capítulo 22.
"EN MI INTERIOR SUPE QUE ESTO NO TENÍA FUTURO"
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—TaeHyung, ¿Estás bien, cariño? —Preguntó Emma cuando vio lo pálida que se volvió la piel del omega—. ¿Que ha dicho JiMin?
—Le… le tomará un tiempo volver —Optó por contestar el impostor con el corazón fuera de su cuerpo. Apenas si podía escuchar su voz, porque un zumbido constante taladró sus oídos luego de escuchar la destrozada voz de su alfa. Se había acabado, todo se estaba desmoronando a su alrededor.
—¡No puedo creer que haga esto luego de sentirse mal por no cuidar de ti! —Reclamó la mujer sin tener idea de la situación—. Yo críe buenos niños, ¡Dios, ayúdame a superar esto!
—Está bien, Emma —TaeHyung no podía alterarse al punto en que lo notaran, debía encontrar la manera de solucionar esto—. Creo que dormiré un poco antes de que llegue.
—Claro, cariño —Las manos de la omega terminaron de ordenar la mesita a un lado de la cama y se dispuso a abandonar a TaeHyung—. Descuida, cuando regrese no se librará tan fácil de mí.
TaeHyung aguardo unos minutos esperando que la omega se alejará lo suficiente de la habitación. Respiró profundamente y arrancó la aguja de su piel buscando librarse de su custodia.
—¡Hwang! —Grito rápidamente.
—¿Qué? ¿Qué pasa? —Cuestionó entrando con el arma en su mano.
—Él lo sabe. ¡Maldición, lo sabe! —Gritó histérico el omega. ¿Por qué lo descubrió? ¿Cómo?
—Cálmate, ¿saber qué cosa? —Suspiró el guardia bajando el arma—. TaeHyung, estás soltando demasiadas feromonas.
—¡JiMin! Minnie lo sabe —Confirmó, la habitación se volvió espesa en su aroma, pero ya no era dulce.
—¿Sabes quién lo hizo? —Terminó por consultar Hwang.
—No... yo. Lo llamé porque estaba tardando demasiado. ¡Me llamo V! Lo sabe —TaeHyung no tardó mucho en vestirse, sin importarle que HyunJin lo estuviera observando, no es como si no lo hubiera visto desnudo antes.
—TaeHyung, te estás alterando demasiado. Debes relajarte, estás débil.
—¿Relajarme? Esto no debió pasar, no así. Yo iba a contarle todo, yo iba a hacerlo… —Porque tenía la esperanza de que JiMin se quedara con él, aún si no era el omega perfecto. No quería seguir ocultando quién era, no al amor de su vida.
—Tenías que cumplir el contrato, lo sabes —Recordó HyunJin.
—Me dijo que me amaba, sólo hace unas horas él me lo dijo. No podía seguir mintiendo después de eso —El omega cayó sentado sobre la cama dejando por fin las lágrimas salir—. Tengo que buscarlo, él me va a odiar.
—¿Al menos sabes a dónde fue?
—No, no lo sé. Tú me ayudarás a buscarlo —Declaró el omega limpiando sus lágrimas con el borde de su camisa.
La puerta se abrió mostrando a JeongIn demasiado inquieto, sus ojos parecían hinchados.
—Perdóname, Tae, lo siento tanto.
—¿Innie, qué pasó? —Hablo HyunJin. Este no había podido hablar con el alfa desde la noche donde hicieron el amor por primera vez.
—Por favor, yo no quería que pasara esto —JeongIn se acercó a TaeHyung, buscando ser perdonado. JeongIn sabía que había tomado una de las peores decisiones posibles, pero al mismo tiempo no podía dejar que su hermano fuera engañado cruelmente.
—¡¿Fuiste tú?! ¡¿Tú le has dicho?! —JeongIn asintió. TaeHyung consideró la opción de lanzarse contra el alfa menor—. ¿Cómo lo has descubierto?
—Encontré el contrato en el despacho de mi padre. No pensé que se pondría así —Negó repetidamente, HyunJin intentó sostenerlo en sus brazos, odiaba ver llorar a su niño.
—¿Sabes dónde está? —Volvió a preguntar HyunJin.
—Él está destrozado. Se desplomó sobre el suelo, jamás lo vi así, yo no quería eso, Tae, terminó vomitando sobre el suelo —Contó JeongIn demasiado conmocionado.
