Narra Shadow:

No podría imagimarme nada parecido a esto. En realidad, nadie se esperaría que detrás de un viejo cuadro se encontrase semejante bosque lleno de vida. ¿Cómo es esto posible? Creo que en realidad lo que quiero preguntar es...

-¿De verdad existe este lugar? - digo en voz alta sin darme cuenta.

-¿Conoces este lugar? - cuestiona Amy sin salir del impacto.

-No estoy seguro. - respondo sin necesidad de mentir, por alguna razón siento que a Amy puedo contarle lo que sea - Desde hace un tiempo he tenido sueños muy extraños. Siempre es lo mismo, este extraño bosque y la necesidad de buscar un refugio. Un hermoso lago... - de repente mi vista se concentra en el lago que se encuentra muy cerca de nosotros y al igual que en mi sueño allí está - y un inmeso rosal.

-Un rosal que contiene un paso hasta el centro del mismo. - dice ella como si supiera con exactitud de lo que hablo - Además, de un peculiar encuentro que lo deja a uno sin aliento.

-¿Cómo es que sabes sobre ese encuentro? - digo un poco alterado. Se supone que nadie sabe sobre mis sueños y el encuentro con Nimue. Ni siquiera mi padre sabe sobre ese sueño.

-Porque yo sueño con lo mismo. - responde insegura la princesa de mirada preocupada - Además, en los últimos días he tenido extrañas visiones. Debo admitir que he estado temerosa a causa de eso. Shadow... ¿Es posible que me esté perdiendo?

¿Visiones? Esto no puede ser simple casualidad. No puede ser que a Amy le esté ocurriendo lo mismo que a mí. Sin embargo, me parece que este lugar contiene todas las respuestas a las preguntas que me he estado haciendo por mucho tiempo. Observo a Amy y noto el miedo y la inseguridad en sus ojos. No soporto que ella se sienta así. De modo que la acerco a mí y la encierro en un abrazo.

-Tranquila Ammes. - susurro en su oído - No vas a perderte ni nada parecido. Yo mismo te protegeré de lo que sea.

Narra Amy:

La calidez de Shadow es tan reconfortante. No estoy segura de la razón, pero sus palabras tranquilizan mi corazón.

***

-Tranquila mi reina. - susurra de la misma manera aquel erizo de mirada carmesí a mi oído - Yo te protegeré de lo que sea. Incluso si eso implica revelar mi verdadera naturaleza.

***

Sin darme cuenta me aferro con fuerza a Shadow correspondiendo su abrazo. Es tan familiar estar así de cerca con él. Pero a la vez me da miedo estar tan cerca, siento como si en cualquier momento esta calidez fuese a desaparecer.

-No pasará. - susurra de nuevo a mi oído - No voy a desaparecer Amelia.

Me quedo sin palabras y no puedo hacer más que dejar en evidencia mi asombro. Además, de perderme en esos bellos lamparines carmesíes que parece que vieran incluso en el rincón más desolado de mi alma.

-Te creo. - me limito a decir sin evitar una gran sonrisa - Confio en tí Shadow.

Aquel serio erizo azabache me devuelve la sonrisa. Lo que para mí siempre ha sido muy especial, después de todo siempre se muestra distante con todos en el palacio. Excepto cuando está conmigo y es algo que aprecio mucho.

-Ahora que estamos aquí, ¿te parece si exploramos un poco? - dice mientras sujeta mi mano - Debo confesar que aquel rosal junto al lago llama mucho mi atención.

-Claro. - es extraño, pero aún así...

Narra Shadow:

No conozco la razón, pero el sujetar la mano de Amelia se me hace tan natural que incluso siento temor de llegar a soltarla. En silencio nos acercamos a aquel lago aunque puedo sentir la sonrisa de la ojijade, lo que me reconforta. A nuestro paso hay una pequeña pendiente antes de llegar al lago, con el  vestido que lleva la princesa seguro que le será difícil. De modo que la levanto entre mis brazos y de un salto bajamos sin problemas. Ante mi acción ella se sonroja y procura no hacer contacto visual.

-¿Nerviosa? - cuestiono divertido.

-¿Por qué debería estarlo? - me responde Amy con otra pregunta. Sin embargo, sigue sin dirigirme la mirada y la coloración de sus mejillas se extiende por su rostro.

-Ya nos besamos Amy. - digo sin pena alguna - Es evidente que he comenzado a tener interés por tí. También soy un pretendiente que lucha por tu mano.

-De todas formas no estoy nerviosa. - dice a modo de berrinche - Aunque lo estuviera no sería por ese motivo.

-¿Entonces? - ahora es cuando la curiosidad toca a mi puerta.

-La razón sería... - su voz es más queda con cada palabra. No obstante, comprendo lo que quiere decir ya que a mí me pasa lo mismo - Ya llegamos.

Desvio mi atención de Amy a lo que tenemos delante. El lago de agua cristalina y gran extensión. También se encuentra casi al lado el rosal que me mantiene intrigado. Incluso me da la impresión de que en cualquier momento podría tener de nuevo ese encuentro.

-La misma entrada. - susurra Amy.

En efecto, tiene razón. La entrada a aquel rosal está allí. Tal y como lo muestran mis sueños. De manera instintiva sujeto la mano de la pequeña de ojos jade y nos adentramos en el rosal.

~Lancelot.~

Mis orejas se encrespan al escuchar esa voz. Estoy seguro de que conozco esa voz, pero no tengo la menor idea del dueño de la misma. Lo que es peor, se supone que nadie conoce mi nombre y título de caballero Lancelot ¿Quién me está llamando?

