Cuando viene Andlés |Momoi Satsuki
Nuna se encontraba con el día delimitado, sus movimientos eran acompañados del tampon que significaba una cosa, Andlés había llegado a sus puertas. No era de esas mujeres que lo detestaba ni se encogía de dolor machacando a todos con sus quejidos, era esa mujer que hacía muchas cosas para tener ocupada su mente y no dar lugar a ese dolor que solo cuatro días la molestaba en su vida.
Era agradecida que solo le durasen pocos días, escuchaba que para muchas otras este estado menstrual le duraba entre 5 días a una semana de estar padeciendo ante el dolor. Por ende, de vez en cuando se acariciaba su estomago buscando mermar el dolor con ese gesto.
No podía ingresar sin frialdad a la pileta de natación, por ende, su tensión cotidiano iba a parar a otro lado, y ese era el hambre sexual. Con anterioridad, sus ex novias al menos algunas accedían a complacer sus antojos, otras decían que era un ser grotesco, pero es que ni siquiera pensaban con profundidad solo se imaginaban una escena roja y asquerosa.
Justamente por lo mismo, una semana antes Nuna sembró la intención e idea en su hermosa malvavisco esponjosa. Explicandoselo con suma tranquilidad al tener lidiándo con ese mismo dolor, solo que una semana antes que a ella.
—Si sabes que suena asqueroso eso, ¿no?—había dicho la frase común y coincidiendo entre las primeras, Momoi.
—Si bien, las de mentes cerradas se mantienen en ese aspecto. Existe los tampones por varios motivos, uno es para hacer actividades debajo del agua(natación), sentir la normalidad sin estar llegando las toallitas con alas que se marcan en la ropa su presencia y por último, el menos pensado la higiene para otros planes.—dijo mientras se encontraba abrazando a su novia en la cama mientras masajeaba suavemente el abdomen adolorido de momoi.
Esta se dejaba por el estado de tranquilidad y estremecimientos ocasionaba a su cuerpo esa pequeña caricia que calmaba los retorcijones de dolor.
—Nunca he usado los tampones, por lo que... n-no se esos tipos de uso. Ademas, dicen que duele introducir y...—la verguenza la fue silenciando.
Una leve risa se escucha, suya y sin dudar besa la sien de su novia, bastante enternecida. Se lo esperaba de la maravillosa Satsuki Momoi, después de todo con ella había empezado a conocer y valorar mejor su bendito cuerpo. Ya demasiado estaba permaneciendo en actitud anti-pasiva.
—Eres una mujer tan adorable. Si quieres te los coloco y enseño a usar, por mi no hay problema. Verás que son mas prácticos y te dan mas libertad al que estar sintiendo que vuelves a la epoca de pañales —dice susurrando explicitamente a sus oídos, percibiendo el escalofrío hacerla temblar y negar en un caos de nervios sumamente avergonzada.
—N-no, n-no... que verguenza, por kami-sama Nuna, eso es d-demasiado íntimo y...p-personal —dice Momoi bastante sonrojada, ante su mirada.
—Me sorprende lo pasiva que eres ante mi luego de que ya tuvieramos nuestro propio salseo y te hiciera ver las estrellas. Momoi, conozco tu cuerpo, tus rincones sensibles y tu aroma. ¿realmente me crees capaz de hacerte sufrir por un compresa que solito hará su trabajo? —pregunta con una mirada gatuna.
El silencio otorga y el sonrojo aumenta su ego.
—Mujer de poca fé.—gruñe mientras la deja de mirar para solo cerrar sus ojos.
Estaba mas que visto que la llegaba del maravilloso andlés la debería pasar con sus juguetitos sexuales y rehuir de su amada novia para ya no incomodarla. Respetaba los criterios de cada persona, no las iba a forzar para que hicieran algo que no estaban acostumbradas a hacer.
Siempre las respetaría, a pesar que se eche los tejos y frustraciones a sí misma. Además no era la primera ni la última vez que lo haría, era costumbre saber que todas aun seguían bajo la capa del tabú.
—Nuna... no te enojes, yo... realmente es algo incomodo de saber, yo, yo sé que sabes mucho pero... sabes que esto sigue siendo nuevo p-para mi y...—dice arrepentida Momoi, sus tartamudeos constantes solo hicieron que se encogiera su corazón traicionado y molesto.
