capítulo 10.

"MI CONFESIÓN, TU ACEPTACIÓN"

—No me sueltes —Una pequeña súplica escapó de los labios del omega.

—Nunca, no te dejaré ir, TaeHyung. Eres mío —Los instintos enterrados en lo más profundo del alma de JiMin salieron a flote cuando el precioso chico tocó a su puerta hecho un desastre de lágrimas y tristeza.

—Tu lobo no piensa lo mismo.

—No ha querido hablar conmigo desde que fue mi celo —Confesó el mafioso como un secreto entre ambos. La verdad es que el alfa nunca logró congeniar ni entender a su parte más primitiva, por lo que ahora su ausencia le entregaba una sensación difícil de entender.

—¿A qué te refieres?

—Ya no lo siento, es como si estuviera dormido. En general no solía hablarme más que cuando me advertía peligro, pero ahora es como si no estuviera conmigo.

—¿Crees que sea debido a lo que hice? —El omega seguía con la cabeza escondida entre el espacio del cuello y hombro del alfa.

—Tal vez, pero eso ya no importa —El alfa camino hasta la orilla de la cama donde tomó asiento aún sosteniendo al omega sobre su cuerpo, el ambiente se volvió cálido y TaeHyung se cobijó entre los brazos fuertes y amorosos de JiMin. Aún podía sentir el áspero tacto del beta, además de los golpes que le dió Hwang, los que esperaba no dejaran marcas alrededor de su trasero y muslos.

—Perdón por lo de esta tarde, yo no quería que te enfadaras. Solo me asuste —Tae, se sorprendía con la facilidad en que podía soltarle todo al azabache sin temer por las consecuencias de sus palabras, no había un filtro que le ayudara a callar sus miedos y preocupaciones, como si el alfa lo llevara a un estado completo de sumisión y debilidad. Le aterraba saber cuánto se dejaba influenciar, el problema radicaba en que su cuerpo no registraba ninguna señal de alerta cuando se encontraba con JiMin, por lo que todo lo que rondaba la cabeza de TaeHyung terminaba siendo expulsado frente al alfa.

—TaeHyung, si sientes que de alguna manera esto es demasiado y no estás seguro de seguir adelante lo aceptare, lo dije la primera vez que nos conocimos, no estás obligado a estar aquí. Eres libre de irte en cualquier momento. Solo quiero que estes bien —Y ahí estaba el segundo problema, si JiMin fuera un alfa cualquiera, todo sería tan fácil, podría atenerse a cumplir su trabajo sin sentimientos de por medio, y ahí estaba el tercer problema, estaba teniendo sentimientos desconocidos para él, sentimientos hacia JiMin.

—Solo estaba asustado.

—¿De mí? —Las manos del azabache sostuvieron las mejillas del pequeño omega buscando la verdad en sus ojos. Si tenía una afirmación a su respuesta dejaría todo hasta aquí, enviaría mañana a primera hora al chico a su hogar y seguiría con su vida, aún si su corazón no sobrevivía en el proceso.

—De lo que me estas haciendo sentir —Las palabras salieron en un pequeño susurro qué provocó un incremento catastrófico a los latidos del corazón del alfa. El bonito rostro de su omega estaba pintado en lágrimas que descendían con rapidez. Las manos sobre sus hombros se aferraban a sus ropas. Podía entenderlo, él también se asustó cuando se dió cuenta de lo rápido que había caído por TaeHyung, ni siquiera el rechazo de su lobo podía minimizar todo lo que estaba sintiendo por aquel chico.

—Tú también me haces sentir tantas cosas y es aterrador, lo sé, pero no me alejes, por favor. Si algo anda mal o necesitas tiempo solo hablemos, te lo pido, no te alejes de mí, jamás imaginé que mi alma tuviera la capacidad de aferrarse con tanto amor a alguien. TaeHyung, tú eres mi destino y siempre lo has sido, así que déjame amarte tanto como pueda.

—No quiero hacerte daño, yo soy un desastre, JiMin. No quiero hacerte daño, por favor, no dejes que te lastime.

—TaeHyung, escúchame, bonito. Contigo estoy dispuesto a correr cualquier riesgo. No importa si llega a ser doloroso y egoísta, yo seguiré aferrado a tu belleza, tu inteligencia, tu amabilidad, seguiré amando cada parte buena y mala de ti.

