Déjenme todos sus comentarios!!! me encanta leerlos y dan intecacción a al hsitoria, los quiero
Grecia fue por Dylan de inmediato, lo transportó a la puerta de la habitación. Tiago y yo nos abalanzamos contra el ente de manera coordinada. Él llamó su atención apareciendo a su derecha y yo lo rodeé por la izquierda.
Su fuerte mandíbula de hueso con dientes puntiagudos estuvo a punto de cerrase en la mano de Tiago cuando yo lo toqué y lo llevé al espacio inter dimensiones.
Al no ser un carroñero muy grande no nos dio problema y el apuro y la adrenalina por proteger a Dylan nos hizo actuar sin pensar.
Grecia sostenía a su hijo con fuerza, buscando la herida entre la sangre. Tomé una camiseta y la presioné contra su hombro mientras gritaba de dolor. Nos transportamos a la cocina, donde teníamos un botiquín de emergencia y tras una revisión, respiramos tranquilos. No era tan grave como pareció en un inicio.
El rasguño era profundo, lo suficiente para haberlo hecho sangrar, pero la hemorragia se fue deteniendo y agradecí que no iba a ser necesario llevarlo al hospital, yo podía suturarlo.
Su madre le abrazó la cabeza y lo hundió contra su pecho, para que continuara sollozando sin ver cómo le cerraba la herida con mucho cuidado.
—Dylan, no vuelvas a hacer eso. —Cuando la situación estuvo más tranquila, Tiago lo regañó.
—Iba a matar a Ian—la voz del niño se escuchó.
—Sí, pero tu vida es más valiosa que la del gato, no puedes arriesgarte por él.
—Ian es de la familia.
—Yo lo sé —intervine—. Mira, no puedes ponerte en peligro por nadie. Ni por Ian, ni por tus padres ni por mi ¿de acuerdo? Si un ente aparece, debes mantenerte en el círculo de sal y gritar por ayuda, o teletransportarte lo más lejos posible.
Terminé la sutura y le puse una gaza esterilizada. Dylan había aguantado, era un niño muy terco y valiente, tal vez demasiado valiente, lo que lo llevaba a cometer actos impulsivos y peligros. Como meterse en el camino de un carroñero.
Le di un calmante, que tomó a regañadientes.
—No vas a poder ir hoy al colegio. —Grecia lo besó en la cabeza y se agachó a su altura. Él esquivó la mirada—. Ve a mi habitación, puedes ver televisión y yo te llevaré el desayuno.
El pequeño asintió y desapareció sin decir nada. Confiados en que había obedecido. Nos sentamos a la mesa del comedor.
—Cada vez trae cosas más peligrosas —dijo Tiago—. Nosotros traemos algún espectro o un parásito sin darnos cuenta, pero es la segunda vez que trae un carroñero. ¿Tú o tus hermanos traían cosas así? —me preguntó.
—No —negué—. No era lo normal, a menos que estuviésemos experimentando alguna cosa. Los carroñeros suelen entrar con otro tipo de portales, traerlos en sueños es inusual.
—Bueno, yo una vez traje un Night crawler —consideró Grecia.
—Una vez, en toda tu vida, porque estabas bajo mucha presión y a saber cuántos portales abriste—le respondió Tiago.
—¿Hay alguna forma de evitar que esto siga pasando? —Grecia buscó que le diese una respuesta y no la tenía.
—Podíamos controlarlo en el laboratorio del proyecto Transalterna, pero ya no tenemos acceso a nada de eso. Tal vez no debamos dejarlo dormir solo— sugerí.
—¿Tú crees que el querrá? —Tiago tenía un punto. A Dylan no le gustaba nada que se invadiera su espacio o se lo trata como un bebé.
—Pensaré en algo—dije en un bostezo. Seguía siendo muy temprano y ya que no había permanecido más días en otra dimensión, iría al estudio de tatuajes.
—Oye, no me contaste, ¿por qué regresaste tan pronto? ¿En esa dimensión el sol también te derretía? —Grecia empezó a tomar lo ingredientes para hacer hot cakes. Ante su comentario, Tiago se interesó también.
—No... era bastante normal.
—¿No estaba Maya?—Tiago preguntó, preparando la cafetera.
—Sí estaba.
—¿Y yo?—Grecia se emocionó, preguntaba todo sin mirarme, mezclando la masa con una mano y encendiendo la cocina con la otra.
—Los dos...
—¿Y?—Tiago se impacientó, queriendo saber el problema.
Suspiré y me acomodé bien para explicarles. Mientras lo contaba podía distinguir en ambos el gesto anonadado. Intercambiaban miradas y cuando terminé de narrar lo último ocurrido que fue enterarme de la estafa con las entradas, ambos me prestaban su completa atención.
