Cuando se convierte en nana y enfermera | Momoi Satsuki
Hoy tenía la semana libre con el club de Basket, por ende, siempre me la pasaba intentando reapuntar con las notas de la tareas y se me había perdido entre esa misión el tiempo con el que compartía con mi mora.
—¿Alguna vez le habrá pasado a alguien que se siente vacío cuando se consigue completar sus objetivos pero si no es compañía de esa persona especial?... Se vuelve al sentimiento que... ¿Dejaste de hacer algo o aún le falta terminar de hacer algo?
Era una pregunta que la joven se estaba haciendo al estar peinandose el cabello rosa largo, perdido entre esos pensamientos llega a suspirar al ver los mensajes sutiles de su novia.
Morita♡:
Te amo tonta, espero que todo te vaya bien en tus estudios. 17:30pm
Te amo más, ¡muchas gracias!
17:45pm
Morita♡
Cuidate por favor cariño, no te sobreesfuerces, yo estaré esperando cuando estés libre.
17:50pm
Se estarán preguntando porque no se nota el estrés en la chica de cabellos violeta, simplemente porque ella siempre se ha reservado para si mismas sus momentos de estrés, no lo grita a todos poros. Sin embargo, el hecho de que no insistiera en estudiar con ella, y que no pudiera hacer más por ser parejas como compañeras en el mismo curso era simplemente por el motivo de que su novia trabajase en las tarde como modista a corto tiempo en la tienda de su Nana, y en martes por las tardes iba a dar clases particulares de natación a niños en un lugar llamado: "Burbujitas"
Tiempo le faltaba a la chica de cabello violeta, mientras que a Momoi le sobraba. Una vez se le cruzó por la cabeza ayudarla pero resulta que los abuelos nunca compartían las ubicaciones de sus respectivos trabajos, y Nuna no deseaba molestarla, además de que ponía como excusa que debía mejorar su título como mánager.
Excusas de siempre.
Por ende, al día siguiente le daría una sorpresa a su novia.
Quería su atención, quería su cariño, y lo obtendría.
Ya era momento de que sus palabras cobracen sentido.
[... ]
El día había pasado con suma rapidez, ¿o tal vez el dormir después de un largo esfuerzo aquello era lo de menos?
Cuando había sido hora de asistir a clases, pasando a los exámenes que por fin parecían acabar, sin embargo, tan solo pudo ver como la de cabello violeta se mantenía leyendo aún sus apuntes antes de la siguiente hora que era nada más que examen de historia. Algo que le fascinaba a su novia, y al parecer ni la había visto.
Por ende, cuando se iba a sentar se acercó por detrás y la beso en el cuello rápidamente aprovechando que nadie del Salón estaba aún. Viendo perfectamente como las manos que sostenían los apuntes le habían temblado.
—¡M-momoi!
—jajajajajajaj—primero las carcajadas brotaron—¿te asusté?...—luego la duda de haberlo logrado llegó—...¡Te asusté! —se emociona al haberlo logrado, dándose rápido prisa para sentarse, viendo perfectamente el sonrojo leve en las mejillas de su novia.
—Tks... Por una vez que lo logres, n-no te asegura hacerlo siempre.
La mirada violeta había conectado contra los suyos, viendo como había prendido algo pero su orgullo era aún más. Le avergonzaba admitir algunas cosas, y eran estos momentos que agradecía ser su novia, porque solo una Satsuki Momoi sabría como hacerla sonrojar.
Pero ya con aquello logrado, no pudo ni añadir su emoción de haberlo logrado, ya que los alumnos y maestra habían llegado. Siendo así como el último examen había comenzado. Y de algo estaba segura...
¡NO HABÍA ESTUDIADO ESTA PARTE! ¡ESTABA PÉRDIDA!
Odiaba cuando cosas como estas le pasaba, sin embargo, no era a la única que le pasaba, pudo ver como de reojo Nuna mordía su birome negro con cierta ansiedad.
Tan solo esperaba hacer buen puntaje y no reprobar la materia, y el año completo.
[... ]
Una vez terminado las clases, no había sabido en que momento la chica de cabello violeta había desaparecido, pero había notado como su mochila no estaba en su lugar y que tal vez, y esperaba que no se equivocara, Hattori Nuna se había escapado para dormir en algún lugar de Too.