Molesto por haberla afligido. Y traicionado porque seguía soñando despierta con ciertos puntos en la realidad.
—No estoy enojada nubecita, solo que estoy cansada. Ser tu masajista me da el reto mas difícil, dar paz en medio del dolor muscular de Andlés. —dice mientras entreabría nuevamente los ojos para observarla.— Contigo aunque se quisiera nunca podría enojarme, el amor por ti y el respeto siempre van por encima de todo, nunca me permitiría hacer un berrinche por algo como esto.
Momoi tan solo la miró con lágrimas en sus ojos, y un pucherito temblandole, mientras se acercaba a abrazarla con suma fuerza. Musitando entre cada sollozo:
—Lo siento... lo siento... perdon... soy muy miedosa... pensé mal...eres demasiado buenaaa nunaaa waaa~
Ese día pasó y a tres días después, una sorpresa la embargó cuando iba de camino a la casa de su novia. Claramente saludando a los padres de la misma, trayendo bocadillos mandados por sus abuelos y directo a la recamara de su novia. Que al parecer se estaba aun bañando.
La semana de Andlés tan solo le faltaba un dìa para terminar, lo sabía, ya que los humores de Momoi estaban mejorando. Pero al verla salir envuelta en esa toalla y la rogez de sus mejillas, la había hecho tragar saliva sedienta, y deseosa de muchas cosas pervertidas, sin embargo, se lo reservó para ella misma.
—Buenas tardes cariño. Hermosa como siempre—saludó mientras se encargaba de cerrar sus ojos y recostarse en la cama rosa con sabana verde de la pelirrosa.
—Buenas tardes uvita, gracias. Esperame me visto y ya salimos.
Había contestado Satsuki al verla acostada, por lo que solo al cerrar los ojos unos momentos, escuchando movimientos suaves por la habitación sintió la tranquilidad del sueño embriagarla pero justo cuando iba a caer, una pequeña caricia en su mejilla la hizo abrir los ojos.
—¿Uhm? ¿Pasa algo...?
La voz se le murió en el momento en que la vió encorvada hacia ella, con una mirada dulce pero llega de verguenza sonriendo levemente. El monte de sus pechos se veían realmente apetecibles, abriendole el apetito, pero la caricia con la que se dedicó a traerla de nuevo en sí la hizo razonar porque Momoi había dejado un paquetito envuelto en plastico en sus manos.
—¿Q-que...?—frunció en ceño al reconocer el tampon/compresa.
—Quiero intentarlo...—susurra suavemente con una mirada de confianza y calidez, mientras se sentía un leve temblor en su mano, claramente estaba nerviosa— saber que puedes instruirme, guiarme y cuidarme, me da la suficiente confianza en que aprender contigo es mi mejor elección, y realmente te tengo muy metida en mi corazón Hattori Nuna, asi que... ¿me ayudaría a ponerme el tampon?
La expresión, los gestos, la calidez con la que se dirigió a ella, envolvieron su corazon a tal grado que se embriagó de la dulzura y exquisita emoción, confianza y amor que su novia estuviera confiando en ella, era un cambio que valorar.
Por ende, con una ligera sonrisa, un beso suave en los labios de su novia bastaron para tranquilizar un poco sus nervios, la había hecho acostarse en la cama, mientras ella cerraba con cerrojo la habitación.
Lo que haría a continuación si alguien lo viera, sería malinterpretado, y tal vez, un gran trauma a sus suegros.
—Necesitaré mas que confianza, cariño, necesito que este relajada. —susurra mientras se acerca a ella, que ya se encontrada recostada en la cama, la toalla se encontraba desperdigada alrededor y por debajo de su cuerpo, mientras que se cubría sus pechos con las manos, avergonzada.
—S-si... lo intentaré.
Los nervios eran notorios, pero ella sabía como hacer que se relajase. Era la mejor en ello, y si, aprovecharía este bug como muchos otros ya lo había hecho con anterioridad.
