capítulo 27.

Para alguien que jamás había tenido un lugar propio al cual llamar realmente suyo, le era difícil hacerse la idea de que aquella casa le pertenecía. Cada mañana podía mirar el azul del cielo y respirar la más fresca brisa del ambiente. Ya no debía usar ropa demasiado pequeña e incómoda, tampoco usar mil cremas y perfumes para oler lo mejor posible, no tenía que maquillarse, depilarse, ni tomar drogas ilegales que pudieran prepararlo para atender a los más asquerosos y repulsivos alfas que esperaban.

Llevaba una semana viviendo alejado de la gran ciudad de Seúl, una semana sin ser vendido en la casa del piacere, una semana donde se pudo dar cuenta de que podía tener algo mejor. Huening a pesar de todo esto, no lograba dormir, ni comer bien, los recuerdos, las sensaciones, las costumbres seguían aferrándose a él sin dejarlo avanzar. YeonJun se encargó de que nada le faltara, pero aún con todo eso, el omega se sentía vacío, como si tuviera un hueco en el pecho que deseaba ser llenado, Huening anhelaba sentir algo más que rabia y miedo, porque ese temor estaba destruyendo su alma.

Tenía ataques de pánico constantemente y las pesadillas lo atacaban fuera de noche o de día. YeonJun intentó que tomara calmantes o pastillas para dormir, no obstante no era mucho lo que los medicamentos hacían por él. El omega no toleraba estar en la misma habitación con otra persona, fuera ésta o no una amenaza, porque comenzaba a temblar y sollozar desconsoladamente buscando huir. Sin embargo, en ocasiones podía hablar y compartir algo de tiempo con Choi YeonJun, aquel hombre con los ojos más brillantes del mundo.

Una extraña sensación recorría su cuerpo cuando el guardaespaldas le hablaba, tan solo bastaba que lo llamara por su nombre para que todo estuviera en calma dentro de él, eso era en los días buenos, los días malos solo hacían que Huening quisiera salir corriendo de ahí. El hombre se encargaba de llevarle lo que fuera necesario y lo visitaba dos veces al día sin falta. Huening quería visitar a V y poder explicarle todo lo que pasó luego de que salió de la casa, pero sentía que le faltaba el aire cada vez que ponía un pie fuera del lugar. Así que se encontraba en un dilema, uno que se solucionó cuando el omega mayor decidió ir personalmente a visitarlo.

Ahora estaba a la espera de V, o mejor dicho TaeHyung. Se vistió cómodamente y prendió la televisión en busca del programa de animales que un día por casualidad sintonizo. Intentó mantener las manos alejadas de su boca, dado que comenzó a morder sus uñas y la piel alrededor de estas de manera inconsciente, lo que provocó un sin fin de pequeñas heridas que YeonJun atendía en cada ocasión que podía, aún así el omega no quería causarle más molestias.

Estaba lo suficientemente cansado como para empezar a dormitar sobre el sofá luego de diez minutos, se encontraba a unos segundos de caer en el preciado sueño cuando el sonido del timbre en la puerta lo asustó. Estuvo a centímetros de caer al suelo producto del rápido movimiento de su cuerpo.

—¡Kai! —Exclamó una voz conocida desde el exterior—. Soy YeonJun, ¿Puedes abrir, por favor?

—¿Señor YeonJun? —Cuestiono tímidamente.

—Así es —Aseguró. Huening camino hasta llegar a la entrada, tomó el pomo de la puerta y suspiro lentamente—. ¿Puedes abrir para mi, dulce omega?

—Creí que no vendría hoy, ya es tarde —Dudó mordiendo sus labios.

—Bueno, TaeHyung deseaba verte —Explicó con suavidad el alfa—. ¿Crees que pueda entrar aquí?

—Eso creo. V solo me ha protegido —Susurró en un intento por calmar el nudo que se estaba formando en su estómago. Estaba convenciéndose a sí mismo de que no había nadie fuera de esa casa que buscará dañarlo.

—Nadie te lastimara, Hueningie, eso te lo prometo —Respiró profundamente y entonces se volvió valiente y abrió la puerta.

—¡Kai! —El esbelto cuerpo de TaeHyung golpeó su anatomía en un reconfortante y familiar abrazo—. Me alegra tanto que estés fuera de ese lugar.

