07•

— Me encantas. 

— ¿Qué? ¿Com-

— Que me encantas, Jimin, y creo que es hora de hablar sobre lo nuestro. Es decir, ¿blanquearlo? Creo que me gustas— 

— Jungkook, ¿hablas en serio?—  El rostro de Jimin se iluminó con su sonrisa. 

— Dime que sientes lo mismo, Jimin. Por favor— 

— Claro que me gustas, Jungkook. Te quiero... Te quie-eskxkfjfwl — 

Okay, eso pasó en la mente de Jungkook. 

Esto fue lo que realmente sucedió

— Ya sé que te encanta ponerla. Lo que si, me extrañó un poco que no hayas sido bruto como eres siempre—  Jimin lo apartó de encima, levantándose de la cama y caminando hacia el baño.

Jungkook lo observó con el ceño fruncido. — Espera, ¿qu-¡No! No me refería a eso, yo... tú. Ugh—  enterró su rostro en la almohada de la frustración.

¡Mierda! ¿Acaso Jimin no sintió que haya sido distinto a las otras veces? Porque... ¡La puta madre! ¡Eso fue malditamente especial!

Bueno, al menos para él. 

Se levantó de la cama, dirigiéndose a la ducha. Jimin le hizo un lugar bajo la lluvia. Ninguno dijo nada al respecto, porque ellos terminan y todo es como siempre, sin cuestionamientos, sin nada más que la satisfacción de haber tenido sexo.

Sólo que esta vez no tuvieron sexo, sino que hicieron el amor... Bueno, Jungkook le hizo el amor, pero Jimin pareció no sentirlo de la misma manera. 

Evidentemente Jimin no sentía lo mismo que él.

Auch.

....

Antes de que Namjoon los recogiera para llevarlos al colegio, Jungkook le dijo a Jimin que necesitaba hablar con él sobre algo, y que era importante. El pelinegro quiso hablar en el momento, pero su amigo insistió en que quizás sería mejor hablarlo en algún recreo o cuando estén solos porque Namjoon ya estaba allí.

Los tres llegaron al colegio un poco tarde el lunes a la mañana, cuando las clases ya habían comenzado. Tardaron porque Namjoon se comprometió en pasarlos a buscar en su auto y se quedó dormido. Hizo memoria de cuándo fue la última vez que llegó tarde al colegio... y recuerda que fue hace más de un año, porque su costumbre era recoger a su novio por las mañanas, y Seokjin era quien lo llamaba por teléfono temprano, siendo su despertador de cada día. 

Lógicamente eso no sucedió hoy porque destruyó su celular el sábado y, oh cierto... Seokjin ya no es más su novio.

Estaba de muy mal humor esa mañana de sólo saber que tendría que cruzarlo. Hoy compartían la hora de deportes juntos, y estaba seguro de que se iba a saltear la clase para no verlo. Convenció a Jimin para que se quedara con él en ese horario y ahora ambos estaban escondiéndose detrás del edificio de la biblioteca, fumándose un cigarrillo esperando que pasara la hora.

Hablaron de cosas insignificantes antes de que Namjoon recordara la noche del sábado.

— ¿Qué sucede con Jungkook?—  Dijo, y le dio una pitada a su cigarrillo.

Jimin frunció el ceño mientras largaba el humo de su boca — ¿Jeon Jungkook?—  Dijo, soltando una sonrisa de lado.

— No te hagas el estúpido. Estaba drogado pero recuerdo bien la confesión que hiciste.— 

— ¿De qué hablas?—  Jimin se removió en su lugar, nervioso.

— Tienen sexo, está bien, ¿por qué no me contaste? Compartimos un tatuaje, se supone que somos hermanos— 

Jimin miró al suelo. — Era vergonzoso para ambos. Lo hicimos sólo porque no queríamos ser menos que tú, que ya lo habías hecho. Me escucho ahora decirlo y fuimos tan patéticos.— 

Namjoon sonrió negando mientras largaba humo de su boca. — Pero siguieron haciéndolo. Eso significa que se gustan— 

— ¡No!—  Negó elevando la voz. — Es decir, no... Jungkook... no, es sólo sexo— 

Namjoon frunció el ceño y luego elevó sus cejas divertido. — Okaaaaay. Si tú lo diiiiiices— 

— Orejón no digas nada, por favor. Se supone que es un secreto, y hasta ahora lo mantuvimos bien guardado. No sé hasta cuando seguiremos con esto, pero no digas nada, ¿si?— 

— Por supuesto, Jimin. No diré nada.— 

— Bien— 

— ¿Puedo ser el padrino de la boda?—  Dijo riendo. 

