03•
Cada embestida era brusca, como suele serlo. Jimin estaba inmovilizado, su cuerpo le dolía, le dolían las marcas que dejaba Jungkook en su piel, pero aún así le gustaba el dolor. Le gustaba ser castigado por él, le gustaba que lo arañase, que lo mordiera, y que le palmeara el culo porque así era más caliente la situación. Duele, es doloroso siempre, lo quema muy dentro de él, y es por eso que sus ojos ahora estaban lagrimeando. La música estaba muy fuerte, por lo que podía gemir alto si quisiera, y lo hacía sólo porque Jungkook amaba escucharlo gemir.
Nunca había considerado lo mucho que le gustaba que Jungkook le hiciera daño, nunca se detuvo a pensarlo... nunca hasta este momento.
[...]
Luego de aquella noche donde ambos perdieron la virginidad, se ignoraron por unos días. Se esquivaban al verse, se morían de vergüenza por todo. Las ventanas de sus cuartos estaban una frente a la otra, razón por la cual se espiaban sin que el otro se diera cuenta. Eran las 2am cuando Jungkook vio que la luz del cuarto de Jimin estaba prendida, y trepó por el árbol que dividía ambas casas, apareciendo en el balcón de su amigo. Golpeó el ventanal y Jimin le abrió enseguida, casi asustado porque no se esperaba verlo allí.
— ¿Qué haces aquí? Son las 2 de la mañana, estup-
Jungkook no dejó que terminara la frase, porque se abalanzó hacia él uniendo sus labios casi desesperadamente. Jimin correspondió al beso al instante, pero pronto reaccionó el que hacían y con sus manos en su pecho lo empujó, alejándolo de él
— ¿Qué haces? ¡No! Dijimos que sería solo esa vez. ¡Vete!—
— Jimin, estoy duro— dijo Jungkook sonando desesperado. — Estaba pensando en ti, y estoy duro—
— Bueno, hazte la paja. No vengas aquí—
— Pero-—
— No, Jungkook. No jodas, vete—
Jungkook le hizo caso a su amigo, se fue a su casa... y se masturbó.
Una tarde se citaron para hablar de la situación. Ellos habían prometido que nada cambiaría y que seguirían siendo amigos sin importar qué.
Lógicamente algo cambió para ellos y ninguno quería perder la amistad del otro. Hicieron las paces, prometiendo que todo seguiría como antes.
Luego, ese mismo fin de semana, Jungkook lo invitó a jugar a la Play o mirar una película en su casa y luego se podría quedar a dormir si quisiera. Eso hacían siempre, quizá no estaría mal volver a tener la costumbre que tenían antes de que sucediera 'aquello'.
Luego de jugar y mirar una película, tiraron dos colchones en el suelo. Los dos se acostaron bajo las mantas, conversaron un rato, y luego apagaron las luces.
Jimin no podía dormir, estaba inquieto porque Jungkook le provoca cosas inexplicables. No sabía porqué, pero la idea de tenerlo tan cerca suyo y no poder hacer nada lo angustiaba. Los colchones estaban separados, pero uno al lado del otro. Jungkook intentaba pensar en otras cosas, pero escuchaba la respiración de Jimin muy cerca.
Había pasado media hora desde que apagaron las luces, y Jimin notó que Jungkook se removió de forma nerviosa en su cama. Acabó por girarse hacia donde estaba Jungkook; el pelinegro notaba la cálida respiración en su nuca, señal de que estaban a escasos centímetros cerca. Intentó ignorarlo, pero no pudo, ya que su aliento comenzó a ponerlo caliente.
Tímidamente se llevó su mano a su miembro mirando que estaba comenzando a endurecerse, y empezó a acariciarse, tratando de no hacerlo muy fuerte para que Jungkook no se diera cuenta.
Mientras se tocaba se le venía a la mente los recuerdos de aquella noche que fue hace muchas atrás y se ponía loco, le costaba tragar saliva. Desde esa noche no sintió la necesidad de hacerse la paja, porque estaba muy negado a la idea de recordar 'el pacto', pero al tener a Jungkook a su lado otra vez, le fue inevitable la necesidad de hacerlo.
A los pocos minutos, escuchó su voz, susurrando muy bajito: — Jimin, ¿estás despierto?—
Se quedó callado unos segundos, y respondió: — Sí—
— ¿No puedes dormirte?—
— No. ¿Y tú?—
— Tampoco.—
— ¿Por qué no puedes, Jungkook?
Se quedó callado un instante. Luego, respondió más bajito aún: — Estoy duro—
No supo cómo reaccionar en ese momento. — ¿Y eso?—
— Estaba recordando la película que vimos la otra vez —
Jimin se quedó callado. Un montón de ideas se le pasaron por la cabeza, y todos tuvieron una misma reacción: su miembro se puso palpitante y más duro aún, fue inevitable.—
— Jimin—
— ¿Hmm?—
— ¿Nos hacemos la paja?—
— Bueno—
Jimin se dio vuelta y se llevó una de sus manos a su entrepierna. Su miembro estaba duro y deseoso de liberarse de aquel bóxer que lo aprisionaba. En cuanto liberó su miembro y empezó a tocárselo, notó cómo Jungkook se movía escandalosamente hacia una esquina de su colchón.