—¿Cómo está tu cachorro? —Interrogó soltándose del agarre. YeonJun lo miraba con una pequeña sonrisa en el rostro.

—BeomGyu, ese es su nombre —La cara del omega mayor se iluminó al mencionar al pequeño.

—Es precioso, V —Y al instante esa luz se perdió. Huening comenzó a preocuparse.

—Es TaeHyung, ahora —Corrigió el omega—. V… no quiero ese nombre, no deseo esa vida, nunca más, Kai.

—Tae —Asintió calmando su ansiedad—. En realidad te queda mejor.

—¿Tú crees? —Cuestionó divertido TaeHyung.

—¿Has venido solo? —Terminó por preguntar.

La pregunta quedó en el aire cuando un hombre vestido impecablemente de negro bajo de la camioneta, Huening reconoció al instante al alfa de TaeHyung, quien tenía a BeomGyu dormido sobre su pecho dentro de un portabebés que contrastaba perfectamente con el traje de diseñador del azabache, era una imagen ridícula si lo pensaba bien, el futuro líder del clan llevando a su pequeño y dulce hijo en sus brazos mientras mantenía una conversación profunda por el celular, una en la que estaba seguro no hablaba de dulces y caramelos.

—YeonJun me contó que no te sientes cómodo con muchas personas a tu alrededor —Comentó entristecido TaeHyung, mientras miraba con atención el rostro del omega menor—. Puedo pedirle a JiMin que se quede en el auto si es demasiado para ti.

—No… —Negó—. Está bien, además quiero ver a BeomGyu, ¿verdad?

—Sí. Hay varias cosas que necesito saber, Kai —Ambos entraron a la sala, tomaron asiento sobre el sillón. YeonJun se perdió por el segundo piso.

—Casi tres meses después que te fueras de ahí, me tocó organizar algunos documentos para la creación de habitaciones especiales, la señora Kim salió por el mismo asunto, así que por consiguiente quede solo en su oficina —Empezó contando—. Estuve buscando información sobre ti o de tu alfa, quería ayudarte, entonces comencé a escuchar el llanto de un bebé, al principio pensé que era mi imaginación, pero a medida que me movía por la habitación se hacía más presente, me asuste así que quise salir de ahí, fue entonces cuando un olor similar al tuyo llegó a mí. Me tomó media hora, pero al final encontré una puerta oculta detrás de unas repisas, cuando logré encontrar al dueño de aquel llanto todo tuvo sentido. Te habían engañado, a los dos, la señora Kim contrató a la mujer de ese día para fingir la muerte del bebé.

—¿Cómo… cómo estaba él? —A pesar del dolor en la voz de TaeHyung, su expresión era seria.

—Era muy pequeño y hermoso. Pero apenas si comía algo, lloraba mucho, se enfermaba constantemente —La mano del impostor sujetó con fuerza la de Huening—. El mismo día que lo encontré la señora Kim me descubrió, hizo que uno de lo guardias me golpeara por haberme metido en sus asuntos, aún así le rogué que me dejara cuidarlo, la verdad es que se terminó beneficiando, esconder a un niño era difícil y ella no lo cuidaría, ni siquiera lo hizo conmigo. Así que yo mantendría estable al bebé hasta que ella pudiera cumplir su plan.

—¿Su plan era dañarme? ¿Por qué me odiaba tanto?

—No estoy muy seguro de que fueras tú a quién odiaba, Tae —Insinuó Huening.

—¿Entonces quién? —El omega menor, miró de reojo al azabache quién mecía suavemente a BeomGyu aún sin entrar completamente a la casa.

—¿JiMin?

—Cuando quiso venderlo mencionó a tu alfa, en todo el tiempo jamás estuvo BeomGyu ahí, jamás te mencionó, Tae. Creo que su plan iba dirigido para lastimar al señor Park.

La mente de TaeHyung en ese momento comenzó a hilar todo tipo de escenarios, causas y consecuencias, problemas y resultados, conexiones y planes calculados.

—¿Minnie? —Llamó mirando fijamente a la nada.

—Mi amor —Le tomó unos segundos llegar hasta él. Huening se movió de manera imperceptible hasta una esquina del cuarto.