— No me vengas con esas estupideces de arcoiris y bodas gays, eso es para ti y Seok-¡Lo siento!—  Jimin se retractó cuando vio que la sonrisa de Namjoon se desvaneció.

Namjoon miró al suelo, su ceño estaba fruncido y sus labios presionados con fuerza. Tenía rabia, estaba furioso, enojado... dolido. Su pecho le dolía porque a cada instante se le aparecía el rostro sonriente de Jin interrumpiendo sus pensamientos, desestabilizándolo por completo.

Maldita Nayeon, maldito Seokjin, maldito sea el día en que se enamoró de él y maldito sea ese estúpido plan que ideó para conquistarlo.

[...]

Luego de aquel día cuando lo conoció y le propuso casamiento, Namjoon estaba como loco tratando de conquistarlo. Le compraba chocolates, lo acompañaba a sus clases (es decir, lo perseguía por los pasillos diciéndole piropos) Seokjin no respondía a ninguna de esas cosas, simplemente le agradecía y muy tímido bajaba la mirada sin decir una sola palabra. Eso hizo que Namjoon quisiera aún más estar con él, porque amaba los desafíos.

Estuvo persiguiéndolo por meses, hasta que se dio por vencido. Comenzó a ir a fiestas nuevamente y acostarse con cualquiera que se le lanzara, como era habitual en él.

Namjoon no tenía sentimientos, ni compromisos.

Creyó que su 'enamoramiento' había sido pasajero, pero luego vio a Seokjin muy pegado de la reina estúpida de las animadoras. La detestaba porque se creía una diva por tener dinero. Nayeon era una zorra que siempre estaba con los más — guapos del colegio—  y por supuesto que iba a poner los ojos en Seokjin cuando el pelirosado era el chico más hermoso del planeta y oh, oh... no, no fue un enamoramiento pasajero. Moría de celos al verlos juntos, y averiguó qué era lo que pasaba entre ellos dos; eran solamente amigos, pero era evidente que Nayeon lo quería para ella y él no lo iba a permitir.

Seokjin debía ser suyo, algo en su interior se lo decía. ¡Lo tenía que conquistar!

Molestaba a todos en el colegio para que le consiguieran información de Seokjin. A qué lugares iba, con quien se juntaba y todas esas cosas. Descubrió que era muy amigo de Taehyung, y cuando tuvo la oportunidad se acercó al castaño para comenzar con su plan de conquista.

— Hey, tú, cabeza oxigenada— 

Taehyung se dio vuelta al escuchar aquello. Vio a Kim buscapleitosrebelde Namjoon escondiéndose en una columna. El castaño frunció el ceño y se señaló a él mismo. — ¿A mí?— 

Tragó saliva con dificultad al acercarse. Namjoon lo va a golpear, ¡Oh, Dios! ¿Qué hizo para merecerlo?

Caminó dando pasos lentos pero el — apúrate que no tengo todo el día—  de Namjoon le hizo acelerar el paso. Cuando se acercó a él, se asustó enseguida porque Namjoon rodeó su cuello en un abrazo.

— Oh, Oh, Oh... siempre me has caído muy bien—  dijo, mientras palmeaba su pecho.

El castaño lo miraba sorprendido — ¿En- en serio? Pen- pensé que no me registrabas— 

Namjoon se separó del abrazo exageradamente — ¿Cómo no te voy a registrar, Willis?— 

— Taehyung— 

— Si, como sea, ¿es tu fiesta de cumpleaños el sábado, verdad?—  Dijo, al abrazarlo otra vez.

— Ajá— 

— Y creo suponer que estoy invitado—  dijo, alejándose de Taehyung, frunciendo el ceño.

— S-si... s-si tú quieres— 

— Excelente, Jimen—  dijo, pellizcando sus mejillas, — te veo el sábado, llevaré a mis amigos—  dijo, mientras se alejaba de él.

Taehyung saludó con su mano a lo lejos — Bueno, está bien... adiós. 

[...]

— ¿Hablarás con él, Nam?—  Preguntó Jimin palmeando su espalda.

Namjoon negó con la cabeza mientras entrelazaba sus manos mirando al suelo. — No, Jimin... Seokjin murió para mi. 

