24•
Namjoon llegó a casa y bajo el agua de la ducha, lloró. Imágenes de un Seokjin besando a otro se le vinieron a la mente como malditos videoclips. Lloró recordando aquella primera cita que tuvieron, donde todo le salió tan, tan mal que aún no entiende cómo es que Seokjin aceptó ser su novio luego de eso.
[...]
La semana había pasado muy lentamente para él. Estaba ansioso de por fin tener aquella cita con Seokjin, esa que suplicó tener por tanto tiempo y deseaba con todas sus fuerzas que todo saliera como él lo había planeado.
Era viernes por la tarde, salió de la ducha y se vistió con aquellas prendas nuevas que compró para la ocasión. Se bañó en perfume y salió en su auto en busca de aquel chico que robaba todos sus suspiros. Prácticamente es la primera vez que hace esto, porque nunca tuvo una cita de verdad, nunca tuvo novia, las chicas con las que se acostaba eran simplemente eso, un polvo.
Llegó a casa de Seokjin a las 8 en punto, super puntual. La madre de Seokjin abrió la puerta, para asegurarse de quién era ese chico con el que su hijo de 15 años iba a tener su primera cita. Sonrió al ver que era muy lindo, como su hijo lo describió. Seokjin aún no estaba listo, es por eso que se demoró unos cuantos minutos en bajar de su habitación.
— Dime, Namjoon . ¿A qué hora piensas traer a Seokjin? Es la primera vez que tiene una cita, necesito saber si puedo confiar en ti. Eres mayor que él—
— Oh, señora, descuide. Lo llevaré al cine, luego a cenar, y lo traeré de regreso a casa de inmediato, puede confiar en mi. Cuidaré a Seokjin—
— Conozco a tu madre del gimnasio, ella es muy simpática. Está bien, confiaré en ti, no me defraudes—
Seokjin bajo por las escaleras y Namjoon podría jurar que dejó de respirar en aquel momento al verlo. Seokjin era hermoso siempre, pero arreglado para una cita, era mil veces, ¡qué mil veces! ¡Un millón de veces más hermoso!
Subieron al auto, y en silencio manejó durante unos minutos. Namjoon estaba nervioso, no decía nada, no hacía más que respirar fuerte y Seokjin se incomodó un poco, entonces quiso romper el hielo. — ¿Qué haremos al final? No me has dicho—
Namjoon se acomodó en el auto, nervioso y giró para verlo. Las mejillas de Seokjin estaban sumamente coloradas. Su vista se centró fijamente en los labios del menor. Aquellos estaban entreabiertos, y resecos por demás. Inconscientemente se relamió el labio superior. Volvió la vista al frente por un segundo y de nuevo a él. — ¿Qué? ¿Cóm-?—
— Que a dónde iremos, porque no me has dich- ¿eso es humo?— Dijo Seokjin, señalando el capó del auto.
El motor se apagó en medio de la calle cuando dijo aquello. Namjoon bajó del auto llevándose ambas manos a la cabeza, Seokjin bajó segundos luego, al ver que Namjoon abría el capó del auto para verificar cuál era la falla. Era la misma de siempre, el auto se apagaba pero luego de un par de horas volvía a arrancar sin problemas.
El mayor cerró el capó del auto con furia, maldiciendo infinidad de cosas. Seokjin dio unos pasos hacia atrás al instante, tuvo miedo. Se arrepentía tanto de haber aceptado esa cita, porque le habían advertido que Namjoon era así.
«Namjoon es demasiado agresivo, golpea a todos, no debes confiar en él. Se acuesta con todas y después las deja llorando. Te promete amor para llevarte a la cama. Es violento, es mala persona, ten cuidado» esa era alguna de las advertencias que recibía de su compañera Nayeon cuando le confesó que conoció a Kim Namjoon y que le gustaba.