—¿Qué tipo de relación tenías con Kim Jiyu? —Siguió cuestionando TaeHyung con la mirada pérdida.

—No había nada que pudiera llamar relación, omega —Contó con rapidez mientras BeomGyu se movía incómodo sobre su cuerpo, el aroma cambiante de sus padres estaba perturbando su sueño—. Esa mujer nunca me agradó, tuve varios enfrentamientos con ella porque hablaba demasiado, pero nada más allá de eso.

—Cuando encontramos a BeomGyu dijo que solo estabas jugando con el poder que tenías, dijo que no durarías mucho en la cima.

—Que importa lo que haya dicho, son solo palabras vacías —Tranquilizó JiMin besando los cabellos del cachorro.

—¿Y si no lo son?

—¿A qué te refieres, bonito? —Los ojos de TaeHyung comenzaron a pasearse sobre el rostro del alfa.

—¿Ella sabe que puedes mutar no es así?

—Debe saberlo después de lo que sucedió cuando nos conocimos —Y solo bastaron esas palabras para que saltara del lugar donde estaba sentado.

—Joder… —JiMin se movió junto con él—. Ella está involucrada en lo que pasó en Alemania.

—TaeHyung.

—Solo piénsalo. La organización de Baldrich no tenía cómo funcionar a menos de que hubiera alguien más para continuar —Ahora el panorama se volvía más claro para el impostor.

—¿Y crees que esa persona es Jiyu? —interrogó JiMin sacando a su hijo ya despierto del portabebés—. No tiene tanta influencia para hacer eso, mi amor.

—No, pero tiene muchos contactos. La gran mayoría del clan y de socios de este han pasado por la casa del Piacere, puede que no esté a cargo, pero seguro está involucrada en eso.

—No hay nada que pueda hacer ahora, sin embargo si nos puede dar información sobre ello —Mientras ambos hablaban los pequeños pies de BeomGyu lucharon hasta llegar a alcanzar a TaeHyung.

—JiMin… —El omega suspiro mientras cargaba a BeomGyu en sus brazos. Había un asunto que le estaba molestando a TaeHyung y eso era el paradero de Kim Jiyu, el alfa no había mencionado ni una palabra sobre lo que había ocurrido con la mujer.

—Está bien. No vinimos aquí por esto, nuestra prioridad es nuestro pequeño, lo demás puede esperar —TaeHyung asintió cansado dejando salir su dulce aroma para calmar al niño que se colocó inquieto por las emociones que recorrían el lugar.

—Lo siento mucho —Huening se acercó lo suficiente para que lo oyeran, no obstante no demasiado para entrar en pánico—. Pero diganme qué necesitan saber.

—¿BeomGyu alguna vez ha hablado, siquiera una palabra?

—Nunca hablo nada, pero si se comunica por señas o gestos. No pasaba muchas horas con él al día, pero en las noches así era como se comunicaba. Al principio pensé que era por su edad, pero estuve preguntando a algunos omegas de ahí y dijeron que luego del año comienzan a decir palabras.

—Gracias por cuidarlo, Kai. Sé que hiciste todo lo que estuvo a tu alcance para protegerlo —Al final de todo TaeHyung necesitaba buscar a un especialista para que le dijera que ocurría con Beomie.

—No es nada comparado con todo lo que pasaste por mi culpa —Negó culpable Huening.

—Tranquilo, todo ya está bien. ¿Puedo saber cómo fue que BeomGyu termino con este anillo? —El omega menor levantó la cabeza observando el anillo colgando del cuello de TaeHyung.

—Quería que tuviera algo con tu olor, pero la señora Kim botó todas tus pertenencias una vez que te fuiste —Huening se acercó lentamente hasta llegar con TaeHyung y BeomGyu, el pequeño se iluminó cuando lo reconoció—. Un día logré encontrarlo dentro de una caja que tenía en su escritorio, la verdad nunca dijo nada sobre él, tal vez lo olvido. Ayudó mucho a BeomGyu, aún tenía olor, así que podía dormir con mayor facilidad gracias a eso. Yo siempre le hablé de ti, quería que supiera quien era su mamá, él no se merecía todo eso, fue desgarrador verlo pasar sus primeros años en un frío sótano.