—¿Tanto asco le doy? —TaeHyung confirmó aquello que más temía. Sabía que existía la posibilidad de que JiMin lo rechazara por su pasado y es que cualquier persona decente lo haría. Él era un jodido pedazo de basura, usado por tanto alfas, después de eso, ¿Por qué JiMin seguiría amándolo?
No había razones para eso.
El azabache se enamoró del perfecto TaeHyung, del dulce y cálido omega que no tenía defectos. V era todo lo contrario, no importaba que fueran destinados, nadie en su sano juicio se quedaría con alguien como Kim V.
—Deben ir por él. Tráiganlo de vuelta a casa —Ordenó TaeHyung caminando hacia el armario, terminó por calzarse sus botines y se cubrió con uno de los abrigos de JiMin. El reconfortante aroma de su alfa hizo que volviera a respirar nuevamente con calma.
—JiMin fue por nuestro padre. Quiere matarlo —JeongIn habló cuando las manos de HyunJin se posaron sobre sus hombros en señal de apoyo.
—No lo hará. Minnie no podría hacerlo —Aseguró TaeHyung a ambos. Se encaminó hasta la mesita de noche y sobre él dejó el anillo de compromiso y la cadena con el dije de luna—. Además no tiene cómo saber dónde está.... Por favor, vayan por él. Ambos. No será fácil para Minnie, pero estará bien. Deben cuidarlo por mí.
—¿No irás con nosotros?
—No, no puedo seguir dañándolo —TaeHyung habló tristemente, su voz apenas se escuchaba. Su mirada estaba pérdida a un lado de la cama donde JiMin solía dormir abrazado a sus piernas—. Yo debo encargarme de algo más.
—TaeHyung —Intento Hwang
—Vayan, ahora —Terminó ordenando el omega. Esto tenía que terminar, nadie más saldría herido. JiMin encontraría a alguien, tal vez tendría suerte y su lobo lograría descubrir a la persona que buscaba con desespero.
El impostor se quedó tranquilo por un momento. JiMin no encontraría a ChanYeol, antes que eso pasara JeongIn lo traería a casa. Y él, bueno, TaeHyung sabía lo que tenía que hacer, cumpliría con la segunda cláusula del contrato.
Cláusula N°2: La identidad real de Kim V no debe ser revelada a Park JiMin, si esto ocurre se le dará terminó al contrato y a la vida del impostor.
Marco el número de teléfono ya memorizado, sonó algunos segundos antes que fuera atendido desde el otro lado.
—Habla.
—Lo ha descubierto. JeongIn también lo sabe —Declaró saliendo de la mansión, si no fuera por el olor del alfa impregnado en el abrigo ya su omega hubiera tomado el control.
—¿Le has contado tu mismo?
—No, no alcance a hacerlo. Sin embargo, tenía la intención.
—Ya veo. Te enviaré mi dirección, procura que nadie te vea venir.
—No, mi señor —La llamada se colgó.
Se escabulló de la vista de todos e ingresó al estacionamiento del lugar. Algunos guardias lo miraron extrañados de que no estuviera con Hwang o JiMin, pero nadie se atrevió a cuestionarlo. Tomó las llaves de uno de los autos y salió por las enormes puertas del recinto. Había comenzado a llover por lo que tuvo que reducir la velocidad.
Intento llamar a HyunJin una vez más, pero el teléfono estaba apagado. Apretaba con fuerza el volante mientras las imágenes de JiMin diciéndole que lo amaba pasaban una tras otra.
—Perdóname, alfa.
Le tomó media hora llegar, para su suerte ninguno de los autos del azabache estaba estacionado afuera. JiMin aún no encontraba a su padre, ni siquiera intentó cubrirse de la lluvia, solo caminó hasta tocar a la puerta de la enorme cabaña que se presentaba frente a él.
Unos minutos después el guardaespaldas de ChanYeol abrió la puerta para él. Se hizo a un lado dejándolo pasar.
—Deberá esperar unos minutos, Kim TaeHyung. Boss está terminando una reunión, por favor, aguarde pacientemente —El impostor asintió tomando asiento en uno de los sillones de la sala. Tuvo la necesidad de acurrucarse buscando calor, estaba demasiado débil.
Los ojos del omega parecían perdidos en algún lugar de la decoración. El guardaespaldas se había retirado luego de pedirle que esperara. El lugar no olía a nada, se sentía demasiado artificial.
