capítulo 28.

"EL TRABAJO DEL IMPOSTOR JAMÁS TERMINA"

—Omega —TaeHyung volteó hacia la entrada del sótano cuando la voz preocupada de su alfa lo trajo de vuelta a la realidad.

—La he matado —Murmuró con los ojos perdidos en algún lugar. Se cuestionaba durante las noches que sentiría cuando las personas que tanto lo dañaron tuvieran un peor castigo que él.

Creyó que estaría aliviado de no tener que compartir el mismo planeta con personas tan horribles, ahora que había matado a una de ellas, entendió que él no era muy diferente de todos ellos. No había alivio, no obstante tampoco arrepentimiento, ¿Se había convertido en un monstruo quizás? Seguramente no del todo, aún podía amar y estaba seguro que esas personas no lo hacían.

Se levantó del lugar donde estaba arrodillado y miró por última vez como desaparecía el brillo de los desgarrados ojos de Kim Jiyu. Soltó el cuchillo que mantenía firmemente agarrado y se acercó a JiMin. El alfa no había intentado nada, ni hablar, ni acercarse. TaeHyung entendió que quería darle su espacio, pero que al mismo tiempo estaba tratando de entender cómo había llegado hasta allí.

Seguramente su alfa se sentiría culpable de no protegerlo de esa situación, sin embargo, no puedes proteger a alguien de sus demonios. Cuando se acercó lo suficiente, el azabache extendió su mano buscando que TaeHyung se aferrara a ella. El impostor no dudó en tomarla y fundirse en un trágico abrazo que no logró consolar su alma. Había matado a un monstruo, pero también a la madre de su amigo.

—Te sacaré de aquí, mi amor...

Las fuertes y cálidas manos del hombre lo levantaron del frío suelo. A paso lento JiMin atravesó las inmediaciones del clan hasta llegar a la mansión principal. TaeHyung escondió su rostro en la curvatura del cuello del azabache en busca de las notas de café y chocolate amargo.

Intentó acariciar la mandíbula del alfa buscando calmar la rigidez que estaba forzando en ella, cuando se dió cuenta del espeso y rojizo líquido que cubría por completo sus manos.

—Está bien —Tranquilizó JiMin—. Voy a limpiarte, Tae...

TaeHyung asintió y volvió a apoyarse sobre el cuerpo del alfa. Iba a protestar cuando JiMin pasó a un lado de su habitación y no entró, en cambio siguió caminando hasta el tercer piso. El omega recordó que su bebé permanecía allí y él estaba cubierto de sangre, no podía simplemente aparecer así.

Llegaron a la habitación de JiMin, una que el alfa ya no utilizaba. Lo llevó hasta el cuarto de baño y lo despojó suavemente de cada prenda. TaeHyung se dejó hacer mientras el azabache lo introducía a la enorme bañera y comenzaba a pasar una esponja por toda su piel. Limpió su rostro y manos con delicadeza, luego su cabello quitando la sangre seca que allí permanecía.

—¿Crees que me perdone? —JiMin lo observó deteniendo su trabajo—. Kai —Aclaró.

—¿Le dirás?

—Es su madre.

—Nunca lo fue, bonito. Estoy seguro que está mejor sin ella —Explicó el azabache dejando caer agua tibia sobre la espalda del omega.

—De todas formas, algún día lo sabrá.

—Cuando eso pase estaré ahí para ti —Arrulló el alfa.

—Gracias, cariño.

—¿Quieres usar mi ropa? —Cuestionó cuando el baño terminó. Un beso fue depositado sobre la frente de TaeHyung.

—Por favor.

Cuando TaeHyung estuvo listo y lo suficientemente tranquilo para ver a BeomGyu, ambos se dispusieron a salir del cuarto.

—TaeHyung, cariño —Llamó Emma.

—Aquí, Emma —Confirmó saliendo del pasillo tomando la mano de JiMin.

—Dios, veo que JeongIn tenía razón —Comentó dirigiendo a ambos hasta la sala de estar—. Ustedes de verdad no pierden el tiempo.

—No es lo que piensas, mamá —Aclaró el alfa—. Yo solo quería cuidar un poco de Tae.

—Sí, por supuesto que sí. No olviden que tienen a un adorable pequeño que cuidar todavía —Habló algo preocupada la omega.