—¡¿Me engañaste?!—Grecia estalló después de pensarlo un momento y pellizcó con fuerza el antebrazo desnudo de Tiago.
—¡¿Qué no escuchaste?! ¡Tú me engañabas con mi propia hermana!
—¡No es lo mismo!
—¡Por supuesto que no, es peor!
—Cállense lo dos, van a darme una migraña. Ninguno engaña a nadie aquí. Eso es otra dimensión, donde todos están dementes y tienen complejo de personaje de telenovela. Lo único bueno fue que pasé un rato con Sophie. Pero era más drama del que quiero manejar.
—Está bien...—con pose digna, Grecia sobó el brazo de Tiago donde lo había lastimado y volvió a tomar asiento—. ¿Y qué pasó después? ¿Te descubrieron? ¿Quién era tu contacto?
—Sí, ¿cuánto dinero robaste? Estoy seguro que tenías más de un cómplice.
—No sé —respondí dando un sorbo a mi café.
—¿Cómo que no sabes?
—No lo sé. No me quedé a averiguarlo. Dejé que mi alter ego se hiciera cargo, espero que no haya regresado a la cárcel.
—¡¿Cárcel?! ¡¿Fue a la cárcel?!—Grecia no daba crédito.
—Eso le dijo Susan y el tatuaje seguro se lo hizo ahí.
—¿Y solo te fuiste? —me reclamó Tiago—. ¿Estás loco? ¡No puedes dejarnos con la intriga!
—Es la vida de unas personas reales, no una película. No necesitamos saber más. Intentaré hacer otro viaje el fin de semana.
—Ya no habrá luna nueva —resaltó lo obvio.
—Ya sé.
—Entonces cómo piensas hacer shifting, solo lo logras en luna nueva.
—Ya veré, probaré algo nuevo —dije casi entre dientes, no quería tener esa conversación.
—Aaron...—Grecia comenzó a decir, con el mismo tono con el que le daba algún sermón a su hijo—. No más drogas en la casa. No estoy de acuerdo con que las tomes una vez al mes para hacer shifting, pero es un mal necesario. Consumirlas más seguido es innecesario.
—Grecia —le respondí con el mismo tono—. No puedo estar esperando cada mes para mi prueba de una en millones para ver si caigo en el sitio correcto. Estaré así de por vida. Debo hacer los viajes más seguidos. Ya no me quedaré días. Iré, si no es la dimensión que busco regresaré en cuanto pueda, no perderé más el tiempo en hacer turismo o querer solucionarle la vida al individuo del que tome su cuerpo.
—Aaron, entendemos eso ¿sí?—ahí se metía Tiago con su tono condescendiente, como si fuesen ellos mis padres—. Pero está de más decirte que eso causa adicción.
—No pasará nada.
—¿Qué no le pasó a tu hermano? ¿El que terminó siendo poseído por un deamon?
—No fue poseído, yo lo maté porque iba a matar a Maya. Ya lo sabes.
—¿A quién mataste? —la suave voz de Dylan no solo me dio un sobre salto a mí. Grecia se espantó al verlo justo al frente suyo e hizo caer la bandeja con leche y hot cakes que iba a llevarle en ese momento.
—¡Dylan! ¡Ya te dije que no te aparezcas así! Se supone que debes estar descansando. —Refunfuñando tomó un trapo del fregadero y comenzó a limpiar. Hábilmente Dylan se agarró el brazo, fingiendo un gesto de dolor para sentarse a la mesa y no limpiar el desastre que había provocado.
—Me estoy aburriendo.
Me levanté a servirle un nuevo vaso de leche y se lo acerqué.
—Iré al estudio, puedo llevarlo para que no se aburra—me ofrecí.
—Debe guardar reposo.
—Vigilaré que no se mueva.
—¿Y me harás un tatuaje? El que me hiciste ya se borré —me pidió. Sus padres accedieron con un gesto de cabeza y eso lo hizo sonreír. Y mí me alegró también. Ya que no iría al colegio, lo llevaría a pasear. Así podía conversar con él sobre su otra vida y lo mantenía un poco alejado de sus videojuegos—. ¿A quién mataste?—no se le olvidó su pregunta y la volvió a formular.
—A un monstruo. Uno muy malo que quería hacerle daño a tu madre.
—¿El señor Key? —preguntó con inocencia.
—No... ¿cómo sabes de él?
—Daniel dijo que él le hizo daño a mucha gente y que por su culpa no estás conmigo al otro lado.
—Daniel tiene razón. Él nos hizo daño al igual que otras personas. Pero no te harán daño a ti.
