-Pumpkins-
Cada quien tenía sus tradiciones peculiares para todo, y eso era algo que afloraba en la mansión X con cada nuevo integrante a su familia.
Todos lo habían visto y vivido, a Scott le constaba por propia experiencia.
De hecho, muchas de ellas le habían resultado interesantes. Aprendía más de culturas con sus compañeros que en las clases de historia.
Algo recreativo y de paso divertido.
Y otras costumbres... Bueno, servían para conocer más a sus propios amigos que otra cosa, aunque a veces no sabía si ver aquello como algo bueno o malo.
O simplemente raro, como lo que estaban haciendo.
– Tallar calabazas ¿Uh? -Miró la que traía en manos, solo para después buscar con la vista el calendario que sabía colgaron en la cocina.
Allí marcaba ya el inicio de diciembre; lo que hacía todo aun más fuera de lugar; volviendo así su atención a la calabaza, así como al hombre que veía tallar con sus garras a pocos metros.
Sí, definitivamente Logan estaba tallando lo que parecía una futura lámpara de calabaza... ¡A semanas de Navidad!
¿Pero alguien lo debatía? A éstas alturas no.
Nadie era tan estúpido para cuestionar lo que Wolverine se encaprichaba en hacer. Nadie... Excepto Scott Summer, que por casualidad o destino tuvo la suerte de encontrárselo tras curiosear su extraña compra.
– ¿No se supone que se hagan solo por Halloween?
O eso había creído hasta ahora. Capaz y todo era una mentira corporativa, como las cajas de corazones para chocolates de San Valentín.
Uno nunca podría estar 100% seguro de todo.
El aludido levantó su vista de mala gana, como si ya estuviera agotado de que le preguntasen aquello... Lo cual sería ilógico, puesto que difícilmente se atrevían a interrumpirlo al verlo tan dedicado a algo.
Era un milagro que mejor podría apreciarse a lo lejos, excepto para Scott. Él disfrutaba el riesgo cara a cara.
– ¿Has visto un documento o algo que dicte eso como regla o ley?
– Bueno, no. Pero–
– Entonces nada me impide hacerlo ahora si así quiero. -Concluyó tras encogerse de hombros y volviendo a lo suyo.
Allí el joven líder de los X men obtuvo una mayor respuesta de la que esperó, permitiéndole entender un poco más a Logan.
Tanto como para que luego de un rato tomase un cuchillo y se uniera a la misma tarea tras sentarse del otro lado del mesón de la cocina, compartiendo así la bizarra y silenciosa tarea de tallar una calabaza.
Esto quizás era solo un mero capricho todo y no ayudaba en nada, pero como no parecía molestar a nadie... ¿Para qué detenerse si habían ganas?
Además, el árbol de la sala luciría precioso con dos calabazas a sus pies espantando a quien tratase de abrir sus regalos antes de tiempo.
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