Se acercó a momoi, acariciando sus piernas suavemente, mientras la besaba los labios,y hacía lugar entre las piernas de la chica de sus sueños, la respiración de la pelirroja se había calmado sutilmente al recibir el beso, sin embargo, al sentir como este se desplazaba por la mejilla, mentón, clavícula.
—Nuna~
—Sigue disfrutando de los mimos, mi princesa, esto ayudará a facilitar las cosas...—dijo una vez que deslizaba una de sus manos hacia los labios vaginales, logrando que un jadeo suave escapar pudiendo escucharse de la pelirrosa, mientras que sus labios con adiestramiento y suavidad se dirigieron al primer seno que había sido descubierto por la mano derecha, besandola con mimo y luego enroscar su lengua alrededor de la aureola rosa palido de su novia.
Un jadeo/gemido retenido por las manos que antes resguardaban los senos salió gozoso de la sensación, logrando así poco a poco que la pelirrosa relajase y abriera las piernas para ella.
El amor, el cuidado, la dulzura con la que la trataba era el reflejo de su amor puro, y su respeto.
Momoi aunque no supiera que decir, y le avergonzase admitir, se le notaba por el cuerpo cuanto lo estaba disfrutando por lo que mientras su boca se deleitaba, con sus manos sacó el plastico del tampon y se fue separando de los senos de su novia.
Dejandola sonrojada, con una mirada ceñuda y ojos nublados por el pequeño placer.
—N-nuna..
—Solo era para relajarte, shh... ya seguiré complaciendote. Pero primero debemos cumplir con nuestra misión. Ahora solo, respira tranquila mientras yo introduzco con toda el cuidado correspondiente esto en tu capullo, ¿si?
—S-si...
Una vez dicho esto, ella bajó hasta esa zona, dejando su cuerpo como soporte a separar las piernas, mientras que con sus manos suavemente empezó a palpar la zona que ya empezaba a humedecerse y dilatarse por el placer dado con anterioridad. Por lo que, guiando el tampon al orificio del capullo rosa de su novia, pudo sentir como un jadeo nervioso resurgió de su novia, quien la miraba con cierto miedo.
Por lo que, no tuvo de otra que acercar sus labios al capullo, dejar un beso en la cumbre del clitoris y luego deslizar su lengua lentamente, suave por el mismo logrando que un temblor completo la sumergiera en un leve apreton de piernas de su novia quien un gemido susurrante soltó.
Comenzando con la labor de distraerla, entre lamidas y chupones suaves de bebe en el clitoris mientras poco a poco iba ingresando el tampon con el pulgar en el sitio, ayudado por la dilatación y humedad del placer que le iba ocasionando a su novia. Quién ya hace rato había posado sus manos entreverando sus dedos en sus cabellos violetas, exigiendo mas de su lengua en esa zona tan sensible.
Logrando que solo con un temblor mas, y sin siquiera percibida por la protagonista y dueña de su corazon, el tampon se acomodase sin problemas donde debía estar, mientras el hilo del mismo quedaba fuera.
Una vez cumplido su misión, siguió con su cometido hasta sentir el estiron en sus cabellos y las palpitaciones del capullo contra su lengua, que anunciaba el climax por lo que un chupon mas fue el adalid de la situación, sintiendo como ella se contraía y encogía su cuerpo ante el orgasmo que embargaba su boca con el mar del climax.
Tragándola y limpiándola suavemente, dejandola como nueva, claramente bastante orgullosa de su talento como verla tan relajada a su novia.
—¿Ves que no era nada complicado?, solo debías dejarte llevar.
—¿Q-que? Y... y el tampon?
—Dentro de ti, imagino que haciendo su trabajo.
Momoi se cubrió los ojos y cara, avergonzaba al ver su amplia sonrisa. Estaba tan orgullosa de hacerla disfrutar. Tan solo esperaba que en algún momento ella fuera la sorprendida.
Para Momoi Satsuki los colicos habían pasado a segundo plano, aprendido a que un poco de sexo oral ante el Andlés siempre viene bien. Porqué kamisama sabe que la boca de su uva era la suma gloria agradecida de disfrutar.
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Ulala, al fin pude publicar algo candente aquì jajjaja. Espero lo disfruten, los quiero mucho.
Y bueno, seguiré con la Universidad, nos leemos en otra oportunidad. ¡Cuidense!
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