—¿Por qué no pude conocerte antes?

—No te lastimes con eso, quiero creer que la razón por la que te conocí ahora es porque era lo indicado. Así que, por favor, dejame amarte —El amor y la calidez que el omega vislumbraba en los orbes del alfa lo hicieron sentir como si fuera la persona más amada y apreciada del mundo. No podía hacerlo, ahora lo entendía. No podría vivir sin este hombre aunque lo intentara, porque su omega lo había elegido como su compañero, como su destino.

Ya no importaba nada de lo que pudiera decir o hacer. El hermoso azabache frente a él era todo lo que tenía, todo lo que quería. Sintió un enorme miedo recorrer su cuerpo dado que había un contrato de por medio. Su deber era proteger a este alfa y lo haría, claro que lo haría, sin embargo iba a ser egoísta y también lo amaría, tanto como su corazón pudiera, tanto como viviera.

Con su corazón volviendo a formar una sola pieza se permitió besar el rostro del alfa, asintiendo lentamente a su petición. Iba a dejar que el próximo líder de la mafia lo amara tanto como pudiera. Entonces JiMin se aferró a su cuerpo en un abrazo mientras comenzaba a sollozar y repartir besos por todo su hombro. La habitación estaba cargada de feromonas de felicidad y amor, de decisión y esperanza.

Se aferraron el uno al otro buscando lo que se les había negado por años: amor. Y solo la diosa luna sabía cuánto se habían buscado el uno al otro. Pero ahí estaban con el cuerpo temblando y el alma llena.

Luego de su confesión ambos se sentían raramente en calma y sin una gota de cansancio. Por lo que las siguientes horas el omega siguió sobre el regazo del alfa disfrutando de las caricias de este mientras conversaban sobre temas triviales y libros que ambos habían tenido la suerte de leer. Las lágrimas pasaron a segundo plano cuando encontraron consuelo en los labios ajenos, pasaron minutos, tal vez horas recorriendo la anatomía del otro sobre la ropa para asegurarse que no era un sueño, que no era su imaginación jugándoles una mala pasada.

—Bonito, tienes que descansar —El alfa susurro en el oído del contrario cuando observó los rayos de luz que empezaron a colarse entre las cortinas.

—No estoy cansado —El omega había abandonado su antigua posición y ahora se encontraba acurrucado contra el costado del alfa, ambos luchaban por seguir despiertos—. ¿Seguirás a mi lado cuando despierte?

—Lo prometo, amor, no hay ningún lado más donde desee estar. Ahora duérmete —Dejo un último beso en la frente de TaeHyung y se permitió seguir la neblina de sus sueños.

—¿Estás seguro?

—Así es, lo encontraron muerto en un club clandestino de BDSM. Al parecer fue un paro cardiorrespiratorio, sus hombres lo encontraron hace unas horas.

—¿La alfa Schneider se ha comunicado?

—La reunión fue confirmada esta mañana, el contrato sigue en pie. De todas formas lo mejor sería quedarnos hasta el funeral —Sugirió Hwang.

—Por supuesto, sería descortés desaparecer después de obtener lo que queremos. Informa a mi padre de esto —JiMin estaba empezando a temer un rechazo sobre el contrato.

—Así lo haré, ¿tú estás bien? Tu rostro es un desastre, ¿noche ocupada? —JiMin acababa de recordar que Hwang era igual de entrometido que JeongIn.

—No es lo que crees —Afirmó revolviendo su cabello.

—Yo no creo nada, solo decía. Tienes unas horas antes de la firma, así que te sugiero dormir algo.

—Informame de cualquier movimiento de la familia Schneider —Ordenó cerrando la puerta.

—Por supuesto, Underboss.

—Gracias, Hwang.

Un gemido cansado hizo despertar a JiMin de sus pensamientos.

—Minnie —Las manos del omega aparecieron de entre las sábanas blancas tanteando el lado vacío de la cama.

—Aquí, bonito, ¿Cómo has dormido?

—Mm, hace frío. ¿Qué hora es?

—Casi las 11 —El Alfa volvió a introducirse en la cama junto a TaeHyung—. Ven aquí, quiero abrazarte un poco más.

—¿Ha pasado algo? Te ves intranquilo —Cuestionó el omega cubriendo sus cuerpos con las sábanas.