—Descuida, no pasará otra vez. Si pudiera mataría con mis propias manos...

—Omega —advirtió JiMin viendo la expresión de Huening.

—Ya… ya no importa. Ella jamás se interesó por mí. Solo fui un error, sé que estoy mejor sin ella en mi vida.

—¿Puedo abrazarte? —Huening asintió con una expresión dolida—. Te quiero mucho, Kim Huening Kai.

Cuando BeomGyu lo tuvo lo suficientemente cerca se lanzó a los brazos de Huening colocando ambas manitos sobre su rostro. El omega menor beso sus dedos juguetonamente y una adorable carcajada abandonó sus labios.

—Hola, BeomGyu, me alegra verte de nuevo —El niño sonrió genuinamente señalando a Huening mientras miraba a TaeHyung.

—Sí, bebé, Kai está aquí.

—¿Estás bien? —La voz de YeonJun lo despertó del trance. Aproximadamente hace una hora que TaeHyung junto a su alfa y bebé se habían marchado.

—Sí señor YeonJun, no debe preocuparse por mí.

—Ya te lo he dicho, puedes llamarme solo YeonJun. No es necesaria tanta formalidad —Recordó el hombre mientras ayudaba a Huening a guardar los platos sobre la mesa.

—Solo es la costumbre. Discúlpeme —YeonJun, no quería que el omega se disculpara con él. Sus disculpas parecían mecánicas y sin razón.

—Qué tal la visita, ¿Te sientes más tranquilo ahora? —Intentó cambiar de tema.

—Así es. Me alegro que las cosas estén resultando mejor para Tae. Además el olor de bebé de BeomGyu podría calmar a cualquiera —Comentó suavemente el omega.

—¿Si?

—Por supuesto. ¿No ha sentido su aroma? —Interrogó curiosamente el menor, acomodando algunas flores sobre la mesa.

—No yo… ya no puedo —Contestó el alfa moviéndose hasta alcanzar un jarrón.

—¿A qué se refiere?

—No puedo oler los aromas de las personas, ni siquiera reaccionó a sus feromonas.

—¿Cómo es eso posible?

—Nadie lo sabe con certeza. Pero es así desde que nací, la verdad ni siquiera se a que huelo yo mismo.

—Bergamota y cedro.

—¿Qué? —Preguntó perdido YeonJun.

—Es picante, pero suave y en ocasiones frutal. Pero también es seco e intenso y perdura mucho a su alrededor —La respiración del alfa se atascó con las palabras del omega—. Hueles a bergamota y cedro, Choi YeonJun.

—¿Me mando a llamar, Underboss?

—Has desaparecido por varios días, pensé que estarías en problemas o tal vez muerto.

—Bueno luego que el contrato de Kim TaeHyung se terminó no había mucho para mi aquí —Comentó el guardaespaldas moviéndose hacía el escritorio—. Sigo a la espera de nuevas órdenes.

—¿Para cuidar a qué persona fuiste contratado? —La voz del Underboss se endureció—. ¿Kim TaeHyung o Kim V?

—Eso no es algo que estoy autorizado para contestar, señor.

—Estás siendo demasiado formal conmigo ahora, lo que me dice que estás tratando de ocultar algo —El azabache se levantó del asiento acercándose a HyunJin.

—Trabajo para tu padre, le debo lealtad a él.

—Trabajas para el clan Park —Recordó —. Yo soy el clan Park. Mi padre no es por quién debes preocuparte.

—¿Qué es lo que quieres saber? —Terminó por decir HyunJin. Intuía que esta conversación no iba por buen camino.

—¿Sabías quién era él? ¿Lo ayudaste con todo esto?

—ChanYeol me contrató para cuidar a TaeHyung, temía que fuera demasiado para él y saliera lastimado.

—Así que si lo sabías —Confirmó JiMin—. Sé que mi padre fue el que ordenó que mataran a Baldrich, fue demasiado impulsivo al respecto y ahora estamos aquí, no obstante eso no es lo que me interesa.

—¿A dónde quieres llegar con todo esto? —Hwang estaba pérdido, eso lo sabía. No podía mentir porque parecía que JiMin solo estaba confirmando cosas que ya conocía.

