Capítulo 33- La Chica de la Capa Negra
Bajo la luz de la luna y la sombra de los robles, cuatro portales se abren. De ellos, miles de tropas salen en busca de un fin.
Las tropas Zafiro, con corceles de piel zafiro, hombres a pie con ballestas de flechas encantadas y espadas inmortales; Los Titanios, con motocicletas de titanio y tecnología de punta, hombres en todo terrenos y avionetas de guerra; Las Armadas Esmeralda, con animales mágicos, guerreros y tribus a disposición con lanzas mortales y arcos de magia pura; Oro, con el control del elemento, controlándolo como si fuese agua corriendo por los aires y formando con la imaginación armas de orígenes desconocidos pero potentes; Diamante, sin presencia alguna; Y finalmente, nosotros, con el alma lobuna surgiendo cada vez con más adrenalina en las venas, un vampiro letal, una Dixir y toda una manada de lobos lista para destrozar cuerpos.
Mientras todo eso sucedía, yo seguía en la cama de aquella habitación sagrada, mirando al cielo, en busca de algo que detuviese a mi corazón que latía con tal fuerza que Miracle podía oírlo hasta el otro lado del club. De pronto, Bryan toca la puerta. Volteo mi cabeza y le lanzo una mirada preocupada. Él se sienta, me acaricia la frente y dice:
-...Ya es hora...
En la sala de control, Daymon nos muestra el panorama de guerra. El bosque estaba repleto de criaturas extranjeras, mientras la ciudad temía el ataque de los que ellos llamaban "seres de otro mundo". Sin embargo, esta continuaba sus labores como si fuera un día tranquilo de verano. Pues se equivocan...Estamos en el letal invierno de guerra.
Tomé mi daga y espada, cuyos filos estaban sumergidos en una toxina creada de la mezcla del veneno de un vampiro y la de una Dixir. La compuerta se abrió y cuatro de nosotros salimos hacia el origen de todos mis problemas, el origen de mi alma...donde todo comenzó.
Repasando el plan en mi cabeza...
-Primero,-.me decía.-llegamos y esperamos a que aparezca. Segundo, la engañamos y Tercero...la asesinamos.
Aquel pasillo oscuro tenía la misma esencia de peligro que la última vez hace unos meses. Una mancha de sangre con mi fragancia humana seguía sin desaparecer en el suelo. De vez en cuando los fantasmas de ese lobo loco me susurraban en el oído, haciéndome alucinar.
El plan se puso en marcha. Bryan y Miracle se escondieron detrás de un pequeño espacio que estaba en la pared, mientras, Liam y yo nos escondimos en el techo del edificio. Pasaron 2 minutos, luego dos horas...cuando de pronto dentro de la bodega del edificio se oye un ruido. Los 4 salimos de los escondites, y, cautelosa-mente, entramos a la bodega. No había más que palomas descansando en la comodidad de sus paredes, quienes salieron volando asustadas por nuestra presencia. Bajo un rayo de luz de luna, había un bote de basura boca abajo. Encima, un peluche de un lobo gris, con la punta de la cola plateada y los ojos violetas...muy parecido a mi. Y este, sostenía una cinta diciendo:
~Gané~
Di media vuelta con el peluche en mano y dije:
-Es una trampa...
Transformados en lobos corrimos hacia la ciudad. EL aire pasaba rápidamente por nuestras narices y el corazón bombeaba sangre con cada vez más potencia.
Al llegar, la ciudad había caído bajo la maldición del silencio. No había ni una sola alma en el lugar. Las tropas yacían en el suelo...fallecidas. Y los que no murieron, realizaron retirada.
-¡La muy perra nos engañó!-.dijo enojada Miracle.-¡Cómo pudimos caer!
-Nuestro plan...está arruinado...-.dije.
Y como un rayo de esperanza, una voz sutil rompe el silencio...
-No del todo...
Volteamos las caras para descubrir su procedencia. Era Diana, y su ejército de más de mil hombres. Sus fuerzas poseían vestiduras forjadas en diamante, con un corazón frío y sin piedad, balas de diamante líquido y la reina vestida con sus telas de guerra. Su presencia era majestuosa y llamativa.
Segundos después, Daymon aparece de entre los árboles con casi la manada entera, la cual era de 300 hombres lobo.
-¿Cuándo empezamos?-.dijo Daymon inspirado, mientras le lanzaba una mirada sorprendida a Diana.
Algo cambió en el ambiente después de esa frase...Se sentía más...
-Oscuro...-.susurro Liam al ver detrás de nuestras espaldas.
Detrás del grupo estaba la chica de la capa negra. Sus cabellos enrulados y su boca roja era lo único que sobresalía.
-¿Me extrañaron?-.dijo con sarcasmo.
-No lo suficiente...-.respondí.
Bajo la oscuridad de la capa, unas llamas rojizas se encienden. Sus manos se levantan. La tierras se abre. De las fracturas, emanan, como un géiser, sombras oscuras, que al tocar suelo, toman forma demoníaca. Los demonios más altos estaban en lo lejano, mientras caballos de esmeralda negra cargaban como jinetes a las almas de los que en algún momento fueron nuestras tropas. Los demonios casi inmortales estaban cara a cara con nosotros y con un chasquido de dedos de parte de la chica encapuchada, el holocausto inició.
Los corceles de la tropa diamante luchaban contra los gigantes de sombra. Usaban sus espadas encantadas para hacerlos caer, y con las flechas de punta de diamante, le atravesaban el corazón. Los hombres a pie luchaban con las almas en los corceles usando lanzas y dagas, y así liberaban a las almas de su llamado. Y los inmortales quedaron en nuestras manos.
