18•

Namjoon llegó a horario a la clase de deportes de hoy porque practicarían fútbol. Nunca faltaba a esas clases en particular porque amaba ese deporte, su sueño fue siempre ser futbolista. Él solía estar en el club de Gyeonggi, su ciudad natal desde pequeño. Era el capitán del equipo hasta que entrando en la adolescencia debido a la mala junta, tuvo varios excesos y eso conllevó a que se volviera un chico rebelde, con problemas de conducta. Repitió de año y es por eso que sus padres decidieron mudarse. 

Vio a Jungkook  llegar con Taehyung, como era de esperarse, frunció el ceño cuando no vio a Seokjin con ellos. No quería ser muy obvio, pero miraba para todos lados por si lo veía... es la única clase que compartían y muy, muy en el fondo no faltaba sólo para verlo. 

— ¿Jin?—  El profesor estaba tomando lista, y Namjoon salió de la nube en la cual se encontraba cuando nombraron a su bebé. 

Namjoon volvió a mirar para todos lados, como buscándolo. Su cara de preocupación era muy obvia. 

— Kim. ¿Jin vendrá?— 

— No lo sé, pregúntele a la capitana de las animadoras, una dientona plana con cara de...—  murmuró por lo bajo. 

— Aquí estoy. Presente—  la agitada, pero ronca voz de Seokjin se escuchó. El pelirosa llegó corriendo a la clase y se acercó a sus amigos. 

El rostro de Namjoon se iluminó, y ocultó una sonrisa apretando sus labios. Su alma le regresó al cuerpo cuando supo que su bebé estaba bien... -siempre tan exagerado- aunque su vista se dirigió al suelo al recordar que todo se le fue a la mierda. 

Tuvo un flashback mental del momento en que empezó su relación porque fue exactamente en una clase de deportes, luego de aquella fiesta donde un 'un misterioso batman' besó a Seokjin. 

[...]

Namjoon llegó tarde a aquella clase, y no le quedó otra que hacer solo los ejercicios para entrar en calor. Se unió al resto que trotaban, y rápidamente corrió hacia donde estaba Seokjin con Taehyung, obvio, haciéndose el disimulado.

— Hey, Namjoon. ¡No fuiste a mi fiesta el sábado! Creí que vendrías... he visto a tus amigos. ¿Jimin y Jungkook  ?—  Taehyung sonó casi preocupado. 

— Si, es que... tuve unos asuntos que resolver, ¿la pasaron bien?—  Preguntó, mirando a Seokjin. 

Hasta ese momento, Seokjin no le hablaba demasiado, porque moría de vergüenza al recordar que básicamente Namjoon lo acosó por mucho tiempo, y luego dejó de hacerlo cuando se cansó de ser rechazado. De todas maneras no olvida los chocolates que recibía cada mañana o rosas que Namjoon le dejaba enganchada a su casillero o hasta a veces en su asiento. 

— La pasamos bien, aunque aquí Seokjin la pasó mejor—  Taehyung elevó las cejas, codeándolo. 

Seokjin miró hacia otro lado porque probablemente sabía que se había puesto rojo de vergüenza. 

Namjoon sonrió — ¿Ah, si? ¿Y puedo saber por qué?— 

Seokjin negó, pero Taehyung era muy metido — Porque tuvo un besador secreto— 

El mayor quiso reír pero intentó no ser muy obvio. — Oh, supongo que... ¿eso es genial? ¿Tienes idea de quién pudo haber sido, Seokjin?— 

El pelirosa no había dicho nada hasta ese momento. Aquel beso fue el mejor que recibió en su vida, y por supuesto que sabía que había sido él, pero no se lo diría nunca. Namjoon le gustaba, le gustó desde un primer momento, pero se dejó llevar por esos comentarios sobre él que dejaron mucho que desear, y simplemente no quería ser una víctima más de Namjoon. Él era virgen y sabía que Nam se acostaba con todas y luego no las registraba. 

— No sé quién es, y tampoco me importa mucho. De todas maneras el beso no fue tan bueno— 

Oops!