—¿Le ordenó a TaeHyung hacerlo?

—Por qué me lo estas cuestionando si es claro que tienes la respuesta —Optó por decir.

—Contesta —Gruño el azabache.

—Sí, TaeHyung lo mató.

—¿Cómo logro entrar ahí? —JiMin se movió por el lugar quitando las armas qué traía bajo el traje—. Por los informes, Baldrich murió dentro del club BDSM que visitaba frecuentemente.

—Fuí yo. Lo introduje como uno de los omegas de las subastas.

—¿Llevaste a mi omega a un lugar como ese? —El golpe seco que dejó JiMin con la mano sobre la madera del escritorio puso alerta a Hwang.

—Necesitábamos que la muerte fuera discreta. Tu padre sabía de lo que era capaz TaeHyung, así que utilizó sus servicios una última vez.

—¿Lo toco? —Las preguntas definitivamente no iban por un buen lugar, Hwang se cuestionó si era seguro permanecer en el mismo cuarto que el alfa líder.

—No lo sé.

—¡Te pregunte si lo tocó!

—Estuvo sobre sus piernas unos segundos, fue rápido al matarlo —Confirmó.

—¿Tú, lo tocaste? —JiMin quedó frente a Hwang. El alfa menor era más alto por algunos centímetros, aún así Hwang podía sentir miedo de él. Era un lobo, cualquiera en su sano juicio sentiría miedo de él.

—Mi trabajo era...

—Última oportunidad, ¿tocaste a mi omega?

—Lo hice.

—¡Hijo de puta! —Lo único que sintió de ahí en adelante fueron los puños de JiMin impactar una y otra vez en su rostro—. ¡Tenías que cuidarlo, cómo te atreves siquiera a estar cerca de él!

—No tenía opción —Intentó explicar—. Él estuvo de acuerdo.

—¡¿Y crees que podría negarse?! —El golpe en su nariz le obligó a respirar por la boca, la sangre le estaba tapando las fosas nasales—  ¡Estaba obligado a hacer lo que le ordenaran!

—JiMin.

—Vas a decirme cada cosa que le hiciste a mi omega. Y pagarás por ello —Las manos de JiMin lo sujetaron por las ropas deteniéndolo sobre el suelo, Hwang se sentía mareado—. ¡Habla!

—Toque su cuerpo, su piel —Otro golpe.

—Sigue.

—Estuvo sobre mis piernas —Otro sobre su abdomen.

—¿Qué más?

—Lo azoté… 25 veces —El lobo de JiMin gruñó aterradoramente, el frío impacto de un arma sobre su frente le hizo abrir los ojos.

—¡¿JiMin, qué estás haciendo?! —Hwang creyó estar imaginando la voz de su hermoso alfa producto de la contusión por los golpes.

—Está bien, Innie —Tranquilizo cuando lo vió entrar por la puerta.

—No, claro que no lo está —JeongIn alejó el arma de las manos de JiMin—. ¡¿Pero qué sucede con ustedes?!

—JeongIn, aléjate de él —Habló el alfa, peinando su cabello fuera de su rostro, sus colmillos habían salido—. No lo quiero cerca de nadie de mi familia.

—Soy un adulto, hermano. Yo decido a quien tener o no cerca.

—¡¿Por qué eres tan terco?!

—En eso nos parecemos —Refutó ayudando a Hwang levantarse—. Tae te ha estado buscando, deberías ir con él.

JiMin suspiro profundamente mirando con una advertencia grabada en las pupilas a HyunJin. Acabaría con él.

—¿Dónde estabas, Minnie? —La dulce voz de su omega lo recibió al entrar a la habitación—. Emma se llevó a BeomGyu a dar un paseo y no quería estar solo.

—Lo siento, omega.

—¿Estás bien? —preguntó acercándose a él—. Tus manos sangran, ¿Qué ha pasado?

—¿Cuándo ibas a decirme que estuviste en un club BDSM con HyunJin?

—¿Cómo sabes eso?

—Lo obligue a contarme todo lo que había pasado contigo —Respondió el alfa.

—¿Es de él esa sangre? ¿Lo golpeaste?

—Te tocó —TaeHyung comprendió que no era una pregunta, si no una afirmación.

