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Macaque amaba algo, y ese algo era molestar a Wukong. 

Antes no tenía esa necesidad, pero ahora era realmente divertido molestarle, cosas como cuando le hacia una broma o verlo celoso, como fue hace un par de días con MK, era realmente entretenido de observar.

Por eso, había comenzado a molestarlo de una manera más diferente aquel día.

En la mañana despertó con un dulce beso a Wukong, un beso que pronto el gran sabio correspondió y terminó volviéndose algo bastante animado, incluso Macaque llegó a ponerse encima del otro, pegando su cuerpo al contrario, pero no lograron hacer más que solo un beso porque el de pelaje oscuro solo se separó diciendo que iba a hacer el desayuno.

Wukong no quería admitirlo, pero de verdad fue una gran manera de despertar, pero maldita sea lo dejó muy despierto.

Mientras Macaque cocinaba, Wukong se encargó de abrazarle por la espalda, bastante inocente gesto mientras MK estaba en el baño, terminando de bañarse.

Fue entonces cuando comenzó a moverse de manera bastante... Curiosa. Su cadera era movida lentamente, pegado al otro, de un lado a otro, y su cola pasó por el mentón de Wukong, queriendo molestarlo un poco.

El rey mono enrojeció ante ello, si, estaba nuevamente nervioso y era eso a lo que se refería con contactos que no tendrían por un niño en casa. Y, ahora que lo recordaba, hace días no volvían a acostarse, no desde que MK llegó.

—Mac... El niño va a aparecer en cualquier momento.— Dijo en voz baja, cercano al cuello del otro, aguantándose los jadeos por el toque descarado del otro, frotando.

—Cierto, una pena.— Aceptó rápidamente con una sonrisa, dejando de moverse y volviendo a terminar de cocinar, además de soltarse del abrazo.

Wukong quedó helado ante la aceptación tan pronta, ¿Enserio? Normalmente Macaque no aceptaba tan rápido, le molestaría, pero esta vez parecía tan satisfecho.

Antes de hacer algo más, MK salió del baño y fue a sentarse, siguiendo todos la mañana con normalidad.

Aunque mientras comían, Macaque por debajo de la mesa estaba tocando con su pie la entrepierna del gran sabio, quien termino terminando de comer antes para evitar aquella situación.

Cuando comenzó el entrenamiento, Wukong le enseñó a meditar a MK, quien estaba ahora en practica de eso, sentado con las piernas cruzadas y con los ojos cerrados, tenia ganas de estar tan concentrado como Monkey King en aquel viaje por recuperarse.

Mientras eso sucedía, Wukong y Macaque estaban a un lado, observando, sentados en el suelo.

Wukong estaba bastante calmado, eso hasta que sintió la cola de Macaque entrelazarse con la suya, lindo gesto, inocente, pero eso fue hasta que sintió la mano del otro puesta sobre su pierna, muy sospechoso.

El gran sabio iba a decir algo, mirando a su pareja con el ceño fruncido, pero Macaque solo le guiñó un ojo y su mano se acercó a su entrepierna, más no tocó nada, simplemente era como si acariciara su pierna, desde fuera hacia dentro, lentamente, si, no era un jodido masaje, Wukong lo sabía, se estaba dando cuenta.

Macaque lo había estado provocando todo el día.

—¡Monkey King!— Aquella voz viniendo de MK le hizo sobresaltarse, totalmente asustado, pero ya Macaque había quitado su mano.

Claro, luego de provocarlo un poco.

—¿Si, chico?—Preguntó Wukong mientras veía al joven, quien se había levantado de meditar.

—¡Hay alguien atacando la ciudad, debo ir!—

—Ah, claro, anda, chico, suerte.—

—¡Mañana seguimos!—Dijo MK para luego irse de allí.

Macaque solo suspiró y se levantó para irse a ver la televisión, probablemente, pero no pudo irse porque sintió luego ser agarrado de la muñeca y obligado a sentarse en el suelo otra vez.

—¿Planeabas irte?—Preguntó Wukong.

—Por supuesto. —

—¿Después de hacer un montón de jugarretas, solo te vas ahora?—

Oh, no, Macaque sabia por donde iba esto.

—Ow, ¿Te molestó acaso, Peaches?—

—Claro que si, ¿Cómo puedes hacer eso frente al niño?—

—Vamos, no pasó nada, no terminó mal.—

—Si, tienes razón, pero estoy algo molesto por eso, más... Es porque me dejaste tras cada juego tuyo, creo que es mi turno de eso, y esta vez... Creo que al niño le tomará algo de tiempo volver.—

—¿Ya dije que me gusta cuando te enojas?—

—Eres todo un caso, Mac.—

Terminó por acercarse y besarlo, colocándose encima de el y acostándolo en el suelo, sus manos se movían por el cuerpo contrario con emoción y posesividad. Porque Macaque era suyo, siempre lo fue, era mutuo.

Quizás por eso y ciertos problemas que tenia es que solía ponerse celoso muy pronto, pero sabia que Macaque solo tenia ojos para él.

Hablando de Macaque, el abrió un portal de sombra debajo de ellos para luego llegar a la cama, siguiendo ambos con sus besos, pero ahora mientras quitaban la ropa del otro.

Se separaron al necesitar aire, ambos con el aliento agitado, necesitando cada vez más, deseando cada vez más del otro.

—No sabes cuanto te amo, Mac...—

—Entonces dímelo.—

Wukong sonrió.

—Si, eso haré, todo el tiempo, todos los dias... Me haces tan mal.— El gran sabio solo podía perder la cabeza por una cosa, y era por quien tenia debajo.

Si, verlo tan a su disposición, tan cerca, suyo. Podía verlo por marcas que su ropa escondía, marcas que el mismo dejaba y que ya estaban desapareciendo por el tiempo que llevaban sin hacerlo, esta vez habría nuevas, quizás más.

Digamos que, luego de que Macaque le provocara tanto, Wukong solo quería vengarse, también divirtiéndose molestando a Macaque.





Ah, si, seguramente mañana Macaque ni siquiera pueda levantarse tras eso.

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