—Está bien, Emma. No tienes que preocuparte por ello —Calmo TaeHyung siguiendo los pasos de la mujer.

Siguieron bajando hasta llegar a la cocina de la mansión, allí se encontraba BeomGyu sobre una silla para bebés devorando un tazón con frutas. TaeHyung soltó la mano del alfa para acercarse a su hijo.

—¿Delicioso, bebé? —El pequeño no respondió, pero le acercó a TaeHyung un trozo de piña a la boca—. Gracias, Beomie.

—Pensé que podrías ayudarme a preparar la cena —Comentó animadamente la omega.

—Claro. ¿Puedes vigilar a Beomie, alfa?

—Por supuesto, amor —Aceptó gustoso el hombre mientras tomaba una de las frutas del niño. BeomGyu golpeó la mesa con su diminuta palma en señal de protesta.

—Ey, ¿Qué haces robándole comida a nuestro hijo? —Reclamó TaeHyung divertido, mientras el niño hacía pucheros—. Papá es un bobo, Beomie.

—No soy bobo. Solo quería probar —Se defendió—. ¿No quieres darle a papá, bebé?

BeomGyu miró la expresión de fingida tristeza en JiMin y rápidamente alzó el tazón de frutas sobre el rostro del alfa.

El azabache sonrió feliz y besó las manos de su hijo mientras le devolvía la comida.

—Te lo agradezco, pequeño.

Después de eso TaeHyung y Emma comenzaron a preparar la cena. Por otro lado JiMin dormitaba con BeomGyu sobre su pecho acostados sobre el sofá. Era reconfortante la sensación y los sentimientos que embargaban al alfa cuando su cachorro estaba tranquilo y a salvo. Sabía que faltaba mucho para que pudiera tener esa tan anhelada tranquilidad, no obstante estar junto a las personas que amaba le hacía querer seguir adelante día tras día.

Comenzó a imaginar el día de su boda con su bonito chico, solo quedaban pocas semanas para el gran día. Emma fue bastante rápida para preparar todo, no quería seguir aplazando su unión con TaeHyung, deseaba prometer frente al mundo entero que él siempre amaría a ese omega, no importaba cuán dificultoso y doloroso fuera el camino, si TaeHyung estaba al final de este, lo recorrería una y otra vez.

Sus pensamientos se desvanecieron cuando sintió a BeomGyu despertarse asustado, el pequeño se aferró a sus ropas escondiendo el rostro en la tela. Cuando menos lo pensó el llanto inundó el lugar. Se levantó con prontitud meciendo al infante en sus brazos.

—¿Qué sucede? —Interrogó TaeHyung apareciendo con una expresión preocupada desde la cocina.

—Solo despertó y comenzó a llorar —Explicó JiMin soltando feromonas tranquilizadoras.

—Ven, dámelo —Pidió el omega extendiendo los brazos—. Solo fue un mal sueño, bebé.

—¿Qué ocurre?

—Beomie, algo lo asustó mientras dormía —Comentó JiMin trazando caricias sobre la espalda del niño.

—Oh, cariño —Susurró Emma—. Veo que también tiene hambre —Explicó cuando vio como succionaba la mano en su boca.

—Podías intentar alimentarlo, Tae —Sugirió el alfa con suavidad.

Hace algunos días notaron que el cuerpo del omega estaba listo para lactar, pero TaeHyung tenía dudas de cómo hacerlo y BeomGyu no parecía acercarse demasiado a esa parte de su cuerpo, por lo que comenzó a posponerlo.

—No te sientas presionado, cariño —Consoló la omega mayor—. Pero es un momento en donde además de entregarle alimento, puedes conectarte con él, darle amor y cariño. La sensación es algo maravilloso, pero si no estás listo puedo preparar un biberón.

—¿Puedo ir arriba? —preguntó apenado acariciando la cabeza de BeomGyu.

—Por supuesto —Asintió Emma—. Toma tu tiempo.

TaeHyung camino con Beomie aún sollozando despacio en sus brazos. Entró rápidamente a la habitación dejando al niño sobre la cama, con las manos temblando quitó la parte superior de su ropa, dejando su torso al descubierto. Volvió a tomar al niño y se sentó con las piernas cruzadas en el centro de la cama.

