¿Dónde estoy?

Fue la primera pregunta que afloró en su mente apenas fue recuperando consciencia, permitiéndose abrir los ojos lentamente.

¿Qué había ocurrido? Lo último que el hombre inmortal recordaba (lo cual ya era un logro tomando en cuenta la suerte de su memoria) era estar en plena batalla durante una misión y luego... Nada.

– Ugh... -Una vez abrió los ojos, no evitó quejarse por lo brillante que percibía todo alrededor, maldiciendo no acostumbrarse más rápido.

Se sentía cansado y adolorido, particularmente en el borde de su cabeza, pero no sabía por qué.

¿Tenía que ver con lo que presuntamente lo hirió durante la misión? Era probable.

Y escuchar una cierta voz familiar cuando intentó levantarse solo fue el primer paso para confirmarlo.

– ¡Hey! ¡¿Qué crees que haces, bruto?! -La voz de Scott, imposible no reconocerla.- Aun debes descansar, tuviste suerte que solo el impacto caída de noqueara y esa bala apenas rozó algo tuyo. -Lo decía molesto, aunque en el fondo algo de preocupación se asomaba.

Quizás hasta cierto deje de culpa podría ser la causa de estar ahí, vigilándolo en lugar de en otro sitio.

Sin embargo, aquel regaño hizo gruñir al otro hombre un poco, así como su nula resistencia al ser "empujado" suavemente de regreso.

¿Desde cuando cedía tan fácil?

Ni él lo sabía.

– Soy inmortal, chico. Tampoco es para tan–

– Sí, sí. Inmortal y todo lo que quieras. No cambiaré de parecer.

En cualquier otro escenario del pasado, esto quizás daría pie a otra discusión sin sentido que terminaría con ambos lanzándose improperios o puños como críos, pero por algún motivo inexplicable no sucedió.

Logan tan solo bufó con molestia, quieto en su posición y sin intención alguna de nada en particular.

Scott no lo cuestionó, aun si por dentro estaba tan sorprendido como confundido también.

– Eres tan molesto.

Pero aun así te hago caso...

Ni él mismo se entendía.

Absurda contradicción que tal vez analizaría durante este obligado descanso.