Era la madrugada. Un Tinkerbat dejado olvidado merodeaba por una orilla de la playa. Hasta haberse encontrado con un barco “abandonado”. Fue entonces que se decidió a entrar hasta que se encontró con Bolo. Quien se decidiría a echarlo al mar de una patada en el trasero.

—¿¡Crees que está bien espiar a estas horas, maldita alimaña!?— gritó el peliazúl enojado.

Y entonces el Tinkerbat se tomaría unas horas nadando en el mar hasta la isla de la pirata Risky Boots. Al llegar cansado, el Tinkerbat llegaría a Risky para advertirle sobre un barco.

—¡Damisela Boots! Uno de sus barcos se encuentra en condiciones óptimas. Es decir, encontré uno de sus barcos desaparecidos. Sin embargo ya tiene dueño.

—¿Y quién es ese dueño?

—Un peliazúl. Pero no estoy seguro de si es lo que usted pensaría. Por ello no pienso que sea lo que usted piensa. ¿O sí?

—Hmm... Ahora que lo dices... ¡Aún así, bola de inútiles imbéciles! ¡Armen un barco de rescate y recuperación! ¡Y uno de batalla para torturar y ejecutar a ese dueño!

Unas horas después llegaría la mañana. Bolo y Rottytops al terminar la limpieza de su barco que ahora es su hogar, se dispondrían a desayunar a gusto.

—¡Oye, Bolito!— La chica zombi hablaría emocionada. —¿Y cuándo podríamos salir de nuevo? Tal vez a nadar en un rio juntos. O bien podríamos acampar en algún lindo bosque.

—Tal vez cuando llegue a lo máximo de gemas. Cosa que ya casi termino. Solo pesco unos peces raritos más y llegamos a un salario máximo.

—¡Qué alegría! ¿Y qué pensarías hacer con tantas gemas?

—No lo tengo definido.— respondió nervioso. —Solo puedo pensar en esto. Mantenimiento.

En realidad Bolo quería mantener en secreto el plan de darle una sorpresa. Así como una sorpresa que le dará más adelante...

—Ok. Solo si planeas gastarlo en chucherías pichurrientas, te convendrá avisarme. De lo contrario te arranco el cerebro y me lo trago entero.

—Tampoco te alarmes, mi querida zombi. No queremos empezar mal este nuevo ciclo.

—... Sí... Ya veo...

Más tarde, Bolo iría de compras para organizar la cena de esta noche. Así como también de paso iría por cerebros frescos. Esto para dar un contraste detallado.

—Veo que usted tendrá un momento romántico con alguien.— el vendedor se burló. —Tenga cuidado si le lastiman su corazoncito de nuevo.

—No esta vez. De hecho estas cosas van mejorando. Esto gracias a que me conseguí una chica.

—¿Se refiere a esa chica genio del cabello morado? Dicen que es bellísima.

—Lo sé. Puede ser bellísima. Pero no quiere decir que esté enamorado de ella. Además nos vemos como hermanos.

—... ¿Y qué me dice de la rubia? Esa chica cuenta con buenos movimientos.

—Tarde o temprano se conseguirá un novio. Y ese no soy yo. Lo mismo diré de la chica anterior.

—¿Y entonces? ¿Cómo es su pareja?

—Si le digo, seguro me vería como un rarito. Así que mejor me callo un momento. Por cierto... ¿Cuánto será por un calamar corazón, un ramo de rosas, una caja de chocolates y esa bolsa de cerebros frescos? Eso último es para mí. No es que sea zombi pero me da curiosidad comerme uno.

Habiendo terminado las compras, Bolo iría de regreso a casa. Sin embargo, había una nota en la puerta y decía lo siguiente:

¡Bolo! Sabía que llegarías algo temprano. Bueno. No sabía cómo o por dónde avisarte pero estaré en una misión con Shantae y Sky evitando que una fragata de Ammo Baron aterrice en algún puelo y lo invada. Volveré lo más pronto terminemos la misión. Tu muerta viviente, Rottytops. Postdata: Cerebrosss... ¡Jajajajajajaja!... Estaba actuando... ¿O era real?... Pero en serio. Ya sabes el resto. Si no me traes un cerebro por lo mínimo, me comeré el tuyo.

—¡Maldición! ¿Mientras qué haré en estos casos?...

Mientras tanto, las tres amigas ya habían peleado contra los soldados Ammonians. Ya era momento de llegar al cuartel principal. Pero en realidad solo fue una distracción.

—¡Sorpresa, niñas!— Ammo Baron usaba un televisor. —¿Saben? Nunca creía que fueran a encontrarme en este crucero que supuestamente aterrizaría en algún pueblo. Pero yo no estoy en ninguna parte de este maldito crucero.

—¿O sea que derrotamos a tus soldados en vano?— preguntó la chica mitad genio.

—No te preocupes. Tengo más preparados aún. Y todavía seguirán habiendo.— Ammo Baron respondió contentamente. —Ahora... Mis ventanas están blindadas. Toda mi nave tiene un metal muy especial. Por lo tanto no podrán escapar de este crucero a punto de explotar. Fue un placer conocerlas...

—¡Maldición! ¿Entonces nos emboscaron?— dijo Sky. —Entonces este será el fin...

