× Tres ×
La gran mayoría ya estaba dormido dentro del bus, Mori encima de su novio, Fukuzawa y la gran mayoría roncaba. Los despiertos eran Gin, Dazai y Atsushi
——Tal vez no sea buena idea ¿Y si se enferma?—susurraba Gin preocupada.—
——Lo va a valer
¿Que hacían? Pues fácil, antes en el bus Atsushi se había sonrojado al ser cargado por Dazai, obviamente el sonrojo estaba planeado, ustedes se preguntarán ¿Cómo controla sus sonrojos? Pues fácil, Osamu en una novela vio que una forma de dar fiebre era poniendo cáscaras de plátanos en los pies y para que Atsushi se vea rojito y de un aspecto de avergonzado habían hecho esto antes de llegar y ahora lo estaban volviendo a hacer ya que eran las siete de la mañana y según tenían entendido llegarían a las ocho, por lo cual algunos empezarían a despertar pronto
Sintieron como alguien se empezaba a despertar, Gin agarro las cáscaras de plátano, las guardo dentro de su pantalón y corrió a sentarse, en cambió Atsushi se puso encima de Dazai y ambos fingieron haberse quedado dormidos abrazados. Se escuchó un ligero gruñido y Atsushi sintió cosquillas, hacia un esfuerzo para no reír, Osamu habría un poco su ojo izquierdo para ver qué pasa. Akutagawa había usado al rashomon para separarlos a ellos dos, el pobre Ryūnosuke estaba completamente loco de celos, todo funcionaba
.
.
.
.
.
Todos bajaron del autobús y vieron unas cabañas
——En una cabaña dormirán todas las chicas y en la otra todos los chicos
——Ehhh~ y la tercera para nuestros jefes ya que no quieren que los interrumpan en el acto
——¡Dazai!—suspira.— Cambiando de tema, el desayuno se servirá a las nueve, todas las chicas y chicos que sepan cocinar deberán ayudar a cocinar todos estos días
Muchos se empezaron a quejar hasta que Mori hablo
——Los que no sepan cocinar tendrán que lavar todos los trastes sucios
Y allí ya no hubo más reclamos
——¿Qué chicos saben cocinar?
Solo tres levantaron la mano, Atsushi, Chuuya y Junichiro
——Bien, vallan a dejar sus cosas a las cabañas y luego vengan a ayudar a cocinar
.
.
.
.
.
Una hora después Chuuya y Atsushi empezaron a llevar la comida de la cocina al comedor, pero no se percataron de que tenían el mandil puesto todavía. Como hacía demasiado calor, 29° para ser específico y además se estaban casi asando mientras cocinaban, ambos se quitaron la camisa y se habian puesto el delantal. Atsushi vestia un mandil simple, era uno color blanco con pequeños bolados, pero el de Chuuya... él de Chuuya era rojo con corazones rosas y ajustado
Las risas no hicieron falta hasta que el pobre se dio cuenta y volvió a la cocina avergonzado, de lo que nadie se dio cuenta era de la gran erección que estaba ocultando el suicida
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top