03

Después de días de angustia y vigilancia en el hospital, Minji finalmente mostraba signos sólidos de recuperación. La fiebre había cedido por completo, y su energía había comenzado a regresar poco a poco.

La habitación, que había estado llena de tensión y preocupación, ahora estaba impregnada de un aire de alivio y esperanza.

Jimin observaba a su hijo mientras este jugaba sobre la camilla con juguetes que habían sido amablemente proporcionados por el personal del hospital. La sonrisa de MinMin, aunque aún frágil, iluminaba la habitación y llenaba de alegría el corazón del omega.

Habían superado lo peor juntos, y ahora estaban en el camino hacia la recuperación completa.

Jungkook continuó visitando a Minji y compartió risas y bromas con él para animarlo. Su presencia tranquila y su habilidad para conectar con el cachorro habían creado un ambiente positivo.

La amistad entre el omega y el alfa también se había profundizado.

La tarde estaba soleada, así que Jimin y Jungkook decidieron llevar al pequeño MinMin a dar un corto paseo por los jardines del hospital. Minji, con su pequeña manito sostenía la de su padre; Jungkook caminaba a su lado.

Los ojitos del cachorro miraron curiosos las flores coloridas y el suave susurro del viento parecían infundir nueva vida en el niño, cuya energía aumentaba con cada paso que daba.

Jimin miró al alfa con gratitud mientras veía cómo su hijo disfrutaba del paseo.

—Gracias por hacer esto posible, Dr. Jeon —sonrió—. Ver a MinMin tan feliz significa el mundo para mí.

—Solo llámame Jungkook. —le devolvió la sonrisa con amabilidad—. Estamos aquí para asegurarnos de que Minji se recupere completamente. Verlo sonreír es una recompensa de la misma.

—¡Papi! —El cachorrito señaló una mariposa que revoloteaba cerca de ellos. Sus ojitos brillaban de emoción mientras seguía con la mirada el grácil vuelo del insecto.

Jimin y Jungkook se agarraron a su lado, compartiendo su asombro mientras observaban la mariposa bailar en el aire.

—Es una mariposa, MinMin —dijo el omega.

—Maiposa —intentó decir. Jimin sonrió con ternura.

—Las mariposas son increíbles, ¿verdad, Minji? —preguntó Jungkook con una sonrisa.

El niño asintió emocionado, dijo saltitos en su lugar.

—¡Bonitas! ¡Como papi!

—Así es, bonitas como papi.

Jimin miró al alfa con un brillo de aprecio en sus ojos. En ese momento, comprendió que no solo estaba agradecido por su habilidad médica, sino también por su habilidad para encontrar belleza en las cosas tan simples y compartir esa apreciación con los demás.

—Papi maiposa —Minji sonrió mostrando sus dientitos. Se acercó a Jimin para abrazarlo por el cuello y acurrucarse en su fuente de olor—. Sueño.

El omega cargó a su cachorro y se levantó junto a Jungkook. Siguieron caminando por el jardín, varios pacientes saludando con amabilidad al médico que los acompañaba. Cuando encontraron unas bancas cercanas a la pileta, se sentaron.

En una de sus tantas conversaciones, Jungkook compartió algo personal al omega. Se sentía tan cómodo con él, que las palabras solo fluían cuando estaba a su lado.

—Crecí en un hogar donde la medicina y la ciencia eran muy valoradas. Mi familia siempre quiso que me convirtiera en médico. Aunque al principio fue una elección impuesta, eventualmente me di cuenta de que tenía una verdadera pasión por ayudar a los demás, especialmente a los niños. Así que decidí seguir este camino por elección propia.

El omega asintió con comprensión.

—Entiendo eso. —Claro que lo entendía—. A veces, nuestras vidas nos llevan a donde debemos estar, incluso si al principio no parece ser nuestra elección. —Jimin miró a su cachorro que yacía durmiendo en sus brazos y acarició su mejilla con ternura—. Mi vida también tomó un giro inesperado cuando me convertí en padre soltero. Aunque ha sido un desafío, Minji me ha enseñado tanto y me ha dado un amor incondicional que nunca supe que necesitaba.

La confesión de Jimin creó un vínculo aún más profundo entre ellos. Ambos compartían el tema común de enfrentar circunstancias inesperadas y encontrar fuerza en esas experiencias.

──────•♥︎•──────

En una de sus salidas fuera del hospital, Jimin, Jungkook y Minji visitaron un parque cercano. El cachorro estaba lleno de energía y emoción mientras corría por el césped, su risa resonando en el aire.

El alfa tenía el día libre y le pareció una buena idea salir con el omega y su hijo. Se sentaron en un banco cercano, observando al niño con sonrisas cariñosas en sus rostros.

—He estado pensando. —dijo Jungkook.

Jimin recibió una pequeña flor de su cachorro, dándole un beso en su frente.

—Gracias. —murmuró con cariño antes de que Minji volviera a correr por el césped—. ¿En qué?

—Que hay personas que llegan a nuestras vidas en los momentos más inesperados y nos enseñan lecciones valiosas.

El omega asintió con la mirada perdida en el horizonte.

—Es cierto… A veces las adversidades nos unen de maneras que nunca imaginamos. —miró al alfa con un brillo único en sus ojos—. Aprecio mucho tu apoyo, Jungkook. Eres más que un médico para nosotros. Eres… un verdadero amigo.

Jungkook sonrió cálidamente, sintiéndose agradecido por las palabras del dulce omega.

—La amistad es algo hermoso, ¿verdad? Estoy agradecido por haberte conocido y de haber tenido la oportunidad de cuidar a tu cachorro.

A medida que el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, el alfa y el omega compartieron un momento de silenciosa gratitud por la nueva conexión que habían encontrado. Sus lobos se sentían cómodos y ansiosos con la compañía del otro.

Había algo inexplicable en el fondo de sus corazones que les parecía nuevo e inusual.

Regresaron al hospital con Minji en brazos del alfa, envuelto en el delicioso aroma a rosas y jazmines de su padre, y sándalo y vainilla de Jungkook. El cachorrito soltó un suspiro, acurrucándose más.

Su lobito se sentía protegido con su padre alfa y omega por fin juntos.

──────•♥︎•──────

Gracias por leer ♡

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top