Capítulo 16- Revelado
Me quedé, junto a Eryx, toda la noche en el hospital. Eryx nos contó de sus aventuras durante estos últimos siglos. Nos contó cómo venció a 100 ogro con solo una estaca improvisada o cómo inspiró a los demás vampiros para que lucharan en la batalla en el bosque maldito. Fue una noche de risas. Además, Liam, o Lyall, me contó que era diurno, es decir, un vampiro que puede caminar bajo el sol.
Después de una larga noche, le dieron de alta a Liam el día siguiente.
Me dirigí a mi casa con mis ojos casi cerrados. Solo entré, saludé a madre, subí a mi habitación y abracé a mi cama como nunca lo había hecho, hasta quedarme dormida.
Desperté con un bello placer en todo mi cuerpo. Me sentía poderosa y muy energética. Creo que se debía el al fin poder dormir después de más de tres días. Voltee mi cabeza hacia el reloj que estaba colgado en la pared. Eran las 11 de la mañana.
-¡Ay, no. Voy Tarde!-.grité.
Le había prometido a Miracle que llegaría a la 10 a entrenar. Por supuesto, se me olvidó colocar el despertador el día anterior. Me levanté de mi cama de un solo salto y entré al baño enseguida. Me vestí con el traje especial y sin desayunar salí de la casa. Corrí con mi velocidad de lobo hasta llegar al club.
Vi a toda la manada haciendo un circulo. Me abrí paso hasta el centro. Ahí estaba Miracle, convertida en lobo, luchando contra otro lobo. Me quedé impresionada al ver los ágiles movimientos de Miracle. Antes de que matara a su contrincante, ambos se transformaron en humanos y se dieron las manos como señal del fin de la lucha.
-¡Evangelyn!-.gritó al verme entre la multitud.-¡Ven y lucha conmigo!
-¿No íbamos a entrenar?-.pregunté.
-Este es tu entrenamiento, Ev.
Solo respondí con la cabeza. Rebusque en mi bolsillo en busca de la cajita con los lentes de contacto, pero no estaban.
-¿Que buscas?-.preguntó Miracle dando una leve risa.
-Mis lentes de contacto...-.respondí.
-Ven sin ellos.-.dijo.-Ya han pasado algunos meses. Tus ojos ya deben estar listos.
Solo asentí con los ojos y caminé con paso lento hasta el interior del círculo. Sabía que sin los lentes mostraría mis verdaderos ojos violeta. Me concentré en no mostrar mis ojos mientras me transformaba. Empezó la lucha. Miracle dio un leve ataque por uno de mis costados, pero lo esquive saltando sobre ella y, en cambio, le di un pequeño manotazo con mis garras. Ella logra arrojarme al suelo y comenzó a dar ágiles mordidas a mi cuello, pero las esquivo, de nuevo, y la empujó con mis patas traseras, arrojándola hacia el otro lado del circulo. Todos comenzaron a aplaudir y Bryan se la pasaba mirándome con sus ojos de asombro al ver que estaba ganando. Sin embargo, Miracle tomó mi distracción como llave para atacar. Mientras, seguía mirando al público, Miracle corrió hacia mi y me dio un garrotazo en la mejilla. Miré al suelo por unos segundos, sentía aquel ardor en mi mejilla. Cuando voltee, mientras mi herida sanaba, sentía ira y enojo. Sabía que solo era una simple lucha, pero mi loba interior quería la guerra a muerte. Mi loba interior tomó las riendas, mis ojos se tornaron de un violeta eléctrico y brillante y salté sobre Miracle. Abrí mi boca sobre su cuello, y antes de decapitarla con mis dientes, me di cuenta de lo que estaba sucediendo. Tome las riendas de mi cuerpo y me transformé en humana.
Mis manos fueron directo a mi boca, mientras los demás lobos ayudaban a Miracle a levantarse del suelo. Todos me comenzaron a mirar con ojos de rareza y confusión. Todo se quedó en silencio, mientras todos apreciaban mis aún ojos violeta.
-Tus ojos...-.dijo Miracle.
-...Son violetas...-.dijo Bryan terminando la frase.
-L-lo siento Miracle, no quise herirte.-.dije con voz quebradiza.
-¿Por qué...tus ojos...son...violetas...?-.preguntó.
Miré al suelo, pensando en qué decir. Y antes de que de mi boca saliera una palabra, Daymon aparece entre la multitud y dice:
-"Visa potens viribus"
-¿Qué?-.respondí con el ceño fruncido.
-"Visa potens viribus"-.repite.
-¿Eso qué significa?-.pregunta Miracle.
-Significa: Poderosas fuerzas detectadas.-.dice dirigiéndose a mí con unos ojos profundos y desgarradores.
-¿Cómo sabes sobre esa frase?-.pregunté sorprendida.
-Esta mañana estaba revisando el registro de lobos en el panel y me encontré con esa frase.-dijo acercándose lentamente.- E investigué un poco y descubrí que esa frase eras tú...Ahora dinos...¿Eres hija...de Tom Brightstone?
