El día despertó y yo junto a él. Sentía como si algo fuera cambiar, algo bueno.

-Evangelyn...-.llamó mi madre.-¿Podrías bajar?

-Ya voy...-.respondí.

Baje los escalones con prisa y me dirigí al jardín. Era un lugar amplio. Lleno de flora y fauna y como cereza del pastel, tenía una linda mecedora echa de madera rodeada por petunias y campanillas. 

-¿Qué pasa mamá?-.le pregunté al llegar.

-Hija...báñate y vístete que...tu padre viene de visita...

No tuve palabras. Las lágrimas empezaron a escapar de mis ojos al instante. Estaba tan feliz. Ahora podía saber si va a volver...¡y se lo voy a preguntar en persona! Me vestí con un top negro y una falda verde agua. De zapatos usé unas simples sandalias altas. 

Pasaron las horas y mi corazón parecía que quería ir él mismo por mi papá hasta que el esperado "¡Toc, Toc!" llegó.

Fui a abrir la puerta. Atrás de ella se escondía un hombre con barba corta, cabello negro, en forma, ojos verdes como los míos y una sonrisa que lo podía notar cualquiera. Él era mi...

-¡Padre!-grité cuando me abalancé sobre él.

-Jajaja ¡Hija mía, mira cuanto has crecido!-dijo sonriendo.

-Papá es por las sandalias. Pero si tu lo dices...

Luego se dirigió a mi mamá.

-Madison...-.dijo mi padre dándole un apasionado beso. 

-¡Ay, que asco!-dije en mi mente. Claro, no lo iba a mostrar en físico, porque creo y tan solo creo que si yo estuviera en la misma situación, haría lo mismo.

-Ev...¿nos podrías dar un momento a solas?

-Claro...

Me dirigí al jardín y me senté a observarlos a través de la lejana puerta de cristal. Me pareció curioso que no nos sentamos a conversar como familia. Mis sospechas crecieron y decidí espiar la conversación con mi super oído.

-¿A qué se debe esta repentina visita, Tom?-.preguntó mi madre- Sabes que si la manada te encuentra te asesinará.

-Esperen un minuto...-.dije en mi mente sorprendida-¿Ellos que saben sobre la manda?-y puse mi oído más atento.

-Es urgente...Los lobos de Inglaterra descubrieron que los demonios se están volviendo más fuertes y hay probabilidades que comience una guerra demoníaca. Podrían atacar en cualquier momento.-.dijo mi padre preocupado.

-¡¿Demonios?!-pregunté en mi cabeza.

-Evangelyn no sabe nada...¿cierto?-Preguntó mi padre.

-¿De que soy una bruja y tú un hombre lobo? No...-respondió mi madre.

-¡¿Mi mamá es una bruja y mi papá es un hombre lobo?!-grité en mi cabeza, de nuevo, sorprendida.

-Bien. No debe saber nada sobre nuestro mundo sino estaría en peligro. La manada o los brujos podría vengarse con ella. Solo regresé a avisarte. Cuídate.-.mi padre le dice a mi madre dándole un beso en la frente y entregándole una caja, luego, desaparece en las lejanías.

Entré con paso ligero a la casa.

-¿A dónde fue mi padre?-.pregunté

-Eh...hubo una emergencia en la oficina, tuvo que regresar. Pero te dejó esta caja.-.me dijo mi madre extendiéndome la caja.

Tomé la caja y en su interior había chocolates y una tarjeta que decía:

"Dulces como tú...

                                Con amor, Papá"

Subí a mi habitación confundida. Me tiré en la cama atónita y miré al techo en busca de respuestas.

-Según los libros que me dió Daymon,-.me dije (Había pasado la noche entera leyendo los libros que me había dado Daymon)-en esta dimensión los lobos, brujos, y si los vampiros existieran, vampiros pueden pasar sus genes "supernaturales", por así decirles, a sus hijos. Eso significa que...ya era una mujer lobo antes de la mordida...

Luego me levanté y miré al sol que se escondía y dejaba a su paso el ocaso a través de mi ventana y me dije:

-Y eso también significa que...Soy parte brujo...

Y con los últimos descubrimientos sobre el Secreto Oscuro de mis padres, decidí mantenerlo en secreto de la manada.