—Mejor cuéntanos algo bonito que le haya pasado a Nicolás. —Grecia cambió el tema—. ¿Tu mamá mandó un mensaje para nosotros?
—Sí. Para navidad me regalará una moto eléctrica y me llevará a manejarla a una pista. Y quiere que acá me compren otra para que practique.
—¿Y de paso te construimos una pista de carreras en el jardín? —Tiago preguntó metiéndose un enorme trozo de comida a la boca.
—¡Sí!
—Dylan, no vamos a caer.
El pequeño frunció los labios. Desde su cumpleaños que eso ya no funcionaba. Cuando les hizo creer a Tiago y Grecia que en su otra vida, Sophie le había hecho una increíble fiesta de contratando a un circo de verdad y los muy ingenuos intentaron competir contra eso alquilando caballos y armando una feria.
Al acabar de desayunar, mis amigos me dieron una advertencia con la mirada de que nuestra charla interrumpida seguía pendiente.
Con suerte Tiago ya se iría de viaje y Grecia estaría ocupada. Había temas que no pensaba discutir con ellos como si fuese un niño.
Llevaba demasiado tiempo esperando cada luna llena para ir a otra dimensión, caer donde debía era una lotería y no había ganado.
Me metí a la ducha. Mis brazos seguían manchados con la sangre de Dylan. Todo pasó muy rápido. Si le habría pasado algo no habría podido vivir con ello.
Observé también si en mi antebrazo tenía lugar para hacerme la serpiente. Mi brazo izquierdo cerca de la muñeca estaba libre. Sería un poco más complicado dado que era zurdo, por eso mi brazo derecho era el más tatuado. La imagen de mi creación seguía fresca en mi memoria, así que en cuanto salí del baño tomé mi bitácora y la comencé a dibujar. Hice también bosquejos de Sophie, y nombré a la dimensión la T78. Mi treintavo viaje. La treintava dimensión que visitaba, la decimo onceava donde Sophie se llamaba Sophie. En otras nueve era Maya y en el resto no la había localizado.
Aunque tenía el desespero de caer en la T51, era interesante conocer otras dimensiones. La mayoría se parecían. La gente que me rodeaba solía ser la de Scielo 1 y Almarzanera. A excepción de mis hermanos. De los veinte hermanos creados por el proyecto Transalterna, el único al que había vuelto a ver y lo hacía seguido era a Liam.
Pensé muchas veces a qué se debía eso. El hecho de que todos fueron bebés in vitro, forzados a nacer para la investigación de mi padre, podía ser un motivo. Que ellos solo hubiesen estado destinados a nacer en la dimensión T51 y T52.... Pero, ¿Qué había de Liam y de mí? Ambos habíamos nacido en las mismas condiciones.
Cada viaje me daba más preguntas y menos respuestas. La dinámica de cada dimensión era tan compleja que no me daba el tiempo de averiguar por completo. Además, había cosas que estando en cada dimensión se me complicaba. Como leer. Leer en un cuerpo ajeno me causaba migraña y me costaba entender lo que leía. Frases y palabras cortas no me daban problemas, leer lo suficiente para investigar, era una tortura.
También pasaba que al abandonar una dimensión, poco a poco los recuerdo se iban desvaneciendo. Como en un sueño, que sientes todo muy vívido y al despertar, tu subconsciente lo elimina.
Por eso escribía en mi bitácora lo ocurrido ni bien regresaba y dibujaba todo lo que recordaba. Así podía revisar de cuando en cuando.
Hice un pequeño resumen de lo ocurrido en la dimensión de la telenovela y le eché una hojeada a páginas anteriores, mientras terminaban de alistar a Dylan.
La historia de los caballos me recordó a la dimensión T65. Porque la había bautizado así "La dimensión de los caballos". La vida más pacífica que había tenido nunca.
En ella estaba Sophie. Vivíamos en un pueblo en el campo con sus hermanos menores, que habían quedado huérfanos. Tres niños pequeños y Daniel, que en muchas dimensiones era hermano de Sophie y no mío, Tiago nos visitaba de vez en cuando.
Sophie era veterinaria y se dedicaba a la cría de caballos. En la propiedad donde vivíamos teníamos varios de ellos. Yo había acabado mis estudios en medicina, a diferencia de la T52. Atendía en la pequeña clínica del pueblo y no teníamos complicaciones. Mandábamos a los niños al colegio, trabajábamos y al anochecer observábamos el sol meterse tras los campos de maíz desde nuestro pórtico.
Una vida rutinaria y sin muchas emociones, pero podía disfrutar del amor que le tenía a Sophie cada momento.
Me rehúse a irme de ahí, me mantuve cerca de una semana, hasta que Grecia y Tiago me obligaron a regresar.