-...S-sí...-.dije mirando las expresiones de asombro de mis amigos.
En el salón se escuchaban los suspiros y cuchicheos de los lobos en unisóno.
-¡Silencio!-.gritó Daymon.
El silencio cayó como una bomba en el salón, luego este prosiguió:
-¿Por qué nos ocultaste esto?-.preguntó.
-Tenía miedo.
-¿Miedo de qué?
-De que no me aceptaran como soy...
-Te aceptamos como eres Evangelyn...
Instantáneamente, mi rostro reflejó una expresión de felicidad, pero luego esta se marchitó cuando Daymon dijo:
-...Pero ya no podrás ser parte de esta manada.
-¡¿Qué?!
-Debe haber otra manera...-.dijo Bryan.
-No. No hay otra.-.respondió Daymon.-Que tú estés aquí es permitir de alguna manera que Tom sea parte de la manada de nuevo. Te voy a pedir que te vayas.
Sorprendida, las lágrimas empiezan a salir y antes de que se formara una tormenta compuesta por mi llanto, me di la media vuelta y salí corriendo del lugar.
Llegué a casa con las mejillas color termita. Mi madre oyó los suspiros de mi llanto y salió de la cocina a socorrerme.
-¿¡Que pasó, Eve!?
-Me sacaron de la manada.-.dije, mientras me secaba las lágrimas.
-¿Por qué? ¿Que hiciste?
-No fui yo...
-¿Entonces quién fue?
-¡Ustedes!
-¡¿Nosotros?!
-¡Sí! Descubrieron que ustedes son mis padres.
Y con eso, me escapé de los brazos de mi madre y corrí a mi habitación.
Mamá de Evangelyn POV
Después de presenciar lo sucedido, tomé el celular y marqué unos números.
-¿Aló?-.contesta.
-Tom, tenemos que hablar.
Daymon POV
Me senté en mi escritorio, pensativo por mi decisión. Aunque me sentía un poco mal, pensaba que no podía dejar que el traidor de Tom tuviera de alguna manera contacto con la manada.
De la nada, el teléfono suena. Era un número desconocido.
-¿Aló?
-Daymon, tenemos que charlar.
-Tom...-.digo con disgusto.-¡¿Qué haces aquí?!
-Deja de quejarte y escúchame. Hay que hablar. Ven al bosque a la medianoche.
Colgó el teléfono y yo coloco el teléfono con ira en su base.
Pasé la tarde pensando en lo que quería. No podía concentrarme por el enojo que fluía en mi ser.
Por fin, llegó la medianoche. Me transformé en lobo y seguí el aroma de Tom por el bosque hasta dar con su paradero. Me transformé en humano junto a él y luego dije:
-Si viniste a pedirme que te una de nuevo a la manada, haz venido a perder tu tiempo.
-No he venido por eso.-.respondió.-Vine por mi Evangelyn.
-Te mataría ahora mismo sino fuera por ella. No quiero dejarla sin padre. Aunque tendría a un traidor como uno.
-Deja de dar insultos innecesarios sobre mí y discutamos sobre ella. Me contaron que la echaste de la manada.
-Es verdad. No puedo dejar por ningún motivo que tú tengas de algún modo alguna conexión con esta manada.
-Mira...-.dijo con voz suave.-Sé que te traicione en el pasado y aunque tú lo tomes como traición, yo no me arrepiento. Ahora tengo una familia. Sé muy bien porqué me enviaste al exilio. Por Diana...
-¡¿Cómo sabes de ella?!
-En Inglaterra aprendí muchas cosas...En fin, yo fui el de la traición, no Evangelyn. No tienes que castigarla de esa manera por algo que yo cometí. Te juro que, aunque ella esté en la manada, no volverás a oír de mí...
Evangelyn POV
Un golpeteo me saca del susto de la cama. Volteo hacia la ventana. Esta abierta. Y en ella está Daymon.
-¿Que haces aquí?-.pregunté.
-Sabes...reflexioné sobre mi decisión y creo que me equivoqué contigo...
-¿En serio? ¿Que te hizo cambiar?
-Tu padre...
-¡¿Mi padre!?
-Sí. Recibí una pequeña visita de él. Me explicó que no tenía que castigarte por la traición que él cometió.
-¿Y cómo te resististe a matarlo?
-No quería dejarte sin padre. Sé que soy algo rudo, pero nunca haría algo así. Eso significa...
-¿Entonces puedo volver?-.dije interrumpiendo entusiasmada.
-Sí...
Le sonreí y él lo hizo de vuelta. Y antes de que se fuera le dije:
-Daymon...
-¿Sí?
-Gracias...
-No hay de qué...
Luego saltó a las afueras de la casa y en unos segundos tomó el camino de nuevo al club. Esa noche volví a dormir con mis pensamientos tranquilos.
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