Capítulo 8: "La Niñera"
- ¿Bueno?- Se escuchó del otro lado de la línea.
- Hola Sonia, habla Amy.- Respondió la rosada.
— ¡Amy, qué sorpresa!— Se escuchó felicidad en la voz.— ¿A qué se debe tu llamada?
— Verás, quería pedirte un favor.— Amy jugó con las yemas de sus dedos por los nervios.
— Lo que sea por tí, dime.— Pidió Sonia amable.
— Digamos que tengo un pequeño en casa y quería saber si tú podías hacerte cargo de él mientras yo estoy en la escuela.— Soltó Amy con un hilo de voz, sabía que de aquí vendrían preguntas y demás.
— Con gusto Amy...— Respondió de inmediato.— Pero tengo una pregunta...
— "Oh no, aquí viene."— Pensó Amy.— S-Si, dime...— A Amy le temblaba la voz.
— ¿De quién es el pequeño?— Soltó de inmediato, era de esperarse pues ya estaba enterada de la separación de su hermano y Amy.
— Es... largo de explicar, te diré cuando vengas a cuidarlo.— Respondió la eriza evadiendo el tema.
— De acuerdo, pero no creas que te salvarás de mis preguntas.— Dijo Sonia al otro lado de la línea.— Estaré ahí a primera hora en la mañana.
— Vale, gracias Sonia.— Respondió Amy amable, realmente estaba feliz de saber que Silver tendría una niñera.
Cortó la llamada y tomó a Silver en brazos, subió al cuarto de éste y lo arropó en su cuna.
— Descansa, Silver.—Le dijo dulcemente mientras le daba un pequeño beso en la frente y apagaba las luces.
Amy se retiró de la habitación y justo antes de entrar por su puerta, la habitación de Shadow le llamó la atención. Shadow se encontraba en ella, estaba sentado en su escritorio apuntando algo en una libreta. Amy era igual de curiosa que un gato, y cuando vio que Shadow guardaba con cautela aquella libreta fue cuando quiso ver qué es lo que había ahí dentro.
Shadow fue al balcón de su habitación y sacó un cigarrillo, Amy se disgustó mucho con aquella acción pero no podía decirle nada al respecto, a final de cuentas él hacía lo que quería. Seguía espiando a través de la puerta entrecerrada, pensó seriamente en entrar.
Pasaban muchas cosas por su mente, ¿qué habría escrito Shadow como para guardarlo con esa cautela? ¿Sería alguna mala opinión acerca de ella? ¿O hablaría de algún amor prohibido entre él y una chica por culpa de Silver y ella?
Se alejó de la puerta pensando en todo eso, aquello de una chica misteriosa realmente la había hecho sentir mal. Inmediatamente pensaba en María, todo el salón decía que María gustaba de Shadow y ella era una eriza muy bonita. No dudaba que Shadow estuviera interesado en ella, pero con todo eso de Silver no podría salir con la rubia... ¡Ohh, qué situación tan desafortunada!
Amy, ahora deprimida, se fue directo a su habitación para darle paso al sueño, tenía que preocuparse por el día de mañana que hablaría con Sonia, que tenía que hacer sus actividades cotidianas y pretender que todo estaba bien entre ella y su vida.
Pasaron unos cuántos minutos para que Amy cayera dormida, por un momento olvidó que tenía una amenaza de muerte. Mientras dormía comenzó a soñar muchas cosas; al principio no tenía coherencia alguna, simplemente eran fragmentos de algo, pero después todo se volvió negro, sólo estaba ella en esa oscuridad que parecía eterna; cada que intentaba caminar se hundía un poco más. Era como si la oscuridad estuviera consumiéndola.
Entonces vio algo, una pequeña luz... una luz ocasionada por el patinar de cierto erizo igual de negro que la oscuridad. Sin embargo, sus lindos ojos rubí destellaban, le daban luz y sentido a su vida. Al tiempo que él se acercaba, ella sentía que todo se iluminaba. Shadow llegaba a donde ella y tomaba su mano, con este gesto ella se sentía crecer.
Posteriormente, Shadow y ella unían sus labios de manera dulce... Había sentimientos dentro de ambos.
Pero todo terminó a las tres de la madrugada cuando despertó Amy. Tocó sus labios extrañando aquél roce que soñó, sabiendo que era sencillamente eso: un sueño.
Unas horas después, Amy se despertaba con cierto nerviosismo. Era de esperarse, pues esta mañana vería a Sonia y le explicaría todo el asunto de Sonic, sumándole el problema de Silver.
Mientras esperaba su llegada le preparaba todo lo necesario para cuidar de su pequeño Silver. Estaba tan distraída pensando en cómo contarle a Sonia toda la verdad que no se dio cuenta de que Shadow estaba a sus espaldas.
Amy giró levemente y se encontró frente a frente con Shadow.
— ¡Ahh!— Amy aventó las mamilas hacia arriba del susto.
Shadow las tomó de manera ágil.— Más cuidado, pequeña.— Reprochó el erizo.
- Shadow, ¡qué susto me diste!- Le gritó fingiendo enojo. Pero mientras lo veía recordó su sueño, en concreto, el beso.
Amy se sonrojó masivamente, desvió la mirada y corrió lejos de la cocina.
- Hmm... estás bien?- Preguntó Shadow con una ceja levantada. Él sólo vio a Amy gritar, sonrojarse y correr con pequeños murmullos.
- ¡Claro que lo estoy! ¿Y tú lo estás? No lo sé, la vida es muy subjetiva, ¿qué es estar bien?- Gritó evadiendo la pregunta y corriendo hacia la habitación de Silver.
- Uh... claro...- Dijo Shadow y luego fue a buscar algo para el desayuno.