Jimin apretó sus labios, luego se puso de pie y extendió su mano levantando a su amigo. — Vamos, Nam. Ya es hora de volver— 

Tuvieron una aburrida clase de historia, y luego fue el horario del almuerzo. Ambos caminaron hacia el comedor. Se ubicaron en su mesa de siempre, en el mejor sector, por supuesto. Estaban riendo, hablando de cualquier cosa cuando Namjoon notó que Seokjin se acercaba con su bandeja tambaleante.

Lo miró por un instante a los ojos, pero sólo por un instante porque Seokjin parecía que quería llorar, y lo que menos necesitaba Namjoon en este momento era verlo llorar. Seokjin era su bebé y ugh, lo ama y no quiere verlo llorar... pero también lo odia. En este momento lo odia, así que lo ignoró.

— Nam—  dijo Seokjin, con su voz temblorosa.

Nada.

— Nam... ¿Puedes mirarme?— 

Jimin se sintió incómodo, entonces estaba a punto de levantarse de su asiento, pero Namjoon lo frenó. — No, Jimin, quédate.—  Miró a Seokjin — ¿Qué quieres, Seokjin?— 

— Necesito que hablemos... ¿A solas, puede ser?— 

Para ese entonces, toda la escuela sabía de su — separación—  y por supuesto, estaban atentos a aquella charla. Los murmuros se oían, el resto de los que estaban alrededor estaban muy entretenidos con la escena.

— No tengo nada que hablar contigo a solas, Seokjin. Si quieres decirme algo, hazlo ahora porque no quiero seguir mirándote a la cara por mucho tiempo— 

Seokjin cerró sus ojos fuertemente y cayeron sus lágrimas. A Namjoon se le oprimió un poco el pecho en aquel instante, pero su orgullo pudo más.

— Te llamé todo el día ayer, y esta mañana. ¿Tienes el celular apagado?— 

— Ya no tengo celular. ¿Necesitas algo más?—  Miró su reloj, fingiendo estar apurado.

— Nam... yo... yo quiero pedirte per-— 

— NO, no te perdono. ¿Listo? ¿Era eso? Vete— 

Seokjin apoyó la bandeja en la mesa y caminó hacia él, inclinándose, casi de rodillas — Nam, Nam fui un tonto, no debí quedarme en la fiesta sin ti. Por favor, perdóname—  quiso acariciar su rostro, pero Namjoon quitó su mano enseguida mientras se ponía de pie.

— Ni sueñes que voy a perdonarte que te hayas acostado con la zorra de Nayeon. Es lo peor que me pudiste haber hecho, Seokjin. Lo peor, y te odio. No te quiero cerca, pendejo—  le habló casi rozando sus rostros, desafiante.

Seokjin se puso de pie frunciendo el ceño, limpiándose sus lágrimas. — ¿Qué? ¡Yo no me acosté con Nayeon! ¿Estás loco? ¿Quién te dij-— 

— No hace falta que lo niegues. Lo sé perfectamente, y no presumas con eso, tú no fuiste el único que tuvo sexo el sábado—  dijo, caminando lejos.

Seokjin sollozó siguiéndolo, lo dio vuelta tomándolo del brazo — ¿Te acostaste con alguien más?— 

Namjoon sonrió, elevó sus cejas presumido y salió del comedor.

.....

Jungkook llegó pocos minutos después y se sentó al lado de Jimin. — ¿Qué sucedió? Vi a Nam salir enfurecido— 

— Seokjin se acostó con la estúpida. Vino a pedirle perdón a Nam, e hicieron una escena melodramática en frente de todos— 

— Ugh... pobre, Nam— 

— ¿Pobre Nam? ¡Pobre Seokjin en todo caso! Voy a darle una paliza, porque nadie engaña a mi amigo— 

— Hey, hey. No, no hagas eso. Seokjin es un buen chico— 

Jimin rodó los ojos. — En fin, ¿de qué querías hablar, Jeon?— 

— Emm... de nosotros—  contestó Jungkook avergonzado.

El pelinegro frunció el ceño y su celular vibró en su bolsillo. Lo sacó y comenzó a leer el mensaje que le había llegado mientras sonreía.

— Ayer sentí algo diferente cuando tú y yo... en tu cama... y quiero que hablemos de nuestra situación. Es decir, creo que me gustas. Bueno, sólo un poco...

... y quería saber que opinas al respecto—  terminó Jungkook.

Jimin levantó la vista y sonrió a la nada. — Disculpa, ¿qué? ¿Qué opino al respecto de qué? Lo siento, no te estaba prestando atención.— 

Jungkook frunció el ceño y le arrebató el celular de sus manos para ver qué decía ese mensaje que tanto le hizo sonreír. 