— ¿Qué haces?— Le preguntó.
— Hay lugar para ti... ven— dijo Jungkook tímido.
— Ahí voy— contestó Jimin, tratando de lucir calmado.
Se levantó del colchón y dio un salto para caer a su lado. Se tumbó cerca de él, y pudo ver, gracias a la escasa luz que se filtraba desde el exterior, que Jungkook se había quitado el pantalón del pijama, pero que todavía llevaba el bóxer puesto y se le marcaba un bulto grande y perfecto.
— ¿Te molesta si me quito la camiseta del pijama? Me muero de calor...— dijo Jungkook.
Jimin asintió con la cabeza y observó como se lo quitaba. Y ahí se quedó, a tres centímetros cerca suyo. Se tildó mirando su cuerpo de arriba a abajo. Jungkook estaba tremendísimamente bueno, aunque tenía apenas unos marcados pectorales. El rubio estaba acariciándose su miembro con las dos manos mientras miraba fijamente a Jimin.
El pelinegro tragó saliva dificultosamente cuando Jungkook se inclinó hacia él y le susurró al oído: — ¿Te gusta lo que ves? ¿Te pongo caliente?—
Le sonrió de una manera que Jimin nunca antes había visto. Era una sonrisa pícara, casi malévola... era raro eso, Jungkook era inocente siempre.
— Ven aquí— le dijo, mientras se tocaba el bulto.
Sin pensarlo dos veces, Jimin se subió a horcadas sobre él, abrió las piernas y se sentó sobre su cadera. Se recostó hacia adelante y comenzó a moverse en círculos. Jungkook lo atrajo con una mano en su nuca, uniendo sus labios y comenzando una desesperada batalla entre sus lenguas. Mientras se besaban, Jimin rozaba su trasero con el miembro de Jungkook, ahí notó como se ponía cada vez más duro con cada movimiento.
Dejaron de besarse y Jimin se lanzó hacia su cuello. Fue besando y lamiendo cada rastro descubierto, saboreando su piel, su olor... ahí en ese mismo instante se dio cuenta que amaba su sabor, amaba su piel.
Mientras tanto, Jungkook, acariciaba su trasero y le daba palmadas exigiendo que siguiera. — ¿Te gusta Princesa?— Dijo, por primera vez.
Jimin se alejó de él, frunciendo el ceño. — ¿Princesa? Yo no soy una puta princesa, imbec-—
Jungkook no lo dejó terminar. Unió sus labios nuevamente de manera salvaje, a la vez que lo apretaba más hacia abajo, friccionando su miembro en el trasero. Jimin rompió el beso para ir descendiendo lentamente, recorriendo todo su torso y sus abdominales, pasando su lengua por todas partes y acariciando todos y cada uno de esos músculos que estaban ligeramente trabajados. Jungkook acaba de comenzar danza contemporánea hace pocas semanas y los resultados en su cuerpo apenas comenzaban a notarse.
Jimin terminó llegando al elástico del bóxer, y sin quitárselo aún, comenzó a mordisquear su miembro sobre la tela. Aquella estaba húmeda, por el líquido preseminal. De sólo notarlo su deseo de comerlo entero era inaguantable. Jungkook se desesperó.
— Deja de hacer eso. Mueres de ganas de chuparla. Hazlo, hazlo ya— le ordenó, dominante.
Jimin asintió, remordiéndose los labios. Bajó el bóxer y el miembro súper duro y erguido de Jungkook golpeó su rostro. Empezó a chupársela por la base, yendo hacia arriba, jugueteando con su lengua hasta llegar al glande. Saboreó los deliciosos líquidos y, sin pensarlo dos veces, abrió la boca para metérsela toda pero no pudo, sólo la mitad. Se centró en dar círculos con la lengua en su glande, mientras que con una mano hacia movimientos de arriba hacia abajo, y con su mano libre se masturbaba a él mismo.
Jungkook deliraba de excitación. Llevó su mano a la nuca de Jimin para que se metiera otra vez todo en su boca. — Todo en tu boca, Princesa. Eso quiero, toda en tu boca. Daddy lo quiere—
Jimin se apartó nuevamente frunciendo el ceño. — ¿Qué mierda dices? ¿Princesa? ¿Daddy? ¡Estás loc-—
Jungkook se inclinó hacia él y lo besó bruscamente. Se separó del beso cuando se estaban quedando sin aire y le susurró al oído. — De ahora en más serás mi Princesa, y yo tu Daddy— apretó las nalgas de Jimin hacía abajo y fingió una penetración. — Yo sé que quieres esto otra vez dentro tuyo, hermosa, y te lo voy a dar. Daddy te lo va a dar—
Ese trato de dominación y sumisión lo puso más caliente de lo que ya estaba. Jimin se estremeció al instante al escucharlo y asintió, remordiéndose los labios.