—Ya no llores, mi vida, mami está aquí —Arrulló meciendo al pequeño despacio. Limpió las lágrimas sobre su tersa piel y lo acomodó cerca de su pecho. Estaba aterrado, no sabía cómo hacerlo y el llanto de BeomGyu lo estaba volviendo loco.

Respiró temblorosamente cuando el niño empezó a olfatear su pecho, lentamente frotó su cabeza sobre su tibia piel y cuando menos lo esperó el bebé fue capaz de alcanzar uno de sus pezones y succionar fuertemente. Un gemido abandonó sus labios por el dolor de la presión que sentía, pero a medida que los segundos pasaban todo se sintió correcto. Podía aspirar la tranquilidad y satisfacción de su hijo en el aire.

Abrió los ojos cuando el ruido de la puerta abriéndose llamó su atención. JiMin detuvo su andar cuando vió la maravillosa imagen frente a él. El ambiente olía a fresas y vainilla, estaba seguro que podía tantear el amor en el aire con la punta de sus dedos. Se acercó llevando una manta consigo para cubrir a su familia, se acomodó detrás de TaeHyung siendo un soporte para su omega, quien apoyó su espalda en él.

—Se siente tan extraño.... —Comentó TaeHyung—. Extraño y bonito.

—Los amo mucho —Declaró JiMin.

Luego de que TaeHyung viviera la situación más hermosa de su vida, la familia Park se dispuso a cenar y charlar por horas a un lado de la chimenea. BeomGyu no se alejó de TaeHyung en ningún momento, solo cuando estuvo dormido, JiMin fue capaz de cargarlo.

3 Semanas después

—¿Por qué sigues aquí? ¿No deberías tú también estar preparándote?

—No me iré hasta que sepa si mi omega está bien —Declaró decidido el alfa.

—Hazle caso, Minnie, solo es un poco de cansancio, puedo con ello.

—Le hice caso ayer y mira lo que pasó.

—Solo quería que esto saliera bien —Explicó Emma mientras maquillaba el cansado rostro de TaeHyung.

—Pues no fue....

—Alfa —advirtió el omega a JiMin.

—Bien —Bufó—. Ven, cachorro, hay que cambiar tu ropa.

Era el día de la boda. Los últimos días el movimiento dentro de la casa sorprendió al omega quién decidió pasar encerrado en su habitación con BeomGyu disfrutando del tiempo juntos, mientras JiMin salía por algunas horas por temas del clan.

La noche anterior Emma casi obligó a JiMin a dormir separado de TaeHyung, dado que era una especie de tradición pasar una última noche solo, antes de compartir el resto de su vida con su pareja. El azabache protestó durante una hora con Emma diciéndole cómo era posible que lo alejará de su destinado y de su hijo. Que las tradiciones ya no contaban cuando se trataba de él y TaeHyung. El omega viendo que la discusión no terminaría bien, decidió él mismo retirarse a dormir sin JiMin.

Estuvo tranquilo durante una hora, luego despertó sin sentir el calor del alfa, ni su olor, ni nada que le demostrara su presencia. Lo que hizo que una ansiedad horrible se moviera en su pecho, por consiguiente su estado terminó alterando al pequeño Beomie y todo empeoró, no logró dormir bien ni BeomGyu tampoco.

Ahora unas enormes ojeras adornaban su rostro y el niño dormitaba sobre JiMin aferrado a sus ropas. Estaba seguro que Emma no había previsto la necesidad de la pareja y el pequeño de estar juntos luego de tanto tiempo alejados. Sabía que su intención no era mala, pero tampoco valoró la situación correctamente.

—¿Fue muy malo, cariño? —Interrogó culpable la mujer mientras terminaba de arreglar su cabello.

—No quiero volver a sentir su ausencia.

—Lo siento mucho —TaeHyung negó comprensivo—. Les daré unos minutos antes de sacar a Ji de aquí, necesito que se coloque ese traje y empiece a recibir a los invitados.

—¿Haz visto a JeongIn?

—Desapareció ayer en la tarde. Lo sentí algo triste. ¿Sabes que paso con él y JiMin? —¿Saberlo? Bueno tenía una idea de lo que pudo haber pasado. HyunJin había abandonado la casa después del incidente con el azabache. Y teniendo conocimiento de la relación que mantenían ambos alfas no le era difícil prever qué le sucedía a Innie.