—Solo era trabajo —TaeHyung no quería recordar eso. No quería nada que le hiciera rememorar su vida pasada.

—Habían más opciones.

—No para ese tipo de trabajo —Dijo duramente alejándose del azabache.

—TaeHyung.

—No me siento orgulloso de ello y Hwang tampoco me agrada del todo, pero me ayudo siempre que lo necesitaba, no puedes solo golpearlo por hacer lo que le ordenan —Habló con rabia el omega.

—Lo siento, mi amor —JiMin intentó tomar las manos de TaeHyung—. Por favor, no me mires así —Pidió.

—Olvídalo, voy a tomar un baño —Informó moviéndose lejos del cuerpo del azabache—. Y tú te disculparas con él.

—Te acompaño.

—No, así está bien.

—¿Sucede algo?

—No.

—Dime qué es.

—No es nada.

—¿Entonces por qué no puedo ir contigo?

—Porque no quiero.

—¿Puedo saber la razón?

—Ninguna en especial.

—Estás tratando de evitar que te vea desnudo —Dijo JiMin haciendo que TaeHyung detuviera sus pasos.

—No sé a qué te refieres —Contestó TaeHyung desviando la mirada.

—Por favor, ha pasado una semana desde que lo único que he visto han sido tus manos y pies. Y son adorables, créeme, pero ni siquiera me dejas abrazarte para dormir —Explicó el alfa siguiendo al omega hasta el cuarto de baño.

—Estas exagerando —Intentó decir ocultando el temblor de su voz.

—Tal vez. Pero algo sucede y quiero que confíes en mí.

—Solo… vamos a bañarnos —De a poco el aroma de TaeHyung fue cambiando.

—No estés triste, por favor —Dijo el alfa notando las notas amargas en el dulce aroma de su omega.

—No lo estoy, más bien me siento avergonzado —Contó el pequeño omega mirando sus manos.

—¿Hice algo que te hiciera sentir así? —TaeHyung negó haciendo un puchero con sus labios—. ¿Entonces qué es? —El omega lo ignoró y se dispuso a preparar la bañera.

—El agua está lista, entra alfa.

JiMin le dio una última mirada a TaeHyung antes de entrar a la rebosante tina con agua caliente. Mientras lo hacía de a poco la ropa del omega iba abandonando la anatomía de este. Cuando solo quedó una camiseta negra sobre él, sus manos se detuvieron.

—¿Bonito?

—Por favor, no digas nada.

—¿Por qué diría algo? —Dijo frunciendo el ceño.

—Solo promételo.

—Está bien, lo prometo mi amor. Ahora ven aquí —Con pasos torpes TaeHyung se acercó al alfa, se detuvo a centímetros de la bañera y de manera lenta sacó la camiseta por su cabeza. Con cuidado sumergió su cuerpo hasta quedar sentado sobre las piernas desnudas del alfa.

—Prometiste que no dirías nada.

—Pero si no he dicho nada —Comentó con la mirada pérdida en un punto fijo.

—Tus ojos ni siquiera están en mi rostro, JiMin —Contraatacó TaeHyung.

—Eres realmente hermoso, mi ángel —Finalizó por decir el mafioso.

—Me siento muy avergonzado —TaeHyung intentó ocultar su sonrojado rostro.

—¿Por esto no querías que te viera desnudo?

—No minimices lo que siento —Dijo enojado el omega.

—No lo hago, mi amor. Pero no hay nada de qué avergonzarse. En realidad es todo lo contrario —Intentó calmar JiMin—. Llevas una semana ocultándomelos.

Las palabras del alfa hicieron que el rostro pálido de TaeHyung se volviera totalmente rojo. La verdad es que el omega había olvidado lo que pasaba cuando su cuerpo se preparaba para lactar. Pensó que JiMin no tomaría de buena manera el cambio, la inseguridad se instaló profundamente en su mente los últimos días. Y es que el tratamiento había funcionado a la perfección, por lo que ahora su pecho había crecido lo suficiente para que fuera notorio si lo mirabas detenidamente. Además el hecho de que tuviera que hacer uso de parches especiales con hormonas sobre sus pezones, no ayudaba. Y contrario a lo que pensó JiMin se veía encantado.

