She | Momoi Satsuki

Desde que estoy en Teiko las cosas van viento en pompa, he conocido a los miembros de basketball y son muy altos, menos uno, Kuroko Tetsuya, osea mi tetsu.

Él es muy tierno, siempre es detallista y observador, aunque parezca debilucho tiene mucha capacidad, y eso es mucho mas de lo que el propio Akashi Seijuro quisiera admitir.

A veces siento que ser manager es un trabajo perfecto para el que he nacido, hecha para ello. Pero con el tiempo al ver nacer las habilidades de esos chicos supe que la inteligencia y observación extensa eran cada día expuestas a ser superadas. Los chicos fueron ganando muchos encuentros, hasta que de lo lindo pasó a ser tormentoso, uno de los golpes más duro para mi y Tetsu-kun fue el detonante en que Daichan no quisiera volver a entrenar porque se empeñó en creer que nadie lo tomaría enserio por eso nadie podría con él, solo el mismo. Dejó de tener compañerismo con su sombra, matando la luz que kuroko podría ofrecerle por la amistad y confianza...

—¡Ouch...!

Fui sacada de mi ensimismamiento de pensamientos por un golpe en la cabeza, echándome al suelo, tanto que inclusive sentí rebotar en mis pechos, agradezco tener como el tamaño de almohadas porque evitaron que mi cabeza choque con el suelo, pero el dolor en esa zona es peor que el de la cabeza, me doy la vuelta quedando de espaldas por reflejo ante el dolor, capaz... Capaz me esta por visitar *Andrés.

Siento una presencia bastante espeluznante, como si tuviera un campo de presencia, casi como si fuera el mismo Atsushi. Una chica de cabello corto color morado con dos rodetes en cada lado de su cabeza se encuentra regañando a un chico. Este pide disculpas muchas veces, hasta que le sonríe pícara mente diciendole algo logrando que la misma que me da la espalda le de de frente con la pelota de volleyball, tirandolo al suelo.

—A la próxima perderas los huevos. Vuelve a entrenar, o me olvidaré que soy un ser tranquilo.

La voz era seria, taciturna, reticente, pero también aterciopelada, aunque por algún motivo estaba mas grave y daba repelus escucharla con ese tono. El chico de cabello amarillo cual si fuera quise se corrió rapidamente de su vista, pidiendo perdón y sangrandole la nariz.

Una vez sola, se acercó a mi con una expresión preocupada pero no sacaba su expresión seria, al parecer seguía incomoda. Igual yo, al ver el tamaño de sus senos podría decirse que me comprende el dolor que vivo.

—Perdonadlo, es un malo en sus remates y... Joder, perdoname. ¿Te duele mucho?

—Eh... S-si... P-pero creo que no es grave.

Busca entre sus bolsillos algo, y para cuando parece encontrarlo me da una tira de pastillas.

—¿Que?

—Es para los dolores de esa zona. Aminorara los dolores en musculos. Pero de cualquier forma me tranquilizare solo si me dejas llevarte a la enfermería.

Su firme voz, con sus hombros tensos, mientras se relame sus labios, me logra desconcentrar pero el tono suave de suplica que escucho al final, me hace sucumbir tanto al grado de darme cuenta que me colgado observandole.

El calor sube a mis mejillas, al ver que sus ojos morados que antes estaban opacos como cuando duermes mucho y estas adormilada, toman un brillo pícaro y divertido.

—Dime, ¿aceptas redimir la culpa y susto de mis kouhais a cambio de lo que te ofrezco?

Sus palabras eran tan cultas, parecía venir de la realeza, cual si hubiera sido educada como Akashi, en una familia adinerada.

—¡Si! D-digo... ¿Cómo podría negarme a su buena voluntad? Soy Satsuki Momoi, penultimo año, clase 2-A.

El nerviosismo me había controlado, pero espero haber hablado fluida pero que se me hubiera entendi, sino... ¡Que vergüenza! No estoy entendiendo lo que me pasa. :c

La joven de cabellos morados suspira aliviada, para luego darme una mano, aceptandola, y como si fuera ligera me logra levantar con uma delicadeza, tanto que cuando rozamos una electricidad me recorre. No logro pensar con claridad, creo que el pelotazo fue muy brusco con mi pobre cabezita.

—Ya esta, tranquila, yo te cuido, Kouhai-chan. Soy Hattori Nuna, último año, clase 3B. Un placer.

