—¿Estás segura? yo te puedo acompañar —mencionó Draco insistiendo una vez más.

Ya habían terminado las clases y me disponía a ir al callejón diagon para conseguir eso, pero Draco no quiere que vaya sola.

—Draco por Merlín. No me va pasar nada, solo voy consigo eso y vengo... nada complicado —dije cansada.

—¿Pero como vas a ir así? —preguntó preocupado.

—Draco ¿ya se te olvido? el señor tenebroso me dio el hechizo para cambiar de apariencia —dije y me levanté de mi cama.

Me vi en el espejo y recite un hechizo, mi cabello cambió a uno negro y mis ojos a color gris.

—Listo, ahora ¿puedo ir? —dije haciendo una mueca.

—Esta bien, pero ten cuidado —dijo abrazándome.

—Bien —dije rodando los ojos, me cambié de ropa con un movimiento de la varita.

Me dio un besó corto y desaparecí.

Llegué al callejón diagon. Primero fui a una joyería y luego de una corta elección, terminé escogiendo un lindo collar celeste.

Luego iba caminando para buscar alguna tienda de mala fama que tuviera pociones malditas. Vi determinada una pequeña tienda desaliñada, con un letrero medio caído.

Me encogí de hombros y entre escuchando el sonido de la campanilla.

Mire la tienda. Polvo, objetos extraños y un gran silencio.

—Buenas tardes —saludó una voz cínica.

Me di la vuelta y vi a un hombre de cabello gris y ojos mieles.

—Buenas tardes, necesito una poción negra, una maldición —dije seriamente.

—¿Qué clase de maldición? —preguntó cínico, mostrando sus dientes astillados y amarillos.

—Algo que no sea tan fuerte, que al tocar el objeto quede inconsciente o algo —me encogí de hombros.

—Tengo algo que pueda servir — respondió y se dentró a lo que parecía un despacho, al rato salió con una botella negra —. Esta es perfecta. Solo un toque y sus sentidos se dispersaran, quedará en estado de shock —me tendió la botella.

Asentí.

—50 galeones —dijo, le entregué el dinero y salí de ahí.

Desaparecí y volví a mi habitación. Vi a Draco, estaba acostado en mi cama viendo el techo.

—Que rápida —mencionó sonriendo.

Volví a la apariencia de Beca.

—Mira —dije y me senté en la cama, él hizo lo mismo. Saqué las cosas y se las mostré.

—¿A quien se lo daremos? —preguntó Draco sacando el collar del estuche.

—Katty Bell —dije inmediatamente.

—¿Por qué? —preguntó viéndome confundido.

—Es una leona, buena jugadora de quiditch, perfectas notas, una chica inocente de la que nadie sospecharía algo. ¿Quien le haría algo así a la pobre Katty? ningún estudiante sería capaz de eso, así que Dumbledore pensará que es algún enemigo o algo así —mencioné sonriendo.

Pusimos el collar en el estuche y con magia hicimos que la botella vaciara el liquido en el collar, este se volvió negro por un momento luego volvió a su color original.
Después agarramos papel y lo envolvimos.

—Escribiré una nota —dije, fui por la pluma y pergamino.

"Necesito que este paquete sea llevado al director Albus Dumbledore, es de suma importancia".

Agarré la carta y con magia la pegué al paquete.

—Listo. Lo único que falta es que lo reciba, así nos encargaremos solo del armario —mencioné agarrándolo del cuello para besarlo.

—¿Puedes transformarte en Shantal? —preguntó entre besos.

Lo hice y seguimos besándonos, yo tenía mis manos en su cuello y el en mi cintura.

—No quiero que pienses que te estoy utilizando Shantal, quiero que sepas que realmente me gustas —dijo separándose del beso.

—Tu también me gustas Draco —sonreí besando cortamente sus labios.

Él iba a volver a besarme, pero las chicas entraron a mi habitación

—Ups —murmuró Dapnhe burlona.

—No sabíamos que estabas aquí —mencionó Pansy frunciendo el ceño hacia Draco.

—Ya que — dije y rodé los ojos —. Draco me quedare con el paquete, mañana nos vemos en la sala común para que podamos ir juntos a Hogsmeade —murmuré en su oído.