—Deja de mirarlos, alfa.

—¿Por qué? Eres mío, puedo mirar todo lo que quiera.

—Solo bésame, ¿sí? —La mano derecha del alfa se ubicó detrás del cuello de TaeHyung acercando la pequeña boca en forma de corazón de este para devorarla. Mientras la mano izquierda sujetó su cintura con fuerza. La boca de JiMin fue bajando dejando una estela de marcas hasta encontrar su objetivo, cuando el omega estuvo lo suficientemente mareado producto de las fuertes hormonas del alfa, JiMin se permitió quitar uno de los parches sobre sus pezones y morder de manera experimental. El alfa deseaba probar su sabor.

—¡Mgh! —JiMin amaba la forma en la que el cuerpo de TaeHyung reaccionaba a él, siempre dispuesto, siempre buscando su toque.

—¿Quieres seguir, bonito?

—¿Tú qué crees, Minnie? —El alfa no pudo seguir preguntando, dado que el omega comenzó a moverse sobre su ya despierto miembro. Las caderas de TaeHyung se movían en círculos mientras JiMin realizaba falsas embestidas.

La habitación se llenó del sonido proveniente de la boca de ambos y del agua que caía como una cascada producto de sus movimientos. El azabache terminó de sacar el otro parche del pezón de TaeHyung, mientras introducía uno de sus dedos en la entrada de este.

—JiMin… más —Y el azabache no se podía negar, como podría hacerlo, el cuerpo de TaeHyung estaba hecho para él.

—Si… ábrete para mí, bonito —No le tomó mucho introducir el segundo y tercer dedo—. Tan hermoso...

—Minnie, ¡mgh!

—Vamos, bonito. Sé que tú puedes —A TaeHyung no le tomó mucho tiempo comprender lo que quería JiMin. Estaba sentado sobre la palpitante erección del alfa, no había mucho que pensar.

Levantó sus caderas lo suficiente para alinear la punta del pene del azabache, mientras sujetaba parte de la base con una de sus manos, la otra se apoyó en el hombro del mafioso buscando algo a lo que sujetarse.

Bajo lentamente hasta que sintió como la longitud entraba en su cuerpo, suspiró bañado en placer al disfrutar de la embriagadora y caliente sensación. JiMin seguía besando su piel mientras subía por su cuello y bajaba hasta sus inflamados pechos que se volvieron tan sensibles con el toque del alfa.

—¡Aah! ¡Aah! —La postura hacía que las penetraciones fueran aún más profundas, el cuerpo de TaeHyung se movió maravillosamente sobre JiMin, quién estaba perdido en el aroma y las sensaciones que le provocaban amar al omega.

—Sigue así… mi amor —Las piernas de TaeHyung se debilitaban a cada segundo, por lo que el movimiento se volvió irregular, pero aún más placentero, la desesperación de ambos por hacerse sentir bien el uno al otro los extasiaba.

—Por favor, alfa —Las manos de JiMin viajaron hasta la parte interior de los muslos de TaeHyung ayudándolo a moverse nuevamente. Las penetraciones volvieron a ser constantes, los chupones y mordidas más profundas. Las manos de TaeHyung buscaban la piel de su cuerpo y sus labios anhelaban la dulzura del alfa—. Besos… besos.

JiMin atendió cada demanda de TaeHyung mientras hacían el amor. Los minutos pasaron con rapidez hasta que el cuerpo del omega comenzó a temblar producto de su orgasmo inminente. La boca de JiMin volvió a los pezones de TaeHyung buscando lo que allí se escondía. Apoyó su espalda en la bañera llevando a TaeHyung consigo mientras tomaba el control y embestía profundamente al omega.

—¡Mgh! Así, más —La mente de TaeHyung se nubló cuando su tan anhelo orgasmo llegó, el temblor en sus piernas hizo que sus movimientos se detuvieran y sollozara de placer. Y en segundos el alfa lo llenó con su nudo, sintió como su interior se expandía tratando de recibir a su alfa, todo se sentía tan caliente y mojado.

—Te amo demasiado, JiMin.

—Yo mucho más, bonito —contestó JiMin buscando ver el precioso rostro de su chico—  Creo que tu cuerpo está listo, Tae.

