🍄Chapter five.

🎃 Especial de Halloween 🎃
Dedicado a ParkPatii

Las cuatro hadas se encontraban sentados en un sitio ligeramente alejado del festival, dónde habían colocado pequeños pedazos de tronco para hacer banquitos y una mesa de piedra lisa; se escuchaba música instrumental a lo lejos y la luz de la luna llena se volvía cada vez más intensa.

Habían podido llevar una convivencia tan amena que parecía irreal y bastante incompatible con lo que se había visto anteriormente en Yoongi.
El peli negro había llevado a Jimin a recorrer todo el evento, le había enseñado un par de cosas sobre las fases que él trabajaba, y le había invitado todo lo que el rubio quisiera pedir para cenar. Estaba siendo increíblemente lindo con él, aunque claro, lo único que le había faltado era una disculpa directa.

Pero fuera de ello, ahora se dedicaban a platicar de trivialidades mientras Yoongi le compartía un trozo de pay de manzana a Jimin, y el otro par de hadas mezclaban un poco de miel de maple con sus tazas de café.

-Por cierto, ¿irán a la fiesta que darán en el lago?-preguntó Jungkook como parte de sus temas variados de conversación.

-¿La de halloween?, escuché que no sería para todos.-contestó Taehyung con una mueca confundida-Será que los organizadores no quieren mucho lío ahí.

-La harán las hadas brujas, ya saben que no suelen convivir mucho con los demás a menos que sea temporada de calabazas o luna llena.-prosiguió el hada de cabellos grises-Pero a nosotros nos invitaron.

-Suponemos que por haberles dado la luna perfecta para su magia, decidieron tener consideración con los del cielo.-agregó Yoongi con una pequeña risa.

-Eso responde tu pregunta, no iremos.-el castaño rió levemente, como si la respuesta fuera muy obvia. Pero no lo era del todo.

-Les pregunté porque nos dijeron que podíamos llevar alguna pareja o a un amigo.-explicó Jungkook y le regaló una sonrisa nerviosa a Taehyung-¿Te gustaría ir conmigo?...

-Yo también quería invitarte Jimin... Realmente me haría ilusión que fueras conmigo a la fiesta... ¿Quieres ir?...-Yoongi se coló a la petición, mirando al rubio con un aparente brillo en los ojos y una sonrisa cerrada.

Ambos amigos se miraron entre sí por unos segundos, y sin tener que cruzar palabras supieron que pensaban lo mismo.
Claro que querían ir, sería una noche increíble, y además, jamás habían sido invitados a una de esas fiestas de halloween, así que sería una experiencia nueva.

Sus sonrisas aparecieron gradualmente junto a un sonrojo en sus mejillas, y no pudieron evitar hacer más aguda su voz por la emoción.

-¡Acepto!-dijeron al unisono, causando ternura en los contrarios.

Y justo en ese momento, las hadas de luz lanzaron fuegos artificiales al cielo -hechos con cristales de luz y pigmentos florales- dando por terminado el festival del Otoño.
Se veía una escena mágica en el cielo, pues los tonos azules y plateados se mezclaban con los fuegos amarillos, naranjas y dorados, formando figuras florales en el firmamento.

Lo último que se dijo aquella noche fue que el búho mascota de Jungkook, Orión, pasaría a recoger a Taehyung y a Jimin la noche de la fiesta, para que así no se perdieran.
Tendrían que pasar unos días para ello, pero su emoción haría que se sintieran como minutos.

A veces en el mundo de las hadas se llegaban a filtrar costumbres muy humanas, como por ejemplo, el halloween.

Las hadas brujas habían adquirido esta celebración gracias a qué ellas eran las únicas que se atrevían a cruzarse con los humanos sin tenerles miedo, y estos a su vez, les enseñaron distintas celebraciones y costumbres.
Para éstas peculiares brujitas, el halloween era más un momento de especial importancia para que su magia se volviera aún más fuerte; y para todos los demás que habían llegado a unirse a dicho concepto, se veía más como una fiesta donde podían fabricar sus propios disfraces y reunirse para llenarse de cosas dulces.

