Si tuviera que escoger una palabra para describir a su querido Wolverine sería tosco.

Alguien brusco y salvaje, incapaz de entender o actuar conforme a la delicadeza de cualquier forma.

Prácticamente, lo más cercano que un mutante debería estar de ser un animal.

O eso creyó desde el primer instante en que lo vio.

Se había equivocado, y lo aprendió de la manera más extraña posible.

La primera vez en cierta ocasión en la que se vio envuelto por enfermedad, y la única persona disponible para quedarse a vigilarlo mientras una misión se efectuaba fue el hombre detrás de Wolverine.

Recordaba que se sintió molesto e incómodo por ello, pero en su estado no pudo hacer mucho. Estaba con fiebre y somnoliento, apenas esperando un milagro para mejorar cuando sintió que una mano se apoyaba en su frente mientras la toalla húmeda de encima era cambiada.

Fue en ese instante que por primera vez notó un tacto suave proviniendo extrañamente de Logan; pero lejos de aceptar tal hecho, se convenció de que la enfermedad lo había confundido un poco.

Es... ¿Suave?

Tal posibilidad es imposible proveniente de alguien como él.

La segunda vez que experimentó aquello fue con una cercanía ligeramente mayor.

Estaban en una misión que como casi todas terminó con una cuenta regresiva en la cual debían huir antes de volar en pedazos junto al lugar. Se ubicaban en un quinto piso sin mayor salida que un balcón y sus propias probabilidades de sobrevivir eran casi nulas, pero Wolverine le insistió y lo hizo caer, pero con él amortiguando la caída tras abrazarlo de manera sorpresiva mientras se acercaban al pavimento.

Cabe agregar que para Scott de igual modo dolió caer, pero al menos podría decir que salió vivo y sin nada roto, a diferencia de Logan, aunque este era inmortal y todo aquello poco o nada le importaba.

En ese momento al igual que cuando caían Scott estuvo excesivamente cerca del mayor, sintiendo su tacto entre la tela desgarrada por el combate y el fuerte agarre de una de sus manos desnudas para asegurar su posición al caer.

No era desagradable ni rasposo, sino cálido y amable, el tacto de alguien que intenta protegerte con todo lo que tiene.

Fue una lastima que el estado de ambos no le hubiese permitido pensarlo demasiado, pues la seguridad tras aquella misión tomó mayor prioridad.

Luego de ello, mucho tiempo después, llegó una tercera oportunidad para Cyclops de experimentar el tacto de Logan, y pues... El hecho de que hoy al despertar nuevamente lo encontrara a su lado en igual de condiciones ya decía mucho.

Es... Una locura...

Ni siquiera terminaba de digerirlo, pero una cosa ya le quedó más que claro.

Logan seguía pareciéndole tosco y brusco, un sujeto con el que no cualquiera podría tratar, pero... Con un tacto tan amable y dulce por el que valía darse una oportunidad de conocerlo de verdad.