<Pasaré por ti en unos minutos, nene >

Jungkook hizo una mueca de asco — ¿Nene? ¿Quién es? No tienes agendado el número.— 

Jimin sonrió otra vez mientras le quitaba el celular para contestar aquel mensaje. — Alguien que conocí el sábado—  contestó.

— ¿Y por qué vendrá a recogerte? ¿Por qué sonríes como idiota?—  Preguntó mientras se cruzaba de brazos.

— Porque ella me gusta, Jungkook. Me gusta mucho— 

Jungkook miró al suelo negando, Jimin frunció el ceño un instante. — ¿Qué era lo que querías decirme?— 

Se puso de pie, dando pasos torpes hacia la salida. Jimin se extrañó por aquella reacción y comenzó a seguirlo. — Hey... Jungkook—  El rubio seguía caminando, mirando al suelo y mordiéndose el labio inferior. — Jungkook, te estoy hablan-— 

No lo dejó terminar la frase, y lo empujó hacia el cuarto de mantenimiento.

Una vez allí adentro, Jungkook lo empujó contra la pared para comenzar a besarlo, mientras desabrochaba su pantalón. — Jungkook, ¿aquí? ¿Por qué ahora? ¡No entiendo!— 

Jungkook se despegó de su cuello para contestar sus preguntas — Sí, aquí y ahora porque Daddy tiene ganas, Princesa— 

Finalmente le bajó los pantalones y se puso de rodillas. Tomó el miembro en sus manos, y comenzó a besar la cabeza del glande logrando que Jimin soltara un gemido entrecortado, para posteriormente tragárselo por completo, con tanta facilidad. A Jimin le encantaba que Jungkook se la chupara porque sólo él sabía cómo hacerlo correctamente. Justo como le gusta, como lo calienta.

Estuvo así por unos minutos mientras que intentaba con su otra mano desabrochar su propio pantalón. Jimin notó que se le dificultaba poder hacerlo, entonces decidió ayudarlo. Jungkook se puso de pie para besarlo, y Jimin comenzó a manosear su bulto para posteriormente bajarle el cierre y liberar su miembro. Aquel estaba grande, palpitante y lo comenzó a masturbar mientras besaba sus labios gruesos, esos que tanto amaba.

Frotaron sus miembros y ese contacto con la piel del otro los hacía delirar. Se besaban con desespero, con deseo contenido, como cada vez. Jimin gimió en su boca cuando Jungkook quitó su mano y comenzó a masturbar ambos miembros a la vez. 

Jungkook lamió sus labios y su cuello. Sin previo aviso, ni preparación, escupió su mano, lo dio vuelta y lo penetró fuerte, profundo. Un grito ahogado brotó de su garganta, y Jungkook tuvo que taparle la boca con una de sus manos, con la otra sostenía las caderas de Jimin, atrayéndolo con fuerza hacia atrás en cada embestida.

— Ah... ah... Daddy, así, así, más fuerte— 

— Si, hermosa, sé cómo te gusta. Sé buena chica y no grites. Susurra tus gemidos para Daddy, bebé— 

Ella estaba estrecha, como cada vez y Jungkook amaba tanto eso... podía sentir como sus paredes se abrían de a poco cada vez más y más hasta lograr entrar por completo. Luego de unos minutos, Jimin comenzó a mover su trasero haciendo que Jungkook lo apretara muy fuerte de la cintura y comenzara a empujar cada vez más rápido y profundo, haciéndole gritar sus gemidos.

— Shh... Princesa... nos pueden oír— 

Las embestidas siguieron siendo duras por unos minutos más, donde ambos gemían ferozmente, tratando de no ser muy ruidosos. Jimin se había comenzado a masturbar y su celular comenzó a sonar, era el timbre de llamados. Lo estaban esperando afuera.

— Me vengo, me vengo Kookie. Me teng- me tengo que ir— 

Jungkook salió de él en un movimiento brusco, y siendo más bruto aún, le sacó sus zapatillas y su pantalón de un tirón para alzarlo. Jimin envolvió sus piernas alrededor de sus caderas. Con una mano en su nuca atrajo su cabeza para unir sus labios en un beso sucio y ardiente. Siguió embistiéndolo fuertemente hasta que el celular de Jimin comenzó a sonar otra vez y el pelinegro rompió el beso. — Deb-debo atender, me están esperando, Jungkook— 

Daddy negó mientras lo empujaba fuertemente contra la pared.

— Tú no te vas a ningún lado, hermosa. Tú me perteneces.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top