—Nada grave, solo inesperado. Pero eso no importa, quiero olvidarme un minuto de mi responsabilidades y acurrucarme junto a ti —El azabache rodeó el pequeño cuerpo del omega para entrar en calor, Alemania realmente era un país helado—. Tus manos están heladas.

—Si, eso creo —El rostro de TaeHyung se comenzó a frotar con el cuello de JiMin hasta llegar a sus labios. Una sonrisa del alfa lo recibió al comenzar el beso, era increíble lo que lograba sentir con solo un choque de labios. Mientras movían sus bocas en perfecta sincronía, las manos de JiMin recorrían el costado de Tae bajo su pijama. Lo que provocaba que ambos quisieran más, jamás habría un punto donde fuera suficiente porque ambos querían fundirse en el cuerpo ajeno y acallar esa sensación de necesidad profunda que se presentaba en sus entrañas. Era placenteramente bueno lo bien que se sentían los besos de JiMin.

El cuerpo de TaeHyung rápidamente dejó el frío y en su lugar una sensación caliente se arremolino en su vientre. Entre besos suspiraba encantado y cómodamente en calma, no podía ser de otra forma cuando se encontraba con el hombre que hace algunas horas se había aferrado a su cuerpo sollozando al saber que TaeHyung aceptó sus sentimientos.

De un momento a otro la poca ropa que traía el omega fue lanzada hacía el suelo de la habitación. El alfa atacaba su cuello de manera lasciva, mientras sus dedos jugaban con el dobladillo de su ropa interior. TaeHyung no se quedó atrás y decidió quitar la pijama de la anatomía contraria deleitándose con el fornido y marcado cuerpo de JiMin, lo que hizo que sus manos no se detuvieran en un recorrido tratando de grabarse en sus palmas como se sentía la piel del azabache contra la suya. Acarició con detenimiento la  remarcada V que se formaba al inicio de su ropa interior.

—JiMin… —Suaves gemidos brotaban de la boca del omega, JiMin se sentía aturdido con aquellos sonidos, tanto que no lograba controlar sus manos ni su boca, necesitaba más, lo quería todo del chico. Se encontraba entre las piernas de su omega que lo rodeaba fuertemente haciendo que su miembro vibrara de placer—. Minnie...

—¿Sí? —El alfa se atrevió a preguntar mientras colaba una de sus manos entre las bragas de su omega, el cuarto se sentía satisfactoriamente caliente.

—¡Nghm! —La voz grave del chico subió algunos tonos cuando el alfa logró tocar la punta húmeda de su erección—. No... no creo que...

—¿El qué, amor? —"No creo que sea buena idea tener sexo ahora" pensaba Tae, sabía que él había provocado esto, sin embargo no tenía la seguridad de llegar tan lejos y no desmoronarse en el proceso, follar sobre la ropa y tocarse era una cosa, pero tener sexo hasta el final, ser penetrado y llenado por el nudo del alfa era algo totalmente diferente. Volvió a intentar hablar, no obstante las palabras no salían de su boca, estaba demasiado sumergido en las caricias del alfa.

—Mm, omega, mírame omega —El azabache ordenó con voz suave.

TaeHyung abrió sus ojos con lentitud, sus manos que se aferraban a las sábanas fueron tomadas por el alfa y besadas.

—¿Confías en mí? —El omega asintió—. Entonces déjame hacerte sentir bien, no haremos el amor si eso es lo que te preocupa, no aún.

El ojiazul trago saliva, le encantaba el JiMin que había conocido en el día a día, pero este JiMin que aparecía cuando la situación se ponía caliente le fascinaba.

TaeHyung relajó su cuerpo cuando la boca del alfa se movió contra su piel succionando y mordiendo cada rincón, la humedad que iba dejando su lengua se sentía aún mejor cuando chocaba con el frío del ambiente. Arqueó su espalda cuando sus pezones fueron atacados con los dientes del azabache. Estaba mojando en demasía las bragas, su olor dulce podría traspasar las paredes. Rogaba porque no hubiera nadie cerca.

—Eres tan suave, bonito —La cabeza del chico daba vueltas, todo era tan excitante y cuidadoso que su corazón no dejaba de latir alterado—. ¿Puedo probarte?

¿Probarlo? Mierda, no se refería a "eso", ¿verdad?