Namjoon quiso decir algo como: — ¿Si fue tan malo por qué no me frenaste?—  O — Parecías disfrutarlo mientras tenía mi lengua en tu garganta— , pero se guardó el comentario. 

Tomó coraje y se lanzó una vez más. A pesar de que sabía que seguiría siendo rechazado, no iba a dejar de intentar conquistarlo, menos después de haberlo besado, cuando comprobó que sus labios son tan suaves como aparentan. 

— Estoy seguro de que si me dejaras besarte, Seokjin...— 

Seokjin frenó el trote, y se colocó frente a él. — ¿Qué si dejo que me beses, Kim?

Namjoon frenó cuando el rostro de Seokjin estaba a pocos centímetros del suyo, se relamió el labio superior. Los nervios invadieron su cuerpo, no esperaba eso. — Uhm-yo... Seokjin, em—  su vista posó sobre la boca entreabierta de Seokjin. Sus labios eran de un color rosa pálido, y parecían resecos. Su deseo de humedecerlos hizo que se quedara sin habla y de repente sintió sus piernas flojas. Seokjin le bajaba todas las defensas. 

El pelirosa sonrió orgulloso porque logró lo que quería. — Me quedó claro—  y siguió trotando. 

Namjoon mantuvo las manos en su cintura, mirándolo alejarse. ¿Qué fue eso? Seokjin acaba de... ¿Coquetear con él? Ni siquiera quiso seguir pensando, no iba a esperar más tiempo. Corrió lo más rápido que pudo para volver a alcanzar a Seokjin. Llegó a él y caminó de espaldas, mirándolo fijamente. 

— Sólo dame una oportunidad, Seokjin. Te juro que no te vas a arrepentir. Una sola. Podemos ir a cenar lo que tú quieras, al lugar que desees, yo invito. O podemos ir al cine. ¿Te gustan las películas? Puedes elegir tú la que quieras... o podemos ir a tomar un helado ¿Te gusta el hel-— 

— Está bien—  Seokjin lo interrumpió. 

Namjoon dejó de caminar por un instante (y de respirar) luego siguió corriendo a su lado.  

— ¿De v- de verdad? ¿Aceptas? ¿De verdad aceptas? ¿Cuál de todas las opciones?— 

Seokjin sonrió mostrando su hermosa sonrisa cuadrada, sabiendo que Namjoon amaba - porque se lo decía siempre- — Sorpréndeme, Nam. ¿Así te dicen tus amigos, verdad? ¿Puedo llamarte así?— 

— Yo no quiero que seas mi amigo, Seokjin— 

— Está bien, te diré Nam. Entonces, ¿el viernes? ¿Me pasas a buscar a las... 8?— 

La sonrisa de su rostro podía iluminar todo el planeta. Namjoon estaba volando sin alas. — A las 8, el viernes, bebé—  se acercó y robó un beso de sus labios. El típico 'pico'. 

Namjoon corrió lejos, temiendo una mala reacción de Seokjin, pero lo único que hizo el pelirosa fue sonreír ampliamente. Sabía que no se iba a arrepentir de darle una oportunidad. 

[...]

Namjoon volvió en sí y volteó a ver a Seokjin. El pelirosa lo estaba mirando, pero nada había de aquella mirada enamorada que siempre le regalaba. Seokjin lucía molesto, y hasta podía jurar que sentía el odio que transmitían sus ojos. Bajó su mirada, sintiéndose culpable y quizás es lo que se merece. Se levantó del suelo y se fue de la clase, incapaz de seguir aguantando aquella mirada. 

....

Las semanas transcurrieron. Como era de esperarse, Namjoon y Jimin volvieron a unirse como lo eran antes y Jungkook  se alejó de ambos, encontrando en Taehyung y Seokjin aquella contención que no tuvo de sus amigos. 

Los tres se extrañaban, por supuesto, pero no hacían nada para remediarlo. Al contrario, cada vez agrandaban más aquella grieta que se formó en su amistad. 

Namjoon y Jimin habían pasado toda la tarde juntos y ahora yacían en el sofá de la casa del pelinegro, sabiendo que su familia se había ido por el fin de semana. 