Namjoon lo observó alejarse, y notó en Seokjin un rostro de decepción al mirarlo. Se acercó a él lentamente. — Seokjin, perdóname, me puse nervioso, ¿Podemos tomar un taxi? Perderemos la película, ¿vamos?— Su suave tono de voz tranquilizó a Seokjin. ¿Cómo alguien con esa hermosa vocesita podría ser todas esas cosas horribles? De seguro hablan así de él porque no lo conocen. — Sí, Nam, vamos—
Namjoon sonrió y extendió su mano tímidamente. Seokjin sintió sonrojarse y extendió la suya también. Fue un momento mágico cuando ambas manos se entrelazaron, porque encajaban perfectamente como si estuvieran hechas una para la otra.
Caminaron hacia una esquina a esperar un taxi, y cuando llegaron al cine. Namjoon hizo un ademán por sacar la billetera del bolsillo de su pantalón. Al instante notó que no la traía, y que la dejó en el auto. Ya era demasiado tarde para volver a buscarla, porque perderían la película, pero cuando quiso darse cuenta, las entradas estaban en su billetera. Seokjin se dio cuenta del rostro pálido de Namjoon cuando el taxista exigía su dinero. — Nam... hay que pagarle—
Namjoon negó, mirando al suelo, hablando en voz baja, por la vergüenza que sentía — Seokjin, olvidé mi billetera en el auto, no tengo dinero y tampoco las entradas para el cine. Perdón, perdón, arruiné todo, soy un desastre. Ésta es la única oportunidad de tener una cita contigo y-—
Seokjin sacó su billetera para pagar, Namjoon alzó su vista avergonzado y siguió mirando al suelo. Quería morirse, y que lo enterraran mil metros bajo tierra. Seokjin bajó del auto y él lo siguió. — Podemos ver una película si quieres, ir al bowling, o a cenar directamente, no sé. Dime tú, ¿qué prefieres, Nam?—
El rubio lo observó por eternos instantes, aún sin poder entender como es que Seokjin aceptó salir con él desde un primer lugar. El nerviosismo lo empuja a sincerarse y necesitaba decirle todo lo que sentía.
— Yo insistí mucho tiempo contigo porque de verdad me gustas, bueno más que eso, siento que juntos podemos dominar el mundo, aunque suene muy egocéntrico de mi parte, pero es la verdad. Me enamoré de ti al instante en que mis ojos te vieron, sé que debemos conocernos y de esa manera comprobar realmente si congeniamos o no, pero yo sient-—
— Nam —
— Seokjin, ¿de verdad aún quieres hacer esto? ¿Después de que arruiné todo? Soy un desastre, no hago nada bien. Tengo vicios, mi conducta no es la mejor, mis notas son bajísimas—
— Namjoon —
— Mi auto es una mierda, no tengo ni un sólo centavo en este momento y nos perdimos una película por mi culpa. Seguro estás haciendo esto por lástima, porque te rogué mucho tiempo, es por eso que aceptaste, ¿cierto? ¿Me mandarás a volar después de esta noche? Si es así, prefiero que no hagamos nada, y me iré ahora mismo. No quiero que me tengas last-—
Seokjin rodó sus ojos, cruzándose de brazos. — A ver, a ver, Namjoon .— Pausó cuando notó que Namjoon lo miraba atento. — Sí, se averió tu auto, no lo hiciste a propósito, no es culpa tuya. Olvidaste tu billetera, y con ella las entradas, tampoco lo hiciste a propósito, pero sí es tu culpa por ser despistado— Namjoon rió — Si te va mal en el colegio y quieres mejorar, yo puedo ayudarte, tengo excelentes notas. Y lo de los vicios, lo dices por el cigarrillo, ¿verdad?— Namjoon asintió, pero su rostro aseguró que hablaba de otra cosa peor a eso. Seokjin entendió que no quería decirlo tan directo, pero sabe también. — Puedo ayudarte a que dejes esas cosas si es lo que quieres. Yo-, me gustas, Namjoon , y quiero esta cita tanto como tú. ¿Podemos olvidarnos de todo esto y tratar de pasarla bien? Lo de mandarte a volar o no, lo decidiré después de comprobar algo—
— ¿Comprobar qué?—
— Si vales la pena o no, Kim—
Namjoon apretó sus labios, ocultando una sonrisa. Tomó la mano de Seokjin y la besó. — Soy un desastre y conocerás todos mis defectos, pero te juro que cambiaré por ti. Seré lo que esperas, Seokjin. Haré las cosas bien, te lo juro—
[...]