—Alfa —Gimoteo TaeHyung cuando su ropa interior abandonó su cuerpo. Ahora estaba completamente desnudo y empapado a merced de un alfa que conocía hace unas pocas semanas.

—Déjame hacerlo, amor —TaeHyung hizo un puchero buscando los labios contrarios, el alfa unió sus belfos al tiempo que seguía repartiendo caricias en la cintura del omega. Luego de unos segundos separó sus labios con un sonoro chasquido y de manera controlada volteó el cuerpo del chico sobre el colchón. Un gritito sorprendido salió de Tae.

—Solo inclínate un poco, bonito. Confía en mí, nunca podría hacerte daño —El alfa susurraba mientras comenzaba un camino de besos que siguió descendiendo hasta llegar al límite de la espalda baja del ojiazul. Para estas alturas la cabeza de TaeHyung se enterró en las almohadas y sus manos buscaban algo a lo que aferrarse.

Los besos se detuvieron y TaeHyung miró por sobre su hombro cuando no sintió al alfa. Este tomó una de las almohadas de la cama y la colocó bajo la cintura del omega dejándole una perfecta vista de su pomposo culo. Dios, JiMin quería grabar aquella imagen con tinta permanente en sus retinas.

—JiMin, por favor...

El alfa no esperó, tomó ambos glúteos separándolos hacia un lado dejando a la vista la rosada y goteante entrada del omega. La respiración de TaeHyung se estancó cuando una caliente lengua hizo contacto con su parte más privada. Su boca produjo deliciosa melodía para los oídos de JiMin quién introdujo en un movimiento rápido su lengua en la entrada del omega.

—¡Aaah! Nghm, alfa —Los gimoteos del pequeño omega llenaban la mente del alfa, lo que hacía que su jodida erección doliera contra su ropa interior. Sus manos se apretaban contra la piel de TaeHyung dejando marcas, odiaba y amaba la capacidad de crear marcas en su chico.

—Eres tan dulce, amor, tal dulce para mí —Su lengua seguía lamiendo y probando los deliciosos fluidos de TaeHyung, quería más, mucho más—. Vamos a hacer que te corras, quiero que gimas para mí, amor.

Cuando TaeHyung pensó que ya no podría más sintió uno de los dedos de JiMin haciendo intromisión en su entrada.

—¡Joder! JiMin… —Sus ojos se pusieron blancos y se aferró aun más a las sabanas. Estaba totalmente expuesto al azabache y se sentía jodidamente perfecto—. Necesito... más... Minnie.

—Amo cuando me llamas así —JiMin se permitió introducir dos dedos más en la entrada de su omega, mientras que con la otra mano tomaba el miembro de TaeHyung y comenzaba a bombearlo—. Estas tan apretado, vamos, bonito, quiero escucharte.

Era demasiado, se sentía demasiado estimulado. Las manos del alfa eran suaves y tan precisas, lo hacían deshacerse en gemidos y súplicas vergonzosas. Gimió alto cuando JiMin encontró un punto dentro de él que lo hizo retorcerse de placer al doblar sus dedos en el ángulo correcto.

—¡Alfa! Solo... ahí un poco... más —El azabache comenzó a bombearlo con rapidez mientras introducía sus dedos tocando ese delicioso punto dentro de su pareja, necesitaba tocarse, joder necesitaba correrse, su ropa parecía que iba a estallar.

—¡Aah! ¡por favor!... —Solo le tomó unos segundos más y sintió la cálida esencia de TaeHyung cubrir sus manos, su entrada se apretó deliciosamente contra sus dedos, mientras su boca balbuceaba su nombre repetidamente—. ¡JiMin!

El cuerpo del alfa cayó sobre TaeHyung cuando sacó sus dedos del interior y probó el sabor dulce que se derretía en ellos. Con sus respiraciones agitadas y el corazón en armonía el azabache beso la espalda del omega tranquilizando su cuerpo. Tae apenas si lograba moverse, sus piernas cosquilleaban, se sentía dormido y seguro con los brazos de ese hombre.

—Eres deliciosamente mío, amor —TaeHyung se volteó rodeando el cuello de JiMin escondiendo su sonrojado rostro de la mirada del alfa. Nada se comparaba, nadie jamás lo había hecho sentir de aquella manera.

Necesitaban una ducha y un minuto más para amarse.

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