—No mucho —Mintió—. Solo espero que llegue antes de que empiece la ceremonia.

—También yo. Se supone que ayudaría a BeomGyu con los anillos —Suspiró—. Bien, regreso en 10 minutos.

—¿Quieres dormir un poco, amor? —Habló el alfa tomando la cintura del omega.

—No, está bien —Murmuró uniendo sus labios con los del azabache—. Beomie se ve adorable.

—Fue fácil vestirlo, se durmió apenas lo coloque sobre la cama —Contó aliviado JiMin mientras dejaba caricias en el cuello de TaeHyung.

—Te lo agradezco. Pero es hora de que te vayas.

—Quiero estar contigo.

—Entre más rápido vayas, más pronto nos veremos nuevamente —Prometió.

—Te amo, bonito.

—Yo a ti —Declaró el omega.

Antes de que el sol se pusiera en el horizonte los invitados comenzaron a tomar asiento en las sillas dispuestas por todo el lugar. Los enormes árboles que rodeaban el clan creaban preciosas sombras que se posaban en las decoraciones, hermosas flores blancas y azules rodeaban el camino hasta la plataforma donde un nervioso JiMin  se movía de un lado al otro.

Según Emma no serían tantos invitados, menos de lo que estaban en su presentación hace seis meses atrás. El omega tenía un nudo en la garganta, se sentía inquieto por alguna razón. Hace unos minutos Emma y BeomGyu salieron a buscar sus lugares en el patio. Así que estaba solo frente al espejo de la habitación intentando procesar su imagen. Dio unas cuantas respiraciones profundas y se encaminó hacia la salida.

—Te ves muy bien, mi luna —Halaga YeonJun cuando cruzó la puerta.

—¿Solo eso? ¿Me veo bien? —Cuestionó con fingida indignación.

—Estoy seguro de que si digo algo más, JiMin lo sabrá y no será bueno para mí —Comentó ofreciéndole su brazo para que TaeHyung se sujetará a él.

—Me hubiera gustado tener a Kai a mi lado.

—Ya lo creo. Pero no está listo para salir aún, estoy seguro que muchos aquí fueron sus clientes....

—Lo sé. Solo espero que esté bien —Susurró con esperanza.

—También yo —Cuando la conversación terminó el omega ya había llegado hasta las enormes puertas de cristal que daban al patio. YeonJun realizó una reverencia y entró al lugar. Dos mujeres se encontraban a cada lado de la puerta para abrir estas.

Al instante en que sintió que estaba listo dio la señal y las puertas se abrieron. De a poco la música instrumental comenzó a sonar de fondo. Alzó la mirada buscando a JiMin, a solo unos metros estaba el azabache vestido en un esmoquin negro perfecto. Sonrió enternecido cuando vió el temblor en sus manos, pero esa sensación de tranquilidad solo duró unos segundos, su piel se erizó, sentía una mirada penetrante en su espalda.

Cuando llegó al altar el alfa lo miró preocupado. Tomó sus manos dando un apretón para transmitirle su apoyo. TaeHyung miró disimuladamente a las personas tras él, según lo que le dijo Emma no eran más de cien invitados, no obstante parecían muchas más. Algo se sentía mal. Observó como YeonJun se colocaba cerca de Emma y BeomGyu.

—Estamos aquí hoy reunidos… —La voz del ministro que oficiaba la boda se perdió en sus oídos cuando un golpe de adrenalina llegó a su sistema.

—¡Al suelo! —Gritó empujando a JiMin justo cuando el impacto de balas cruzaron el aire.

JiMin lo colocó bajo su cuerpo cuándo sintió cómo la gente se movía de un lado a otro, la música se detuvo y los gritos fueron el fondo perfecto.

—¡¿Beomie?! ¡Alfa! —Gritó cuando intentó moverse bajo el azabache.

—¡Quieto! ¡TaeHyung, no te muevas! —El azabache levantó la mitad de su cuerpo y comenzó a disparar con el arma que traía entre las ropas.