Lloró al recordar con detalle aquella noche, es como si hubiera sido ayer. Seokjin lo ayudó a convertirse en mejor persona, porque él es la mejor persona en el mundo. Se arrepiente de no haberlo cuidado como se merecía. No quería seguir siendo ese desastre que era antes de estar con él. Iba a cambiar, iba a ser lo que era cuando estaba con Seokjin, aunque ya no lo esté. Lo haría por él mismo, porque amaba esa versión de él. Iba a cambiar, sí. Ya no sería eso que decían que era y que volvió a ser este último tiempo.
Para comenzar con ese cambio, debía terminar con Soyou. Ella era una extra en su vida, no era nada, era insignificante y no le daría el espacio que alguna vez fue de Seokjin, porque nadie ocupa su lugar... nadie lo hará tampoco.
....
Es sábado por la noche y acaban de llegar al bar que frecuentan siempre. Aún es temprano y una vez que estuvieron dentro, se sintieron un poco abrumados por la música fuerte. Ninguno de los dos estaba de buen ánimo y es por eso que decidieron salir.
Sin decir nada, Jimin inmediatamente hace su camino hacia la barra porque realmente necesita un trago. Acaba de terminar su relación con aquella universitaria. Lo hizo luego de que Namjoon haya terminado con Soyou, ya que si no lo hizo antes fue por la buena excusa de que saldrían los cuatro juntos, y él la pasaba bien siempre, pero sólo porque estaba con Namjoon .
Mientras esperaba su bebida, Jimin ve algo en la esquina de su ojo. Su primer instinto fue agacharse y esconderse cuando vio a Jungkook, no está listo para verlo todavía porque aún se está recuperando de aquella despedida...
... pero entonces su corazón cae en picada, se hunde hasta el fondo de su estómago porque Jungkook no está solo.
Está hablando con Yuju, su mano está en su pierna y él está sonriendo. Ella acaricia su corto cabello, y no deja de tocarlo. Está tocando a Jungkook, y Jungkook es suyo.
— Daddy es tuyo, Princesa.— Jungkook siempre suspiraba aquello en su oído cuando estaban en la cama, le dijo que lo amaba días atrás, y ahora él está allí, coqueteando con esa... besándola. Oh, Dios, no, no.
El primer impulso de Jimin, si tocaran lo que es suyo, sería ir y reclamar su territorio. Pero recordó que no puede hacer eso, porque Jungkook no es suyo, entonces no le queda otra que largarse a llorar ahí mismo... pero luego decide que va a embriagarse, él es bueno en eso. Además se supone que está Nam para cuidarlo y...
— Necesito un trago, lo más fuerte que haya, ahora.— Dijo Namjoon , llegando a su ubicación en la barra.
— ¿Qué sucede?—
— Acabo de ver a Seokjin con el señor decente. Necesito alcohol, mucho, mucho alcohol—
Okay, bueno, como decía... entonces ambos van a embriagarse y nadie cuida a nadie.
Jimin no tiene derecho a estar triste si ve a Jungkook con otra persona, ellos no tienen exclusividad, sólo está actuando como un completo idiota, celoso, pero no debería hacerlo. Lo único que tiene que hacer es aparecerse en su cuarto en la madrugada y reclamar a su Daddy, porque Daddy era suyo, y sólo de él. ¿Cierto? ¿Debe hacer eso, no?
— Entonces, ¿quieres que vayamos a un lugar más... privado?— Yuju preguntó con un suave y sexy tono, acercándose más a Jungkook, apretando su muslo ligeramente.