Al escuchar esa información mi cuerpo sintió miedo, no se porqué, pero cuando ibamos por el camino a la enfermería, Tetsu-kun fue visto por ella y dicho que si podría avisar el inconveniente de su tardía en el entrenamiento, que según ella el golpe podría ser preocupante. Tetsu-kun parecía perdido pero asintió, pidiendo por mi recuperación y se fue.

Siento que también yo estaba perdida en los brazos de mi sempai, no podía articular palabra alguna, no podía por el hecho del dolor y también por la impresión. ¿Cómo lo notó? Se supone que Tetsu-kun carece de presencia, y ella es todo lo contrario a él.

—¿C-cómo?

—¿Uh? —musita al llegar a la enfermería, quedando confundida. Se veía tierna y pacífica, todo lo contrario hace unos minutos atrás.

—¿Cómo es que viste a Tetsu-kun? El suele ser casi un fantasma en presencia. Hasta Daichan se asusta cuando no lo percibe cerca suyo.

—¿Y yo lo llamé cuando lo encontré invisible a ti? Ah, no se como es eso, pero supongo que es por ser mi opuesto o cosas locas del destino. No te estreses por esas cosas, ¿si?

La voz despreocupada, con desinteres en el asunto, como si fuera irrelevante me dejó callada, justo a tiempo para que la enfermera preguntara de la situación, del motivo de nuestra visita. Con mucho detalle, preocupación y arrepentoda cual si hubiera sido ella la que me mató con la pelota le explicó a la enfermera, quien sonrió con dulzura y le palmó la cabeza a la chica para que se calmara.

—Tranquila Nuna-san, La señorita Momoi-san sobrevivirá. Solo tiene un chichón, se le quitará con un poco de hielo. Mientras que por sus senos solo debe aplicarse esta crema calmante cada día para evitar la presencia de un moretón.

La pelimorada asentía muy atenta, cual si fuera su intención cuidarme para toda la vida. Y vaya que no me equivoqué, desde ese día hasta el final del año me cuidó, me guió y se convirtió en mi mejor amiga.

Me cuidó con si fuera un tesoro, inclusive los chicos como Daichan se habían convertido en sus amigos, aunque con este último podría decirse que cuando estuvimos en tercer año sufrí un ataque de celos, daichan sufrió las consecuencias.

Quiso pasar el límite de amigos con ella, e ir a segunda fase, el de pareja, la atracción que sintió por Nuna-chan fue demasiado. Pero no contó con ser roto en mil pedazos al encontrarme sulfurada, y mas yo por la sorpresa en que caí.

Hattori Nuna me seguía visitando en Teiko después de haber terminado, había dicho que por el año que me faltaba haría un taller intensivo de primeros auxilios y rehabilitación muscular, para cuando yo entrara a otra institución ella estuviera al mismo año conmigo.

Daichan, supo que el día en que lo intento, digo llegar a esa fase, casi pierde sus miembro masculino ademas de sentir como se desperdiciab una bella mujer ante sus ojos, porque si, Hattori-san solo le gustaban las mujeres. No iba por gustarte de chicos, siempre los deja en la friend zone.

—Ya te digo Momoi, esa mujer esta loca por ti, mientras sigas pensamiento como una tonta por el "que dirán los demás", más rápido la perderás.

Esas palabras dichas por Daichan me dejaron helada, y la misma sensación de la primera vez se hizo presente, el miedo. Miedo de no contar y estar a su lado.

Dijo más cosas como que Tetsu no me haría caso, que el estaba en su mundo, pero que para mi se notaba a leguas que algo más pasaba con ella.

Siendo así como decidida, temblorosa, nerviosa, casi me quité mis mechones rosas, le declaré mi miedo, ese miedo que padecía desde que la conocí.

Realmente su reacción fue una de las primeras e impredecibles que me imaginé, porque siempre había creído que conmigo era la pasiva, pero no... Ella era lo mejor de dos faces.

Ella se había convertido en mi novia, mi pervertida novia.

Aunque claro, nadie conocía que me iba por ese bando, por ir siempre fangirleando a por Tetsu. Pero esa era mi ruta de escape para ponerla celosa, para que ella supiera que aun no estaba lista a gritarlo a los siete viento que yo era...

Lesbiana.

Y que el "amor" que le tenía a tetsu fuese confundido por más, sabiendo que solo lo protegía como a un hermano adorado. Era la excusa mas sana que podía sacarme de menuds vergüenzas que ella me hacía vivir.

El amor que sentía por tetsu-kun había terminado porque me había enamorado sin saber, cuando la vi por primera vez.

Pasó mucho tiempo para que me diera cuenta de eso.

Pero soy feliz a su lado, y no me molesta como es ella, porque para ella, soy su estrella.

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