El impostor se sentía sofocado, su respiración se volvió irregular. Una niebla espesa cubrió la puesta de sol. Sintió pasos a sus espaldas, detrás de ellos solo habían árboles, eran un blanco fácil en esa posición. Tiró de la ropa de JiMin en busca de la segunda arma que siempre cargaba el lobo.

—¡¿Qué haces?! —Gritó el azabache.

—¡Te protejo! —Explicó apoyando su espalda en el alfa.

En esa posición se movieron unos cuantos metros hasta dar con Emma quién abrazaba fuertemente al pequeño niño, mientras YeonJun cubría sus cuerpos. El omega suspiro aliviado de verlos a salvo.

De a poco los gritos de la gente se fueron acallando, pero el sonido de las balas rompiendo el aire se acentuaba cada vez más. Los hombres de JiMin se distinguían entre el tumulto de cuerpos inquietos. YeonJun comenzó a gritar órdenes por el intercomunicador.

—¡Emma! —TaeHyung se acercó a cubrir a BeomGyu mientras el alfa lo seguía—. ¿Están bien?

—Si, hay que salir de aquí rápido —Dijo observando que ni él ni JiMin estuvieran heridos.

—YeonJun.

—Es la gente de Baldrich, reconocieron a algunos —Explicó con rabia el guardaespaldas—. Son los mismo del atentado en Alemania.

—Corran, hay que llegar a la bodega trasera —Ordenó JiMin—. Dame a BeomGyu, bonito.

Les tomó menos de dos minutos cruzar todo el lugar, al llegar YeonJun bajo las puertas aislándolos del exterior. JiMin corrió hacia la pared donde abrió un compartimento lleno de llaves, tomó unas dejándolas sobre las manos de YeonJun mientras le entregaba el niño a Emma.

—Suban —Pidió mientras quitaba su saco y corbata, tomó municiones de los baúles alrededor del lugar—. Tú también omega.

—No, ¿Qué harás tú?

—Detenerlos, voy a terminar con esto —Aseguró besando la frente de BeomGyu.

—¡¿Estás loco?! ¡Esto es por ti! Van a matarte! —TaeHyung estaba inundado de tantas emociones que no sabía cuál tratar primero. Su voz salió temblorosa.

—TaeHyung, cariño, por favor, ven —Suplicó Emma dentro del auto con Beomie.

—No, Emma —Habló acercándose al alfa buscando recambios del arma automática a la cual se aferraba—. No te dejaré ahí solo me oíste.

—TaeHyung.

—¡Dije que no! —Explotó.

—Mi amor, tienes que ir con nuestro bebé, te necesita —Intentó convencer el azabache, alzó el rostro de TaeHyung besando sus párpados.

—Nos necesita a ambos —dijo aspirando el aroma profundo del lobo.

—Por favor, por favor, sube al auto —Suplicó intentando moverlo hasta el auto.

—YeonJun, llévalos a un lugar seguro.

—Mi luna....

—Tranquilo yo cuidaré de él —Prometió tomando la mano del alfa—. Te encargo mi vida, Choi YeonJun.

—Y yo a mi amigo, TaeHyung.

JiMin se aferró a TaeHyung cuando el automóvil desapareció a toda velocidad por la puerta trasera de la bodega. TaeHyung calmó su respiración y volvió a dejar salir esa parte de él que odiaba, trajo de vuelta la frialdad, la crueldad y la astucia que algún día le sirvieron para ser el mejor impostor.

Se separaron en silencio, JiMin equipó a TaeHyung con todo lo necesario. El omega se desprendió de la chaqueta que le restringía los movimientos, el alfa se acercó para entregarle el par de anillos que no lograron intercambiar en la ceremonia, TaeHyung extendió su mano y JiMin ubicó la promesa ferviente de su amor en el anular izquierdo de este.

—Debemos atrapar a uno de ellos.

—¿Quieres tomar un rehén? —Cuestionó colocando su propio anillo en la cadena que TaeHyung traía.

—Quiero a un informante, voy a descubrir quién está detrás de esto —Explicó el omega con determinación.

—Es peligroso salir sin un plan, omega —Advirtió JiMin quitando sus zapatos.

—Tenemos un plan —Afirmó TaeHyung, quitando el seguro de su arma—. Vamos a enseñarles modales, alfa.

