Capítulo Único
Near jugaba con sus cabellos.
Miraba la fotografía que se encontraba en sus piernas, era la foto de Mihael, la recogió cuando tuvo el accidente en el camión, en aquel incendio, donde murió Takada.
-Mihael...-. Mello se sentó detrás de Near, y le abrazó por la cintura. Near se sonrojó y sonrió. -Me gustaría decirte lo mucho que te quiero-.
-Pues solo tienes que decírmelo, mírame Nate-. Nate miró detrás suyo, comenzó a tener cosquillas por la espalda.
-Te quiero, mucho...-. Una lágrima recorrió la mejilla de Near.
-Y yo a ti pequeño-. Mello besó la dulce cara de Near, y este se sonrojó al notar el calor en su mejilla.
-M-Mmm...-. Se sintió muy nervioso, así que se levantó, y se dirigió al baño.
-¿Te vas a duchar?-. Preguntó Mello sacando su chocolate, y mordiéndolo. Nate no le contestó, solo se metió en el baño. -Eso es un sí-. Mello sonrió, y mordió su chocolate.
Near se encontraba en la ducha, cabizbajo.
Después de varios minutos, salió, y se secó. Se puso una toalla en la cintura y se dirigió a su habitación a elegir su ropa.
Mello entró en su habitación, y se apoyó en el marco de la puerta.
-No hace falta que tengas la toalla, ¿Hay confianza o no hay confianza?-. Sonrió burlón, pero Near no le contestó. -Oh vamos, ¿Estás enfadado conmigo?-.
Near miró hacia abajo, y comenzó a llorar.
-Idiota...-. Mello se sorprendió.
-¿Que pasa?-. Preguntó, y se acercó.
-Podríamos haberlo planeado mejor-. Mello tragó saliva.
-Ya estás con lo mismo de siempre, ¿Porqué no puedes dejar ese tema?-. Preguntó Mello.
-Todo hubiera salido perfecto entonces...-. Near tenía la voz rota, estaba triste, deprimido, sin ganas de nada. Se levantó, y se puso su clásico pijama. -Por tú culpa, ahora yo estoy solo-. Near se dirigió a la sala de ordenadores del edificio de la SPK.
-¡Eh, eso no es verdad!-. Dijo Mello. -Estaré siempre a tu lado, como me pediste en aquella carta-. Dijo el rubio, cruzándose de brazos, mientras Near se frotaba los ojos, quitándose las lágrimas.
-Eras tan cabezota...-. Dijo Near.
-Hm, lo sigo siendo-. Sonrió Mello.
-Me hubiera dado tiempo de evitarlo-. Mello miró a Near, realmente se lo estaba tomando como un juego, pero al albino de verdad le preocupaba.
-Nate..., ¿Todo es verdad?..., ¿Me quieres enserio de esa manera?, ¿Querías evitar que pasara de verdad?, ¿Tan importante soy para ti?-. El llanto de Nate aumentó.
-Si te hubieras dado cuenta..., Podríamos haber pasado más tiempo juntos..., Aunque también es mi culpa, te dejé marchar, y nunca te confesé lo que sentía por ti-. Dijo Nate, arrepintiéndose de ser un cobarde.
-Si en tú carta-. Dijo el rubio, y se puso enfrente de Near. -Y me llegó al corazón-. Mello sonrió, y Near se sonrojó.
-Ojalá estés aquí-. Mello le miró.
-Cállate ya...-. Pidió el rubio.
-Quiero abrazarte...-.
-¡Cállate ya imbécil!-. Gritó Mello.
-Y besarte...-. Near extendió sus brazos para abrazar a Mello, pero se cayó.
Mello se levantó, atravesando a Near.
-Podría haber evitado tu muerte-. A Mello se le cayó una lágrima. No le dolía su muerte, le dolía que si no hubiera sido tan cabezota, y hubiera reconocido y aceptado sus sentimientos hacia Nate, ahora este no estaría así. -Ni si quiera sabré nunca si te gustaba o no-. Dijo Near.
-Si-. Near se sorprendió. -Si lo hacías-.
-¿¡Mello!?-. Near se levantó, pero no había nadie.
-Adiós pequeño, te amo-. Mello se evaporó, y Near comenzó a llorar, le parecía haber escuchado una voz.
-Hm...-. Comenzó a frotarse los ojos.
-Y yo a ti...-. Correspondió. -Mihael Keehl-.
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