Amy estaba con Silver pensando en que debía dejar de recordar aquél sueño, ella amaba a Sonic aún y Shadow no podía estar con ella, no eran compatibles.
Recordó que hoy verían a Sonic... ah! Su amado príncipe azul, el que ella quería fuera padre de sus pequeños. Incluso había pensado en un nombre para su hija, combinó sus apellidos y se veía planeando su boda. Pero esas ilusiones se habían roto gracias al incidente de Silver, no había nada más que decir. Aunque los momentos que había tenido con Silver le agradaban, y el hecho de cuidar a alguien en compañía de otra persona la hacían sentir bastante feliz.
Pero... no podía sentirse feliz de la forma en que llegó Silver. Tomó al pequeño en brazos y bajó con él, lo puso en su silla y subió por su pañalera.
Estaba muy triste por pensar en Silver y aquella señora; justo cuando tenía aquello en mente alguien tocó a la puerta de la casa. Amy se puso súper nerviosa, ¿podría manejar la situación? Bah, ¡qué más daba!
Shadow, quien estaba cocinando, fue a abrir la puerta. En cuanto la abrió, se encontró con una eriza que se veía mayor a él (en aspecto, claro), era rosada pero no del color de Amy, sino más oscuro. Había algo en esa eriza que le recordaba a alguien, pero no lograba dar con quién.
- Hola, soy Sonia The Hedgehog!- Se presentó la rosada.- Eh... Amy vive aquí?- Preguntó dudosa, pues era inusual que un chico le abriera la puerta de donde la había citado su ex cuñada.
- Oh, tú debes ser su amiga!- Recordó Shadow.- Claro, ella está arriba, pasa.- Ofreció.
- Gracias.- Dijo la rosada y pasó hacia la sala. Tomo asiento y esperó paciente la llegada de Amy.
- Sonia!- Se escuchó el grito emocionado de Amy que venía de las escaleras.
- Amy! Qué sorpresa me tenías, eh?- Dijo señalando a Shadow y parándose de su asiento.
- De eso es de lo que quisiera hablarte...- Se apenó al ver a Shadow.- Sonia... soy mamá.- Soltó sin más.
- ...- Sonia tardó un poco en asimilarlo.- P-pero... no se supone que hace poco terminaste con... mi hermano...?- Preguntó suponiendo lo peor.
Y en ese momento, Shadow se dio cuenta que aquella jovencita era nada más y nada menos que la hermana de Sonic The Hedgehog, es por ello que se le hacía tan familiar pero no supo dar con relación a quién, hasta este momento, claro.
- ¡No es lo que piensas!- Aclaró la rosada.- Es... ah, no sé si me creas, pero lo intentaré...
- Por favor.- Dijo preocupada, no podía pensar aquello de esa chica dulce que estaba tan enamorada de su pequeño hermano azulado.
- Todo comenzó cuando Shadow y yo peleábamos por lo que sucedió en el pasado... frente a nosotros apareció una señora diciéndonos que los hijos solucionaban los problemas de los padres y... de pronto apareció un destello frente a nosotros...- Amy no sabía cómo decirlo sin que sonara a cuento de Hadas, pero es que así era.- Cuando aquél destello se fue, apareció nuestro pequeño Silver.
- ¿Silver?- Preguntó Sonia confundida, o incrédula, pues sonaba bastante difícil de creer.
- Él es Silver- Llegó Shadow con el mencionado en brazos.
Sonia lo vio y quedó completamente fascinada con el pequeño, era la primera vez que veía un bebé que no fueran sus hermanos llorones. Silver se rió con ella de manera dulce, fue un lindo gesto que hizo reír a Sonia.
- Awww, pero quién es este pequeñu~?- Sonia tomó a Silver en brazos y lo consintió de todas maneras posibles. Silver, ni tardo ni perezoso, comenzó a reírse con ella y se dejó cargar y consentir.- ¿Quieres que lo cuide por hoy?- Preguntó amable.
- Si pudieras, yo estaría sumamente agradecida contigo!- Dijo Amy feliz.- Pero dime, ¿crees en mis palabras? - Preguntó preocupada.
- Obvio que lo hago, Amy. Sé cuánto amas a mi hermano y que jamás le serías infiel.- Dijo mirándola con una sonrisa.
Shadow sólo bajó la mirada y por dentro se dolió. Si, claro, ¿quién le sería infiel con Shadow teniendo a Sonic de frente? Nadie preferiría estar con aquél erizo que fue malo en un pasado, con el que ayudó a Eggman. Nadie preferiría a Shadow en lugar de Sonic, menos la chica por la que él daría todo.
- Qué bueno que lo sepas, Sonia.- Sonrió Amy.- ¿Quieres seguir hablando de esto mientras desayunamos? Aún falta un poco para la escuela.
- Claro Amy, vamos.
Las erizas se sentaron y Amy preparaba el café para ambas, entre ellas todo era Sonic, risas y amor. Pero justo a un lado de ellas estaba un erizo, que parecía que el mundo le daba igual, que "carecía de sentimientos", era "dark" y "amargado", pero el único mal que le aquejaba era el amor no correspondido que sentía por aquella eriza de cabellos rosa pastel y diadema roja.
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Continuará...
¡Gracias por leer una parte más! En verdad lamento muchísimo el retraso con esta historia. 😭 Perdón por causarles tantos inconvenientes al dejarlos así. ):
Yo acabaré la historia, sólo les pido paciencia. 😞
Quiero desearles que pasen unas felices vacaciones, aprovéchenlo al máximo, chicos!
Los amo, sin nada más que decir se despide: Strawberry-Fields17 :')
Años sin escribir eso. :')
Un beso y hasta la próxima!
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