El hombre le dió una última mirada antes de quitarse la ropa y mutar en un instante en un enorme lobo de pelaje negro con tintes grises. Sus ojos bailaban en rojo, pero tenía el control. El impostor salió por las enormes puertas de metal con el lobo puro cuidando sus espaldas.

Cuando se adentraron al patio, se encontraron con decenas de cuerpos extendidos por el suelo carmesí. Se escondieron por los alrededores hasta que el omega divisó un rostro conocido. Se escabulló con premura hasta llegar a su objetivo logrando desarmarlo por detrás.

—Te tengo, maldita —Celebró cuando el lobo la empujó lejos del resto de hombres que suponía eran sus compañeros.

—¡Suéltame!

—¿No me recuerdas? —Interrogó divertido haciendo el movimiento de aplastar su mano contra el suelo.

—¡Tú! ¡Jodido infeliz! —Gritó la mujer tratando de quitarse del agarre—. ¡Me destrozaste la cara!

—En mi defensa creía que te había matado —Habló colocando el arma sobre su frente. Inmovilizó a la mujer con una mano sobre el suelo ayudándose de su cuerpo mientras el lobo circulaba a su alrededor.

—Déjame ir —Una advertencia cruzó los labios de la beta.

—Te haré un favor si dejas de retorcerte —Expuso TaeHyung alejándose de ella. Necesitaba ser rápido y preciso para obtener lo que quería, solo necesitaba un pequeño error de la mujer y tendría lo que deseaba.

—¿Favor?

—Por supuesto —Aseguró. JiMin no le quitaba los ojos de encima. El omega se preguntó qué sentiría el azabache al verlo actuar de esa manera por primera vez—. Verás, soy el único que impide que ese lobo te arranque los miembros uno por uno.

—¿Q-qué? —Tartamudeó la mujer viendo por primera vez al lobo puro. Intentó arrastrarse para alejarse del imponente animal.

—Ahora me dirás el nombre de la persona que está a cargo.

—N-no. No lo haré.

—¿Por qué valoran tan poco su vida? —La verdad es que TaeHyung había estado en muchas situaciones de ese tipo, las personas no entendían bien en la problemática que se encontraban hasta que se daban cuenta quién tenía el control. Él necesitaba encontrar el punto preciso para que estallara con toda la información.

—Déjame ir.

—Respuesta equivocada —Necesitaba presentarse como el dueño de esa conversación, debía hacer que las opciones fueran dadas por él y solo él. Entonces se sentó sobre el césped húmedo, el lobo lo siguió apoyándose detrás de él—. Te daré otra oportunidad.

—No lo entiendes. Yo no lo sé, solo hago lo que me dicen.

—Bien, pero no me digas que no te lo advertí —Los labios del omega picaron antes de dar la orden implícita, no necesitaba explicaciones para entenderse con el lobo—. Alfa.

El lobo se movió en un instante y saltó sobre el cuerpo de la mujer, abrió la mandíbula y enterró la punta de sus colmillos en la unión del hombro y brazo, entonces tiró desprendiendo de a poco la piel.

—¡Aah! ¡Basta! ¡B-basta! —Suplicó sollozando.

—¿Recordaste algo? —Cuando la pregunta salió, el lobo se detuvo. TaeHyung se levantó del suelo.

—¡Solo mátame! ¡No te diré nada!

—¿Por qué le das tanta fidelidad a alguien que te matará cuando dejes de serle de utilidad? —Solo un punto débil, el impostor solo debía encontrar uno. El tiempo corría deprisa, necesitaba solucionar esto.

—N-no es así.

—¿No? —Era ahora o nunca—. Piénsalo un poco, eres demasiado fácil de atrapar, no tienes buena movilidad, ni puntería, tu rostro es un desastre. Cuando menos te lo esperes te echará a la basura, nadie toleraría ver esas cicatrices por mucho tiempo.

—¡Mio Signore nunca haría eso! —Gritó histérica.

—Te lo agradezco —Solo unas palabras y los engranajes de su mente comenzaron a armar el rompecabezas. Siempre odiaría en lo que se convirtió cuando fue un impostor, pero las habilidades que obtuvo no eran algo que desaprovecharía.

—¿D-de qué hablas? —Tartamudeó.

—He descubierto quién es —Aseguró alejándose de ahí.

—N-no te he dicho nada.

