19. La primera luna llena del año

No se olviden de comentar! volveré a dedicar los capis a quienes comenten más.

Los quiero, pero lo disfruten y no tengan pesadillas.

Mi primer instinto fue llamar a Adam. Antes de las subastas, me pedía los entes hasta con un mes de anticipación, mas no había escuchado nada de él. En un principio asumí que estaba ofendido porque le había mandado el collar de regreso, ahora pensaba que ese no era el motivo.

—Hola Adam—traté que la voz no me temblara tanto.

—Mi princesa, ¿en qué te ayudo?

—Solo... quería saber si había pasado algo, te estoy guardando el cadáver de un night crawler desde diciembre. Faltan dos días para la luna llena y siempre me contactas antes. ¿Estás enojado conmigo?

—¿Enojado?—bufó—. ¿Cómo me enojaría contigo? No te llamé porque no habrá subasta esta vez. Es la primera luna llena del año. Los del Círculo tienen algún evento privado en esta fecha. Guárdame el night crawler para el próximo mes.

—Ah, bueno, eso es un alivio. ¿Qué evento tienen los del Círculo?

—Te mentiría si te dijera que lo sé. Ellos tienen sus reuniones, ya sabes, toda esa mierda sectaria. No soy parte. Me entero de algunas cosas por mis clientes, pero sabes que todo lo tienen en el más hermético secreto.

—Entiendo. Seguro es una orgía o algo así...

—No, esas, las organiza Amanda, los jueves. Para eso sí puedo conseguirte una invitación, pero te advierto que hay mucha piel colgante.

—¡Asco! No, está bien. Yo me contacto contigo luego o tu llámame.

—A tu servicio como siempre, princesa.

La conversación no me dejó más tranquila.

Si era un evento privado ¿podía tomarlo como una invitación para unirme? ¿o de nuevo me usarían a mi como portal? Lo último no sonaba lógico. Yo ya no tenía conexión con el otro lado. Aunque aún podía traer cosas del espacio interdimensiones. Tal vez sabían que secuestrarme esta vez no iba a ser fácil y usaban mi curiosidad y necesidad desesperada de información para una trampa.

Debía decidir. La información que conseguía con Adam era muy útil, pero limitada, estar en el Círculo me daría más de lo que necesitaba y con eso podría traer a Ian de regreso.

Los últimos años Daniel y yo lo habíamos intentado al estilo de Transalterna. Monitoreando nuestros sueños cada día, investigando los cambios que ocurrían en nuestro cerebro cuando abríamos portales, todo buscando la forma de reconectarnos al otro lado o poder elegir el lugar donde hacer shifting... aunque jamás lo habíamos logrado, ni siquiera yendo a una dimensión al azar como Aaron hacía.

No progresábamos, y necesitaba progresar.

No pude concentrarme en el trabajo así que le pedí a Leonardo que me recogiera y me llevara a casa.

Mientras estábamos atrapados en el tráfico, y como si fuese una señal, en las noticias que se transmitían en la pantalla del auto, hablaron de las próximas elecciones, que serían dentro de poco, y para las cuales, mi abuelo biológico: Franz Ayala, ministro de seguridad de Seaborga, era el candidato más fuerte. No me sorprendía, el Círculo tenía mucho poder económico y político, lo único que les impedía ser dueños del país, eran 3IE y Galata, pero si conseguían poder político absoluto... nos veríamos en problemas.

Tal vez debía empezar a preocuparme también por eso.

—Parece seguro que Ayala ganará las elecciones. Está con más del cincuenta por ciento en las encuestas. Será un cambio interesante, hará a la ciudad más segura—comentó Leonardo. Yo me reí con ironía.

—Ese tipo es un demente. —Mi comentario no le agradó, mas no se animó a decirme nada—. ¿Tú eras militar verdad? Él era ministro de defensa, ¿no hablaban nada de él? ¿O los saldados no le van al chisme?

—¡Oh, claro que sí! —cambió su tono a uno animado—. Hacía un buen trabajo, era estricto y su intención de mejorar la seguridad es personal. Todos los medios ya lo han dicho, pero, hace años asesinaron una de sus hijas en plena calle, dejó a un niño huérfano y a este los secuestraron y asesinaron también. Entiendo que la ira por las injusticias lo hacen actuar como actúa. Ha sufrido demasiado.

—¡Ja!—me reí con más ganas—. ¿Te crees esas patrañas? ¿Crees que él no tuvo nada que ver con la muerte de su hija?

—Yo no puedo suponer nada. No voy a contradecir el dolor de nadie, ni culparlo sin tener pruebas, y creo que tú tampoco puedes hablar de esa forma tan insensible sin saber nada. —Esta vez no ocultó su enojo.