—Vaya, vaya. ¿Pero qué tenemos aquí? —TaeHyung se puso alerta cuando una voz habló a sus espaldas, trató de recordar quién era, no obstante, la persona le hizo más fácil la tarea cuando se posó frente a él.
Nicolo, el alfa que había hastiado a JiMin en la cena de presentación y a quién presuntamente su alfa había atacado, estaba a centímetros de él. A TaeHyung no le agradaba, ni antes, ni ahora.
—¿Dónde has dejado a ese alfa tuyo, eh? —Habló burlesco, TaeHyung intento no decir nada—. Mm, has estado llorando —Aseguró mirando su rostro—. ¿Problemas en el paraíso?
El impostor se mordió la lengua para no causar más problemas de los que ya tenía. ¿Por qué ChanYeol estaba reunido a escondidas con un miembro de la familia Rossi?
—Al parecer JiMin ya te usó lo suficiente, ¿Tal vez se dio cuenta de que no le gustaban tanto las pollas? ¿O eres tan malo en la cama, putita? —Al omega no le tomaría mucho hacer que el alfa mordiera el suelo. Y estuvo a punto de golpearlo cuando una de las manos de Nicolo intentó tocar su rostro.
—No lo toques —ChanYeol apareció bajando las escaleras con un hombre de edad mayor, TaeHyung no sabía de quién se trataba.
—Andando, Nicolo —El hombre desconocido habló sin siquiera inmutarse por la presencia del omega. Nicolo le dio una mirada cínica antes de desaparecer por la puerta.
—¿Estás bien? —Cuestionó ChanYeol cuando quedaron solos.
—Lo estaré cuando cumpla con su parte del contrato —TaeHyung se sentía destruido, le falló a JiMin, a su familia. No pudo alejarlos de las garras de la mafia.
—Necesitamos hablar algo antes de eso. Sígueme.
—Todos los vehículos de la casa tienen GPS. Solo hay que acceder al control y sabremos donde está —Tranquilizó el alfa YeonJun.
—Hay que ir por JiMin —Confirmó JeongIn subiendo a una de las camionetas con HyunJin y YeonJun. Cuando estuvieron los 3 dentro el teléfono de este último sonó.
—Si, de acuerdo —JeongIn lo miró expectante—. El omega de JiMin ha dejado la mansión en uno de los autos hace algunos minutos.
—¿Tu sabias del contrato? —Cuestiono enojado el alfa menor a HyunJin.
—Si, Boss me pidió ayudar a TaeHyung. Era un secreto demasiado grande para que lo mantuviera él solo —YeonJun no se atrevió a preguntar qué pasaba—. No me mires así, Innie. No puedo negarme a una orden directa.
—Solo acelera. JiMin está tomando la siguiente carretera.
—En realidad… —Continuó hablando YeonJun—. Su camioneta aparece a la orilla del bosque...
—¿Por qué? ¿Qué hace ahí?
—Tan solo se detuvo —Calmó HyunJin—. Hay demasiada lluvia, tranquilo.
—¡Si, es por eso mismo que no estoy tranquilo! Joder, si algo le pasa a los dos, no podré con la culpa...
—Calma, ya queda poco. Vamos a encontrarlo, Innie —HyunJin quería sujetar una de las manos de su alfa, pero YeonJun estaba junto a ellos y no sabía cómo reaccionaría el menor con su toque luego de su rechazo a la mordida.
Les tomó unos 15 minutos encontrar la camioneta que tomó JiMin aparcada a la entrada del bosque a un lado de la carretera. Se estacionaron y bajaron con rapidez, los guardaespaldas inspeccionaron el interior del vehículo mientras JeongIn se introdujo al frondoso bosque. La lluvia se había detenido hace unos minutos atrás y el suelo estaba resbaloso.
—¡Ji! —Grito JeongIn buscando respuesta—. ¡JiMin!
Fijó la mirada en el horizonte buscando alguna señal, entre algunos árboles pequeños pudo divisar la figura de un hombre en el suelo.
—¡HyunJin! —Llamó con pánico—. ¡Está aquí!
Corrió lo más rápido que sus piernas pudieron y su corazón casi se detiene cuando la imagen de su hermano se hizo más nítida. Park JiMin estaba arrodillado sobre el mojado suelo con la cabeza inclinada hacía el suelo y una de sus armas apuntando a su pecho.