—Alfa, ya sabes que hacer —Su vista se movió por el lugar cuando el lobo arrancó la cabeza de la beta. Estaba oscureciendo con prontitud. Tenían que buscar un auto y salir, una ráfaga de viento chocó contra su cuerpo.

—Hay que irnos… —No alcanzó a terminar la frase cuando un sujeto apareció detrás del lobo—. ¡JiMin!

Su respiración se atascó cuando el sonido del disparo atravesó sus oídos. Escaneó los ojos del alfa, pero no había nada malo en ellos, entonces detrás del lobo apareció una figura conocida apuntando un arma. El sujeto que intentó herir a JiMin estaba tendido sobre el suelo con una bala en el cráneo.

—¿Qué pasó aquí? —Cuestionó HyunJin.

—Tranquilo, lobito —Calmo el omega cuando escucho la voz del guardaespaldas—. Está bien.

—La organización de Baldrich —Explicó.

—¿Cómo entraron aquí? —Interrogó el alfa guardando el arma en el borde trasero de su pantalón negro.

—Se debieron infiltrar entre los invitados —Supuso el omega haciendo lo mismo en busca de tener las manos libres para acariciar la cabeza del lobo. La caricia duró unos segundos hasta que el azabache volvió a mutar volviendo a su forma humana.

—Tú no tienes derecho a estar aquí, ¡lárgate! —Bramó dejando a TaeHyung tras él.

—Lo haría, pero Inne desapareció.

—¿Estaba contigo? —TaeHyung cuestionó llevando a JiMin por las inmediaciones hasta encontrar ropa para el azabache, por más que le encantará ver a su alfa desnudo esta no era la situación deseada.

—Esta mañana ya no estaba. Intenté llamarlo, pero no contesta. No dejó una nota o un mensaje y nadie más lo ha visto —Contó preocupado Hwang guardando su distancia de la pareja.

—Dios, ¿Por qué mi hermano estaba contigo? —Cuando la pregunta dejó la boca del alfa, el omega cambió de tema. No era el momento para que JiMin se enterara de la verdad detrás de la relación de ambos alfas.

—Sé quién está detrás de todo esto. Es… es Nicolo.

—¿Cómo lo descubriste? —Vociferó el guardaespaldas ignorando la mirada depredadora de JiMin.

—La mujer, se refirió a él como Mio Segnore. Es un término italiano para referirse a un líder o jefe. Estuvo frente a mí todo este tiempo. Él sabía cómo hacerte daño y donde hacerlo, Minnie, además del odio que siente por ti. Eso y el hecho de las disputas por el liderazgo dentro de las tres familias principales.

—Tiene sentido. Sin embargo, ¿cómo llegó a manipular la organización de Baldrich? —Habló JiMin algo más calmado y vestido.

—Tal vez se conocían por el clan o tal vez alguien en común —Los pensamientos del impostor no se detenían—. Jiyu, ella fue el nexo.

—¿Entonces?

—Por lo que dice TaeHyung, la razón principal es el deseo por tomar el poder del clan Park y para eso necesitan eliminar a la línea de sucesión —Terminó por hilar HyunJin.

—No puede ser —Bufó cansado JiMin. Se movió hasta las llaves nuevamente. Necesita sacar a su omega de ahí para estar tranquilo.

—N-no eres el único. BeomGyu y JeongIn...

—¿Qué estás diciendo? —Dijo el guardaespaldas abriendo los ojos al comprender por dónde iba todo—. Debemos encontrar a JeongIn.

—¿Estás seguro, bonito?

—Me gustaría que no, pero estoy seguro que este es su gran golpe. Quieren acabar con los tres al mismo tiempo —Declaró el omega moviéndose hasta la camioneta.

—¡Innie! ¡Maldición! —Rugió HyunJin—. Tengo que encontrarlo.

—Cálmate, HyunJin —Pidió TaeHyung, llevando a JiMin consigo—. Lo haremos, JeongIn estará bien, es un alfa, no será fácil de vencer.

—N-no lo entienden —Susurró con pánico.

—¿Qué cosa? —Cuestionó el impostor.

—Y-ya no lo es —Declaró asustado—. Tiene mi marca. Hace algunas horas yo lo mordí. Ya no es un alfa...

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