♡  Abrazos después de un mal sueño.

Si necesitabas hablar con ____________ en algún momento, lo más probable era que la encontraras en la habitación más pequeña del segundo piso.

Ella pasaba horas ahí, sentada en el sofá y admirando el cielo a través de lo que quizás era la única ventana en aquel lugar.

Daba buenos consejos, por lo que la liga veía aquel lugar como una especie de confesionario o habitación terapéutica, había días en los que incluso formaban filas para poder contarle sus problemas a la mujer, ella siempre encontraría una solución y se sentirían mejor después de oír sus palabras.

Normalmente Toga y Twice discutían por ver quien entraría primero, los dos ya eran visitantes frecuentes de la (H/C).

Pero a pesar de todo, cada uno sabía de aquello, cuando Shigaraki entraba ahí y cerraba aquella puerta, nadie podía entrar. Usualmente ni siquiera se atrevían a habitar la planta alta y les daban a ambos su espacio.

—Te quedaste dormido —murmuró en voz baja, la respiración del mayor se había tranquilizado y hace algunos minutos que había dejado de hablar.

Sin embargo ella continuaba acariciando la pálida cabellera de Tomura, durante este tiempo la había dejado crecer un poco, sin embargo las puntas ya estaban algo ásperas.

Continuó admirando con cariño su rostro, deslizando sus dedos por aquellas heridas, sus caricias eran suaves, podías ver lentamente cómo todo iba sanando a su paso.

No podía dormir, por más que quisiera, sus ojos no se apartaban cuando veía el sereno rostro de su novio descansando con tanta facilidad.

Simplemente era demasiado atrayente.

Ya era algo tarde cuando las nubes empezaron a despejar el cielo, la habitación sucumbida en oscuridad empezó a iluminarse por los débiles rayos de luna que comenzaban a colarse entre las cortinas.

—¿Tenko? —sonaba preocupada, las pálidas mejillas de su novio habían empezado a humedecerse, bajaban lentamente lágrima tras lágrima.

Shigaraki había empezado a retorcerse bajo ella, apretando sus ojos con fuerza, no podía abrirlos, en esos momento su toque no bastaba para calmarlo.

Tomura se había despertado de golpe luego de varios minutos.

—¿Cariño, estás bien? —murmuró, intentando acercase.

Él se había distanciado, alejándose lo más que pudo, llegando incluso al borde del sillón en donde estaban, tenía las palmas alzadas en el aire para que no tocaran nada.

Intentó acercar su mano para poder acariciar sus mejillas, pero Tomura se alejó aún más si se podía.

—No quiero —esa era la arisca voz de Shigaraki, cortada por el llanto—. No quiero que desaparezcas.

Miró con ternura aquellos orbes rojos llenos de lágrimas—. ¿Pesadillas otra vez?

Tomura era como un niño pequeño, solo agachó la cabeza y asintió, quería que el miedo lo abandonara de una vez.

Sin dar tregua a nada, ____________ tomó las manos de su novio entre las suyas, apretando levemente y sin intenciones de soltarlo.

Los ojos de Shigaraki se llenaron de lágrimas nuevamente y su labio temblaba de forma débil—. ¡No! ¿Qué hiciste, tú...?

La sonrisa en el rostro de su compañera bastó para callarlo.

—Esperaré todo el tiempo necesario hasta que controles tu kosei —musitó, aún en voz baja y dejando que el ambiente volviera a llenarse del dulce silencio de la noche—. Por el momento, creo que el mío será suficiente.

Sin duda alguna, Shimura seguía siendo un niño pequeño, rompió en llanto y abrazó a su novia en busca de consuelo.

—Estaremos juntos para siempre —susurró, estrechando la brecha entre ambos, acariciando suavemente su espalda—. Te amo, Tennie.

A parte de tener las mejillas mojadas, ahora también estaban tibias—. Te amo.