De nuevo, una noche llegó a su balcón otra vez, Jimin estaba durmiendo en esta ocasión. Jungkook agradeció que no haya sido muy tarde porque vio las luces del living prendidas, alguien debía estar despierto. Golpeó la puerta y la madre le abrió con confianza. Jungkook le dijo que se quedaría a jugar a la PlayStation y que dormiría allí. Subió por las escaleras, dirigiéndose al cuarto. Entró silenciosamente en él, trabó la puerta y comenzó a desnudarse por completo al acercarse a la cama. Conocía perfectamente a Jimin, y sabía que él dormía en bóxer. No dudó ni un segundo en acostarse en la cama a su lado y despertarlo a besos. Jimin era muy perezoso, amaba dormir, y odiaba a aquel que lo despertara, pero este no fue el caso. Al abrir los ojos correspondió a los besos, a las caricias y lo hicieron otra vez... varias veces aquella noche.
— ¿Qué nos pasa, Jungkook? ¿Nos gustamos?—
— No creo. No, supongo que estamos... ¿experimentando?— Jungkook sonó algo inseguro.
— Podríamos practicar entre nosotros para ser expertos con las chicas—
— Claro, si, si. Eso haremos—
— ¿Nada cambiará? ¿Seguiremos siendo amigos?
— Nada cambiará, Jimin—
— No somos gays. Nos gustan las chicas.—
— Por supuesto—
[...]
Cada encuentro que tuvieron luego de esa noche fue aumentando en intensidad... Jungkook era algo insaciable, y eso fue porque comenzó a mirar mucho porno, para — aprenderse posiciones— . Con el correr del tiempo, y la experiencia, se volvió dominante y Jimin su sumiso. El pelinegro no renegó de aquello nunca, porque él lo disfrutaba más de esa manera... amaba que Jungkook lo tratara de Ella.
También interpretaban roles, a veces Jimin fingía estar luchando, tratando de escabullirse de su agarre y Jungkook era bruto. Se cumplían las fantasías del otro, actuaban por impulso, por deseo. Jimin amaba que Jungkook sea dominante en la cama porque esa era la realidad, Jungkook lo domina por completo... en todo sentido, era su debilidad.
Disfrutaban cada encuentro sexual como si fuera el último. Jungkook podría enamorase de alguna chica, o quizás Jimin, nada era seguro.
Aquel pacto que hicieron la primera vez fue, lógicamente, anulado. Habían hecho uno nuevo, éste lo cumplirían.
Prometemos
* No dejar de ser amigos nunca
* No decirle NADA a NADIE
* Disfrutar cada encuentro sin arrepentimientos
* Dejar de hacerlo cuando consigamos novias
❌ Jungkook
❌ Jimin
.....
¿Quién les aseguraba que de un día para el otro no encontrarán a una chica que realmente les guste y valga la pena? Podría ser cualquier chica, en cualquier momento. Quizás en esa fiesta, esa tal — Yuju— la que estaba interesada en Jungkook, sería la indicada para él.
Se estaba dando un baño relajante en la bañera, fumándose un cigarrillo cuando un sonido proveniente del living lo hizo sobresaltar. Se supone que él está solo en casa, porque sus padres se habían ido con sus hermanas pequeñas por el fin de semana. Se puso de pie para salir del baño, pero el ruido de la puerta de su habitación lo hizo quedarse inmóvil.
— Ugh... eras tú, imbécil. ¡Me asusté!— Dijo, y se volvió a recostar en la bañera.
— Princesa, esa no es la manera en que debes dirigirte a Dad-—
— No jodas, Jungkook. No estoy de humor ¿qué querías?—
Jungkook rodó los ojos y se puso de cuclillas apoyándose en la bañera. Se acercó a Jimin y le dio un fugaz beso en los labios. — Quería saber a que hora vamos a la fiesta. Le pedí el auto a mi padr-—
— No sé si quiero ir... quizás me quedé mirando películas— dijo, sin mirarlo a los ojos.
— ¿Por qué no irías?
— Porque Namjoon estará con Seokjin en todo momento, y tú me vas a dejar solo. Yo simplemente no tengo ganas de ir—
— Ugh... ¿Es por lo de la prima de Taehyung? ¡Ni siquiera sé quién es!—
— ¡Claro que no!— Le salpicó un poco de agua al enojarse.
— No quiero dejarte solo aquí. Por favor, vamos... por favor, por favor, por favor— le rogó con puchero incluido.
Jimin sonrió — Ok. Pero manejo yo. Si tú te quieres ir con esa tipa yo no seré quien luego ande a pata.—
— ¿Y yo cómo volveré a casa?—
— Te tomas un taxi—
Jungkook rodó los ojos y aceptó. — ¿Puedo bañarme contigo?—
— No, vete—
— Me quedaré de todos modos.
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