—¿Qué? —Cuestionó aturdido.

Miro en la dirección en que JiMin veía y se encontró con un líquido blanco descender por su pecho.

—Así que aquí estabas.

—¿Quién… quién está ahí?

—¿Tanto te cuesta reconocer mi voz? —Preguntó con burla—. Espera ya lo recuerdo, ¿Como podrías si apenas podía hablar? Me repetiste una y otra vez que solo debía abrir mi boca para complacer a otros alfas.

—V...

—No, ya no más.

—¿Qué haces aquí? ¿Ya te cansaste de jugar a la casita feliz?

—¿Tú no te haz cansado de ser una maldita perra? —Contraataco.

—Veo que haz aprendido a hablar sin titubear. Pero sigues siendo igual de miserable —Escupió Jiyu.

—Baldrich.

—¿Qué?

—Quiero saber cómo demonios llegaste a relacionarte con él. Aunque no es difícil de creer sabiendo lo despreciables que son ambos.

—No sabes lo que dices —Y por primera vez escuchó duda en la voz de la mujer.

—Oh, créeme que lo se muy bien. Ahora me dirás con quién jodidos estás relacionada —Advirtió—. Porque si planean matar a mi alfa, te juro que buscaré a cada uno hasta el fin del mundo y los haré pedazos.

—Hablas demasiado, mocoso.

—Y tú muy poco —Susurro TaeHyung tomando a la mujer por los cabellos, tenía náuseas debido al olor que permanecía en aquel sótano—. Sabes que no saldrás viva de aquí.

—Eres igual que ese maldito alfa. Solo son unos niños.

—No, yo era un niño cuando llegue a esa maldita casa y me obligaste a abrir las piernas para cada alfa que cruzaba las puertas —Gruño TaeHyung con la garganta apretada—. ¡Yo era un jodido niño cuando dejaste que me violaran una y otra vez, aún si lloraba o suplicaba!

—¡Esa es la vida que te tocó!

—Tienes razón, no te culparé totalmente por eso —Dijo limpiando las lágrimas que caían por su rostro—. Pero Huening, es tu hijo. ¡Usaste a tu propio hijo como un maldito juguete para ganar más dinero!

—Eres demasiado sentimental. No entiendo cómo sobreviviste tanto tiempo en este ambiente.

—Tengo una cara muy bonita, eso es suficiente para este mundo, pero no puedo decir lo mismo de ti —En ese momento por primera vez en muchos días Kim Jiyu pudo ver algo más que oscuridad, cuando la venda de sus ojos fue quitada, pero la sensación de claridad solo duro unos segundos, porque al instante pudo observar el cuchillo frente a sus ojos siendo sostenido por el impostor.

Solo bastó un movimiento para que la navaja se enterrará en una línea recta horizontal sobre ambos orbes, el dolor y la sangre caliente cayendo por su rostro la hizo chillar desesperadamente.

—Esto es por todo el daño que has causado, a mi, a Huening —TaeHyung sujetó con fuerza uno de los brazos de la mujer y dejó un profundo corte a lo largo de todo el antebrazo.

—¡Para! —El siguiente brazo sufrió el mismo destino, el olor metálico de la sangre era demasiado familiar para TaeHyung.

—Esto es por quitarme a mi bebé —Las manos del omega no temblaban, sus pensamientos se estancaron y sus lágrimas se detuvieron. Jamás pensó que llegaría un punto en el que dañar a alguien más no le afectaría, pero aquí estaba, a punto de asesinar a una persona más. Si se iría al infierno al final de todo, al menos tendría buenas razones para ello.

Le tomó unos minutos dejar una estela de cortes por todo el cuerpo de Jiyu, sus manos se movían mecánicamente mientras las súplicas de la mujer se perdían a medida que la sangre dejaba su sistema.

—Espero que hayas disfrutado tu vida, Kim Jiyu, porque este es tu fin —Habló despacio desde atrás de la anatomía de la mujer, dejó un último corte sobre su cuello y vió como se convulsionaba por última vez en el suelo.

—Omega —La voz preocupada trajo de vuelta a la realidad al impostor.

—La he matado —Dijo TaeHyung con la ropa bañada en sangre y el corazón destrozado.

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