—¡Para! ¡Por favor, para! —Solo necesitó unos segundos para quitar el arma de las manos del azabache, la lanzó a uno de los costados del bosque y atrapó el cuerpo del alfa mayor en un abrazo—. ¡Detente, te lo suplico!
—Duele mucho, Innie...
—Lo se, hermano —JeongIn pudo respirar cuando oyó la voz del alfa—. Y lo siento tanto, pero no nos puedes hacer esto.
—Él me engaño, ha estado jugando conmigo todo este tiempo… —JiMin apenas podía mantener a su lobo en el interior—. Quiero que el dolor pare…
—No nos puedes hacer esto hermano, piensa en mí, en mamá —JeongIn no se sorprendió cuando la palabra mamá salió de sus labios para referirse a Emma—. En TaeHyung...
—Ese… ese nisiquiera es su nombre
—No importa, yo sé que él te ama, hermano. Pudo mentir sobre todo lo demás, pero te aseguro que él te ama —JeongIn no podía negar el amor del omega por JiMin, porque no podías fingir en la manera que mirabas a esa persona especial para ti, ni en la forma en la que hablas o lo tratas, TaeHyung brillaba cuando estaba con JiMin.
—¿Cómo estás tan seguro? —Titubeo el azabache con el llanto atascado en su garganta.
—Porque te mira de la misma manera en que lo miras tú a él. Como si su mundo empezara y terminara contigo —JiMin se aferró al cuerpo de JeongIn y terminó de soltar todo lo que sentía, ahí sentado en un húmedo y solitario bosque. Pero con la certeza de que su historia no terminaba ahí.
—Todo estará bien, JiMin.
—Tengo que hablar con él —JeongIn asintió y ayudó a levantar a el azabache del suelo—. Necesito saber por qué lo hizo.
—Lo harán, tranquilo.
—¡¿Están bien?! —HyunJin preguntó alterado. El guardaespaldas terminó por llevar a JiMin a la camioneta mientras YeonJun movía la de este al pavimento.
—Llévenme con TaeHyung —Pidió el alfa líder. Todos detuvieron sus movimientos. Nadie sabía dónde estaba TaeHyung.
—Abandonó la mansión una hora después de que habló contigo, no sabemos dónde está, Ji —El lobo al interior de JiMin comenzó a correr de un lado al otro desesperado.
La cláusula, quiere hacer que lo maten. Terminará el contrato.
—Quiere que lo maten...
—¿Qué? No… —Habló HyunJin tratando de entender, sus ojos se abrieron cuando lo entendió—. Es la cláusula, ¡Es por eso que dijo qué iba a encargarse de algo más!
—Irá con nuestro padre. Él realizó el contrato, es lo más lógico creer que lo terminará él —Señaló JeongIn.
—YeonJun, ¿Puedes descubrir dónde está ChanYeol? —dijo JiMin tomando su cabello húmedo y peinándolo hacia atrás.
—Sé quién sabe dónde está. Necesito unos minutos —El guardaespaldas tomó su celular y marcó al número registrado. Esperaba que esta vez si pudiera contestarle la llamada. Unos minutos y la línea se abrió.
—YeonJun —Una voz profunda salió del altavoz.
—Bang, necesito la ubicación de Boss —YeonJun sabía que el guardaespaldas de ChanYeol era difícil de tratar, no obstante no tenía otra opción.
—Eso no es algo que debas saber, YeonJun.
—Christopher, esto es de vida o muerte. Necesito saber dónde está —JiMin estuvo a punto de arrancarle el celular a YeonJun.
—Está con alguien más. Dime por qué necesitas saberlo —Con esas palabras confirmaron que probablemente TaeHyung ya había llegado con ChanYeol.
—¿Puedes describirme al menos a la persona que está con él?
—No es necesario, ya lo conoces. Es el prometido del Underboss, Kim TaeHyung —JiMin gruñó enojado.
—Christopher. Tienes que sacarlo de ahí.
—¿De qué habla… —La conversación se vió interrumpida cuándo un sonido en el fondo de la llamada los alertó a todos. Uno tan aterradoramente familiar. Alguien había disparado—. Está en una de las cabañas del sur de Yeosu —La llamada se cortó.
No les dió tiempo de reaccionar cuando JiMin subió a la camioneta y arrancó dejando una marca sobre el pavimento. El resto se movió en el otro automóvil para seguirlo, si no llegaban a tiempo, JiMin podría matar a su propio padre y si el azabache no llegaba a tiempo tal vez TaeHyung ya estaría muerto.