Aunque para si misma estaba cansada, agobiada y tal vez preocupada por no estar tan segura de algunas respuestas en su examen, se decidió en tomar como misión encontrarla. Y claro que la encontró, pero después de encontrar que Aomine Daiki usara la mochila de su novia como almohada.
—Satsuki, vete que quiero dormir. —bufó Aomine.
Se le notaba muy cómodo en la azotea, por lo que con celos se retiró enojada de saber que se había fugado con Daichan. Pero al pasar por el baño, pudo escuchar a alguien tener arcadas como si de vómito se tratase.
Con preocupación entró, encontrándose a su novia vomitando en retrete, para luego caer torpemente de cola al suelo, bastante pálida.
—¡N-nuna!
—agh... L-lo siento.
Fue primero a por papel higiénico y se acercó con una sutil mueca con desagrado al verla así, estaba pálida, ojerosa y con los ojos cristalizados por el esfuerzo. Por ende, le limpia con cuidado su boca, como si fuera una bebé.
—¿P-pero que te pasó?
—Nervios...
—¿No comiste otra vez? ¿Que te he dicho de no comer antes de un examen? , sabes lo mal que te pones después...
—C-comí, maldita sea. S- solo que algo me debió caer mal...
Percibió que su novia intentaría pararse, pero tambaleó por ende, la ayudó, y sintió que su mundo se estresada más al sentir su piel ardiendo, por reflejo llevó su mano derecha libre a descubrir la frente, para tocar la temperatura. Claramente estaba con fiebre.
—Iremos a la enfermería, y no digas más.
Hattori Nuna era de las personas que odiaba que la vieran en mal Estado, odiaba ir a hospitales, era un trauma personal. Que por obvios motivos evitaba ir y curarse en casa.
—... P-pero mi mochila...
—Daichan lo cuidará bien, vamos.
Con muchas dificultades llegaron, y por suerte la enfermera las atendió rápidamente, asustando se por el Estado de la chica de cabello violeta, al parecer siempre era carismática y ayudaba a la enfermería cada vez que podía. La enfermera la recuesta en la camilla con un paño húmedo en la frente, mientras nota como esta tiembla al sentir el frío, empezando a escuchar los repiqueteos del contacto de sus dientes castañeando.
—Iré a llevar la nota al Director, Satsuki-san también haré una para ti y Aomine-san, para que puedan retirarse. La debemos llevar al hospital...
Salió la enfermera rápidamente, dejandola con las palabras en la boca, mirando preocupada a su novia, no le gustaba tenerla tan débil. Era raro verla así cuando siempre era la fuerte en cada situación.
[... ]
Poco después, con ayuda de Aomine Daiki habían logrado llevarla al hospital sin causar revuelo, para su suerte Hattori Nuna estaba en un Estado de sueño profundo por ende no tuvieron problemas. Una vez llegaron, agradeció a daichan por traer sus mochila y la molestia, por ende no se demoró en llamar a los abuelos de su novia.
Al parecer, no era solo una gripe o sobreesfuerzo anormal ya acostumbrado a ver, hace unas horas le habían hecho unos análisis dejando en claro que era la enfermedad del dengue. Por suerte no era la complicada. Pero igual había hecho tumbar a la pelivioleta. Cosa que sucedía muy pocas veces.
Grandpa y Nana, habían llegado preocupados mientras el doctor les decía que tal vez había sido algún mosquito travieso, que con sumo reposo y vitaminas, se pondría bien pero que al parecer un poco de anemia las cosas durarían un poco más.
Sin duda, no estaba acostumbrada a esto, pero... ¡Sería su mejor enfermera! Porque era su novia. Y... ¿Eso hacían las parejas, no?
[... ]
Hattori Nuna había despertado con la mirada adormilada pero con mucha molestia. La veía venir, sin embargo, solo la pudo notar cuando volvió a dormirse.
Tal vez, una de las cosas que más amaba Nuna era dormir, por ende, solo por ese motivo se había dejado caer, y ella lo sabía. Ambas sabían hasta que punto iba su amor con esa forma de ser, pero que también sabía las consecuencias que le esperaba y debía afrontar.