—Bien — murmuró y me dio un casto beso —. Buenas noches —se despidió saliendo de la habitación.

—Lo sentimos, no sabíamos que estaban en su momento —dijo Daphne abrazándome mientras hacía una mueca de desagrado.

—No importa —mencioné restandole importancia

Ellas rieron.

—Mañana será el primer paseo a Hogsmeade ¿que harán? —preguntó Pansy tirándose a mi cama.

—Iré con Tori a la heladería ¿ustedes? —preguntó Daphne sentase en la orilla de mi cama.

—Saldré con Draco, digamos que tendremos una cita interesante —murmuré burlona.

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Me desperté al medio día, fui a la ducha y al salir me vestí.

Hice el hechizo para convertirme en Beca, agarré un bolso para meter el paquete.

Llegue a la sala común y ahí estaban los chicos sentados.

—Hola chicos —saludé sonriendo

—Vamos —Draco tomó mi mano, los gorilas se levantaron y fueron detrás de nosotros como si fueran los guardaespaldas.

Rodé los ojos, odiaba esto, siempre seguían a Draco, no se que harían sin él.

Fuimos y llegamos, le dimos los permisos a Mcgonagall y salimos

Nos sentamos en el carruaje, me senté junto a Draco y los gorilas al frente.

—Ustedes saben que soy mortifago —afirmó Draco viendo a los gorilas.

—Sí —asintieron ambos.

—Bueno ustedes son mis... amigos y se que son de confianza ¿cierto? —mencionó serio.

—Si Draco, puedes decirnos cualquier cosa —confirmó Goyle.

—Nunca diríamos algo —admitió Crabbe.

—Que bien que digan eso, ya que tengo algo muy importante por decirles —dijo y entrelazo nuestras manos.

Ellos asintieron para que continuara.

—Primero quiero que sepan algo, Beca no existe, ella es Shantal —dijo y ellos me vieron impresionados.

—¿Siempre has sido tu? —preguntó confundido Crabbe.

—Así es —asentí desinteresada viendo mis uñas.

—Ahora todo concuerda —murmuró Goyle.

—Ahora haremos lo que les dije del paquete —dijo viéndome.

—De acuerdo ¿que tenemos que hacer? —preguntó Crabbe.

—Cubrirnos —dije y sonreí cínica.

Llegamos a Hogsmeade y caminamos hacia las tres escobas. Afuera estaba Bell con su hermana.

—Comencemos. Ustedes vayan a las tres escobas y pidan cuatro cervezas de mantequilla, nosotros ya vamos —expliqué, ellos asintieron y se fueron.

Nos escondimos detrás de un muro.

—Ahí viene —avisó Draco.

Agarré el paquete, con la varita lo eleve y lo puse en el camino, a los segundos llegaron ellas y Katty lo levantó.

Caminamos rápidamente, llegamos a las tres escobas y nos sentamos.

—¿Y? —preguntó Goyle.

—Listo —dijo Draco sonriendo.

—Hay que esperar —informé y nos tomamos las cervezas.

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—

¡No es posible! —grité histérica jalándome el cabello.

Draco y yo estábamos en la sala de menesteres.

—Era muy simple ¡solo tenía que llevar el paquete a Dumbledore! ¡pero no! tenía que abrir el paquete y tocar el collar ¡casi se muere! —exclamé furiosa.

Draco estaba sentado viéndome.

—Maldita sea ¡desgraciada! —grité y caminé de un lado a otro.

Draco se levantó y me tomó de los hombros.

—Cálmate —pidió tranquilo.

—Es que no pu... —estaba diciendo pero fui interrumpida por un beso.

—¿Cuál es el plan b? —preguntó serio.

—El plan b ya lo tengo listo. Pero no lo haremos aún, lo haremos en unos meses —mencioné cruzando los brazos.

—Bien, ahora a dedicarnos al armario —suspiró

Llegamos al gran comedor para desayunar, nos dedicamos a comer, cuando nos íbamos en la puerta estaban Potter con Bell.

Ellos se nos quedaron viendo, Draco se puso nervioso.

—Ignóralos —susurré y seguimos caminando.

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