—¿Hablo sin saber?—me acomodé contra asiento y le hablé sin ironías—. Esa hija que asesinaron era mi madre y ese niño era mi hermano. Ese demente fue quien la mandó a matar para quedarse con sus bebés. Secuestró a mi hermano y yo tuve que vivir oculta por dieciocho años. Quien no tiene idea eres tú, y todos los imbéciles que le creen el cuento de mártir.

Lo dejé callado unos minutos, cuando el tráfico empezó a avanzar, se animó a hablar.

—Lo lamento, no lo sabía, no es que sepa de esas cosas, deberías hacerlo público.

—Tal vez lo haga, en su momento. O tal vez lo mate.

Me miró por el retrovisor, esperando que hablara en broma. No lo hacía. Lo había imaginado muchas veces, infiltrarme en el Círculo, ganarme su confianza y asesinarlo frente e todos. Mas no tenía el estomago para hacerlo.

Saqué la invitación de mi bolso y la observé. Tal vez esa era mi oportunidad.

—Hay mucho que no sé de ti, si en algún momento quieres contarme... yo no diré nada, pero a veces uno necesite tener alguien con quien hablar.

—Sí, de verdad que no sabes nada de mí, ni yo de ti. Parece que estaremos atrapados aquí unas horas. Hazme una pregunta, la que quieras, lo que más te intrigué —le sugerí. Me gustaba conocer gente nueva. Leonardo ya estaba trabajando conmigo mas de un mes y poco o nada sabía de su vida.

—Tal vez es muy personal, pero... ¿quién es el padre de Nicky?

Ya me esperaba esa pregunta.

—Ne te preocupes, muchos se lo preguntan y se forman teorías locas. Es divertido enterarme. La mayoría piensa que me metí con un chico, me embarazó, no se hizo responsable y me abandonó.

—No creo, eres muy inteligente para dejar que eso te suceda.

—No es cosa de inteligencia. Otros piensan que es Daniel y lo oculto porque me da vergüenza.

—Admito que en un inicio lo pensé.

—Pues no es ninguna de las dos. El padre de Nicky y yo teníamos una relación muy larga y linda. Nos íbamos a casar y todo eso, hasta que tuvo un accidente hace cinco años, está en coma desde entonces. Daniel es su hermano y me ha apoyado todo este tiempo, pero no hay nada entre nosotros.

—Jamás me lo hubiera imaginado. ¿Hay posibilidad de que despierte?

—Sí... él esta en un laboratorio privado. Y yo también investigo por mi cuenta.

—Yo estuve en coma ¿sabes? Cuando me dispararon. Incluso me dieron por muerto unos minutos. No fueron cinco años en coma, solo unos días y... fue raro.

—¿Escuchabas todo? ¿Cómo fue despertar?

—Como dormir y despertar con mucho dolor. Realmente fue como haberme desconectado de la vida. Y luego nada fue igual. Me dieron de baja en el ejército, la relación con mi novia no fue la misma y me terminó dejando. Sufrí mucho, estábamos juntos tres años. Cuando me repuse pensé que las mujeres solo eran complicadas, lo intenté con un hombre y tampoco funcionó. Ahí me di cuenta que el problema era yo. Tuve que empezar de nuevo. Siempre pienso que realmente morí ese día y ahora, solo vivo una vida que no me pertenece.

Me gustó saber más sobre él y al mismo tiempo me dejó pensando. Cuando Ian despertara, nada sería igual y me daba pánico que ese cambio fuese negativo.

***

No tuve más opción que contarle a Daniel. Él estaba en la misma sintonía que yo. Esa era una oportunidad única para infiltrarme, y podía ser en extremo peligroso. Así que iría, con toda la seguridad posible.

Tuvimos que llevar a Nicky en uno de los autos. No podíamos dejarlo solo, distraerme para secuestrarlo, también era otra posibilidad. Así que Daniel se quedaría con él, cerca de la torre del área cinco, donde la reunión se llevaría a cabo.

Daniel estaba bien armado, me puse un audífono con micrófono imperceptible a la vista en el oído y lentes de contacto con cámara. No solo grabaría todo lo que ocurriera, Daniel lo vería y escucharía en vivo, para intervenir si era necesario.

Terminé de ponerme los aretes en el carro y me aseguré que mi hijo estuviese bien abrigado.

—Nicky, si pasa algo ¿qué vas a hacer?

—Me teletransporto, me oculto, duermo y le explico a papá qué paso.

—Perfecto, ¿y si todo sale bien que es como va a salir?

—Jamás le cuento a nadie sobre lo que pase esta noche—repitió con mucha seguridad.

Le di un beso y me teletransporté una calle de donde estaba, para llegar caminando a la torre.

