capítulo 5.
"ENCUENTRO FORTUITO"
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La mano de JiMin seguía posada sobre la suave piel de la espalda ajena. Sus ojos chocaron con los de TaeHyung pidiendo disculpas sin alejarse ni un centímetro más. El chico dejó un inesperado beso esquimal sobre la nariz del alfa y habló.
—¿Podrías alcanzarme una toalla alfa? El agua se ha enfriado y aún debemos hablar —Pero el alfa estaba inmóvil, quería más, necesitaba más. La mente de JiMin trato de recordar si en algún momento se había sentido de la misma forma, tan desconectado de todo, pendiente solo de una persona que conoció hace algunas semanas. Y es que quería ir lento, deseaba ser un buen alfa sin embargo sus acciones eran precipitadas y se excedían de su normal actuar.
Tae unió nuevamente sus labios, dejando un profundo, pero corto beso— ¿por favor? —El azabache asintió y se alejó, sus mejillas estaban pintadas de un hermoso color rojo. JiMin no era el típico alfa y eso nadie lo había notado dado que este creó un manto de mentiras sobre su persona, así se mantendrá a salvo, así podría jugar aquellos juegos que en la mafia lo eran todo.
Tomo una gran toalla de la repisa que decorada la pared del cuanto de baño y la colocó en manos del chico, sin decir una palabra salió de ahí esperando en la habitación. A los minutos el omega apareció enfundado en un acogedor suéter de cuello alto y mangas largas que dejaba una impresionante vista de sus piernas, TaeHyung miró al alfa sentado sobre el diván y se acercó.
—¿Crees que sea tiempo de presentarme a la organización?
—Preferiría mantenerte aquí.
—¿Puedo preguntar el por qué?
—Debo intuir que sabes en el lugar que te encuentras, no creo que mi padre te haya engañado con eso, sin embargo no es el tipo de ambiente en el que quiero que estés involucrado —El omega se sorprendió de las palabras de JiMin, pero este se sorprendería más de saber que Tae estaba involucrado hasta el cuello en este tipo de "ambiente".
—¿JiMin, qué es lo que te preocupa realmente?
—No estás marcado, TaeHyung. Puede que yo sea el líder, pero sin mi marca en tu cuello estás indefenso a múltiples ataques que busquen dañarme. Porque aunque el mando del clan es mío por derecho legítimo, siempre hay algunos que se oponen a esto.
—Hay muchas formas de marcar a un omega, alfa. Podríamos intentar con algo así por el momento. Y descuida soy muy bueno para alejar a los alfas —A pesar de que la marca en el cuello del omega era lo único que hacía retroceder al resto de alfas, no siempre era la única solución, dependiendo del poder del alfa este podía marcarlo con su aroma y como JiMin era un lobo puro y cambia formas el reclamo de olor sería aún más valido.
—¿Estás seguro de todo esto? Sé que ya lo he preguntado, pero ¿deseas irte? Está bien si así lo quieres, después de lo que ha pasado estos últimos días, ten en cuenta que después de ese beso yo y mi lobo te necesitaran más y más.
—¿Por qué piensas que eres el único que desea más? Ven aquí, JiMin —TaeHyung camino hacía la cama y se recostó de espaldas.
—¿Qué estás haciendo? —Desde el diván JiMin tenía una excelente vista del chico.
—Me aseguro de que todos sepan a quién le pertenezco, ahora ven aquí —Sin resistirlo más el alfa dio grandes pasos hasta la cama, cuando llegó elevó su cuerpo sobre el de TaeHyung, pegando su anatomía a la ajena, en un movimiento preciso el omega abrió sus piernas dejando a JiMin entre ellas, un suspiro escapó de ambas bocas. La habitación se sentía caliente.
JiMin colocó una mano cerca del rostro de TaeHyung y con la otra acarició su costado de arriba abajo llegando en algunas ocasiones a tocar la piel tibia de sus muslos. Kim por su parte descansaba sus brazos por encima de su cabeza esperando que el alfa comenzará.
—¿Esto es correcto?
—Debo suponer que nunca has marcado a nadie con tu aroma, solo sigue a tu lobo, él sabe que hacer —JiMin escondió su rostro en el cuello de TaeHyung y repartió besos en este dejando que su aroma se impregnara a lo largo de toda su piel, su lengua recorrió la glándula de olor de Tae haciendo que este soltara un pequeño gemido que tensó todo su cuerpo.
—Lo siento.
—Solo sigue, aún puedo sentir mi propio aroma. Encárgate, alfa, reclámame —TaeHyung sabía qué decir y cómo decirlo. Tenía mucha experiencia, pero nunca se había sentido como ahora. Su cabeza daba vueltas y todo su cuerpo deseaba fundirse en los brazos de JiMin. Quería más, necesitaba más.