Así que ¿por qué no?, divertirse unas cuantas noches de otoño no le haría daño a nadie.

Y este año, ellas habían organizado una, entre comillas, pequeña fiesta de halloween para su aquelarre y para ciertas hadas en específico, tales como las del firmamento, las de la luna y las de la cosecha; básicamente las invitaron por la ayuda que dieron para crear el ambiente optimo que, como brujas, necesitaban.
Se haría a la orilla de un gran lago en medio del bosque encantado, en dónde el agua era cristalina y las luciérnagas brillaban toda la noche.

El disfraz era obligatorio y llevar acompañante era opcional.

Todos los invitados estaban emocionados por el evento, pero por mucho los superaban Jimin y Taehyung.

Ellos habían empezado a confeccionar sus disfraces desde el día después del festival, no queriendo perder tiempo valioso en frivolidades.
Tenían bien claro lo que querían usar, y esperaban cautivar las miradas de Yoongi y Jungkook con ello.

Si, adivinaron, el castaño tenía un gusto ferviente por el hada peli gris, pero era un secreto aún. Tal cual Jimin con su hada lunar.


-¡Corre Tae, ya casi llega Orión por nosotros!-gritó Jimin desde la sala de estar en su casita de bellota, mientras rebuscaba las llaves de la misma y se ponía los últimos toques del disfraz.

-¡Ven a ayudarme, el corset no me cierra bien!-el castaño regresó el grito desde la habitación al fondo, denotando que estaba perdiendo la lucha contra la prenda protagonista de su vestuario.

Jimin no tuvo más remedio que ir a auxiliar a su amigo, aún cuando estaban a pocos minutos de ser calificados como impuntuales.
Taehyung ya tenía puesto todo su disfraz, solamente que no alcanzaba a ajustar correctamente el corset marrón que se había colocado, y necesitaba dos manos extras para ello.

Se suponía que ya no le faltaba nada más que eso, así que Jimin se tomó un par de minutos para amarrar las cuerdas del corset pensando que no afectaría a su tiempo.

-Ya está, vámonos.-dijo el rubio soltando a su amigo-Creo que escuché unos picotazos en la puerta, debe ser el búho.

-Espera, aún me falta la capa y mi bolso.-confesó dándose la vuelta para buscar dichas cosas. En efecto, llegarían tarde.

-¡Tae, por Merlín, apúrate!-se escuchó como Orión ululaba en la entrada, como si los quisiera llamar para que salieran-¡Ya vamos Ori!

¿Y de qué eran sus disfraces?, se preguntarán.
Bueno, ciertamente no se habían puesto de acuerdo en un conjunto a dúo, pero se veían muy tiernos.

Taehyung se había disfrazado de Caperucita roja, usando una camisa de seda blanca, pantalones negros, botas de tacón, un corset marrón y por supuesto, la icónica capa roja sangre -la cuál cubría sus alas, por lo que quizá no volaría esa noche-, y su bolso era en realidad una canastilla tejida.

Jimin, por su parte, había elegido un disfraz de champiñon, mushroom suena mejor.
Confeccionó un traje de seda blanco, con una media falda roja con motitas blancas, usó sandalias marrones, agregó enredaderas en sus brazos y el protagonista del vestuario era el sombrero redondo y amplio que simulaba la forma del champiñon, rojo con círculos blancos.

Ellos se veían muy lindos, y estaban más que entusiasmados por ver los disfraces que usarían sus acompañantes.

Eran las ocho de la noche cuando los amigos llegaron al lago, montando el lomo de Orión, y repasando con la mirada la fiesta.

Resaltaban decenas de linternas de calabaza, velas hechas a mano y faroles de luz verde iluminaban el sitio, y por supuesto, no podían faltar los adornos de murciélagos y fantasmas hechos con papel artesanal y pintura vegetal.
Había varias mesas con comida y bebida para los invitados, tales como bowls de ponche de frutas, galletas y dulces por montón.
Se podía escuchar música creada por las brujas y su magia, que daba un ambiente muy divertido al evento, además de que las hadas ya habían comenzado a llegar y se iba aumentando el ruido.

