capítulo 12.
"MATAR ES MÁS QUE UNA HABILIDAD"
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TaeHyung esquivó con agilidad las balas que se filtraban por todo el lugar, su visión se acostumbró a la oscuridad y se dio cuenta que JiMin no era el objetivo principal, la alfa Jenell también era parte de esto. Se encontraba arrodillada en una de las esquinas del lugar junto a YeonJun quién disparaba con determinación a las sombras que se movían entre las puertas. El pulcro traje que llevaba la mujer estaba pintado en sangre y su rostro mostraba ira, pero también pánico.
Uno de los infiltrados se adentro a la habitación, pero TaeHyung fue más rápido y lo mató en un segundo. Miró a sus espaldas viendo que nada llegara hasta JiMin, solo cuando estuvo totalmente seguro se lanzó por el enorme balcón del salón, sus manos tomaban con fuerza el arma en cada extremidad, no había un plan, solo estaba él y su capacidad de sobrevivencia. Por el balcón pudo alcanzar los grandes ventanales contiguos, tomó impulso y se arrojó contra estos, rebotando con fuerza en el suelo.
Un gemido abandonó sus labios cuando algunos de los cristales de la estructura quedaron enterrados en su piel. Se levantó con agilidad caminando hacia el pasillo que daba al salón donde las armas estaban siendo disparadas. Sus ojos recorrían todo a una velocidad impresionante, la sangre corría más rápido por sus venas y su respiración se reguló estratégicamente. Tomó un impulso y salió dispuesto a matar a cualquiera que se le cruzara.
Apuntó su arma a dos hombres que se dieron cuenta de su presencia, su dedo apretó el gatillo en un movimiento certero, dando entre los ojos de ambos sujetos. Un tercero apareció al costado del pasillo, ni siquiera lo pensó, corrió esquivando el ataque, tiró una de las armas hasta golpear con la cabeza del enemigo, cuando estuvo lo suficientemente cerca propinó una patada que lo dejó en el suelo, solo en ese instante apuntó a su cabeza, cuando la sangre salpicó en su rostro recogió el arma que había lanzado y siguió adentrándose al lugar.
El cuarto y el quinto corrieron con la misma suerte, para este punto la respiración de TaeHyung era incoordinada y fuerte, una mujer apareció detrás de su última víctima, su mano presionó el gatillo, pero nada pasó, se había quedado sin balas. Sus ojos se detuvieron en la chica frente a él, tenía una escandalosa cicatriz por el lado derecho de su rostro.
—¡Quieto! Nos has dado muchos problemas ¿Quién jodidos eres? —Exclamó la mujer quien ahora TaeHyung podía identificar como beta. No tenía mucho tiempo, debía terminar rápido con esto.
—Tu peor pesadilla, perra —Gruñó abalanzándose contra la mujer sin importar que esta le estaba apuntando directamente. Le propinó un golpe certero sobre el abdomen, haciendo que se doblara hacia abajo, tomó su cabello pegando su rostro al suelo, lo levantó levemente y con ira aplastó su cráneo contra las baldosas. Quitó el cabello que se pegaba en su frente, alzó la vista, pero nada venía a su ataque, suspiró aliviado, debía aprovechar la ventana de tiempo para sacar a JiMin de ahí.
Entre la oscuridad y muebles destrozados se introdujo al salón. Corrió en dirección a HyunJin, sus pies resbalaron con un líquido pegajoso cuando estuvo lo bastante cerca para observarle. El azabache estaba tendido en una enorme mancha de sangre, su pecho apenas se movía y su piel estaba extremadamente blanca.
—¡YeonJun! ¡Choi YeonJun! —Las manos de Tae se movieron con prontitud sobre el abdomen del alfa, la sangre salía lentamente y venas oscuras recorrían todo el borde de la herida, la plata estaba envenenando su sangre, debía retirarla ahora o sería muy tarde. Unas manos sobre su cuerpo lo alejaron del cuerpo del azabache.
—¿Se encuentra bien, luna? —YeonJun había hecho acto de presencia, sus ojos observaron la situación mientras limpiaba la sangre del cuerpo de su jefe—. Tengo que sacar la bala, necesito unas pinzas —Tae observaba todo con desesperación.
—Aquí —La alfa Jenell apareció entregando un pequeño botiquín mientras sostenía su pierna sangrante—. Es lo único que pude recuperar del baño de invitados —Las manos de YeonJun se movían con celeridad. TaeHyung solo alcanzó a ver cuando la bala yacía sobre el piso.