Hattori Nuna estaba advertida, que solo para cuestiones graves y que no se cuidara, llegaría al hospital, eso lo había escuchado de sus abuelos. Estaban preocupados y enojados por no haberse dado cuenta del Estado de su nieta.
Aunque había algo más, sin embargo, no era momento de averiguarlo, era momento de cuidarla. Pero solo lo iba lograr cuando saliera del Hospital, porque es allí cuando sabría que las cosas serían difíciles de seguir. Hattori Nuna no era una paciente para tener paciencia.
[... ]
Una semana después de haber salido del Hospital, ya que la chica de cabello violeta ya se sentía bien como para empezar a comer sin rechazar e ir nuevamente al baño, los abuelos de la paciente creyeron oportuno darle una nueva forma de convivencia con la novia de su nieta, dejandola ser.
Sin embargo, la novia se encontraba ignorando a la pelirrosa por haberla llevado al hospital.
—¡Vamos Nuna! No podemos estar así, hice, bueno hicimos lo mejor que se nos venía a la mente, y eso era llevarte a urgencias.
—¡Pero podías haberme traído a casa y se solucionaba con reposo!
—¡Ya madura!
La pelirrosa tenía un límite, y ahora ver a la mayor en ese Estado deplorable ojerosa, con un poco de mocos pero arisca la molestaba. Sin embargo, ya estaba cansada de esperar que le dijera el porqué fue mala idea.
—Vete. Quiero estar sola. —espeta la pelivioleta acostándose en la cama, cubriendo su cabeza con la almohada.
—¡Pues que mal, no te voy a dejar sola! —la pelirrosa se le tiró encima, comoda y desafiante.
Logrando que ambas se les escapara el aire.
—¡Maldita sea! , ¿es que no entiendes cuando algo no me gusta, Satsuki?
La voz grave, ronca y enojada de la pelivioleta se escucha fuerte y claro, causando terror sin embargo, es interrumpido por un estornudo. Bueno, más bien, varios estornudos bastantes tiernos.
—¡Awwww! Hasta enojada eres tierna—exclama enternecida la pelirrosa.
Sin embargo, la pelivioleta dejó de moverse, parecía resignada desde el punto de Satsuki Momoi, pero poco le duró la paz, cuando en un despiste ella se encontraba bajo su novia y esta con cansancio se recuesta en su clavícula casi llegando al cuello.
—¿N-nuna?
—Me... Desafiaste...
—S-si.. P-pero tu... Tu estas enferma, d-dejame ser tu enfermera. —suplica intentando salvarse de la capaz venganza.
—¿Mi... Enfermera?
—S-si, c-como lo oyes... L-lo prometo —susurra intimidada mientras siente la mirada taciturna de su novia en ella.
—Bien... —bosteza, acostándose en aquellas bubis tan grandes y comodas—dejame dormir...
—Y... Ngh... N-nuna... Tus medicinas... —se queja por falta de aire Momoi, muy avergonzada ante la posición.
Inclusive agradecía al Dios de arriba por lo indefensa y debilitada que se encontraba su novia como para recibir los castigos. No es que se quejara del dulce placer, pero era tortura placentera y como lo decía el nombre, era una tortura que le costaba salir cuerda luego.
—S- solo dejame dormir un poco... —susurra quedándose dormida, cayendo levemente con su cuerpo a un costado pero abrazandola y acostada en los suaves pechos.
Momoi tan solo se dedicaba a mantenerse tranquila, el tono con el que se había dirigido era muy suave y denotaba el cansancio. Por ende, cedió a la petición.
Sin embargo, al ceder se perdió entre la respiración y el rostro tranquilo de la pelivioleta, durmiendo se sin querer. Siendo despertadas por el abuelo, suavemente para ir a cenar y luego terminando por recibir las medicinas.
Tal vez este día no había sido tan complicado pero si la había cansado, lo peor había sido cuando tuvo que ayudarla a bañar. Por más que estuviera enferma, los antojos sexuales no morían en su lasciva novia.
Aunque igual así, habían terminado durmiendo mejor que nunca, esta vez había conocido una forma de ser nueva. Y esperaba poder seguir aprendiendo más.
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