JiMin no quería pensar en eso. No obstante su lobo no dejaba de pedirle que lo dejara salir. Necesitaba encontrar a su omega y protegerlo, pero el futuro líder sabía que si su lobo salía no podría volver a tomar el control. Estaba demasiado cansado para batallar con él.
—Él va a estar bien.... —La boca de JiMin se movía una y otra vez, como si estuviera recitando un mantra para calmar su desesperación—. Él va a estar bien...
Rebasó vehículo tras vehículo buscando acortar la mayor distancia posible, pero los segundos corría tan de prisa y no podía llegar hasta TaeHyung, se estaba quedando sin tiempo y su mente solo podía imaginar a su bonito omega bañado en sangre sobre el frío suelo, con sus ojos azules sin color y su oscuro cabello manchado con la sangre que salpicó del disparo. Y podía imaginar a ChanYeol frente a él, con la mirada inexpresiva que usaba para saldar cuentas. Lo mataría, si llegaba a tocar a TaeHyung, lo mataría.
Fueron los 20 minutos más largos de su vida. Para ese punto las lágrimas volvieron a caer de sus ojos, estacionó la camioneta con prisa y salió de ella tomando el arma que hubiera usado contra él mismo de no ser por JeongIn.
—Underboss. No puedo dejarte entrar así —Christopher Bang apareció frente a él—. Debes calmarte.
—¡No te atrevas a interponerte en mi camino! —Habló con los colmillos picando sus labios—. ¡Te arrancaré la jodida cabeza de una mordida si no me dejas pasar!
—Solo deja el arma aquí. No- —La boca de Christopher dejó de articular cuando la mano de JiMin casi le partió el rostro de un golpe.
—Te lo advertí —A grandes zancadas cruzó el lugar y subió las escaleras. Podía sentir el dulce olor de TaeHyung desaparecer del lugar—. ¡Omega! ¡Maldición, TaeHyung!
Fue directo a la habitación que se encontraba cerrada, intento abrirla pero se encontraba con el seguro puesto. Ni siquiera intentó llamar cuando golpeó el costado de su cuerpo contra la estructura abriéndola en el proceso, le tomó una milésima de segundo apuntar al hombre frente al escritorio.
—¡Entrégame a mi omega! —Su padre dio la vuelta encarándolo, una expresión tranquila en su rostro terminó por hacer explotar a JiMin—. ¡¿Por qué mierda, eh?! ¡¿Qué necesidad tenías de hacerme esto?!
—No he hecho más que ayudarte —Explicó el alfa mayor—. Tu omega está ahí. Se ha desmayado, tu madre dice que está enfermo. No creí que alguien como él pudiera enfermarse.
Cayó arrodillado frente a su cuerpo. El arma se deslizó de su mano hasta el suelo, sus manos temblaron cuando tocó el rostro suave del impostor. Seguía con vida y quería llorar de felicidad. Dio algunas caricias y beso su frente, no pudo evitar darse cuenta que las manos de TaeHyung ya no llevaba su anillo.
—Vas a contarme todo. No te atrevas a mentirme —Amenazó JiMin tomando el pequeño cuerpo de TaeHyung entre sus brazos, lo acurruco contra su pecho y lo marcó con su aroma mientras tomaba asiento sobre el diván con el omega sobre su regazo.
—¿Cómo te has enterado de la identidad de V? —Preguntó curioso ChanYeol.
—Los papeles estaban en tu oficina. Fue JeongIn quién los encontró, si era tan importante debiste esconderlos mejor.
—Mi intención al final de todo era que lo descubrirás, tenía la esperanza de que fuera el mismo TaeHyung quién te lo explicara —JiMin dejo de acariciar el costado de TaeHyung.
—No te estoy entendiendo.
—Sé que no. No tienes recuerdos de lo que pasó hace 3 años en la casa del Piacere, pero yo sí.
—¿Hace 3 años? Eso fue cuando perdí el control de mi mutación, nada más que eso pasó —Contraataco el azabache.
—La razón de que pasara eso fue que conociste a tu destinado allí adentro, era uno de los omegas de la casa de Jiyu —JiMin sintió como la sangre se detuvo en su cuerpo—. El omega que conociste aquel día era Kim V, tú y TaeHyung ya se habían encontrado hace 3 años atrás.
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