Capítulo 1

Capítulo 1.

No despegaba mi mirada de la carretera. Estoy conduciendo mientras mi hermano Jaxon está durmiendo en los asientos de atrás, tapado con una manta, debe de estar muy cansado, ya que condujo toda la noche mientras yo dormía. Por ahora no tengo sueño ya que había descansado bastante bien a pesar de los incómodos asientos, pero lo que sí tengo es hambre, mucha hambre. Falta poco para llegar al pueblo al que vamos a vivir por un par de meses o quizás, años.

El sol ya se está ocultando, no hay nubes en el cielo, todo está despejado. Hay una tranquilidad inusual, claro que para alguien que vivió en la ciudad prácticamente toda su vida esto es normal. Sin embargo, está tranquilidad es totalmente nueva para mí, bueno, casi nueva porque ya hemos estado en pueblos mucho más pequeños y tranquilos, en estos últimos meses.

Cuando llegué a la entrada del pueblo pude ver un cartel en el lado izquierdo que decía 'Bienvenidos'. Me llevé una gran sorpresa cuando me di cuenta que el pueblo no era tan pequeño como pensaba, se podría decir que eran unas cien personas dando vueltas por el lugar, y quién sabe cuánta gente más allá. Aunque pensándolo bien tiene sentido ya que en la universidad hay más de quinientos estudiantes, y a pesar de las circunstancias, me entusiasmaba comenzar las clases.

Cuando pasaba por unas calles, la gente volteaba en nuestra dirección, lo que captaba la atención era el auto, supongo que es un poco ostentoso. La verdad es que cuando lo compré no sabía que íbamos a vivir en lugares tan pequeños. Mi bebé, un Lamborghini Asterion Rojo.

Decidí no pensar tanto en las miradas y en lo que estarán diciendo. El camión de mudanza ya había llegado ayer, lo único que faltaba éramos nosotros. Y no habrá comida en la alacena, en este momento estoy buscando un lugar para hacer las compras.

Doble en la esquina y me encontré con un pequeño almacén. No quería despertar a Jaxon por lo que bajé sin avisarle y cerré el auto, solo por las dudas.

Cuando estoy afuera estiró mis músculos, ya que estar ocho horas conduciendo es agotador. Miro la ropa que llevo puesta que consiste en una remera blanca, arriba una sudadera negra con capucha, unos pantalones pitillos negros y unas Vans negras. Me tensé al principio al percibir el olor a lobos, pero no le doy mayor importancia porque ellos no saben de nosotros.

Me coloco la capucha porque está empezando a hacer frío. Entró al local y pude ver que todos me estaban mirando, creo que se nota que soy nueva en el lugar. No les presto atención y busco lo que voy a comprar, recojo lo que necesito y listo, voy directo a la caja para pagar. La señora que atiende me da una mirada de disculpa pero ella no tiene la culpa de que todos en el lugar me miren, aun así le devuelvo la sonrisa.

     —Son 20 dólares —dice. Le doy 50 y me da el cambio junto con la bolsa de mi compra.

     —Gracias —agradezco—. Y adiós.

     —De nada, adiós —dijo despidiéndose con la mano.

Llego al coche y noto que mi hermano todavía no se despertó. Dejo la bolsa en el asiento del copiloto y voy a mi nueva casa.

Me estacioné en el garaje de la casa, es de dos pisos con los ladrillos a la vista. Salgo del coche y voy directamente a la puerta para abrirla. Cuando entro noto que está pintada de un color beige; por lo que me había dicho Jaxon la casa tiene living, cocina-comedor, tres habitaciones, un cuarto de lavado y una biblioteca; ya todos los muebles están acomodados en su lugar.

Salgo afuera para ir a despertar a mi hermano.

     —Jaxon despierta. ya llegamos —digo sacudiendo su cuerpo. Él sólo contesta un 'Mmh'.

Es tan agotador tener que despertarlo a veces. Lo vuelvo a mover y él se queja, solo me queda una solución.

     —¡JAXON DESPIERTA! —grité. Él se sobresaltó haciendo que su frente chocara con el techo del auto.

     —Auch —dijo sobándose la parte afectada—. ¿Por qué me despertaste así? —pregunta.

     —Ya llegamos, trate de despertarte pero no te querías mover y es lo único que se me ocurrió —dije encogiéndome de hombros.

     —Bueno ya me despertaste, vamos adentro —dice saliendo del auto, pasando su mano por su cara para despabilarse. Entramos a la casa con la bolsa con las compras.

***

Luego de acomodar algunas cosas que faltaban y ver toda la casa. Jaxon y yo estábamos en el sillón comiendo. En realidad tuve que compartirle, aunque no quería.

En la televisión estamos viendo 'The Vampire Diares', a ambos nos gusta, a mí porque Damon y Stefan Salvatore están para comerlos y él por Elena Gilbert.

Eran las nueve de la noche y decidí ir a acostarme porque mañana comenzamos a ir a la Universidad y también estoy un poco cansada. Me despedí de mi hermano con un beso en el cachete y un adiós para dirigirme al segundo piso donde se encuentra mi habitación. Subí las escaleras a paso rápido.

Entre y me encontré con las paredes de color blanco con decoraciones en negro, gris y morado. Había una cama enorme con sabanas de seda blanca y un cobertor negro, al lado una mesita de noche negra con una lámpara. En uno de los costados hay un escritorio con una silla giratoria y arriba de este se encuentran unos estantes que llene hace rato cuando desempaque. Del otro lado se encontraban dos puertas, una es el baño y el otro es el closet.

Me dirigí al closet a buscar mi pijama que consistía en una remera de Jaxon y mi ropa interior. A veces trato de dormir con pijamas pero no me acostumbro.

Salgo del closet para dirigirme a mi cama. Me tapo y cierro los ojos todavía con un pensamiento rondando mi cabeza antes de caer en los brazos de Morfeo.

«Ojalá pueda tener paz, aunque sea por un par de meses»

María

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