El ingreso al edificio estaba vacío, excepto por dos sujetos en el área de recepción. No me dijeron nada, mas sus gélidas miradas no se me quitaron de encima hasta que entré al ascensor y subí hasta el último piso.

Este se abrió en el lugar, nadie me preguntó nada, nadie me pidió nada. Simplemente algunos voltearon a mirarme, el aire me empezó a faltar con tal avanzaba por el salón. La gente del Círculo estaba con túnicas rojas, igual a aquella vez.

Respiración más agitada, el aire no entraba a mis pulmones y comencé a recordar: Cómo me habían paralizado, cómo me obligaron a ponerme un vestido y maquillarme para ser amarrada a un altar. Todos mirándome detrás de los cráneos de carroñeros.

Aquello no era como las subastas de Adam. Estaba sola, en su territorio, con la incertidumbre de qué iba a pasar.

—Sophie, tranquila, camina con seguridad y trata de pasar desapercibida—escuché la voz de Daniel.

Eso me dio algo de seguridad.

Traté de meterme entre la gente. No había mucha iluminación, las luces eran tenues, no había música, solo el sonido perturbador de sus voces.

No tuve que ocultarme mucho rato. Una luz se encendió al fondo. Justo donde estaba el altar. Al que la luna llena iluminaba a través del símbolo del circulo tallado.

La atención de todos fue hacia los tres hombres con máscaras de carroñero, parados alrededor del altar. No necesitaba ver su rostro, reconocía la altura y silueta de Franz Ayala donde fuera.

—La primera luna llena del año está en su punto más álgido—anunció uno de ellos—. Sellaremos nuestro pacto anual con un sacrificio y una advertencia.

El corazón se me paralizó al escuchar la palabra sacrifico. A eso me llevaban.

Fui retrocediendo, para llegar la puerta sin llamar la atención, no fue posible.

Me sostuvieron por los hombros y me empujaron frente al altar.

Ya estaba por teletransportarme lejos de ahí, cuando el mismo Ayala me habló.

—¿A dónde vas? ¿Tienes miedo? Solo estás aquí para observar.

Risas, todos reían.

Distinguí que llevaban algo hacia el altar, solo cuando estuvo debajo de la luz que lo iluminaba como si fuera un escenario, vi la macabra imagen de un hombre, con los brazos extendidos amarrados a una T de manera.

Su piel extremadamente pálida, sus cuencas oculares vacías y su rostro petrificado en un gesto de horror. Su boca sangraba, le habían arrancado la legua y no tenía piernas.

Los muñones que se movían con dificultad a la altura de la rodilla, tenían sangre coagulada, parecía que lo habían cauterizado con fuego.

Quise vomitar.

—Andrés Ayala decidió su destino al cometer traición y vender malaquita a mundanos—el primer sujeto que presentaba el evento explicó.

No quise mirarlo, pero lo hice y lo reconocí. Uno de mis primos, el que se había burlado de mi en la subasta de Adam.

—Será nuestro donante de adrenocromo.

Una mujer también con un cráneo en la cabeza, que sospechaba era Amanda, llegó con una vía. Le inyectó la aguja en el antebrazo y el otro extremo de la manguera a un elegante recipiente de vidrio, que estaba sobre un soporte de metal.

—¡Alice!—llamó hacia la gente y detrás de mi surgió una mujer joven.

No la había visto antes, pero tenía todas las características las mujeres Ayala.

Silueta fina, rostro pequeño y de grandes ojos grises, cabello lacio y largo, de un pelirrojo natural, debía tener mi edad. Llevaba un vestido blanco, sencillo y no tenía zapatos.

El sujeto que me sostenía me apretó más por los hombros asegurándose que prestara atención.

Alice se paró en medio del altar. Amanda la fue rodeando con polvo de malaquita, formando también los símbolos extraños que hacía a mi alrededor cuando era niña, con la excusa de "alinearme los chakras".

La mujer pelirroja se sentó de piernas cruzadas, cerró los ojos, esperó unos segundos, hasta que la luz de la luna llena la iluminó justo sobre su cabeza. Se veía angelical y pura, casi como una niña.

Entonces empezó a temblar. Suave, luego más fuerte y de pronto flotaba en el aire.

Amanda le pendió fuero a la malaquita, esta empezó a arder, creando un círculo de fuego que emanaba un humo negro.

El olor me indispuso más.

Era como los inciensos con los que sellaban mis poderes. Me empezaron a causar una migraña. Quise escapar, no podía, no estaba en mis cinco sentidos.

