murmullos bajos, le encantaba como estaba irradiando una energía tan positiva. Lucía tan lindo, tan resplandeciente, tan llamativo que el momento no podría ser mejor.
Fijó su mirada en la de Denki, éste último sonrió y segundos después, se acercó para darles su primer beso como pareja. Sus labios se estaban tocando ligeramente, pero se sentían tan suaves y esponjosos. Fue un par de segundos lo que había durado originalmente, pero para el rubio, parecía que el tiempo se había detenido, cerró sus ojos y un mar de sensaciones se hizo presente.
Shinsou se fue separando poco a poco, dejando a Kaminari pasmado por el momento.
Con el rostro seguramente rojo, abrió los ojos, mostrando un brillo en ellos, acompañado de un ligero temblor, vio como el rostro de Shinsou tenía una sonrisa pequeña, demasiado hermosa y especial.
—Yo... — no pudo emitir otra palabra y enrojeció más.
—Me gustas mucho, Den.
Eso solo hizo que su rostro tomara un nuevo tono enrojecido. Lo cubrió como pudo y se agachó. Mina tenía razón, pensó al vivir el momento.
Shinsou sonreía nerviosamente, pues, aunque había tomado la fuerza para realizarlo, no dejaba de pensar que podría desfallecer en cualquier momento. Sostuvo a su novio en sus brazos por un par de segundos cuando algo inesperado ocurrió.
Kaminari se levantó enérgicamente y tomó con ambas manos el rostro de Shinsou, plantándole un nuevo beso con una duración más larga por un par de segundos.
Ambos con rubor en sus mejillas se vieron fijamente por cierto tiempo.
—También me gustas mucho, Toshi.
Una sonrisa nerviosa apareció en sus rostros y el rubio solo pudo esconderse nuevamente entre los brazos de su novio.
Muchosalumnos a su alrededor contemplaron el momento que compartía la pareja y susamigos a lo lejos optaron por dejarlos el resto del tiempo en aquella nuevaburbuja llena de nuevos sentimientos y sensaciones que poco a poco descubriríanjuntos.
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¡Hola mis lindos ángeles! ¿Qué dijeron?, ¿la autora ya no va a subir nada en este libro? Pues nooooooooo.
¡Oh sí! Volvemos aquí porque he encontrado la inspiración para escribir este OS. Pueden tomarlo como un especial de san Valentín, pero como me gusta hacer que los OS tengan la relación con las festividades de Japón, pues debió ser algo como el día blanco y tener un complemento para marzo, cuando es la respuesta del día de hoy. Así que decidí darles dulzura sin necesidad de tener que mencionar ninguna fecha, algo espontaneo y especial.
Aclaraciones: Sip, Mina estaba recordando el primer beso de su última relación.
Quise que este OS mostrara un lado positivo, en algunas relaciones son para siempre o un sempiterno y que recordar momentos felices aun con personas que quizá ya no están a nuestro lado, nos hace apreciar solo lo que nos hizo sentir: felicidad, emoción, nervios, etc. Y que nos ayude a crecer como personas y también en futuras relaciones. Aun así, espero les gustara este OS.
Lo más probable es que tarde de nuevo en actualizar aquí, pero es seguro que hay más OS por delante.
Les agradezco mucho sus visitas a mis obras. <3 Gracias a ustedes, el libro ha llegado al puesto #23 del hashtag de shinkami <3 ¡Muchas gracias por todo!
Sin más qué decir, cambio y fuera.
14/02/2021
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