Capítulo 31- Fiebre del Oro

El portal se abre. Al cruzar, pisamos un suelo cubierto de arena y un espacio baldío y sin ningún rastro de vida...ni de magia. 

-¡Esto debe ser un chiste!-.exclama Denes furioso.

-¿Y los habitante, y el castillo?-.Liam le cuestiona al aire.

Doy unos pasos al frente para poder apreciar el desierto frente a nosotros. Solo lograba ver el calor rebotando en la arena...hasta que un pequeño destello me quemó el ojo. A lo lejos se veía un destello continuo y luminoso.

-¡Chicos, miren!-.dije entusiasmada.

Me convertí en loba y perseguí la luz de esperanza en la lejanía, seguida de mis amigos. La arena bajo mis patas se volvía cada vez mas gruesa y brillante, sin embargo, continuaba siendo arena, hasta que me tope con una zona cubierta de nada menos que pequeños lingotes de oro puro.

-¡Es oro!-.dijo Miracle sirviéndose un puñado en la mano.

De la nada, la tierra se empieza a abrir y de ella, salen 2 gigantes de oro. Grandes, sólidos e indestructibles por la magia común. 

A pleno instinto, Denes lanzó una bola de luz a los Grandes, pero esta solo atravesó el tronco del gigante como si fuera acto de todos los días. Bryan se transformó a su forma lobuna y, con un solo salto, se lanzó contra uno de los "Dioses" de oro, pero este solo fue de darle un manotazo para que quedara inconsciente.

Fui a darle socorro:

-¡Bryan!¿Estás bien?¡Bryan!

-¿Que pasó?-.dijo entreabriendo los ojos para que la cegante luz del sol no le molestara.

-¡Gracias al Cielo!-.grité aliviada.

-¡Evangelyn!-.se oye a lo lejos.-¡Mira!-.dijo Miracle.

Miracle señaló los pies de los gigantes, derritiéndose en el ardor del oro fundido, sin embargo, el oro volvía a convertirse en sólido, y así una y otra vez. Me levanté del suelo y ordené a mi loba que se sintiera feroz. Mis iris se tornaron del plateado, cual bailaba en una perfecta danza con un violeta ordinario, rodeados de un azul brillante y puro. Mis huesos empezaron a romperse en una lenta y casi dolorosa sinfonía. Cuando mis manos se convirtieron en afiladas garras, galopé al ritmo de la luz y atravesé con mis colmillos a uno de los gigantes. Como agua , el oro en él cayó al suelo. Y la misma fe le tocó a su gemelo. Dentro de la laguna dorada de los cadáveres, habían 2 pedazos muy singulares de oro, su forma no era tan irregular como el oro normal, pero tampoco tan perfecta para que fuese artificial. Era tan...natural. Los dos pequeños retazos de oro los acomodé dentro de mi puño y caminamos hacia el norte.

Desde que se derrotaron a los gigantes, no hubo ningún rastro de oro más, además de las dos piezas de oro en mi mano. Todo se veía desértico y desolado, cuando Liam se tropieza con algo y estrella su rostro de vampiro contra el suelo.

-¡Que patético!-.exclama Miracle.

-¡Gracias!-.replica Liam. 

Bryan se agacha y limpia el lugar dónde el pie de Liam tropezó.

-¿Que es eso?-.señaló.

En el suelo estaba enterrado una especie de cerradura con forma de flecha. 

-¿Porqué una flecha?-.preguntó Liam.

-Quizás es una llave.-.respondió Bryan.

-¡Y dónde encontraremos una flecha en el desierto!-.exclamó Denes.

Pensé un poco y baje mi mirada al suelo. Esta se topó con mi mano, ocupada agarrando los dos extraños pedazos de oro.

-Quizás no hay que buscarla...-.mencioné.

-En Español, por favor.-.balbuceó Miracle.

-Sino...¡Hay que hacerla!-.me dije a mi misma, pero con tono alto.

-¿De que hablas, Ev?-.preguntó Bryan.

Levanté ante ellos las dos singulares piezas de oro en el aire y las derretí usando un poco de mi veneno. Luego, usando magia, uní las gotas de oro en una solo arma, una flecha. Esta cae en mi mano y ,con entusiasmo y antes de que alguien dijera algo, la introduje en la cerradura.

La tierra tiembla y se abre. Del orificio, sale un imponente palacio que tapó al sol y le dio sombra al vacío. Nos miramos entre caras y luego de unas cuántas miradas decididas, entramos.

Había un gran salón en el interior, sin embargo, no había puertas ni otras habitaciones. Solo una gran piscina con peculiares símbolos alrededor, llena de oro líquido. Esperamos un momento en el silencio, cual fue interrumpido por un burbujeo en el interior de la piscina. De ella salió una figura similar a la de una mujer, cubierta por las cortinas de un denso oro. El oro que cubría su piel empezó a deslizarse, dejando ver a una mujer con joyas doradas y una corona  con diseños perfectos que llegaban a hasta su cien. 

-¿Qua use o yerrseni mei pabli?-.su voz retumbó entre las paredes.

Nos dimos miradas extrañadas al ver que no hablaba nuestro idioma. Pero el único que se quedó asombrado fue Liam.

-Liam...-.le pregunté.

Liam me ignora y, sin quitarle la mirada a la mujer, dice:

-Yus vaniu yudes...

-¿Que haces, Liam?-.le susurra Miracle.

-¿Yudes? ¿ontri equ?-.dice la mujer.

-¿Que está diciendo?-.le pregunto a Liam.

-Dumons...-.dice Liam.

-¡Os janvien lechuxas dumons!-.exclama la mujer.

-Dice que ellos también están luchando contra demonios.-.dice Liam.

-Dile que unamos fuerzas.-.agrego.

-Mile raina, Profilis unais vais fertuaz...

-Nut...¿Du equ damison yus vanis?-.pregunta.

-Pregunta de que dimensión venimos...-.traduce Liam.

-Damison X...

-¡Vi tunes grun deude noc Damison X! ¡Noc jucti yudes!

-¿¡Qué dijo!?.-.pregunté al ver la sonrisa de la mujer.

-Dice que con gusto nos ayuda.-.dijo Liam con una sonrisa victoriosa.

Junto a la reina, y junto a Liam como traductor, le dijimos todos los detalles necesarios. Y antes de salir, Liam preguntó:

-¿U dinde vus pabli? (¿Y dónde está su pueblo?).

-¿Zu equ blahis? Mile pabli yute fura...dasfretindus sile...(¿De qué hablas? Mi pueblo yacía haya afuera...disfrutando del sol...)

Nos asomamos con gran precaución hacia la salida. Y nos sorprendió al ver que, el desierto baldío y sin vida, se había convertido en una ciudad de imponentes estructuras de compleja arquitectura, habitantes sosteniendo sus comercios en las calles y la arena ya no era más arena, se había transformado en preciosos granos de oro.

 Mientras dábamos una pequeña caminata alrededor de la ciudad, me acerqué a Liam y le pregunté:

-¿De dónde aprendiste ese idioma?

-No sé...-.respondió confundido.-.Quizás es una ventaja vampírica y de brujo.

Al caer el atardecer, abrimos un portal hacia casa, pero no nos esperábamos lo que estaba abierto del otro lado.

-¡¿Qué diablos es eso?!-.gritó Miracle.

-Un...portal hacia la Dimensión Infierno...-.dice Denes dando unos pasos al frente, sorprendido.

-¿Y eso qué significa?-.preguntó Bryan.

-...Que se nos acaba el tiempo...

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