—No aún...— dijo Shantae con mucha confianza. —Todavía hay un recurso que me encantaría usar. Aun que implique usar mayor parte de mi energía.

Entonces, la chica mitad genio usaría el rayo para controlar las puertas y aterrizar la fragata a un lugar vacío. Hecho esto, Shantae se sentiría exhausta. Por lo que Sky se dispondría a cargarla.

—Bien, Rotty. Cúbrenos un momento. Esperaré hasta que Shantae se recupere.— Sky se desesperó preocupada por Shantae.

Fue un escape algo largo. Los techos del crucero derrumbaban. Varias salas se quemaban y explotaban. Al llegar a la cubierta, Sky llamaría a Wrench para irse del crucero. Las tres saldrían con vida gracias a aquél pájaro que usarían como fuente de escape. Tras esto, la chica zombi veía aquella nube de fuego expandiéndose por aquél lugar vacío. Se sentía algo impresionante y muy escalofriante. Tras todo esto, Sky y Rottytops llevarían a Shantae directamente a su casa y a su hamaca . Esto para acostarla.

—¡Rápido, Rotty!— Sky gritó desesperadamente. —Hierve un poco esa agua y busca por un pañuelo. Hay que mantener su mente cálida.

Hecho esto, Sky solamente le quitaría la diadema y la bufanda. Al terminar, pasarían unos minutos cuidándola hasta que ella al fin lograría despertar sin algún problema.

—¿Sky?... ¿Rotty?... ¿Qué diablos pasó?...— Shantae finalmente despertaría. —¿Dónde demonios estoy?

—¡Despertaste!— Sky se emocionaría de la alegría. —Nos has salvado la vida.

—Consumiste toda tu energía y te gastaste demasiado tras andar controlando una fragata de Ammo Baron.— Rotty explicó. —Pero nos alegra que despertaras bien. No queríamos que fuera tu fin.

—Gracias, amigas. ¿No sé qué haría sin ustedes? Pero... ¿Cómo podré pagarles?

—Te diría que con cerebros pero para eso está Bolo.— Rotty dijo.

—Te cuidaría otro rato pero creo que necesitas un momento a solas.

—No esta vez. Necesitaré que te quedes conmigo esta noche.

—Pero... Shantae... Romperíamos la hamaca.

—¿Entonces dormimos juntas en el piso?

—... Como te sientas cómoda. Al cabo no me importaría. Con que estemos juntas y nos cuidemos una a la otra, me siento bien.

—Bueno, chicas.— dijo Rotty —Creo que esto comienza a ponerse algo incómodo. Igual fue un placer aventurar con ustedes.

—Gracias por todo, Rotty. Cuando quieras venir ahí estaré. Salúdame a Bolo de tu parte si no te molesta.

—¡Adiós, cabeza de brócoli! ¡Que te vaya bien con el cabeza de moras!

—Te pasaste, Sky.— dijo la pelimorada riéndose.

—¿Qué? Pues si ambos son como unos cabezas de chorlito. Ya entiendo. Creo que les llamaré... Tontitos enamoraditos.

—¡Púdrete, Sky! Mejor me largo. Y Shantae... Sé que te sonará algo estresante pero en cuanto se pueda, te recomendaré deshacerte de la soga y reemplazarla con unas escaleras.

—Veré en cuanto tenga presupuesto.— dijo la pelimorada. —Mientras cuídate, Rotty. Que te vaya bien con Bolo.

Luego de todo esto, la chica zombi llegaría a casa. Pero al abrir la puerta, se encontraría con un ramo de rosas, unas velas de orquideas encendidas, un calamar corazón de chocolate y un platillo de cerebro ahumado cubierto de salsa de soya acompañado de un arroz y un té con limón y menta.

—¡Bolo! ¿Y todo esto?

—Lo organicé para ti. ¿No te encanta?— habló tranquilamente. —Siéntate y siéntete cómoda. Frente a ti, está un platillo que sé que te encantará mucho. Come a gusto.

Al terminar de comer, Bolo comenzaría a darle unos masajes desde hombros y espalda hasta los pies.

—A veces no suelen gustarme los masajes pero viniendo de ti, se siente tan relajante...

—¡Y eso no es nada!— expresó el chico peliazúl. —Pues hay otra cosa con cuál te relajarás un rato.

Un ratillo después...

—¡Qué tina tan brillante!— La chica zombi se sentía asombrada. —¿Dónde lo conseguiste?

—Tengo mis métodos. Ahora dejaré que te relajes a gusto.

—¿Seguro que no quieres meterte conmigo? Hay lugar para uno más.

—No por el momento. Por ahora será mejor que continúe con la pesca. Relájate a gusto a causa de un trabajo que tuviste.

Dicho esto, Rottytops se metería al agua sin problema alguno. La chica zombi suspiraba de la relajación. Comenzaba a sentirse más tranquila. Incluso tras un masaje. Mientras que Bolo durante la pesca, veía cómo el cielo oscurecía poco a poco. Viéndolo como algo satisfactorio.

—Tremendo rollazo...— el chico peliazul suspiró. —Me pregunto cómo me irá con ella en aquél futuro...