Todos tenían disfraces muy bonitos y llamativos, muchos eran relacionados a la naturaleza por obvias razones, pero otros más se habían aventurado a vestirse como los humanos, con sombreros de bruja, vendas de momia y colmillos de vampiro.

Jimin y Taehyung bajaron del búho justo en la entrada de la fiesta, en dónde un par de brujas los detuvieron para preguntar quien los había invitado, pues era bastante claro qué clase de hadas eran.

-Venimos por parte de Jungkook y Yoongi, son hadas del cielo.-explicó el castaño con una sonrisa amable.

-Bien, adelante.-no fue tan difícil que los dejaran pasar a decir verdad.

Caminaron a través de un arco de ramas torcidas que hacían función de "puerta", y notaron que no habían llegado todos aún.
Y que suerte, porque así podrían localizar sus citas más rápido.

-¿Cómo crees que vengan disfrazados?, con tantas cosas encima podrían ser cualquiera.-comentó Jimin mientras más se adentraban en la fiesta.

-No lo sé, pero no creo que sea tan complicado reconocerlos.-ambos se dirigieron a la mesa de ponche, y desde ahí empezarían su búsqueda.

Con la mirada repasaron todo el lugar, tratando de encontrar a las dos hadas que los habían citado, usando sus pupilas como radares y la intuición como su amuleto de suerte.
Realmente no tenían idea de cómo reconocerlos porque no sabían de que irían vestidos, pero lo peor que podía pasar, era que los encontraran más tarde.

Estaban tan sumidos en su análisis estilo Holmes, que no se dieron cuenta que habían llegado dos hadas por detrás de ellos.
Por supuesto, acabaron dando un brinquito del susto cuando estos les hablaron para llamar su atención.

-¿A quien buscan?-escucharon a sus espaldas, y ambos se giraron al mismo tiempo.

-¡Dios mío!-y vaya que se habían asustado-Ay... Que chistosos son...-habló Jimin entre un suspiro de alivio y una pequeña risita.

-Ja, feliz halloween.-sonrió el peli gris al ver que el susto había salido bien-Lamentamos la tardanza, pero es que este señor de aquí no quería ponerse nada de disfraz y lo tuve que forzar.

Y no es por creer en las coincidencias, pero, ¿adivinan de qué iban vestidos?

Jungkook era un lobo -con alas porque no se las cubrió bien-, con un abrigo de peluche negro, orejas y cola sujetas con broches y no estaba usando su típica camisa, sino que iba al descubierto del torso.
Por otro lado, Yoongi no había querido hacer mucho por su disfraz, así que solo se colgó varias enredaderas y hongos pequeños en su ropa, además de usar un sombrero alto negro que simulaba la forma de un hongo black trumpet.

Curiosamente, Caperucita roja iría con el lobo, y el champiñon amanita moteado estaría con un honguito trumpet.
Y sin siquiera ponerse de acuerdo.

-Que bonita coincidencia, miren, vamos a juego.-sonrió Taehyung al detallar sus disfraces, notando de inmediato los duos que formaron.

-Aquí solo hay una cosa bonita, y es Jimin.-sonrió de lado Yoongi, acercándose a su cita, y entregándole un pequeño obsequio.

Le regaló un quinteto de flores de luna, atadas con un listón negro. Éstas las había plantado y cuidado él mismo en su jardín especial, y por alguna razón que incluso el mismo Yoongi desconoce, decidió darle algunas a Jimin como presente.

Quizá el chico le gustaba, pero claro, no lo suficiente, y lo sabía.

-O por dios... Son las flores más lindas que he visto...-el rubio las tomó con delicadeza, levantando la mirada para conectarla con los ojos grises de su Luna, y sonreírle con ternura-Es el mejor regalo... Muchas gracias Yoongi...