Estaban mirando su película favorita, la de ambos. Tenían la casa para ellos solos, y Jimin no tuvo mejor idea que invitar a sus novias. Eunha y Soyou eran mejores amigas, y es por eso que los cuatro compartían mucho tiempo juntos. 

A Jimin le gustaba mucho su novia, pero sólo estaba con ella por la química que tienen en la cama. Cuando dijo que lo que sentía por ella era especial fue un impulso del momento, porque la verdad es que extraña a Jungkook  . Extraña sentirlo, lo extraña dentro suyo, pero sabe que eso no va a volver a suceder. 

Namjoon, al contrario de eso, no le atrae para nada su novia, sólo está con ella por despecho, pero lo finge demasiado bien. Tiene sexo con ella, poco, pero lo tiene y no siente nada cada vez. Tiene que pensar en Seokjin para calentarse, y a la vez se odia por eso. Se siente sucio cada vez que la toca, y muchas veces hasta con náuseas, pero se excusa con que es el alcohol, ya que la mayoría de las veces que tiene relaciones con ella, bebe o fuma algo antes. Es un asco de persona, y lo sabe. 

— Le dije que quería este fin de semana para mi solo. Hemos salido los cuatro desde hace 3 semanas. Quizás estaría bueno que pasemos tiempo solos, sin ellas... ¿no crees?—  Sugirió Namjoon. 

Jimin asintió, no muy convencido, pero lo hizo. Escuchó una bocina de un auto y caminó hacia la ventana que da a la calle. Era de noche, es sábado, y aparentemente su vecino decidió salir. 

— ¿Quién es?—  Preguntó Namjoon, que aún estaba recostado sobre el sofá grande. 

— Es... ¿la prima de Taehyung? ¿Qué hace aqu...

está Seokjin... y Taehyung. Están en un auto, Jungkook  sale. 

Namjoon se levantó de golpe para lograr mirar también, ambos espiaban por la ventana. Yuju manejaba el auto y en él estaban Taehyung y Seokjin. Vinieron a recoger a Jungkook  , por supuesto. Por la hora que era, seguramente salían a cenar. 

El auto se fue y ambos se quedaron en silencio. Namjoon se sentó en el sofá nuevamente, con sus manos entrelazadas y Jimin hizo lo mismo, aunque rascándose la nuca nerviosamente. 

Ninguno decía nada, pero sus respiraciones se oían fuertemente. Namjoon comenzó a mover su pie rápidamente. 

— Quédate quieto, me pones nervioso—  dijo Jimin, mordiéndose las uñas. 

Namjoon dejó su pierna quieta mientras sacaba su celular. 

— ¿Qué haces?—  Preguntó Jimin. 

— Voy a averiguar a donde van. Taehyung publica todo en Instagram, seguro subió alguna selfie, vive publicando su vida, debe haber puesto a dónde irán seguramen-— 

— Ugh, Nam, no sé si será buena idea— 

— Cállate, tú también mueres de ganas de saber a dónde se fueron. A mi no me engañas, Jimin. Eres tan puto como yo— 

— Hey, no. Sólo experimenté con Jungkook  , yo no soy pu-— 

— Sí, sí, claro. PRINCESA— 

Jimin frunció el ceño porque estaba a punto de protestar, pero Namjoon se le adelantó. — Te lo dije, el castaño Kim publica todo. Ya sé dónde están. ¿Vamos?— 

— ¿Para qué? Namjoon no creo que sea buena idea después de todo.— 

— Ugh, sí... pero-— 

— No, Namjoon. Tenemos novias, ¿recuerdas? Las podemos llamar, tenemos la casa para nosotros solos, te presto la pieza de mis padres. 

Namjoon observó su teléfono nuevamente. Mordiéndose las uñas. — Es que... sí, tienes razón. Llama a las chicas... estoy aburrido— 

*5 minutos después*

...

— ¿Me extrañas, Princesa? ¿Extrañas que Daddy te coja bien duro como a ti te gusta. 

— Si, mierda, sí, Daddy. Te extraño, te extraño tanto.

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