—¿Alfa Jenell, a dónde va? Esta herida —Cuestionó el omega.
—Mi omega, necesito saber que está bien —Explicó la mujer dirigiéndose a la salida—. Lamento lo de JiMin.
El omega asintió y desvió la vista hacia el azabache, su estado parecía estar igual, apenas si respiraba y cada vez perdía más el color. Ya no sangraba, pero seguía inconsciente.
—YeonJun, ¿por qué no despierta?
—Tienes que darle algo de tiempo para que su lobo pueda empezar a regenerarse.
Ya no lo siento, es como si estuviera dormido.
—JiMin, ¡JiMin! Despierta, tienes que despertar —TaeHyung entró en pánico, cuando recordó la conversación con el azabache. El alfa, su lobo, se había suprimido, lo que significaba que JiMin en estos momentos era como una persona cualquiera, su fuerza, poder y capacidad regeneradora ya no estaban, JiMin tal vez podía no despertar, podría morir.
—Alfa, tienes que escucharme. ¡Maldición! Tienes que salvarlo, por favor, solo despierta —Esto no podía suceder, no cuando hace apenas unas horas se había dado cuenta de cuán profundos eran sus sentimientos por el hombre—. ¡Alfa, te lo suplico, tienes que despertar, no me puedes estar haciendo esto!
Sus manos golpeaban con fuerza el pecho del azabache, esto no podía estar pasando, era su culpa, era culpa del maldito contrato, había forzado al lobo de JiMin a aceptarlo y estas eran las consecuencias. El Omega en su interior comenzó a chillar de dolor cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando y entonces sucedió, perdió el control de su cuerpo y su omega hizo entrada, sus ojos brillaban en un dorado profundo que estaba bañado en lágrimas. Comenzó a sollozar llamando a su alfa, la presión en su garganta era tanta que las palabras no salían, YeonJun trataba de alejarlo del cuerpo ajeno. Alcanzó el rostro de JiMin, uniendo sus frentes y prometió que esta sería la última vez que le haría daño, si el alfa sobrevivía rompería el contrato y renunciaría a su vida.
Unas frías manos alzaron su rostro con cuidado, Tae no quería abrir los ojos, estaba demasiado asustado por lo que vería si se volvía valiente y observaba el frío cuerpo del alfa.
—Pequeño —Un suave susurro le cortó la respiración. Alzó la vista encontrándose con unos hermosos ojos café que brillaban en demasía, el lobo de JiMin se manifestó, el omega sollozó con más fuerza. Se aferró a las ropas del hombre y dejó que su memoria volara al pasado, donde fragmentos de un encuentro se levantaron del fondo de su memoria, alguien besaba sus labios y nariz con ternura mientras era llamado pequeño y su cuerpo se entregaba a las dulces caricias de aquel chico—. Así que eras tú, te he estado buscando.
—¿Minnie? —Su cuerpo se puso rígido con la afirmación del alfa.
—Debemos salir de aquí —YeonJun habló a TaeHyung, levantó a JiMin del suelo y emprendieron camino. Los ojos del omega seguían escurriendo lágrimas, su corazón estaba hecho un desastre. Casi lo había perdido, estuvo a milímetros de perder a la única persona que lo ha tratado con amor, la única persona capaz de amarlo—. Luna, detrás de mí.
Pequeño.
—¿Qué fue lo que pasó? ¿Intentaban matar a JiMin? ¿Sabes quiénes eran? —El guardaespaldas negó con la cabeza, todo había pasado demasiado rápido, no logró reconocer a nadie, pero ellos sí conocían el lugar, debían de haber planeado el golpe con mucha antelación para entrar a un lugar así, sin levantar sospechas—. ¿Al menos sabes cómo salir de aquí?
—Solo camine, hay que encontrar a HyunJin.
—Estoy seguro de que ya está muerto —Y solo bastó ese comentario para que el mencionado apareciera por una de las esquinas, llevaba un arma en la mano y la ropa manchada de sangre carmesí, tenía algunos rasguños en el rostro, pero seguía vivo.
—¡Por aquí! —El alfa se acercó para cargar a JiMin con YeonJun y avanzar con rapidez, le dio un vistazo a TaeHyung interrogante y este negó, pero se acercó lo suficiente para deslizar entre sus ropas el arma que le había arrebatado al azabache.