Cuando el omega quedó envuelto en el potente olor del alfa, JiMin se permitió respirar tranquilo, sin embargo quería su marca muy profunda dentro de TaeHyung, sus dedos cosquilleaban. Una idea dentro de su cabeza se asentó.
—¿Puedo hacer algo más, Omega? —Una pequeña afirmación salió de los labios de un aturdido TaeHyung que mantenía los ojos cerrados. JiMin depositó un beso en su frente y se deslizó hacía la parte baja de la anatomía de Tae. Cuando levantó el suéter del omega para descubrir sus muslos este pareció dejar el trance para entrar en pánico.
—¿Qué…? ¿Qué estás haciendo? —tartamudeo.
—Sshh, tranquilo amor, no te tocaré. Confía en mí —Los ojos azules de TaeHyung se encontraron con los de JiMin tratando de buscar oscuridad en ellos, algo que le dijera que debía apartarlo, sin embargo se sorprendió asistiendo y volviéndose a recostar sobre las sábanas.
El alfa trazo con sus dedos su piel y acercó su boca a ella, entonces comenzó a succionar, besar y chupar todo a su alrededor dejando marcas oscuras alrededor de sus piernas que hacían que TaeHyung soltará de manera automática preciosos gemidos que volvían loco al alfa. JiMin dejó pequeñas mordidas sobre sus marcas intentando calmar a su lobo que parecía morir por poseer al pequeño omega que se sujetaba de las sábanas para superar la situación.
TaeHyung en su interior rezaba para no manchar su ropa interior de lubricante, rezaba para que el alfa tocará más y deseaba con todas su fuerzas que esté no notara que su ropa interior no era del todo convencional. Tenía encaje y era tan pequeña que podía perderse entre su piel, aún así le encantaba y no había pensado en tener este tipo de encuentros todavía por lo que no se había preocupado, pero ahora el alfa se encontraba dejando marcas alrededor de sus muslos, oh demonios, se estaba acercando más a su sexo.
JiMin levantó una de las piernas de Tae sobre su hombro y besó el interior de esta antes de dejar una mordida que fue tomando color a medida que seguía besando el resto de piel. TaeHyung estaba a punto de colapsar, necesitaba calmar su respiración antes de manchar su ropa. Pero JiMin no le dejaba espacio para pensar.
—¿Puedo besarte? —El alfa detuvo su acción y busco la boca del contrario para complacer a su lobo. TaeHyung tomó su cabello y estampo sus labios alrededor de la boca de JiMin, mordiendo y besando cada parte, amaba la calidad y humedad de su boca chocando con los belfos del alfa, parecía derretirse y querer introducirse por completo en su alma. Sus labios chocando y jugando se había convertido en una necesidad y ya nada podría detener lo que allí se estaba formando. Y antes de que algo más pasara allí, Tae se separó buscando llenar sus pulmones de aire.
—Creo que ya ha quedado claro a quién le perteneces amor.
—Buen trabajo, alfa —TaeHyung halago aún con su respiración errática. JiMin se movió llevando a Tae consigo. Dejó otro beso sobre sus labios y habló.
—Iré a preparar la reunión, esta noche les presentaré a la nueva luna del clan.
TaeHyung se sentía extraño y adormilado. Su habitación estaba impregnada en la deliciosa fragancia del alfa. Había pasado al menos una hora desde su encuentro con el azabache. Tomó la sabia decisión de cambiar su ropa interior, por su mente pasó la idea de tomar una ducha, sin embargo temía que ésta quitará el aroma del alfa. No quería salir del cuarto, pero debía hacerlo, su deber era estar al lado de JiMin y protegerlo de cualquier peligro incluso dentro de la mansión.
Salió vistiendo un buzo negro y se encaminó hacía la oficina del alfa. Cuando puso un pie fuera del lugar noto todo el movimiento que surgía desde diferentes direcciones. Mesas moviéndose, flores, platos, personal que no había visto anteriormente ahora inundaban todo el lugar. En el centro de todo se encontraba JeongIn dando órdenes a todos y detrás de él se encontraba el padre de JiMin. Una sonrisa disimulada teñía su rostro.
—Veo que JiMin ha entrado en razón. Los últimos días se rehusaba bastante a tu presentación —Las palabras del jefe alfa llegaron hasta él a medida que se acercaba.
—No pensé que lo fuera a realizar tan rápido, hace solo unas horas que habíamos hablado del tema.
—Creo que lo has convencido con muy buenos métodos, apestas a mi hermano —Una mueca divertida se formó en el rostro de JeongIn que ahora se involucraba en la conversación.
—No sé de qué hablas —TaeHyung desvío la mirada en busca de JiMin, pero como suponía este no se encontraba ahí, seguramente seguía en su despacho—. Si me disculpan debo buscar a JiMin.
—Por supuesto, pero cuidado con el escritorio del despacho, me costó una fortuna conseguirlo —JeongIn guiñó un ojo de manera sugerente y el omega trato de ignorarlo, pero era imposible dado que las imágenes del alfa entre sus piernas se repetían una y otra vez.
