-Movie night-
¿Cuál era el mejor día de la semana?
En la mansión quedaba muy en claro que para muchos eran los viernes, más que nada por la culminación semanal de clases.
Un descanso luego de unas largas jornadas de responsabilidades, un respiro sobre todas las cargas que manejar diario.
El mejor día posible, según un gran porcentaje, y Logan no podría estar más de acuerdo, disfrutando de aquel instante en medio de la sala y con todo lo requerido para una velada relajante.
– La mejor cerveza es aquella que viene después del trabajo. -Comentó mientras sacaba una lata de la hielera entre sus pies y alcanzaba el control remoto.
Los estudiantes que usualmente acamaraban la sala terminaron saliendo en su mayoría al centro comercial, cine y cualquier otro sitio fuera de la mansión, permitiéndole el adueñarse del sofá por unas horas. Los pocos restantes ni se atrevían a pasar cerca y mejor seguían buscando algo menos riesgoso que molestarlo, lo que venía de maravillas para el huraño hombre.
– ¿Está ocupado todo el mueble?
– ¿Uh? Oh, flaco. Eres tú.
Pero claro, las excepciones nunca faltaban, y en esta ocasión era el mismo Scott Summer quién las representaría.
¿Y qué hacía él allí?
Bueno, se suponía que solo bajaría un momento por unos bocadillos antes de prestas atención a unos mensajes recibidos y desde allí escoger qué hacer, pero en lugar de ello se vio distraído por la figura del adulto solitario del sofá, y simplemente no pudo resistirse a acercarse a saludar un rato.
Solo no pudo evitarlo, últimamente andaba más pegado al viejo Wolverine de lo que se atrevía a admitir.
– ¿Por qué tan sólo un viernes? -Conociéndolo, el castaño lo imaginaba más en algún bar junto a Illyana y Kurt en lugar del living de la mansión.
No lo echaba ni nada, solo señala a cuan inusual era su elección.
El aludido por su parte lo miró sin comprender del todo, permitiéndose un sorbo.
– No estoy solo. Estoy con el control remoto y unos buenos tragos ¿Qué más podría pedir?
Se consideraba alguien de gustos simples, un hombre fácil de hacer feliz.
– ¿Compañía, quizás?
El mayor arqueó una ceja, mirándolo de soslayo.
¿Era idea suya o era una indirecta?
– Depende ¿Qué me propone esta compañía? -Sonrió de lado, casi desafiándolo a convencerlo.
No se negaría, pero tampoco aceptó aún.
– Uhn, no lo sé ¿Qué tal un maratón de películas de terror y más cervezas? -Parecía un trato justo en su opinión.
Y por la mirada destelleante del viejo inmortal, supuso que creía lo mismo.
– Trato hecho, chico.
Siendo sincero lo convenció más por lo primero que por el propio alcohol aunque no lo dejase obvio. Y es que, vamos...
¿Quién se resistiría a la posibilidad de ver a Scott asustándose por monstruos de cera o 3D? Por que lo creía capaz, y él estaría justo a su lado para comprobarlo o no.
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