Tae seguía tan perdido en sus pensamientos que ni siquiera noto cuando fueron ingresados a una camioneta, su cuerpo aún sentía los destellos de adrenalina. Iba sentado en el asiento del copiloto con Hwang conduciendo, el azabache se había vuelto a dormir, no obstante se encontraba relativamente estable dado que su lobo lo estaba ayudando.
Pequeño.
—¿TaeHyung? —Cuestionaron.
—¿Si?
—¿Estás bien? ¿Te hirieron en alguna parte? —El omega negó, su cuerpo estaba bien. No podría decir lo mismo de su estabilidad mental—. Estás repleto de sangre.
—Es de JiMin —Susurró.
Luego de eso no volvieron a hablar, se dirigieron directamente al avión para regresar a Corea. Un grupo de médicos los esperaba dentro del lugar para atender al alfa. TaeHyung se negó a ser tocado, se había metido en un estado de alerta y de desconfianza profunda, no se apartó del lado de su alfa en ningún segundo.
—Tienes que dejar de hacer eso.
—¿El qué? —preguntó TaeHyung.
—Mirar a todo el personal como si quisieras asesinarlo —Explicó Hwang. Ambos estaban a un lado de JiMin mientras YeonJun, el guardaespaldas de éste, estaba haciendo atendido por una herida.
—¿Qué pasó con todos los hombres que nos acompañaban? Había demasiado personal en ese lugar para que se hayan infiltrado con tanta facilidad —El omega estaba furioso, enojado con todo el mundo, más consigo mismo y su aroma lo delataba. Estuvo a centímetros del alfa y aún con esa cercanía no pudo hacer nada para salvarlo.
—El personal se distribuyó por el lugar, manteníamos una comunicación constante, luego de media hora nadie respondió, intenté entrar a la casa, pero las puertas fueron cerradas desde adentro, luego de eso todo el mundo comenzó a disparar.
—¿Sabes por qué lo hicieron? ¿Quién fue?
—No tenemos nada aún, pero descuida cuando lleguemos a Corea nuestra gente habrá acabado con ellos.
—Por supuesto —Dijo con un tinte nada sutil de sarcasmo. Se levantó del sofá donde se encontraba, su cabeza comenzaba a palpitar dolorosamente. No alcanzó a caminar dos pasos cuando se sintió mareado, su cuerpo fue directo al suelo. Estuvo a punto de impactar su cabeza con el piso, pero Hwang fue más rápido y lo sujetó con fuerza, lo que hizo que soltara un gemido adolorido.
—TaeHyung, estás herido —Confirmó.
—No te preocupes por mí, puedo cuidarme solo —Refunfuñó soltándose del agarre lo que provocó que se mareara.
—Vamos, déjame ver —Insisto volviendo a ayudar al omega. TaeHyung camino adentrándose al pequeño baño que tenía la habitación del avión, HyunJin lo siguió cerrado la puerta tras su espalda.
—No es para tanto, así que no exageres —Explicó el omega quitándose el blazer y la camisa blanca pintada en sangre. Cuando terminó de desvestirse los ojos del alfa se abrieron.
—No exagero, te han disparado, V.
—¿Qué? —El cuerpo de TaeHyung se volteó dando de lleno con la imagen de su torso en el espejo, en su hombro derecho a la altura de la clavícula yacía una herida de bala con sangre seca a su alrededor, parte de sus brazos y espalda tenían pequeñas heridas con astillas del ventanal por el que salto.
—No te muevas, iré por el médico.
—¡No! No puedes hacer eso.
—Has perdido mucha sangre, JiMin no se alegrara de saber que estás lastimado.
—No me estas entendiendo, no hay manera de explicar mis heridas, no cuando todos suponen que no me aleje de JiMin en ningún momento —Explicó con calma—. Puede que la bala sí, pero no la enorme cantidad de vidrio en mi piel. No deben saberlo, para lo que a todos concierne, yo salí ileso.
—Bien, quédate aquí. Ahora vuelvo.
TaeHyung lavó sus manos y rostro que estaban cubiertos en sangre, suspiro lentamente, se comenzaba a sentir mareado. Estaba tan preocupado y pendiente del azabache que no fue capaz de asimilar sus propias heridas. El aliado, volvió luego de unos minutos, traía en sus manos una charola con material quirúrgico y un botiquín médico.
—¿Estarás bien sin anestesia? —TaeHyung asintió.
—Hay peores dolores que este, Hwang HyunJin —Entonces el cuarto se inundó en feromonas de culpabilidad, el dulce aroma del omega se mezcló con tintes amargos, Tae odiaba no poder usar supresores.