—JeongIn, cierra tu boca —La intervención del padre de JiMin le dio tiempo de escapar de ahí. Entro al pasillo en busca del ascensor que ahí se ubicaba, la oficina estaba en el tercer piso de la casa.
JiMin en definitiva quería golpearse contra un muro. No entendí qué había pasado, bueno en realidad sí que lo sabía, pero eso era aún peor. Sus malditos instintos lograron dejar un sinfín de marcas qué ahora seguramente adornaban los muslos de TaeHyung. Y cuando pensó en dejar solo una o dos marcas logró notar lo que su omega traía bajo el suéter, esa jodida braguita lo había vuelto loco.
—¿JiMin? ¿Estás ahí? —Los toques en la puerta y la voz de TaeHyung lograron que abandonara sus pensamientos. Mierda me había llamado "Amor", ¿De donde había venido eso?
—Sí, adelante —el omega traía un buzo ancho que lo hacía parecer más pequeño, lo quería entre sus brazos ahora—. ¿Te hice mucho daño?
—En realidad no, hiciste un buen trabajo, alfa. No te preocupes —Kim se acercó sentándose frente a JiMin, el escritorio separaba sus cuerpos.
—¿Está bien que la reunión sea esta noche? Tal vez debemos esperar unos días —El alfa sabía que de esperar tendría que volver a marcar al omega, lo que no era nada malo, pero otro encuentro de ese tipo y perdería la cordura.
—Descuida, JeongIn, es muy capaz de tener todo listo, es un buen líder. Tal vez sería mejor que él tomara mi lugar —JiMin terminó de hablar al tiempo que cerraba su laptop.
—Oí que JeongIn no puede optar al liderazgo.
—No tenemos la misma madre, así que al no ser hijo de la luna del clan no es aceptable que lidere —había sido todo un escándalo cuando se supo que el honorable jefe de la mafia había engañado a su esposa en uno de sus viajes, lo peor vino después cuando la mujer apareció con JeongIn en el clan, por supuesto que todos dudaban si era realmente hijo de ChanYeol, semanas después una prueba de paternidad lo confirmaría.
—Así que eres el único apropiado para el trabajo, debe ser agotador tener tanto peso sobre los hombros.
—No es un trabajo del que me sienta orgulloso, TaeHyung, pero esta es mi vida —TaeHyung logró identificarse con el alfa, se encontraba pensando si debía o no acercarse a él.
—Debemos prepararnos, debemos recibir a los invitados, yo al menos. Tú entrarás después —El omega asintió y se dispuso a salir del lugar, pero una suave mano se colocó sobre su brazo.
—¿Algo más que quieras pedir, alfa? —Tae podía sentir el nerviosismo del alfa en la habitación, pensó que otra vez pediría ser besado, sin embargo era otra cosa lo que deseaba.
—Todo el mundo sabrá que eres mío, pero quiero que también sepan que te pertenezco.
—¿De qué hablas?
—TaeHyung, quiero que me marques —Los ojos de Kim se abrieron de la impresión que causó la afirmación del alfa.
¿Marcarlo? ¿Con su aroma?
Apenas había sobrevivido a las acciones del azabache y ahora este quería que él, un omega, lo marcará. En definitiva este hombre no se parecía a nadie que hubiera conocido en el pasado. Su boca se abrió en un intento de responder a su petición, no obstante nada salía de sus labios.
—Ven aquí, Omega —TaeHyung tomó valor y colocó sus manos sobre el alfa. Si esto sería parte de su trabajo se encargaría de hacerlo a la perfección. Empujó despacio al azabache hasta que su anatomía hizo impacto con el escritorio de éste. JiMin quedó sentado sobre él y Tae tomó impulso para sentarse sobre su regazo al mismo tiempo que alcanzaba los labios de JiMik.
Sus bocas se encontraron mientras el omega desprendía su aroma por todo el lugar, sus manos se escondían entre el cabello del alfa mientras este hacía el intento de fusionar su cuerpo con el de Tae, apretaba su estrecha cintura y dejaba caricias siguiendo el camino que delimita su columna vertebral. Los besos de TaeHyung bajaron por el mentón de JiMin hasta permanecer en su cuello, se permitió morder y succionar de la misma forma en que su propio cuello y muslos fueron atendidos hace unas horas. Ahora todo olía a chocolate y fresas, como un delicioso postre del que solo dos personas podían disfrutar.
—Demonios, ¿Qué fue lo que les dije sobre el escritorio? —Una voz proveniente de la entrada hizo que Tae detuviera su accionar y escondiera su cabeza entre el hombro y cuello del alfa.
—¡JeongIn! ¡Largo de aquí! —JiMin gruñó y TaeHyung dejó escapar una carcajada qué resonó en el corazón del alfa.
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