~Lancelot.~

~Lancelot.~

~Lancelot.~

-¿Lancelot está aquí? - cuetiona Amy para sí misma.

-¿Puedes escucharlo? - le pregunto asombrado.

-Así es. - me responde - Sin embargo, por extraño que suene, no quiero verlo.

En definitiva esto es algo que no me esperaba. Si los sueños que tiene Amy son iguales a los míos eso significa que con quien ella soñaba era con el caballero de la extraña armadura. Lo que explica la razón por la que lo nombró aquella noche del baile en la biblioteca. Lo natural sería que se desesperara por verlo por fin, al igual que yo tengo deseos de conocer a Nimue.

-¿Temerosa de que no sea como lo esperas? - trato de relajar el ambiente molestándola un poco - Tranquila princesa, de seguro el caballero se portará muy bien contigo.

-No es por eso que no quiero verlo. - dice molesta.

-¿Temes que no te corresponda? - sigo con mi juego - ¿Acaso te da miedo que me ponga celoso y eche a perder tu encuentro?

-Tengo miedo de que me aleje de tí. - responde Amy de repente con la voz quebrada.

Esto tiene que ser una broma. Es evidente que ella a esperado este encuentro tanto como yo he esperado encontrarme con la dama Nimue. Sin embargo, comprendo muy bien a lo que se refiere. Mientras más conocía a Amy menos pensaba en la dama de mis sueños. Incluso mis sueños y pensamientos fueron reemplazados con la esencia de la princesa de Silentium. Desde el momento en que ella vio más allá de lo que es mi propia oscuridad he sido vulnerable a su mirada. Su forma de ser y tratar conmigo es tan sincera y dulce que siempre me pareció irreal. Pero estaba equivocado ya que no es Nimue quien sujeta mi mano sin temor. La que tengo cerca es Amelia que me mira con dulzura y afecto. Tendría que ser un completo idiota para no darme cuenta de aquello.

-¿Por qué temes alejarte de mí Amelia? - sé que mi pregunta está demás, pero necesito escucharlo de ella - Estoy seguro de que este encuentro lo has esperado por mucho tiempo. En realidad, deberías estar corriendo emocionada por conocer al caballero Lancelot.

-Eso sería lo más razonable. - dice con vista al camino que la conducirá a ese encuentro - Pero me temo que aquel caballero dejó de abarcar mis pensamientos desde hace mucho.

-No comprendo la razón. - digo nervioso y temeroso de que en mi rostro se refleje aquello.

-Eso es porque... - la mirada de Amy se clava en la mía - Te quiero Shadow.

No lo pensé dos veces, ni siquiera consideré pensarlo. Solo ya tenía mis labios sobre los de ella. Un beso inevitable el cual ella correspondió. Las palabras que jamás pensé escuchar de alguien tan puro y contrario a mí como lo es Amy. Silencio reemplazado por el replicar de su corazón acelerado es lo único que logro y quiero escuchar. No obstante, el inevitable final de aquel beso llega y nos vemos obligados a separarnos levemente.

-Yo también te quiero Amy. - digo perdido en su expresión tan dulce - Es más, lo que quiero decir es que desde hace un tiempo me he percatado de que yo...

~¡¡¡Lancelot!!!~

Otra vez aquella voz se hace presente, pero mucho más fuerte que antes. No logro expresarle a Amelia lo que está gritando mi corazón, sin embargo, ya podré hacerlo de manera formal en cuanto regresemos. Nos dirigimos una última mirada y decididos avanzamos hacia el corazón del rosal. El aroma de aquellas flores es cada vez más fuerte y la luz que indica el fin del camino aumenta su intensidad. Finalmente, llegamos al lugar donde el primer encuentro tuvo lugar.

-¿Qué signifia esto? - deja escapar sorprendida sus palabras.

-Esa espada... - susurro desconcertado.

Los voz que me llamaba con tanta insistencia estaba seguro de que me era familiar. Pero ahora que veo de lo que se trata mis dudas no hacen más que relucir. Mis ojos no pueden creerlo. Una gran espada es la que está clavada justo al centro del corazón de este rosal. No obstante, siento un extraño latido que me impulsa a acercarme. Amy me dice algo, pero no puedo escucjar su voz. Con pasos firmes me encuentro cada vez más cerca de aquella espada que me llama. A pocos centímetros estiro mi mano para tocar la empuñadura.

-Ha pasado mucho tiempo. - digo en medio de un trance - Arondight.

Toco la empuñadura y una extraña luz se desprende de la espalda. Siento el poder de esa luz y de manera incosnciente una sonrisa se refleja en mi rostro. De repente, Amy jala de mí y me regresa a la realidad. Pero la luz que la espada desprende no se extingue. En realidad se torna azulada y extrañas imágenes aparecen en medio de ese espacio.

"Ha pasado mucho tiempo desde la última vez reina mía. Encantado de conocerte heredero de mi sangre. Espero esten listos para escuchar la historia de nuestro pecado."

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Holiwis mis sensuales lectoras y lectores.

Después de un tiempo aquí una nueva entrega de esta historia.

Espero que hayan disfrutado la lectura de este capítulo.

De ser así no olviden picarle a la torpe y sensual estrella. Además, de dejarme sus opiniones en los comentarios.

Les agradezco mucho por todo el apoyo que le brindan a esta historia.

Sin más que decir...

...Eve cambio y fuera.