—No fue tu culpa —El comentario de Hwang produjo una mueca en el rostro del omega. Claro que lo fue, nadie lo haría cambiar de parecer.
Los próximos minutos fueron dedicados a quitar la bala del hombro del impostor, TaeHyung ni siquiera se perturbó cuando las suturas comenzaron.
—Date la vuelta —Pidió HyunJin, necesitaba quitar los vidrios que permanecían en la piel contraria para limpiar los cortes.
—¿Devolviste el arma de JiMin? —Un sonido de afirmación inundó la pequeña estancia—. ¿No has pensado que tal vez fue la gente de Baldrich?
—Lo estoy haciendo.
TaeHyung iba a cuestionar nuevamente cuando la puerta del cuarto del baño fue abierta abruptamente, ni siquiera alcanzó a cubrirse el torso cuando un gruñido rebotó en sus oídos.
—¿Qué jodida mierda está pasando aquí? —Era JiMin, su abdomen estaba cubierto de vendas y su cabello era un desastre, su mano se aferraba con fuerza al marco de la puerta.
—Underboos… —Intentó Hwang.
—¡Largo! —Vociferó acercándose al omega—. ¡Fuera de aquí, HyunJin!
TaeHyung cerró los ojos esperando un golpe del alfa, un grito, un regaño, en cambio unos brazos fuertes y amorosos se aferraron a su cuerpo.
—Minnie —suspiró TaeHyung—. Lo siento tanto.
Sus ojos se desbordaron en lágrimas, odiaba lo sensible que se volvía alrededor del alfa. No le gustaba.
—¿Qué ha pasado? Bonito, estás muy herido —JiMin soltó un poco su agarre cuando observo mejor su espalda, estaba cubierta de cortes.
—Creí que morirías. JiMin, casi no respirabas, tu lobo no estaba —Sollozó el omega escondiendo su rostro en el torso del azabache—. Es mi culpa, fue por mi que se alejo de ti.
—¿Por qué estás tan herido? Esto es mi culpa, yo debí protegerte —TaeHyung ignoró magistralmente la pregunta, estaban bajo ataque, sería extraño que no se viera herido—. ¿Porque estabas aquí con Hwang y no con los médicos?
El omega negaba insistentemente con la cabeza, necesitaba mentir, otra vez.
—TaeHyung —Insistió.
—No sabía que estaba herido —Una voz tras ellos habló—. Estaba demasiado preocupado por sus heridas, underboos, que no fue capaz de sentir las propias.
—¡Creí haberte dado una maldita orden!
—Alfa, está bien. Debes volver a la cama —TaeHyung tomó la mano del azabache y lo encaminó hacia el cuarto, dejando a Hwang a un lado. JiMin gruñó cuando se dio cuenta de la desnudez del omega. HyunJin se volteó y Tae se tapó con una manta tomando asiento a una orilla.
—Ahora, Hwang, ¿Vas a explicarme por qué tenías a mi omega desnudo en el baño?
—No quería que nadie lo tocara, lo lamento, pero estaba sangrando, es mi trabajo cuidarlo, lamento si fui demasiado inoportuno —JiMin suspiró volviendo a vestirse, se sentía irritado y fastidiado.
—Bien, retírate —HyunJin hizo una pequeña referencia y salió a la cabina principal.
Cuando JiMin se volteó pudo ver al bonito omega cubierto con una enorme manta, sus ojos estaban rojos debido a las lágrimas. Quería acercarse, pero estaba furioso, deseaba besar y abrazar a ese chico, no obstante se sentía lastimado. Maldición, estaba actuando como un niño, jamás sintió celos, sin embargo ahora quería estrangular al guardaespaldas con sus propias manos por tocar a su omega, tenía consciencia de que lo estaba ayudando y no le importaba, no quería que nadie tocara a TaeHyung. Pero había un tema más importante que le estaba molestando.
—¿Te sientes mejor? Eran balas de plata, debió ser muy doloroso —La voz del omega lo alejó de sus pensamientos. Pero se sentía tan avergonzado por su actitud que no fue capaz de levantar la vista y responder.
En la siguiente hora las heridas de TaeHyung fueron curadas por JiMin, quién también se dio el trabajo de darle un baño y cambiarle de ropa. Se sucumbieron en un doloroso silencio hasta que el alfa por fin habló.
—Te vi, TaeHyung —La voz de JiMin se endureció—. Vi cuando robaste mi arma y le disparaste a ese sujeto —El omega se puso rígido.
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