Hacer shifting por mi cuenta, no era igual a cuando lo hacía en el laboratorio, con las capsulas de monitoreo preservando mi cuerpo y mis condiciones de salud óptimas. Lo realizaba de manera rústica: echado en mi cama, con un suero para no deshidratarme. Pero estar inmóvil y sin comer varios días, me pagaba factura al despertar. No solo devoraba todo a mi alcance, por un par de días me costaba mucho moverme, pensar, las migrañas aumentaban y me confundía con facilidad.
De no haber sido por esa limitante física, que en algunas dimensiones, como la de los caballos, habría descansado por meses.
—Ya estoy listo —el pequeño apareció a mi lado, bañado, vestido, con una mochila y el brazo bien vendado.
Lo subí al auto y mientras manejábamos le pregunté más cosas sobre su mamá y lo que en verdad estaban ya planeando para navidad.
—Creo que iremos a casa de mi abuelo, me prometió que armaríamos un árbol ¿Por qué no armamos árboles aquí? —respondió distraído, mirando por la ventana y sosteniendose la herida.
—Aquí la navidad se celebra diferente. Lo de armar árboles surgió allá, no sé cómo, podrías averiguar. Creí que vivían con tu abuelo.
—No, no vive con nosotros.
—Entonces ¿tú y tu mamá viven solos?
—No.
—¿Con quién más viven?
—Aaron.
—Ah, claro, el ente que tu madre tiene de mascota —por algún motivo sentí un poco de alivio.
—Y con Daniel. —Eso me intranquilizó—. ¿Podemos hacer un árbol aquí también?
—¿Daniel vive con ustedes? Pero... él tiene su habitación ¿no? Es una casa grande.
—Creo. ¿Cuándo compramos el árbol?
—Luego hablamos del árbol. —Quise no gritar y disminuí la velocidad—. Tú tienes tu habitación donde duermes, Daniel duerme en su cuarto y tu mamá duerme en su cuarto ¿verdad? —le pedí una confirmación, no podía solo preguntar lo que quería preguntarle porque era un niño pequeño que no comprendía la dirección de mi pregunta.
—Duermen en el cuarto de mamá, en la noche debo pedir permiso para entrar. Creo que armaremos dos árboles, en mi casa y en casa del abuelo.
Morirme. Eso quería en ese momento, solo morir. ¿Era posible que mi hermano estuviese con Sophie? En esos cinco años separados, seguro se habían unido mucho, jamás creí que a ese nivel y esperaba que todo fuese un mal entendido.
—Dylan. ¿Tu mamá y Daniel pasan mucho tiempo juntos?
—Trabajan juntos y armaremos el árbol juntos.
—Y cuando no están trabajando ¿qué hacen?
—Vemos televisión y jugamos videojuegos y comemos y luego se van a la habitación.
—¿Son... como tus papás aquí? ¿Entiendes que hay una diferencia entre tu papá Tiago y yo? Él y tu mamá no son lo mismo que tu mamá y yo—pensé bien cada palabra.
—Todos me dicen que Daniel es mi papá.
Pisé el freno de golpe y el auto de atrás tuvo suerte de frenar a tiempo también. Me quedé apretando el volante mientras pasaba al lado mío y el conductor me gritaba de todo. No le presté atención, no le prestaba atención a nada.
—¿Por qué paras?
—Daniel no es tu papá. ¿Entiendes? El papá de Nicolás, o sea tú, en tu otra vida se llama Ian y soy yo, ¿de acuerdo? Así que cuando alguien diga eso, tú diles la verdad.
Volteé a verlo, casi ni me prestaba atención. Ya había sacado su videojuego de la mochila. Y después de que llamé su atención un par de veces levantó la vista y volvió a preguntarme por el estúpido árbol.
Por suerte no se percató de mi mal humor. Llegamos al estudio, que recién se abriría en un par de horas. Lo acomodé en un sillón y tomé una de las máquinas. Tal vez con el dolor de las agujas penetrando en mi piel desahogaría un poco de la furia que llevaba contenida.
¿Eran cinco años demasiados? Tal vez yo era el único imbécil que trataba de regresar como fuera al lado de Sophie y ella ya había rehecho su vida.
Tal vez ya no había un lugar para mí en esa dimensión.
Sigiente capítulo, Aaron va a otra dimensión flashera.. ¿o no? ¿ya no lo hará?
Es Dylan un niño inocente o un genio del mal?
por qué tardo tanto en publicar? eso tiene una respuesta: estoy dias haciando la nueva portada de transalterna... no saben lo que me esta costando y en eso perdí el tiempo, perdón, espeor acbarla pront y subiré mas seguido. los quiero!!!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top