Las espadas y dagas trabajaban a la perfección. Algunos lobos permanecían humanos y utilizaban las dagas para decapitar a nuestros oponentes. Otros, bañaban sus colmillos con la toxina artificial y atacaban a los demonios destrozándole el cuello en un solo salto.
Pero todo dio un giro gris, cuando nos dimos cuenta que el número de contrincantes nunca disminuía. Y, por desgracia, ese fue nuestro talón de Aquiles.
Los demonios nos atacaron de sorpresa por nuestras espaldas. Uno de ellos le hizo un corte a Miracle que recorría toda su columna. A Bryan, le disparó un demonio con armas amigas. Tres balas de diamante líquido se depositaron dentro de su abdomen.
-¡Bryan!-.grité.
Entre la trifulca, podía ver cómo la chica de la capa negra estaba como estatua detrás de su ejército, comandándolo. Con mis ojos de un color intenso, cual hacia notar mi ira, me guiaron hasta ella.
-La cobardía no te llevará a algún día reinar...-.dije.
La chica bajó sus manos lentamente y dijo:
-Vaya...al parecer mi regalo no fue de tu agrado.-.dijo de nuevo con sarcasmo.
-Muéstrate si cobardía no tienes.
La chica levanta sus pálidas manos hasta su capucha, aprieta las esquinas con furia y con gran vanidad, coloca la capucha detrás de su nuca...
Mi corazón quiso dejar de latir al ver su identidad.
-¿...S-Stella?
-Hola Evangelyn...
Stella comandó a dos dagas a que surcaran los aires y me atravesaran, pero las detuve.
-¿Stella, cómo?
Sin dejarme decir alguna otra palabra, Stella levanta hacia los aires y me deja caer con una gran fuerza, haciendo que mi caída agrietara el suelo.
-Stella...no quiero hacerlo...
Finalmente, ella me ahorca con su mente. Mis ojos se tornan violetas y una lágrima cae de unos de mis ojos.
Lancé a Stella contra un camión y luego cae algo adolorida al suelo. Sin embargo, vuelve a levantarse y corre hacia mi para darme un puñetazo en el estomago. Le devuelvo el golpe con una patada en el vientre y un codazo en la boca. Stella cae al suelo, mientras de su boca salía unas gotas de sangre. Y antes de que se levantara, me le abalancé y no la deje escapar.
-¡Stella responde!-.gritaba con un riachuelo de lágrimas cayendo de mis ojos.
Stella me lanza contra un poste de luz. Los cristales atraviesan mi piel y caigo casi inconsciente al suelo. Trato de enfocar mi mirada de nuevo a Stella, quien se acercaba amenazadora hacia mi. Logré notar el brillo rojizo en sus ojos, lo cual me hizo notar que ella y los demonios tenían el mismo color de ojos, y me hizo darme cuenta de que...
~¡Está poseída!~me dije.
Ahora ya sabía que estaba pasando, pero lo que no sabía era cómo resolverlo. Y luego, zumbando a mi oído vino el cruel sonido de un corazón en agonía. Era el de Stella. Y con el sonido, vino una idea.
Lancé a Stella contra el suelo y en el último segundo antes de que contraatacara, mi mano atravesó su pecho. Mis dedos rodearon cuidadosamente su corazón, mientras a Stella se le notaba la dificultad de respirar. Y sin pensarlo un segundo más, tomé un respiro y empecé a absorber su oscuridad.
Sentía como si una parte de mi empezase a corromperse. Mis ojos parpadeaban a rojo y mi corazón se volvía cada vez más pesado. Sin embargo, los ojos de Stella tornaban a su color original y su corazón volvía a ser humano de nuevo.
Stella quedó limpia, pero yo estaba muriendo. Mi cuerpo estaba hecho de magia de luz y la oscuridad luchaba contra ella. La magia me asesinaba por dentro. Mi garganta se cerraba y no podía respirar. Mis ojos empezaron a llorar sangre, mientras mis iris cambiaban drástica-mente de color.
Denes apareció de entre los demonios y los guerreros que aún estaban de pie. Él hizo un movimiento de mano y sin mucho esfuerzo levanta la oscuridad de mi alma y la dispersa en el aire, y con ella los demonios desaparecieron.
La vista se dispersó y pude ver a Bryan y Miracle recostados contra un árbol tratando de sanar, mientras Daymon corría hacia mí.
-¿Que sucede?-.preguntó Stella.
-¡Stella!-.grité, mientras me inclino para abrazarla.
Stella se queda confundida unos instantes hasta que su memoria empezaba a regresar, poco a poco.
-¡Ev, perdóname, no quise hacerlo!-.lloró.
-Calma, sé que no es tu culpa.-.mencioné.
***
Ya pasó un día después de la gran masacre. Stella trataba de estar al tanto de todo lo que había sucedido. Y como única humana en el club, la mayoría de los lobos le lanzaban miradas aterradoras de vez en cuando.
Liam seguía evitando a Stella, por el sentimiento de que era su culpa lo que le había pasado.
~El amor.~me dije burlona.
Y por fin, si nos referimos al resto del universo, todo andaba en calma...pero lo que no sabía era que no duraría para siempre.
*Mientras tanto en la Dimensión Infierno*
-¡Esa despreciable humana desgastó todo mi trabajo!-exclamó.-Al parecer, si quieres reinar, tendrás que asesinarlos tu misma, su majestad...-.se dijo a sí misma.
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