• I •
Estas ahí, dejando saber que sigues presente. No importa si el tiempo a corrido entre nosotros, brillas, y pareces prenderte en llamas cuando cantamos en la misma sincronía. No recriminas el desgaste hacia ti, no odias el olvido en el que te fundo sin alguna razón, solo te sueltas de mi. Dejas separar el enlace que se crea cuando intercambiamos nuestros pensamientos, solo para incrustar la tranquilidad.
¿Acaso es lo correcto?
Te alejas en el vacío que puse para ti, mientras siento tu luz apagarse a mi alrededor, la melodía de tu voz se engulle en el silencio penetrando lo poco de luz que comenzaste a crear sobre mi. Entonces me encuentro en las sombras, sin las resplandecientes estrellas que enviaste para iluminar la oscuridad que atormenta mi mente y alma, sin tu intención de hacer mejor lo que me rodea. Me dejo envolver por la tristeza que gotea sobre mi ser, esfumando tu hermosa luz blanca entre el inmenso y desolado negro, a sabiendas que lo único que desprendo y dejo que tomes de mi, es el dolor que no puedo contener dentro.
Dejo que nuestras manos se aparten, floreciendo la desolación como causa. No te detengo, quiero, sin embargo me mantengo quieta entre el agua que poco termina por hundirme en total soledad. Brillas para mi, deslumbras por venir, por correr todos los sentimientos de culpa que sostienen mi cuerpo en la penumbra, intentas volver a sujetarme.
¿Cómo es que siempre quieres sostenerme?
Lo intentas, haciendo brillar el fondo negro que te acompaña, no quieres estar sola, pero no quiero acompañarte, admiro a tu alrededor, sabiendo que en realidad no te encuentras desamparada, no como yo.
Te dejo ir.
Sigues brillando, quemando blanco para los demás, sin saber que estás tan lejos de donde me encuentro. Pero brillas. Iluminas otros caminos que te aceptan sin dudarlo. Abandonando el agudo vacío en el que una vez te aprese. Te dejo soltar mi mano, quedándome el dolor, aceptando que la carga de la tristeza depende de mi, comprendiendo que no mereces ser separada de tu luz blanca, separando el lazo que te permite sentir mi sufrimiento, porque eso es lo único que puedo darte, porque eso es lo único que alguna vez deje que vieras através de mi aura dirigida a ti.
Estás ahi. Brillando. Solo que, ya no para mi.
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