—Melody, ¿de verdad no sabes de quién pueda tratarse? —preguntó el azabache mientras entraba al centro comercial junto a la chica—.

Cierto castaño le había pedido al chico que comprara algunas cosas; muñecas baratas y una lupa. Además, cualquier cosa que el menor quisiera.
Melody le acompañaba.

—Mi madre ignora el tema —respondió la chica y se encogió de hombros—. Sé que no es ella, he estado cerca para asegurarme de eso.

—Menos mal —suspiró y después sonrió—. Me agrada venir a primera hora, cuando abren aquí todo es tan libre

—¿Los locales a los que iremos están abiertos?

—Se supone que si.

Pasaron un par de minutos en los cuales ellos estuvieron en silencio mirando a su alrededor para ver si los locales a los que iban estaban abiertos.

Encontraron primero el local de las muñecas baratas de Sarcastic, allí solía comprarlas. Conseguían muñecas solo para él ya que las pedía con anticipación y las recogía cuando llegaban.

Nathan y Melody caminaron hacia el local de las lupas, dicho local estaba algo alejado del primero, así que tuvieron que recorrer casi todo el centro comercial.

Giraron por un pasillo un poco solo; habían como cuatro locales y no habían personas comprando en estos.

Antes de poder llegar al local de las lupas, ambos observaron algo de reojo.
Dirigieron sus miradas hacia uno de los locales de aquel pasillo.

Había un cadáver y una persona encima de este que le extraía el ojo izquierdo con mucha precaución. Al parecer le importaba conservarlo en buen estado.

Ambos jóvenes se quedaron callados mientras observaban dicha escena, se trataba de aquel asesino que tanto había culpado a Sarcastic de sus crímenes. Allí estaba, frente a ellos y no sabían que hacer.

La persona sintió ambas miradas sobre su espalda, dejó de extraer el ojo de su víctima y planeó su forma de escape en silencio.