🍄Chapter three.


1 mes había pasado desde que ambos se habían conocido, cuando llegó la noche en que la Luna debía cambiar de fase.

Yoongi decidió no avisarle nada a Jimin sobre el trabajo que debía hacer, pues prefería que él no fuera a verlo; previamente, le había dicho que le informaría en cuanto tuviera que emprender el vuelo para cumplir con la nueva fase; incluso lo sugirió como una "cita", ya que le dijo que le avisaría para que Jimin subiera con él a ver la fase de cerca, cosa que prometió, pero no cumplió.

Al final, se arrepintió, y ya no quería tener a un hada de luz interrumpiendo su trabajo. Pero, en lugar de cancelar el plan directamente con Jimin, simplemente salió directo a su labor, dejando a un rubio esperando con emoción.

Sin embargo, Jimin sí se enteró, y por más infantil que suene, le dolió cuando el chico que le gustaba no le habló en todo el día, para luego verlo volando por la noche sin siquiera haberse despedido.
Le afectó pues Yoongi le había hecho una promesa, pequeña y quizá insignificante, pero lo era al final de todo, y Jimin esperaba que al ser sencilla, la cumpliera.

Se enteró gracias a una plática inocente con su mejor amigo, un hada de flores de nombre Taehyung; él también tenía comunicación con un hada del cielo, quien ayudaba en lo relacionado al firmamento.

—¿Sabes si se retrasó el cambio de fase lunar?, ya es algo tarde.—preguntó el rubio a su amigo.

—No para nada, todo está en orden, de hecho, Kook me dijo que saldría a su trabajo allá arriba hace una hora, me envió una nota con su búho mascota.—explicó Tae con una inocente sonrisa, sin entender el cuestionamiento anterior—¿Porqué lo preguntas Mimi?

—Ah... Así que ya están todos trabajando en el cielo...—respondió mirando hacia arriba, mostrando por primera vez un semblante decaído. Taehyung asintió sin comprenderlo—Esque... Pensé que Yoon me avisaría... Quería acompañarlo y ver el cambio...

—¿Él te dijo que te informaría?, quizá se olvidó.—el castaño bajó su tono de voz, ahora pudiendo hilar lo que pasaba.

Yoongi lo había dejado plantado.

—Sí, bueno... Tal vez no lo recordó, tienes razón... O, puede que no quisiera tenerme allá arriba con él mientras trabajaba...—Jimin cada vez hablaba más bajo.

—¿Era una cita?—volvió a hablar Taehyung.

—Sí... Iba a ser mágica ¿no?, Yoongi dijo que era una cita y... Y-ya no importa.—bajó la mirada por completo, sintiendo algo extraño en sus ojos.

Por primera vez, Jimin estaba llorando, y Taehyung se asustó, pues jamás había visto esa reacción en su amigo.

—¿Qué sucede?, ¿qué le pasa a tus ojitos?, Mimi, tranquilo, mírame...—y justo cuando el castaño lo tomó de más mejillas para hacer contacto visual, notó algo aún más inusual en él—Jimin... Tus alas...

—No me importan mis alas ahora...—soltó entre sollozos, antes de mirarlas de reojo—Ellas jamás hacen na... Nada...

Las alas del rubio, que segundos antes se mantenían de un color blanco traslúcido, ahora estaban iluminadas en tonos dorados y amarillos.
Brillaban como nunca lo habían hecho, llenando de luz a las dos hadas y atrayendo la atención momentánea de aquellas que se encontraban en el cielo.

—¿Acaso estás feliz?... Acaban de dejarte aquí plantado y... Bueno, no se supone que brillen...—se atrevió a decir Taehyung, viendo atónito las brillantes alas.

—¡No estoy feliz Tae!, ¡estoy triste, y es extraño eso!—gritó Jimin, también por primera vez en su vida—¡Y sí, no se supone que brillen, pero lo hacen, y...! Y no me gusta...—sintió cómo sus ojos derramaban cada vez más lágrimas.

—Vamos, lo siento... Tranquilo Mimi...—el castaño intentó acercarse para abrazarlo, pero el rubio acabó por apartarlo.

—Me iré a casa... Y-yo... Necesito dormir...—dió unos pasos atrás, y emprendió el vuelo hasta su pequeña casa.

No estaba lejos de ahí, pero no quería ir caminando frente a todos en ese estado tan extraño; lo verían llorar y brillar al mismo tiempo, y eso definitivamente no era común en su aldea.
Así que decidió volar, para no tener que darle explicaciones a nadie. Una explicación que ni siquiera él tenía.

Taehyung se quedó dudando seriamente del porqué su amigo había presentado tal combinación de reacciones, sin poder encontrarle una razón lógica.

Y por supuesto, Yoongi lo logró ver desde el cielo, era demasiado luminoso como para pasarlo por alto; sin embargo, creyó que estaba feliz, que había tomado bien su plan cancelado, y siguió su trabajo sin pensar más en ese chico.

Qué equivocado estaba.

"Está feliz, menos mal tampoco le importó no vernos hoy", se dijo a sí mismo Yoongi.

"¿Porqué están brillando si no puedo parar de llorar?", pensó Jimin antes de caer dormido.




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top