-No es nada, mereces más que eso.-respondió el peli negro, acariciando con suavidad la mejilla de Jimin.

Taehyung solo miraba a su amigo con un brillo de ilusión, pues de verdad lo había visto muy triste los días anteriores, y lo único que deseaba era que siguiera tan feliz como siempre.
Y si Yoongi estaba dispuesto a hacer las cosas bien después de su error, entonces no tendría problema en apoyarlo.

Había demasiadas equivocaciones e ilusiones en el aire, y quizá se darían cuenta más temprano que tarde.

-Y bueno, ¿qué estamos esperando?, vamos a disfrutar la fiesta.-Jungkook sonrió animado, extendiendo la mano hacia Taehyung, esperando que él la aceptara.

El castaño asintió y lo correspondió, formando un agarre al puro estilo de un caballero.
Yoongi hizo lo mismo con Jimin, sosteniendo la pequeña mano del rubio con delicadeza, haciéndolo sonrojar.

A partir de ahí, la velada fue de bien a mejor.
Disfrutaron de la comida juntos, compartieron brindis de ponche varias veces en la noche, y rieron como nunca.
Además, un tiempo más tarde, las hadas brujas despejaron el centro del evento para abrir una pista de baile; Jimin bailó con Yoongi hasta que sus pies se cansaron y sus mejillas dolían por tanto sonreír, en su pecho no cabía la felicidad de tenerlo ahí enfrente, sonriéndole y tomándolo de las manos como si fueran piezas de rompecabezas que encajaban perfecto.

No podía creer lo bien que él lo estaba tratando y lo mucho que parecía gustarle, era como un sueño hecho realidad después de días de pesadilla.

Todo fue increíble, sin un solo inconveniente, y sin siquiera un mínimo brillo en las alas de Jimin.
Solo deseaba que la noche jamás terminara, que se repitiera una y otra vez hasta que recordara hasta el aroma del aire que soplaba en ese momento.

Pero, pasadas las doce de la noche, la fiesta acabó, y cada quien tuvo que regresar a sus casas.

Yoongi y Jungkook se ofrecieron a acompañarlos hasta sus puertas, pues no querían que se fueran solos a tales horas y que corrieran peligro.
Volaron juntos, con Orión detrás de ellos cuidando el camino, y pronto llegaron a la primera parada, la casita de Jimin.

-Fue una fiesta mágica, gracias por haberme invitado.-sonrió el rubio con un sonrojo casi permanente en sus mejillas. Ya estaba en la puerta de su hogar, despidiéndose, pero sin ganas de que Yoongi se fuera.

-Gracias a ti por haber aceptado venir conmigo, la pasé increíble.-le regresó la sonrisa, y de nuevo por un impulso, se atrevió a ir más allá.

Yoongi se quitó el sombrero de su disfraz, lanzó un leve suspiro para reunir valor, y se agachó lo suficiente como para quedar por debajo del sombrero de Jimin. Le robó un beso, su primer beso, con la mayor dulzura que juntó en su ser, y sabiendo que probablemente no lo hacía de corazón; lo tomó de las mejillas para que la distancia no existiera entre ambos, y un par de segundos después, sintió como el rubio lo correspondió.

Era la primera vez que se besaban, y Jimin anheló desde ese momento que no fuera la última.
Aunque no entendía muy bien el porqué de tal acción, no quiso detenerse a cuestionarlo o analizarlo, solo se quedó ahí, besando a Yoongi y disfrutando cada segundo hasta que el contacto acabó.

-Buenas noches Minnie, descansa...-dijo el peli negro a tan solo milímetros de los labios rosados de Jimin.

-Buenas noches...-respondió el rubio apenas audible, y sin poder evitar sonreír.

¿Y ahora que pasaría?, ¿acaso Yoongi había recapacitado y de verdad se comportaría mejor con Jimin?
Pues, aunque se pensara que sí, muy probablemente, no sucedería.

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