Jungkook, involuntariamente deja escapar un suspiro, — hmm.—
Ella es sexy, le gusta mucho, y parece interesada en llevarlo a otro nivel. Por supuesto que quiere intimar con ella, pero ¿no es muy pronto? Acaba de aceptar ser su novia, y hoy se la presentó a sus padres, quizás... quizás deban esperar más, sólo por respeto, claro. No quiere admitir que lo probable es que le cueste demasiado conseguir una erección, si no es con la ayuda de Jimin.
Aún así, Jungkook niega con la cabeza, con la cara en blanco. Yuju frunce el ceño al ser rechazada, y quita su mano del cabello de Jungkook. Se sintió terrible, porque ella no suele ser de esa manera 'lanzada', pero es que Jungkook le gusta mucho, y desde hace mucho tiempo. Creyó que él también iba a querer.
— Lo siento.— Se trató de explicar. — Creí que ibas a querer—
— Quiero, Yuju, de verdad, pero...—
— No digas nada— ella negó y sonrió — ¿Bailamos, bebé?— Se puso de pie, extendiendo sus manos, invitándolo a bailar.
Jungkook sonrió y asintió, poniéndose de pie. 'Yuju es tan linda' él piensa. Está contento de que sea su novia.
Jimin vio toda aquella escena, suspirando, haciendo fondo blanco con el resto de su bebida y se desliza fuera de la barra, hacia la pista, llevándose a Nam con él.
La noche avanza y Jimin se siente miserable. Está ebrio y se sostiene con Namjoon , que está de pie a su lado, como un idiota, y más ebrio que él. En lo único en que puede pensar en todo momento es en sus estúpidos sentimientos... en Jungkook.
Tal vez debería ir a casa con una chica cualquiera. En realidad, esa había sido la intención después de ver a Jungkook con Yuju, para demostrarle que no sólo él puede conseguir a alguien para llevarse a la cama esa noche.
Se quedará lejos de Jungkook, quiere probar otras cosas y olvidarse de él lo más rápido posible, al menos sólo por esta noche. ¿Cómo podrá hacer eso, si acaba de terminar con una sexy universitaria sólo porque en lo único en que puede pensar es en el puto de Jungkook? Ugh, Jimin, idiota.
Quiere ver a Jungkook celoso otra vez, quiere que Jungkook lo reclame como suyo y luego tener sexo bien duro, como solían hacerlo cada vez que se veían con alguien más.
Habló con Namjoon durante toda la noche sobre sus situaciones, la de ambos, pero en el estado en que estaban, no llegaban a ningún lado.
— Es bastante obvio que entre ustedes hay algo más fuerte que el sexo— Namjoon le dijo tristemente. — Pero creo que la cagaste demasiado, y Jungkook merece ser feliz también. Lo odio porque es un traidor, pero se merece alguien que lo quiera de verdad. ¿Tú lo quieres de verdad? ¿O sólo te gusta que te dé bien duro y te llame Princesa?
— Nam, no me estás ayudando—
— Bueno, ignora lo ultimo. ¿Lo quieres o no?—
— ¿Y tú, idiota? No dejabas que te dijera la verdad sobre la estúpida y ahora andas llorando porque Seokjin tiene a otro. Lo siento, eres el menos indicado para hablar—
Namjoon frunció el ceño, pero luego se encogió de hombros, iba a rematar con alguno de sus comentarios sarcásticos, pero al final de cuentas, Jimin tenía razón. Los dos son un desastre, ahora ambos están ebrios y posiblemente la sigan embarrando aún más.
Jimin le hizo señas de que se iría al baño, y Namjoon asintió mientras seguía bailando al ritmo de la música. Una vez que puso un pie fuera del baño, logra visualizar a Jungkook en la barra. Se dio prisa y camino hacia él, agarrándolo del brazo para darlo vuelta.
— ¿Te diviertes? ¿Le darás bien duro a ella también?— oh, oh, Jimin...
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