Terminé de rodillas en el suelo, mirando como en un espejismo a Alice flotando en el altar, el fuego ondeando a su alrededor, y un portal empezó a abrirse sobre ella. Fue creciendo y de esta brotó una lluvia de espectros, que salieron directo a ocultarse en nuestra realidad, y al final, vi unos ojos rojos y una macabra mano con garras. Era una criatura enorme, jamás había visto una igual. Esta solo sacó la cabeza, tenía un aspecto calavérico, con cuernos y dientes afilados. Sin sacar el resto del cuerpo se dirigió directo hacia Andrés y comenzó a devorarle lo que quedaba de sus extremidades inferiores.

El sujeto intentaba gritar de dolor, mas solo salían gemidos de su garganta.

La sangre fluyó por la manguera como si se hubiese abierto la llave del agua y con mucha rapidez empezó a llenar el bote de vidrio.

No reaccionaba, veía nuboso, la voz de Daniel se escuchaba como un murmuro lejano, mis ojos se fueron cerrando y perdí el conocimiento por unos segundos, o minutos, no lo sabía.

Abrí los ojos desde el suelo. El portal estaba cerrado, Alice desmayada en el altar y los tres líderes del Círculo se servían la sangre en copas de cristal. Mire hacia donde estaba Andrés... no quedaba de él mas que los brazos, desgarrados con la carne colgando.

Los otros miembros del Círculo casi pasaron sobre mí, formando una fila para beber también de la sangre.

Fue mi oportunidad para pararme. Por un instante pensé en la mujer pelirroja, ¿necesitaba mi ayuda?

La vi incorporarse y recibir una caricia por parte de Franz Ayala, lo que me indicó que ella era parte de toda esa locura.

Noté el balcón abierto y casi a rastras fui hacia él, pasando junto a algunos miembros que solo observaban, y por un instante distinguí a Adam, al fondo, oculto en la penumbra, mirando lo que ocurría con atención.

—¡Sophie! ¡Sophie! ¡sal de ahí! —Daniel me gritaba.

No me sentía en condiciones para teletransportarme.

Tomé aire, me colgué del balcón y vomité hacia la calle.

—Respóndele a tu amigo, debe estar preocupado —la voz de mi abuelo sonó a mi lado y volteé hacia él con temor.

Seguía con la máscara y llevaba un elegante bastón sobre el que reposaba ambas manos, miraba hacia la ciudad.

—¡Están dementes! —exclamé—. ¿Para qué me pidieron venir? ¿Para que sea parte de su show? ¿Quieren que de manera voluntaria los ayude en la próxima luna de sangre?

—No seas ridícula, el rito de posesión fue en la anterior luna de sangre, ahora toca el rito de selección y ya no nos eres útil. Te traje aquí como advertencia. O entras al Círculo, demostrando tu lealtad, empezando desde lo más bajo, como cualquier miembro. O dejas de entrometerte, tú y tu compañero, el que hace las subastas. Hay límites que él conoce y está punto de romperlos; al parecer nos faltó ponértelos a ti.

Se dio la media vuelta, de misma manera en que lo hace un militar y caminó con pasos largos de regreso al salón.

No me podía quedar más tiempo. Me abrí paso de manera apresurada entre todos y corrí hacia la calle.

Daniel me recibió en la puerta del auto, me tiré a sus brazos y me sostuvo mientras me desplomaba al suelo.

Mi cuerpo no dejaba de temblar y lloraba de manera histérica.

Tal como me había puesto cinco años atrás.

***

No tuve el estómago para revisar las grabaciones de esa noche. Daniel sacó lo que pudo. El sonido estaba con interferencia y casi no se veía nada. Seguro tenían algún tipo de blindaje electromagnético que había dañado la grabación. Franz Ayala sabía perfectamente que lo estaba filmando.

Tampoco me animé a llamar a Adam. Seguro él me había visto.

Necesité descanso de días y fingir ante Nicky que todo estaba bien. Aunque todas esas noches había tenido terribles pesadillas y abierto portales a lo loco.

No tuve ganas ni vi la necesidad de capturar al carroñero que traje, simplemente lo matamos. Las subastas se habían acabado.

Creí que nada podría empeorar mi semana, hasta que mi padre mi mandó un mensaje para que viera las noticias con urgencia.

Eduard Key, el hijo mayor de Anthony Key. Quien estaba la cabeza de 3IE en representación de su padre, estaba siendo entrevistado en todos los canales. Con lágrimas en los ojos, que se notaban falsas, anunciaba que tras cinco años en coma, su padre y uno de sus hermanos, quien también había caído en la misma situación fruto del mismo accidente, finalmente habían fallecido.

***

bueno, el siguiente es el ultimo de Sophie y ya estamos en tiempo cronológico donde se quedó Aaron.

¿ideas de qué pasará?

nos vemos pronto, los quiero, no se olviden de votar y buscarme en Instagram y Tiktok, aveces hago el ridículo ahí.

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